Gerardo Tecé 17/10/2023
Europa nos pone en grave peligro a quienes aquí vivimos al patrocinar y tolerar la violencia extrema de Israel
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Usted es palestino aunque no lo sepa
De entre todas las mentiras puestas en circulación para justificar la masacre de Israel contra el pueblo palestino, quizá la más peligrosa sea esa que asegura que lo que se persigue es la seguridad de Occidente. Es importante que usted, que desde un Occidente sin explosiones observa los lejanos bombardeos contra Gaza, sepa que están mintiendo con todos los dientes de su boca quienes le aseguran esto. Que, lejos de tener nada que ver con la seguridad, cada nueva bomba lanzada por Israel o cada tanque que recorra los escombros de calles donde antes había vida, le acercan a usted al peligro físico y la inseguridad.
El 11 de marzo de 2004 varios trenes de cercanías saltaban por los aires en Madrid repletos de inocentes que iban al trabajo, a la universidad o a visitar a un familiar. Gente que, como quienes hoy mueren en Gaza, nada tenía que ver con la violencia, excepto el hecho de ser víctima de ella de forma repentina. En los meses posteriores a los bombardeos sobre Irak, los trenes no habían explotado aún, pero España estaba inmersa en una violencia que estaban a punto de salpicarle. Una violencia en principio lejana que era cuestión de tiempo que acabase llegando a casa. Y lo hizo. A cambio de que le dejasen poner los pies sobre la mesa del presidente de Estados Unidos, un narcisista que juraba que la seguridad la aportaban las bombas, había puesto en la diana a todos aquellos trabajadores y estudiantes de los trenes de Madrid. Nos contaba aquel cretino que apoyaba el asesinato de inocentes en Irak –él lo llamaba acciones militares– porque eso aumentaría nuestra seguridad aquí. Con la seguridad de que todo era mentira y con 193 muertos inocentes, a nadie le extrañó lo más mínimo que aquel tipo mintiese sobre una autoría que demostraba que unos recogen medallas y otros a familiares asesinados.
La historia nos enseña que para la humanidad no hay nada tan importante como la paz. También nos enseña que esa paz desaparece de cualquier rincón del mundo cuando la injusticia y la violencia son toleradas y patrocinadas. Hoy, Europa nos pone en grave peligro a quienes aquí vivimos al patrocinar y tolerar una violencia extrema. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, justifica los actos de Israel, que ha asesinado, a estas horas, al menos a 2.750 palestinos y ha herido a más de 10.000. El presidente del Gobierno español Pedro Sánchez hace suyo el comunicado conjunto de los 27 Estados miembros del Consejo Europeo en el que se repiten consignas como esa frase vacía de que Israel tiene derecho a defenderse. Como si defenderse consistiese en el asesinato masivo de inocentes que, como nos cuenta la Historia y también el nivel 4 de alerta activado hoy en España, acabarán por no ser inocentes lejanos.
Si mañana alguien decide –y alguien lo decidirá– que a las miles de vidas de inocentes palestinos se les deben sumar vidas de inocentes occidentales, sepa usted que a quienes le mienten en este momento con el cuento de la seguridad no les pillará por sorpresa. Cuentan con usted como víctima colateral. Cuando el momento llegue, quienes aplauden el asesinato de inocentes lejanos le dirán a usted que el asesinato de inocentes cercanos es un hecho atroz e incomprensible. Le asegurarán, no le quepa duda, que el terrorista que nos ha hecho ver el horror de cerca nada tiene que ver con ellos, que toleran y patrocinan el horror lejano. Sepa usted que, al contrario de lo que le dicen quienes le mienten asegurando que todo esto tiene que ver con la seguridad, la masacre de Israel contra inocentes palestinos sólo traerá violencia después de la violencia. Sepa que sólo la justicia y la paz traen paz y justicia, por mucho que los irresponsables y cobardes que están al mando de Occidente le vendan que la paz se logra con muertes lejanas. Sepa que las muertes lejanas siempre acaban siendo muertes próximas y que es un precio que quienes gobiernan están dispuestos a que usted pague. Sepa que usted no está en el barco de los dirigentes y grandes medios que le repiten que esto va de Occidente contra la barbarie. Que usted y yo viajamos en la misma y frágil patera en la que ahora mismo están los habitantes de Gaza.
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