Artículo publicado en el diario británico The Guardian el 23 de abril de 2021.
Dejemos a los niños jugarSi bien los enfoques pueden diferir, se reconoce cada vez más la
importancia del tiempo libre para jugar.
Cada mañana, Arja Salonen deja a su hijo de cinco años, Onni, en un jardín infantil
en Espoo, al oeste de Helsinki, donde pasará las próximas ocho horas haciendo
lo que los educadores finlandeses creen que todos los niños de su edad deberían
hacer: jugar. La escuela y el aprendizaje formal no comienzan en Finlandia hasta
los siete años. Antes, las preocupaciones de niños y niñas no fueron la lectura,
la escritura o la aritmética, sino, dijo Salonen, maestra de secundaria en la capital,
“aprender cosas más importantes”.
Estos incluyen, dice ella, cómo hacer amigos, comunicarse, ser activo, ser creativo,
explorar el aire libre y manejar los riesgos. “En Finlandia creemos que los niños
deben ser niños, y eso significa jugar, ojalá, lo más posible al aire libre”, dijo.
El objetivo principal del jardín infantil, al que asiste alrededor del 75% de niños
y niñas entre tres y cinco años, es, según el experto en educación finlandés
Pasi Sahlberg, “no preparar académicamente a niños y niñas para la
escuela, sino asegurarse de que sean personas felices e individuos responsables”.
Es una filosofía que se extiende largo tiempo en el sistema escolar finlandés,
que habitualmente figura en, o cerca de los primeros lugares de los ránkings
mundiales en educación inicial. “Los niños también deberían jugar en la escuela”,
dijo Salonen. “Es importante no solo social y físicamente, sino también mentalmente.
Se concentran mejor”. Los educadores finlandeses creen que el juego libre y
el juego dirigido por educadores integra las habilidades para la vida y el aprendizaje,
mejorando la capacidad de atención, la capacidad de resolución de problemas y la
perseverancia. Se valora especialmente el juego al aire libre, con un recreo al
aire libre de 15 minutos cada una hora, hasta la secundaria.
Considerado una actividad tan fundamental que es estimulada por los profesores,
el juego en Finlandia también implica aprender riesgos y responsabilidades
-competencias que la sociedad finlandesa promueve en tal extensión que es común
que incluso los niños de siete años caminen solos a la escuela. En resumen,
escribe Sahlberg, “la visión de Finlandia puede mejorar las notas y el aprendizaje
de todos los estudiantes, así como su crecimiento social, desarrollo emocional,
salud, bienestar y felicidad. Se puede resumir en una sola frase:
dejen que los niños jueguen” (...)