Ayer
fue un día extrañamente agridulce. Mi padre y yo estuvimos un rato
juntos, celebrando que por fin la momia salía de Cuelgamuros, y
recordando a nuestros muertos, su dolor, sus vidas robadas, su lealtad
pisoteada, su futuro hecho añicos. Una familia rota en mil pedazos, como
tantas otras, tantas que duele el corazón pensar en ello. No negamos
la parte positiva y esperada de que el dictador infame salga de su
mausoleo y brindamos por ello, e hicimos chistes, pero nos senti
mos
tristes y decepcionados al comprobar el esperpento franquista y
mediático en el que se convirtió lo que debió haber sido un oscuro y
administrativo cambio de huesos de un lugar a otro como tantos que se
realizan en los cementerios cuando ya no hay espacio. Tanta
condescendencia, tanta solemnidad, tanta carcundia fascista acompañando a
lo peor de nuestra historia, al protagonista de una infamia cuartelaria
e ilegal qie nos robó la incipiente democracia republicana a sangre y
fuego. Mi padre lloró, y las lágrimas de mi padre son para mí una cosa
muy seria. Porque como hijo y nieto de represaliados, que vivió en ese
Valle mientras mi abuelo lo construía y se consumía de tuberculosis,
sabe que aunque la momia ya no esté, el dinosaurio del
nacionalcatolicismo sigue ahí. El mayor monumento a la gloria del
fascismo hispánico sigue ahí. Con su cruz inmisericorde que dejó muertos
y heridos en su levantamiento, con sus símbolos, sus yugos, sus
flechas, su basílica consagrada, sus monjes fascistas, sus muertos
republicanos robados a hurtadillas y su tumba del ideólogo de
movimiento.El Valle sigue ahí, y los franquistas en las calles, en su
nuevo partido blanqueado y normalizado, en sus puestos privilegiados de
la judicatura,en los cuerpos de seguridad, en el ejército, en los
principales grupos empresariales y en el adn de miles de españolitos
educados en la paz de los cementerios que durmió millones de conciencias
oara siempre. Y no, mi padre y yo no somos unos rojos
resentidos, amargados y cabreados, como dicen algunos adanes de la
izquierda llamados Royo Villanova, ni queremos aguarle la fiesta al
presidente ni a sus incondicionales seguidores. Lo que está bien hecho,
bien hecho está. Al César lo que es del César. Pero a las víctimas y a
sus familias, lo que es de ellas: verdad republicana, justicia sin
equidistancias y reparación real. Y de eso, de momento, andamos muy
faltos señor Royo Villanova y los que le aplauden, muy faltos.
© Marisa Peña. Entedando memoria.
Yo
sobre el Valle y sus resignificaciones sólo escucho a dos autoridades
en el tema: Sánchez Albornoz, que escapó del infierno, y mi padre, que
estuvo en él tres de los cinco años que pasó allí mi abuelo, siendo sólo
una criaturita de cuatro años. Ambos opinan lo mismo aunque no se
conocen (yo tengo la inmensa suerte de conocerlos a los dos):
abandonarlo, olvidarlo, dejarlo atrás. Que la naturaleza se enseñoree de
tal engendro. Lo que opinen sesudos historiadores, "periodistos" muy
listos, comisionados, políticos y demás especímenes no me interesa.
Somos raras avis, pocos nos entienden, pocos se ponen en nuestra piel."
Olía a muerte", me dice mi padre, "a muerte y a pena. Vi llorar a muchos
hombres detrás de las casetas" No diré nada más.
© Marisa Peña.
Rafa León También
podríamos demolerlo para, por una vez, ayudar a la naturaleza. Aunque
lo prioritario sería demoler todo el andamiaje ideológico del
franquismo, hoy más presente que nunca, tras la muerte del genocida, en
España. El bochornoso acto de exaltación franquista de ayer, organizado
por el gobierno "socialista", así lo atestigua.
Marisa Peña Rafa León
demolerlo también me gustaría pero es verdad que sufriría daños el
ecosistema, así que dejar de pagar dinero para mantenerlo, devolver los
republicanos secuestrados allí a sus familias y OLVIDO no sería mala
opción. Como dicen mis autoridades en el tema hay muchas otras opciones
para recordar lo que pasó y homenajear a los republicanos mejores que
ese engendro nacionalcatólico, megalítico y terrible.
Rafa León Creo
que devolver a muchos de los republicanos allí sepultados a sus
familias requeriría de esa demolición. Por otra parte, los proyectos de
restauración ambiental siempre se pueden y deben ejecutar para mejorar
los ecosistemas. El problema en este caso
es quiénes asumirían los costes. ¿Y si se expropiasen para ello los
bienes en manos de los herederos del genocida? Al fin y al cabo son
producto del crimen y el saqueo.
...
Condenó a muerte a mi tío abuelo, por demócrata y republicano.
Condenó a muerte y asesinó a mi abuelo, por demócrata y republicano.
Condenó a mi padre a 20 años de cárcel y lo mantuvo encerrado durante 10 años, por demócrata y republicano.
Esa basura humana fascista, ese despojo infecto, debería haber
terminado en un vertedero. Él y quienes todavía hoy defienden su ejemplo
y su ideario, enemigos ellos de la Democracia y de la República.
Mis
abuelos, represaliados por el dictador, contemplarían hoy entre risas
el circo friki en el que ha quedado la familia de “la Collares” y el
enano acomplejado, pero seguro que habrían llorado. Hoy brindo por
ellos.
...
No
veo tele y no vi el reportaje de la inhumación del dictador, pero he
visto fotos en las que se ve a militares haciendo el saludo militar a
los miembros del sanguinario dictador. Alguien, con más luces que yo,
me puede explicar por qué se saluda militarmente a una familia que tiene
tanto que explicar ante la sociedad española???
Con
Germán.
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