30/7/22
Las huellas del pasado Juana la loca:
A Juana la casaron con 16 años con un chico al que llamaban el hermoso, (Felipe El Hermoso) aunque no lo era. (Según los retratos, era más bien feo)
El tipo se benefició desde el primer día a todas las damas de la corte.
Juana se enfadaba lógicamente, porque exigía un respeto que a ella no se le daba.
Ni como mujer, ni como reina, ni como esposa.
Y por eso la llamaban loca.
Cuando su marido murió, Juana reivindicó el trono de reina de Castilla que a ella estaba destinado.
El rey Fernando, su propio padre, no quería que Juana reinara.
Así que decidió que estaba loca. Y la encerró.
Juana, además, aún era joven y muy bella.
El rey temía que volviera a casarse y contara con un hombre que la apoyara en la lucha por el trono. Mejor encerrada.
Cuando su hijo Carlos fue a visitarla dicen que ella "le cedió graciosamente" el poder. Mentira!
Carlos le obligó a firmar y la dejó allí: encerrada.
Juana era una mujer culta, que hablaba latín y escribía poesía.
Pero la historia la ha llamado Juana la Loca y no Juana la Prisionera.
Juana de Castilla es una de tantas mujeres a las que la historia ha negado su verdadera voz.
JUANA NUNCA ESTUVO LOCA.
Hoy, 27 de junio, se cumplen 516 años desde la firma de la Concordia de Villafáfila, donde se reconocía la incapacidad para reinar de Juana de Castilla, conocida históricamente como Juana "La Loca".
Su padre Fernando "El Católico" y su marido Felipe "El Hermoso", fueron los principales impulsores de la acusación de trastornada mental.
Su vida fue un auténtico infierno, se casó por obligación siendo una adolescente y su esposo la maltrató emocionalmente, siéndole infiel desde el primer momento.
Problemas en la línea sucesoria pasó a ser heredera al trono tras la muerte de varios hermanos. Su marido ansioso de poder, se apoderó de la voluntad de su esposa y de esta forma acaparó el objetivo de reinar sin ella.
Su padre no se negó y fue cómplice de las decisiones de su yerno. Tras la pronta muerte de Felipe, su suegro actuó de regente hasta que Carlos I, su nieto, tuvo edad suficiente para gobernar. Mientras tanto Juana estuvo encerrada en Tordesillas, hasta los últimos días de su vida.
Fue una mujer luchadora, inteligente y con capacidades suficientes para llevar su rango con total solvencia, pero eso no gustaba en un mundo patriarcal, dominado por órdenes machistas y centrados en la nulidad de cualquier aspiración femenina.
Juana nunca estuvo loca, fue una de tantas mujeres que la historia devoró a su antojo. Aún después de más de 5 siglos, cuando a una mujer se le quiere despojar de autoridad, relevancia o simplemente de la razón se la denomina "loca".
El tiempo a silenciado muchos episodios importantes de la vida, donde el derecho a ser mujer era ninguneado y pisoteado. Recordar estos argumentos ayuda a resaltar circunstancias que en términos tanto trascendentales como cotidianos jamás deberían ocurrir.