Tras leer el comentario al texto publicado ayer, revisé la información que me ofreció y más, incluídos estos vídeos que cogí de la red internaútica y aquí dejo para "ampliar"? lo ya facilitado y, en cualquier caso, ayudar a clarificar un poco más el asunto de la Marcha Mundial...
Con todo, me gustaría que cualquier error, malinterpretación o probable inducción al mal? me fuera comunicad@. PAQUITA
migomiz. 31 de mayo de 2009. Spot de la Marcha Mundial por La Paz y la No Violencia realizado por el Movimiento Humanista www.youtube.com/watch?v=KzwQAm-vx54
Eduardo Galeano adhesion marcha mundial. MarchaMundialUy. 04 de marzo de 2009. Marcha Mundial por la paz y la no violencia. Desde Nueva Zelanda hasta Punta de Vacas (Mendoza-Argentina) Millones de personas marchamos por la paz mundial y contra toda forma de violencia. Una ini... www.youtube.com/watch?v=HtgoT8sXGiA
MarchaMundialVideos. 03 de febrero de 2009- Mensaje de apoyo y de invitación de la Presidente de Chile Michelle Bachelet a todos los referentes políticos, sociales y culturales , a participar activamente de la Marcha Mundial por la Paz y la... www.youtube.com/watch?v=7zr4bOH92Ng
albertoc31. 23 de noviembre de 2008. Excelente spot realizado por nuestros compañeros argentinos para la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia. +info: http://no-violencia.org www.youtube.com/watch?v=DQPTUly2zoU
Adhesiones a la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia Activa.
QuimdeRiba. 22 de noviembre de 2008. Algunas adhesiones a la MM: Noam Chomsky, Jose Saramago, Amnesty Internacional, Federico Mayor Zaragoza, Eduardo Galeano, Desmond Tutu, Zubin Mehta, Ana Belen, Richard Stallman, Abuelas de la Plaza... Pedro Duque, Ian Gibson... movilizar conciencias, movilizando conciencias...
www.youtube.com/watch?v=3RAvmMkcUO4
Nikovz. 09 de agosto de 2008. Spot sobre la Marcha Mundial por la Paz y la NO violencia. Mundo sin Guerras www.youtube.com/watch?v=3cLF84y_u68
¿? nataliasobarzo. 19 de noviembre de 2006. Un spot que busca retratar el por qué somos Humanistas www.youtube.com/watch?v=pIw9tMvHx_0
DECLARACIÓN de INTENCIONES: Dirigida a aquellos Lectores Potenciales que, al entrar en la lectura de estas Mis Criaturas, sientan que no les gusta y ni siquiera les divierte. Abandonen de inmediato. Estas páginas están concebidas para Mi Memoria, mi Divertimento y el de Unos Pocos. Si tú no estás en este segundo grupo, yo no soy la persona adecuada para ti, deja esto y date una vuelta; seguro hallarás lo que buscas *** VER http://perrosflautadelmundo.blogspot.com.es/
septiembre 05, 2009
Video (Letra): “May it be” - Enya
July 27th, 2009 | Publicado por: nando "La trilogía de El Señor de los Anillos fue una caricia para nuestros ojos y un festín para nuestra mente. Y por si fuera poco, también hechizó nuestros oídos gracias a la banda sonora compuesta para los tres filmes. Aparte de las bellas melodías instrumentales, la colaboración de algunos artistas le dio más brillo a su música. El tema principal de la primera película, May it be, contó con la participación de Enya, quien demostró que su voz es una de las más especiales y que, mezclada con arreglos provenientes del norte europeo, simplemente logra tocar el alma. Muy bella."
www.hitsmusicales.com/2009/07/video-letra-may-it-be-enya/
www.hitsmusicales.com/2009/07/video-letra-may-it-be-enya/
Historia del Parque Lineal del Manzanares (17.1): parquelineal.es
Parque Lineal Manzanares » El Grupo de Investigadores del Parque Lineal (gipl), lleva a cabo un modesto trabajo de investigación de la historia del Parque Lineal y de la cuenca baja del río Manzanares. Aunque fundamentalmente se trata de recabar información dispersa en diferentes lugares o fuentes de información de lo más variopinta, para nuestra sorpresa aún hoy aparecen datos novedosos. La total deslocalización de todos los testimonios hace extremadamente complejo articular la historia del lugar. Historia que por otro lado ya se encuentra suficientemente segmentada o incluso desaparecida, como espejo del maltrato con el se ha sometido al Parque Lineal desde la segunda mitad del siglo pasado www.parquelineal.es/historia-rio-manzanares.php
La documentación ha sido, es y será, muy compleja. Apoyados en algunos (pocos) testimonios y en fuentes bibliográficas que son oportunamente citadas, se va cincelando la historia del Parque Lineal del Manzanares, historia que es la propia historia de Madrid.
El Parque Lineal del Manzanares encierra entre sus límites administrativos un recuerdo que es patrimonio de todos los madrileños, una historia que viaja desde la belleza de los proyectos de Fernando VII a la crueldad de nuestra Guerra Civil. Esa historia tiene inexorable continuidad en el vecino Parque Regional del Sureste, hilvanada desde siempre por el río Manzanares y continuada más allá de lo aquí tratado, por su hermano mayor, el río con nombre de Batalla: Jarama.
Desde los cerros que bordean, igual que hace doscientos mil años, las cambiantes riberas del Manzanares, neardentales, romanos, carpetanos, borbones y milicianos, nos siguen contemplando. Ahora podemos también contemplarlos a ellos.
* Prehistoria del Parque Lineal, los anteriores habitantes del río Manzanares: (100.000 a. C.) Capítulo pendiente de desarrollo
* El poblado prerromano de La Gavia, la Carpetania de Madrid: (S. III a. C.) Sabemos que el Parque Lineal estaba habitado por el pueblo celtíbero de los carpetanos porque dejaron una huella muy importante. Hablamos del poblado de La Gavia, sobre las estribaciones del cerro del mismo nombre. Los carpetanos fueron el pueblo prerromano que habitó Madrid y el centro de la península.
* La Villa Romana de VillaVerde: (S. III a. C.) A orillas del río Manzanares se levantó una pequeña villa en época del Imperio Romano. En el lugar del Vado de Santiago el Verde Roma echó raices en Madrid. Desgraciadamente este patrimonio histórico fue arrasado dentro del Parque Lineal del Manzanares.
* El Real Canal del Manzanares, la obra de Carlos III y Fernando VII: (S. XVIII) El resto histórico más conocido del Parque Lineal es, sin duda, el Real Canal del Manzanares. Protegido por la normativa del Ayuntamiento, conserva importantes restos y partes de un trazado diseñado por los ingenieros de la Corte de los Borbones.
* El Tren de Aranjuez: (S. XIX) La primera linea férrea de Madrid cruzaba el Parque Lineal. El Tren de aranjuez o Tren de la Fresa lo sigue haciendo justo en el mismo punto, y aunque puede pasar desapercibida para el paseante, sigue presente, con una singular arquitectura de íntimos detalles, ¿regresamos al año 1.851?
* La Guerra Civil Española en el Parque Lineal: (S. XX) El enfrentamiento armado entre españoles que asoló el país en la primera mitad del siglo pasado, dejó un rastro muy notable en el Parque Lineal. Durante todo el conflicto estas lineas fueron utilizadas como la retaguardia de la primera linea republicana, en el flanco izquierdo de la defensa de Madrid. Emblemáticos personajes hicieron aquí su guerra, el Batallón Líster, la 4º División, la 18ª División y un largo etcétera dejaron aquí su impronta.
* Un paseo por Madrid... Con un cuidado trato por los textos pensados, Arwen nos describe sus experiencias por cientos de rincones de la geografía madrileña. Descubrir la historia de Madrid dede una perspectiva que gusta mezclar lo turístico con lo castizo, puede ser muy interesante. Perderse en Madrid de la mano de esta madrileña, ya no es perderse ¿o si?...
* Recuperación del Patrimonio de la Guerra Civil.- La Asociación Espacios para la Memoria lleva a cabo la recuperación e integración de un espacio en Rivas Vaciamadrid de gran valor histórico
* Exposición sobre el arquitecto del Real Canal del Manzanares.- Exposición en el Centro Cultural Conde Duque acerca de la obra de Isidro Velázquez, arquitecto del proyecto del Real Canal del Manzanares.
* De Carpetania a Roma, nuevos capítulos en la web del Parque Lineal del Manzanares.- Inauguramos muchas novedades en la web y dos nuevos capítulos: el poblado carpetano de La Gavia y la Villa Romana de VillaVerde. Desgraciadamente tanto uno como el otro son claros ejemplos de la destrucción del patrimonio que se viene produciendo en el Parque Lineal del Manzanares.
* Encuesta: ¿Cuál es la ruta que prefieres hacer?.- Consulta dirigida tanto a los estuvísteis con nosotros en la ruta guiada por el Parque Lineal del Manzanares, como a los que penséis asistir en el futuro a este tipo de eventos. No dejes de opinar, tu opinión es lo más importante.
* La Salmedina: el Madrid Islámico en el Parque Lineal.- La Salmedina es mucho más que un camino, es en la actualidad la herencia árabe del Parque Lineal del Manzanares.
[...]
La documentación ha sido, es y será, muy compleja. Apoyados en algunos (pocos) testimonios y en fuentes bibliográficas que son oportunamente citadas, se va cincelando la historia del Parque Lineal del Manzanares, historia que es la propia historia de Madrid.
El Parque Lineal del Manzanares encierra entre sus límites administrativos un recuerdo que es patrimonio de todos los madrileños, una historia que viaja desde la belleza de los proyectos de Fernando VII a la crueldad de nuestra Guerra Civil. Esa historia tiene inexorable continuidad en el vecino Parque Regional del Sureste, hilvanada desde siempre por el río Manzanares y continuada más allá de lo aquí tratado, por su hermano mayor, el río con nombre de Batalla: Jarama.
Desde los cerros que bordean, igual que hace doscientos mil años, las cambiantes riberas del Manzanares, neardentales, romanos, carpetanos, borbones y milicianos, nos siguen contemplando. Ahora podemos también contemplarlos a ellos.
* Prehistoria del Parque Lineal, los anteriores habitantes del río Manzanares: (100.000 a. C.) Capítulo pendiente de desarrollo
* El poblado prerromano de La Gavia, la Carpetania de Madrid: (S. III a. C.) Sabemos que el Parque Lineal estaba habitado por el pueblo celtíbero de los carpetanos porque dejaron una huella muy importante. Hablamos del poblado de La Gavia, sobre las estribaciones del cerro del mismo nombre. Los carpetanos fueron el pueblo prerromano que habitó Madrid y el centro de la península.
* La Villa Romana de VillaVerde: (S. III a. C.) A orillas del río Manzanares se levantó una pequeña villa en época del Imperio Romano. En el lugar del Vado de Santiago el Verde Roma echó raices en Madrid. Desgraciadamente este patrimonio histórico fue arrasado dentro del Parque Lineal del Manzanares.
* El Real Canal del Manzanares, la obra de Carlos III y Fernando VII: (S. XVIII) El resto histórico más conocido del Parque Lineal es, sin duda, el Real Canal del Manzanares. Protegido por la normativa del Ayuntamiento, conserva importantes restos y partes de un trazado diseñado por los ingenieros de la Corte de los Borbones.
* El Tren de Aranjuez: (S. XIX) La primera linea férrea de Madrid cruzaba el Parque Lineal. El Tren de aranjuez o Tren de la Fresa lo sigue haciendo justo en el mismo punto, y aunque puede pasar desapercibida para el paseante, sigue presente, con una singular arquitectura de íntimos detalles, ¿regresamos al año 1.851?
* La Guerra Civil Española en el Parque Lineal: (S. XX) El enfrentamiento armado entre españoles que asoló el país en la primera mitad del siglo pasado, dejó un rastro muy notable en el Parque Lineal. Durante todo el conflicto estas lineas fueron utilizadas como la retaguardia de la primera linea republicana, en el flanco izquierdo de la defensa de Madrid. Emblemáticos personajes hicieron aquí su guerra, el Batallón Líster, la 4º División, la 18ª División y un largo etcétera dejaron aquí su impronta.
* Un paseo por Madrid... Con un cuidado trato por los textos pensados, Arwen nos describe sus experiencias por cientos de rincones de la geografía madrileña. Descubrir la historia de Madrid dede una perspectiva que gusta mezclar lo turístico con lo castizo, puede ser muy interesante. Perderse en Madrid de la mano de esta madrileña, ya no es perderse ¿o si?...
* Recuperación del Patrimonio de la Guerra Civil.- La Asociación Espacios para la Memoria lleva a cabo la recuperación e integración de un espacio en Rivas Vaciamadrid de gran valor histórico
* Exposición sobre el arquitecto del Real Canal del Manzanares.- Exposición en el Centro Cultural Conde Duque acerca de la obra de Isidro Velázquez, arquitecto del proyecto del Real Canal del Manzanares.
* De Carpetania a Roma, nuevos capítulos en la web del Parque Lineal del Manzanares.- Inauguramos muchas novedades en la web y dos nuevos capítulos: el poblado carpetano de La Gavia y la Villa Romana de VillaVerde. Desgraciadamente tanto uno como el otro son claros ejemplos de la destrucción del patrimonio que se viene produciendo en el Parque Lineal del Manzanares.
* Encuesta: ¿Cuál es la ruta que prefieres hacer?.- Consulta dirigida tanto a los estuvísteis con nosotros en la ruta guiada por el Parque Lineal del Manzanares, como a los que penséis asistir en el futuro a este tipo de eventos. No dejes de opinar, tu opinión es lo más importante.
* La Salmedina: el Madrid Islámico en el Parque Lineal.- La Salmedina es mucho más que un camino, es en la actualidad la herencia árabe del Parque Lineal del Manzanares.
[...]
septiembre 04, 2009
Vídeo. PCCB - Le duo des chats
Contestando a Merce... Sí. PAQUITA
tntlqk. 29 de diciembre de 2008. Les Petits chanteurs a la croix de bois, Concert in Seoul, Korea, Nov 30, 1996
www.youtube.com/watch?v=EjtVDG0drG0
tntlqk. 29 de diciembre de 2008. Les Petits chanteurs a la croix de bois, Concert in Seoul, Korea, Nov 30, 1996
www.youtube.com/watch?v=EjtVDG0drG0
MARCHA MUNDIAL (16.1) PAZ+No-violencia.. (+ Silvano Baztán)
NUNCA TAN OPORTUNO www.marchamundial.org/
MENSAJE DE SILVANO BAZTAN publicado el 4/2/09 -en su blog aparece mapa con la ruta española- silvano-baztan.blogspot.com/
*** MÁS EN: navarraporlapaz.blogspot.com/
"¡Hola! Este es un mensaje dirigido a todos, cualesquiera sea su color, etnia, religión, idioma, género. Me han llegado noticias sobre la organización de una Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, a realizar entre el 2 de Octubre de 2009 y el 2 de Enero de 2010, que partirá de Nueva Zelanda y acabará en Argentina. Por España pasa en Noviembre, entrando en Barcelona y saliendo por Algeciras (de cara a Marruecos, para realizar el recorrido por África)".
Entre algunas personas interesadas en el tema, nos hemos planteado organizar algo: o bien un recorrido desde esta zona (Euskadi-Navarra) para converger en Madrid (donde se unirán varias vías regionales de apoyo para que, a continuación, se dirijan hacia el Sur), o algún evento (acto literario, concierto, coloquio, 'chocolatada'..., ¡¡lo que sea!!) que tenga como telón de fondo el tema de la iniciativa.
La finalidad de este mensaje es, simplemente, difundir esta información para que haya gente que, de manera individual, se pueda sumar a este proyecto (aunque sea sólo virtualmente, en internet), o colaborando en lo que entre todos podamos organizar..., independientemente de donde cada uno tenga su residencia.
Si crees interesante el apoyo a esa iniciativa y te decides a ello, bienvenido. Puedes servir como amplificador del proyecto con tu propia lista de contactos. Si vives en mi zona, me lo puedes hacer saber para que se pueda ir tejiendo una estructura organizativa concreta. Te dejo la dirección de la entrada que he colgado en mi blog, con enlaces a la página web de la organización de la Marcha Mundial.
Adhesiones(PONGO los que me suenan como conocidosPAQUITA): Saramago, Arun Gandhi, Desmond Tutu, Eduardo Galeano, Serrat, Zubin Metha, Greenpeace, Federico Mayor Zaragoza, Angel Parra (hijo de Violeta), Dalai Lama...
Cornelivs...
MENSAJE DE SILVANO BAZTAN publicado el 4/2/09 -en su blog aparece mapa con la ruta española- silvano-baztan.blogspot.com/
*** MÁS EN: navarraporlapaz.blogspot.com/
"¡Hola! Este es un mensaje dirigido a todos, cualesquiera sea su color, etnia, religión, idioma, género. Me han llegado noticias sobre la organización de una Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, a realizar entre el 2 de Octubre de 2009 y el 2 de Enero de 2010, que partirá de Nueva Zelanda y acabará en Argentina. Por España pasa en Noviembre, entrando en Barcelona y saliendo por Algeciras (de cara a Marruecos, para realizar el recorrido por África)".
Entre algunas personas interesadas en el tema, nos hemos planteado organizar algo: o bien un recorrido desde esta zona (Euskadi-Navarra) para converger en Madrid (donde se unirán varias vías regionales de apoyo para que, a continuación, se dirijan hacia el Sur), o algún evento (acto literario, concierto, coloquio, 'chocolatada'..., ¡¡lo que sea!!) que tenga como telón de fondo el tema de la iniciativa.
La finalidad de este mensaje es, simplemente, difundir esta información para que haya gente que, de manera individual, se pueda sumar a este proyecto (aunque sea sólo virtualmente, en internet), o colaborando en lo que entre todos podamos organizar..., independientemente de donde cada uno tenga su residencia.
Si crees interesante el apoyo a esa iniciativa y te decides a ello, bienvenido. Puedes servir como amplificador del proyecto con tu propia lista de contactos. Si vives en mi zona, me lo puedes hacer saber para que se pueda ir tejiendo una estructura organizativa concreta. Te dejo la dirección de la entrada que he colgado en mi blog, con enlaces a la página web de la organización de la Marcha Mundial.
Adhesiones(PONGO los que me suenan como conocidosPAQUITA): Saramago, Arun Gandhi, Desmond Tutu, Eduardo Galeano, Serrat, Zubin Metha, Greenpeace, Federico Mayor Zaragoza, Angel Parra (hijo de Violeta), Dalai Lama...
Cornelivs...
septiembre 03, 2009
Curiosidad
Todo parece asombrarle, hasta lo más nimio.
Le gusta ver regar... con cautelas; siempre a una distancia prudencial.
El mínimo insecto que se le ponga por delante -de los ojos- hace que juguetee con él, cualquier ruido le resulta sorprendente.
Está en edad de ello y lo disfruta, y lo disfruto.
Le gusta que le acaricies ¿quien no? viniendo de manos amigas.
A veces desaparece de la vista, lo llamo, no contesta, lo busco, vuelvo a decir su nombre, por fin aparece, acaba haciendo caso... este Trasto.
PAQUITA
Le gusta ver regar... con cautelas; siempre a una distancia prudencial.
El mínimo insecto que se le ponga por delante -de los ojos- hace que juguetee con él, cualquier ruido le resulta sorprendente.
Está en edad de ello y lo disfruta, y lo disfruto.
Le gusta que le acaricies ¿quien no? viniendo de manos amigas.
A veces desaparece de la vista, lo llamo, no contesta, lo busco, vuelvo a decir su nombre, por fin aparece, acaba haciendo caso... este Trasto.
PAQUITA
Mirando a La Gioconda II: Shandy
(Publicado por Shandy el 2 de julio de 2009. Etiqueta: EntreTelas. Lema: "Sin Permiso de Tu Cara ni Licencia de Ustedes. Mi objetivo es deleitarme, disculpen la dispersión, todo depende del día. Al fin y al cabo, no soy más que "outra vaca no millo" con un laberinto de pasiones. Tienen permiso para poner su ojo en mi dedo, sin tocarme las cuernas". Es un gozo leerla, rezuma saber artístico por todas sus letras. PAQUITA) sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com/
"El hombre no puede empezar de la nada. Tiene que empezar con cosas ya hechas, como lo son, incluso, su propia madre y su propio padre". Autor: Marcel Duchamp
“Bien, había tocado el Santo –y ni siquiera eso- . ¿Y ahora qué?” Shandy
Sin el permiso del señor Duchamp recojo sus palabras, y sin la licencia de ustedes me cito a mí misma. Porque de esa pregunta que me hice intentando avistar a La Gioconda en el Louvre muchos años atrás (vid. entrada anterior), han surgido todas estas elucubraciones. Es como lanzar una piedra al río, una china que va dando saltitos, y cuando en su amerizaje definitivo impacta sobre el agua, se van formando círculos concéntricos que se expanden y se agrandan.
No se me olvida que quiero mostrarles otras paráfrasis de La Gioconda, pero dejen que la piedra vaya dando saltitos y ya veremos dónde aterrizamos. Permítanme despegar con un poco de ritmo. Escuchen este tema. Y si se les ponen los pies redondos, pues échense un bailecito con esta versión de Mona Lisa de Jerry Lee Lewis (la letra, de Nat King Col, se la dejo traducida)
Mona lisa, mona lisa, te han llamado los hombres
Te pareces tanto a la dama de la sonrisa mística
¿Es sólo por que estás sola que te han culpado?
¿Es por eso que tienes, mona lisa, esa extrañeza en tu sonrisa?
¿Sonríes para tentar a algún enamorado Mona lisa?
¿O es esta tu forma de ocultar un corazón roto?
Muchos sueños han traído a tu umbral
Solo fueron mentiras y murieron ahí
¿Eres cálida, eres real Mona lisa?
¿O solo una fría y solitaria adorable obra de arte?
¿Sonríes para tentar a algún enamorado Mona lisa?
¿O es esta tu forma de ocultar un corazón roto?
Muchos sueños han traído a tu umbral
Solo fueron mentiras y murieron ahí
¿Eres cálida, eres real Mona lisa?
¿O solo una fría y solitaria adorable obra de arte?
Mona lisa, mona lisa
Ahora, para relajarse y que dejen de moverse en la silla que sustenta sus posaderas (no me dirán que han permanecido como esfinges, ¿verdad?), pueden escuchar el tema en la voz de su autor. Yo, se lo recomiendo.
Me gusta la canción y las preguntas que se hace Nat King Cole “¿Eres cálida, eres real Mona lisa? ¿O solo una fría y solitaria adorable obra de arte?” Yo me respondo que la madona hace tiempo dejó de ser “Sólo una fría y solitaria obra de arte” para convertirse en un símbolo de una extraña e inaprensible belleza que ha traspasado el tiempo, un imán poderoso que ha suscitado curiosidad por su sonrisa, su mirada y muchos otros enigmas que se ciernen sobre el cuadro y la modelo. Tanto nos han hablado de su misterio y tantas obras de arte ha inspirado que nos predispone a la curiosidad sobre ella y más allá de ella.
El argentino César Aira se ha preguntado qué distintos destinos podrían tener las gotas de óleo si se escapasen del cuadro del Louvre y surgió una novela corta: Mil gotas (Buenos Aires, Eloísa Cartonera, 2003). Tiempo atrás, allá por el 1977, dos cineastas españoles se preguntaron qué pasaría si la sonrisa de La Gioconda misteriosamente desapareciese, sí, si se borrase como en un Sfumatto de sus labios y brotasen lágrimas de su mirada melancólica. Pues Antonio Mercero y José Luis Garci se lo imaginaron. Y el resultado fue una magnífica metáfora, una película de género fantástico titulada La Gioconda está triste (1977). Si tienen curiosidad y paciencia, la pueden ver completa en Youtube. Es un cine muy narrativo, sobrio y de ritmo lento que resulta difícil de ver para espectadores de hoy acostumbrados a la rapidez de planos y secuencias. Pero merece la pena dedicarle un tiempo. Pinchen aquí si quieren ver la primera parte. Y no puedo sustraerme a invitarles a que escuchen esta otra Mona Lisa de Jesse Malin, es refrescante. Hay un vídeo mucho más sofisticado, pero yo prefiero las actuaciones en directo aunque el sonido no sea tan depurado.
Como ven, el arte remite al arte y las distintas artes se alimentan entre sí. Pero ya he pegado unos cuantos saltos y el aterrizaje será forzoso en la próxima entrada, una tercera parte con pintores que parafrasearon al famoso retrato. Uf, mirar a La Mona Lisa de Leonardo da Vinci y apartar las cortinas de La Gioconda de René Magritte, es encontrarnos con un vasto Mar. Y si lanzamos una piedra al río…
(como habréis comprobado si llegásteis hasta aquí... mucho mejor entrar en su página y ver y escuchar todo lo mencionado... y más. PAQUITA)
"El hombre no puede empezar de la nada. Tiene que empezar con cosas ya hechas, como lo son, incluso, su propia madre y su propio padre". Autor: Marcel Duchamp
“Bien, había tocado el Santo –y ni siquiera eso- . ¿Y ahora qué?” Shandy
Sin el permiso del señor Duchamp recojo sus palabras, y sin la licencia de ustedes me cito a mí misma. Porque de esa pregunta que me hice intentando avistar a La Gioconda en el Louvre muchos años atrás (vid. entrada anterior), han surgido todas estas elucubraciones. Es como lanzar una piedra al río, una china que va dando saltitos, y cuando en su amerizaje definitivo impacta sobre el agua, se van formando círculos concéntricos que se expanden y se agrandan.
No se me olvida que quiero mostrarles otras paráfrasis de La Gioconda, pero dejen que la piedra vaya dando saltitos y ya veremos dónde aterrizamos. Permítanme despegar con un poco de ritmo. Escuchen este tema. Y si se les ponen los pies redondos, pues échense un bailecito con esta versión de Mona Lisa de Jerry Lee Lewis (la letra, de Nat King Col, se la dejo traducida)
Mona lisa, mona lisa, te han llamado los hombres
Te pareces tanto a la dama de la sonrisa mística
¿Es sólo por que estás sola que te han culpado?
¿Es por eso que tienes, mona lisa, esa extrañeza en tu sonrisa?
¿Sonríes para tentar a algún enamorado Mona lisa?
¿O es esta tu forma de ocultar un corazón roto?
Muchos sueños han traído a tu umbral
Solo fueron mentiras y murieron ahí
¿Eres cálida, eres real Mona lisa?
¿O solo una fría y solitaria adorable obra de arte?
¿Sonríes para tentar a algún enamorado Mona lisa?
¿O es esta tu forma de ocultar un corazón roto?
Muchos sueños han traído a tu umbral
Solo fueron mentiras y murieron ahí
¿Eres cálida, eres real Mona lisa?
¿O solo una fría y solitaria adorable obra de arte?
Mona lisa, mona lisa
Ahora, para relajarse y que dejen de moverse en la silla que sustenta sus posaderas (no me dirán que han permanecido como esfinges, ¿verdad?), pueden escuchar el tema en la voz de su autor. Yo, se lo recomiendo.
Me gusta la canción y las preguntas que se hace Nat King Cole “¿Eres cálida, eres real Mona lisa? ¿O solo una fría y solitaria adorable obra de arte?” Yo me respondo que la madona hace tiempo dejó de ser “Sólo una fría y solitaria obra de arte” para convertirse en un símbolo de una extraña e inaprensible belleza que ha traspasado el tiempo, un imán poderoso que ha suscitado curiosidad por su sonrisa, su mirada y muchos otros enigmas que se ciernen sobre el cuadro y la modelo. Tanto nos han hablado de su misterio y tantas obras de arte ha inspirado que nos predispone a la curiosidad sobre ella y más allá de ella.
El argentino César Aira se ha preguntado qué distintos destinos podrían tener las gotas de óleo si se escapasen del cuadro del Louvre y surgió una novela corta: Mil gotas (Buenos Aires, Eloísa Cartonera, 2003). Tiempo atrás, allá por el 1977, dos cineastas españoles se preguntaron qué pasaría si la sonrisa de La Gioconda misteriosamente desapareciese, sí, si se borrase como en un Sfumatto de sus labios y brotasen lágrimas de su mirada melancólica. Pues Antonio Mercero y José Luis Garci se lo imaginaron. Y el resultado fue una magnífica metáfora, una película de género fantástico titulada La Gioconda está triste (1977). Si tienen curiosidad y paciencia, la pueden ver completa en Youtube. Es un cine muy narrativo, sobrio y de ritmo lento que resulta difícil de ver para espectadores de hoy acostumbrados a la rapidez de planos y secuencias. Pero merece la pena dedicarle un tiempo. Pinchen aquí si quieren ver la primera parte. Y no puedo sustraerme a invitarles a que escuchen esta otra Mona Lisa de Jesse Malin, es refrescante. Hay un vídeo mucho más sofisticado, pero yo prefiero las actuaciones en directo aunque el sonido no sea tan depurado.
Como ven, el arte remite al arte y las distintas artes se alimentan entre sí. Pero ya he pegado unos cuantos saltos y el aterrizaje será forzoso en la próxima entrada, una tercera parte con pintores que parafrasearon al famoso retrato. Uf, mirar a La Mona Lisa de Leonardo da Vinci y apartar las cortinas de La Gioconda de René Magritte, es encontrarnos con un vasto Mar. Y si lanzamos una piedra al río…
(como habréis comprobado si llegásteis hasta aquí... mucho mejor entrar en su página y ver y escuchar todo lo mencionado... y más. PAQUITA)
septiembre 02, 2009
www.inazio.com(22.3) y el copiar-pegar: Josan me fecit
Publicado por Josan me fecit el lunes 15 de diciembre de 2008 en su blog il porco allegro. Datos personales: 43 años, Hombre, Ubicación: Aragón. Autodescripción: "era moreno, 173 cm., joven, animoso, activo... "
El primer texto que encontraréis d.d. se refiere a los Monumentos industriales, afición suya preciosa y que nos regala además con fotos alusivas. Si os gusta Aragón... indispensable. PAQUITA) ilporcoallegro.blogspot.com/
Hace varios días me encontré una triste sorpresa; la página www.inazio.com había cerrado y, como único contenido, una foto un poco preocupante. No es que temiera por la vida de Ignacio Cinto, pero la fotografía, con la frase " the end " era un poco curiosa e inducía a diferentes interpretaciones. Mirando en internet -en el foro Madteam- conseguí, al cabo de varios días, enterarme por una persona que le había escrito que había cerrado su página web por -copio literalmente las palabras del foro- : "Casi seis años es mucho tiempo con la dedicación que este asunto supone, si quieres mantener un nivel digamos digno, además de otros temas al margen, me han llevado a tomar esta decisión".
La página de Ignacio Cinto, Inazio, era una página currada, con información y enlaces muy interesantes, muchas fotografías y muy bien realizada. Yo la miraba, con cierta envidia sana, admirado por la actividad, el interés, y el amor - si se me permite la expresión - por la montaña de Inazio. Lamento, como todos los que amamos esta afición, que haya decidido cerrarla. Los aficionados hemos perdido una buena página, y la oportunidad de disfrutar de los relatos de sus interesantes actividades.
Me había parecido leer algo sobre el uso poco ético de la información contenida en dicha página y había preparado una diatriba sobre los amigos del copiar-pegar y sus familiares putativos que no puedo resistir la tentación de poner:
Es triste que haya gente que utilice el trabajo de otros y no tenga ni la mínima decencia de poner un mensaje diciendo de donde lo ha sacado y quien es el verdadero autor. En este país de copiar-pegar resulta anecdótico pensar en los predecesores de tamaña habilidad. Aquellos cartógrafos del XV y del XVI que utilizaban datos de otros y acumulaban sus errores, o de aquellos cronicones de las mismas épocas y anteriores, que utilizaban la misma filosofía, contando barbaridades como los textos que copiaban.
El género humano, aunque parezca increible -a mí no me lo parece-, es cíclico en su historia y se repite más que el ajo. Con las tecnologías del momento siempre hay -como siempre- espabilados que pretenden aparentar, con el trabajo ajeno, lo que no son. Pícaros ha habido siempre y no no engañemos, somos latinos, getas siempre ha habido y, lo que es peor, siempre habrá...
AÑADO yo -PAQUITA- usuaria habitual del copia y pega, como bien se puede ver en este blog, sobre todo en este año, que COINCIDO PLENAMENTE con lo expuesto por Josan me fecit. Me parece despreciable que no se mencione la autoría de lo exhibido cuando ello es labor ajena, por dos motivos: nadie debe arrumbarse méritos de otros y... un mínimo de vanidad/dignidad/orgullo/llámese X, te impele a no asumir como propio lo que no lo es, así de simple, así de tont@.
El primer texto que encontraréis d.d. se refiere a los Monumentos industriales, afición suya preciosa y que nos regala además con fotos alusivas. Si os gusta Aragón... indispensable. PAQUITA) ilporcoallegro.blogspot.com/
Hace varios días me encontré una triste sorpresa; la página www.inazio.com había cerrado y, como único contenido, una foto un poco preocupante. No es que temiera por la vida de Ignacio Cinto, pero la fotografía, con la frase " the end " era un poco curiosa e inducía a diferentes interpretaciones. Mirando en internet -en el foro Madteam- conseguí, al cabo de varios días, enterarme por una persona que le había escrito que había cerrado su página web por -copio literalmente las palabras del foro- : "Casi seis años es mucho tiempo con la dedicación que este asunto supone, si quieres mantener un nivel digamos digno, además de otros temas al margen, me han llevado a tomar esta decisión".
La página de Ignacio Cinto, Inazio, era una página currada, con información y enlaces muy interesantes, muchas fotografías y muy bien realizada. Yo la miraba, con cierta envidia sana, admirado por la actividad, el interés, y el amor - si se me permite la expresión - por la montaña de Inazio. Lamento, como todos los que amamos esta afición, que haya decidido cerrarla. Los aficionados hemos perdido una buena página, y la oportunidad de disfrutar de los relatos de sus interesantes actividades.
Me había parecido leer algo sobre el uso poco ético de la información contenida en dicha página y había preparado una diatriba sobre los amigos del copiar-pegar y sus familiares putativos que no puedo resistir la tentación de poner:
Es triste que haya gente que utilice el trabajo de otros y no tenga ni la mínima decencia de poner un mensaje diciendo de donde lo ha sacado y quien es el verdadero autor. En este país de copiar-pegar resulta anecdótico pensar en los predecesores de tamaña habilidad. Aquellos cartógrafos del XV y del XVI que utilizaban datos de otros y acumulaban sus errores, o de aquellos cronicones de las mismas épocas y anteriores, que utilizaban la misma filosofía, contando barbaridades como los textos que copiaban.
El género humano, aunque parezca increible -a mí no me lo parece-, es cíclico en su historia y se repite más que el ajo. Con las tecnologías del momento siempre hay -como siempre- espabilados que pretenden aparentar, con el trabajo ajeno, lo que no son. Pícaros ha habido siempre y no no engañemos, somos latinos, getas siempre ha habido y, lo que es peor, siempre habrá...
AÑADO yo -PAQUITA- usuaria habitual del copia y pega, como bien se puede ver en este blog, sobre todo en este año, que COINCIDO PLENAMENTE con lo expuesto por Josan me fecit. Me parece despreciable que no se mencione la autoría de lo exhibido cuando ello es labor ajena, por dos motivos: nadie debe arrumbarse méritos de otros y... un mínimo de vanidad/dignidad/orgullo/llámese X, te impele a no asumir como propio lo que no lo es, así de simple, así de tont@.
septiembre 01, 2009
Vídeo: Árbol caído por rayo. Enya
Enya +Naturaleza y musica relajante: arbol caido por rayo
vodpod.com/watch/1937592-enya-naturaleza-y-musica-relajante-arbol-caido-por-rayo
vodpod.com/watch/1937592-enya-naturaleza-y-musica-relajante-arbol-caido-por-rayo
En el reino de los Mallos... Ignacio Cinto (22.2)
Copio este texto de la red ante la ausencia de noticias de Ignacio Cinto, cuya página admiraba -fue la primera de montaña por mí recomendada- y que se encuentra cerrada desde hace algún tiempo por decisión del autor, según parece. PAQUITA
*** Texto de R. MARTÍ fechado en 18/02/2007: "Make Palacín e Ignacio Cinto son dos montañeros de Ayerbe que en su madurez siguen practicando alpinismo. Cinto subió al G-I y ambos son de Peña Guara.
En su infancia, Ignacio Cinto era un gran aficionado a la lectura. ´Acudía con frecuencia a la biblioteca de Ayerbe. Era un apasionado de los libros de aventuras, de montaña y de expediciones´. Su enamoramiento con la montaña fue progresivo. Cuando jugaba con su amigo Toño Ubieto en las eras del pueblo sabía que cuando fuera mayor conocería el Himalaya. En el 83 fue el primer aragonés en subir un ochomil. Fue el Hidden Peak en el Karakorum junto a un grupo de amigos de Peña Guara.
Con 20 años, Cinto era un joven atípico. Le gustaba más el monte que la juerga. ´Empezamos a salir por la Sierra de Loarre para huir de las malas marchas de Ayerbe´, dice Cinto. Desde la cima de aquellas montañas se veía el Pirineo. ´Con 18 años Ubieto y yo teníamos claro que queríamos ir a montañas muy altas y lejanas´.
Su segundo amor fue una chica de Huesca, Make. La conoció en el canfranero un fin de semana. ´Creo que ese día se produjo una conjunción de los astros. Yo subí en la estación de Ayerbe y ella estaba sentada con sus amigos. Ambos ya pertenecíamos a Peña Guara y ese fin de semana queríamos subir el Anayet´. Pero el flechazo tardó en llegar tres años. Se casaron por la iglesia en el año 80. ´Ella es muy religiosa. Yo sin embargo, creo a mi manera´, dice Cinto.
Make Palacín era una chica delgadita, curtida y fibrosa y conoció el Pirineo gracias a las monjas del colegio de Santa Ana de Huesca. ´La primera vez que vi el Pirineo al natural fue desde la Peña Oroel a los 16 años´, dice la oscense. Make era una más del grupo, mientras que el resto de las novias se limitaba a llegar, como mucho, hasta el refugio. Ignacio y Make compartieron su pasión por el esqui de montaña con Peña Guara. ´Sabíamos subir porque éramos fuertes, pero bajar era todo un acontecimiento. Nunca habíamos realizado esquí alpino. Todos bajábamos igual de mal. Fue una de las épocas más divertidas en el grupo´, dice Make. Aquel grupo de amigos ha pasado a mejor vida. Queda un mínimo residuo. ´Parece que los bichos raros somos nosotros porque seguimos saliendo a la montaña´, explica Cinto.
Los hijos. Cuando comenzó su etapa como himalayista en los ochenta, Make empezaba a criar a sus hijos. Tienen cuatro y tanto Lucía, la mayor de todos con 24 años, como a Nacho, Julia y Pablo, el benjamín, practican montañismo. Make sentía sana envidia porque su marido se fuera al Himalaya. "Al tener los hijos me quedé un poco descolgada", explica. De todas las ausencias de Cinto acudiendo al Himalaya, cuando peor lo pasó Make fue en el Everest el año 89. ´Fue muy duro con una expedición muy larga de tres meses y medio´, explica.
Tampoco olvidará la tragedia del K-2 en el 95 donde perecieron Escartín, Ortiz y Olivar. ´Fue el sufrimiento por los amigos. Marcó a nuestro grupo y a sus familias´, explica la montañera. Make está habituada a hacer alta montaña y ha estado en el Aconcagua, el Pamir, los Alpes e hizo un trekking en el Dhaulagiri. Cinto piensa que Make podría haber sido la primera aragonesa en subir un ochomil. No descarta que la oscense se anime. "Ella ha sido la eterna candidata", apunta Cinto. Para Make, el ser mujer resta posibilidades en la alta montaña. ´Estoy implicada en estas cosas desde los 24 años. Han pasado 20 años y ves que no ha salido una montañera potente. Una cuenta pendiente es la primera aragonesa que suba un ochomil´.
Tiene una empresa de calefacción. La heredó de la familia y cuenta con su propia página web(www.inazio.com). Con 53 años se encuentra en su mejor momento de forma como alpinista. "Nunca he hecho tanto grado escalando". Como muestra vale un botón. El año pasado, del 19 de septiembre al 10 de noviembre, Cinto hizo 53 rutas durante 53 días seguidos. ´Pensé en sacar rendimiento a mi gran momento de forma y quise hacer una vía cada día. La señora no me puso inconvenientes e incluso colaboró en mi proyecto´. La primera y la última la hizo con Make: fue la oeste del Mallo Cored.
Entre tanto trajín, tiene un retiro espiritual al que siempre acude para recargar pilas. En una pared olvidada por casi todos. Está entre los Mallos de Agüero y de Riglos. Es la Peña Ruaba. ´No quiero hacer mucha publicidad. Desde hace cuatro años he abierto doce vías, la mayor parte en solitario. La más difícil la bauticé como Make´."
AÑADIDO por PAQUITA o TIRÁNDOME FAROLES: Peña Ruaba está equipada como ferrata desde hace poco tiempo. La subí, durante su preparación, por la cara exterior -norte- y la bajé ¡la bajé! por la interior -sur?-... descolgándome "a pulso" por una soga de unos 10 metros -pies apoyados en la pared-, quizá más. No me fallaron las fuerzas, en caso contrario la caída hubiera sido desde mucha, mucha, altura.
*** Texto de R. MARTÍ fechado en 18/02/2007: "Make Palacín e Ignacio Cinto son dos montañeros de Ayerbe que en su madurez siguen practicando alpinismo. Cinto subió al G-I y ambos son de Peña Guara.
En su infancia, Ignacio Cinto era un gran aficionado a la lectura. ´Acudía con frecuencia a la biblioteca de Ayerbe. Era un apasionado de los libros de aventuras, de montaña y de expediciones´. Su enamoramiento con la montaña fue progresivo. Cuando jugaba con su amigo Toño Ubieto en las eras del pueblo sabía que cuando fuera mayor conocería el Himalaya. En el 83 fue el primer aragonés en subir un ochomil. Fue el Hidden Peak en el Karakorum junto a un grupo de amigos de Peña Guara.
Con 20 años, Cinto era un joven atípico. Le gustaba más el monte que la juerga. ´Empezamos a salir por la Sierra de Loarre para huir de las malas marchas de Ayerbe´, dice Cinto. Desde la cima de aquellas montañas se veía el Pirineo. ´Con 18 años Ubieto y yo teníamos claro que queríamos ir a montañas muy altas y lejanas´.
Su segundo amor fue una chica de Huesca, Make. La conoció en el canfranero un fin de semana. ´Creo que ese día se produjo una conjunción de los astros. Yo subí en la estación de Ayerbe y ella estaba sentada con sus amigos. Ambos ya pertenecíamos a Peña Guara y ese fin de semana queríamos subir el Anayet´. Pero el flechazo tardó en llegar tres años. Se casaron por la iglesia en el año 80. ´Ella es muy religiosa. Yo sin embargo, creo a mi manera´, dice Cinto.
Make Palacín era una chica delgadita, curtida y fibrosa y conoció el Pirineo gracias a las monjas del colegio de Santa Ana de Huesca. ´La primera vez que vi el Pirineo al natural fue desde la Peña Oroel a los 16 años´, dice la oscense. Make era una más del grupo, mientras que el resto de las novias se limitaba a llegar, como mucho, hasta el refugio. Ignacio y Make compartieron su pasión por el esqui de montaña con Peña Guara. ´Sabíamos subir porque éramos fuertes, pero bajar era todo un acontecimiento. Nunca habíamos realizado esquí alpino. Todos bajábamos igual de mal. Fue una de las épocas más divertidas en el grupo´, dice Make. Aquel grupo de amigos ha pasado a mejor vida. Queda un mínimo residuo. ´Parece que los bichos raros somos nosotros porque seguimos saliendo a la montaña´, explica Cinto.
Los hijos. Cuando comenzó su etapa como himalayista en los ochenta, Make empezaba a criar a sus hijos. Tienen cuatro y tanto Lucía, la mayor de todos con 24 años, como a Nacho, Julia y Pablo, el benjamín, practican montañismo. Make sentía sana envidia porque su marido se fuera al Himalaya. "Al tener los hijos me quedé un poco descolgada", explica. De todas las ausencias de Cinto acudiendo al Himalaya, cuando peor lo pasó Make fue en el Everest el año 89. ´Fue muy duro con una expedición muy larga de tres meses y medio´, explica.
Tampoco olvidará la tragedia del K-2 en el 95 donde perecieron Escartín, Ortiz y Olivar. ´Fue el sufrimiento por los amigos. Marcó a nuestro grupo y a sus familias´, explica la montañera. Make está habituada a hacer alta montaña y ha estado en el Aconcagua, el Pamir, los Alpes e hizo un trekking en el Dhaulagiri. Cinto piensa que Make podría haber sido la primera aragonesa en subir un ochomil. No descarta que la oscense se anime. "Ella ha sido la eterna candidata", apunta Cinto. Para Make, el ser mujer resta posibilidades en la alta montaña. ´Estoy implicada en estas cosas desde los 24 años. Han pasado 20 años y ves que no ha salido una montañera potente. Una cuenta pendiente es la primera aragonesa que suba un ochomil´.
Tiene una empresa de calefacción. La heredó de la familia y cuenta con su propia página web(www.inazio.com). Con 53 años se encuentra en su mejor momento de forma como alpinista. "Nunca he hecho tanto grado escalando". Como muestra vale un botón. El año pasado, del 19 de septiembre al 10 de noviembre, Cinto hizo 53 rutas durante 53 días seguidos. ´Pensé en sacar rendimiento a mi gran momento de forma y quise hacer una vía cada día. La señora no me puso inconvenientes e incluso colaboró en mi proyecto´. La primera y la última la hizo con Make: fue la oeste del Mallo Cored.
Entre tanto trajín, tiene un retiro espiritual al que siempre acude para recargar pilas. En una pared olvidada por casi todos. Está entre los Mallos de Agüero y de Riglos. Es la Peña Ruaba. ´No quiero hacer mucha publicidad. Desde hace cuatro años he abierto doce vías, la mayor parte en solitario. La más difícil la bauticé como Make´."
AÑADIDO por PAQUITA o TIRÁNDOME FAROLES: Peña Ruaba está equipada como ferrata desde hace poco tiempo. La subí, durante su preparación, por la cara exterior -norte- y la bajé ¡la bajé! por la interior -sur?-... descolgándome "a pulso" por una soga de unos 10 metros -pies apoyados en la pared-, quizá más. No me fallaron las fuerzas, en caso contrario la caída hubiera sido desde mucha, mucha, altura.
agosto 31, 2009
IV Cº Int. relatos 'Crepúsculo' 2009 y más...
Añadido por Francisco Cenamor a lo largo del mes de agosto en su página franciscocenamor.blogspot.com/
*** domingo 30 de agosto de 2009. La Fundación Tres Pinos convoca el IV Concurso internacional de relatos 'Crepúsculo' 2009, en el que podrán participar autores y autoras de cualquier nacionalidad mayores de 18 años (envíos por correo postal)
La extensión máxima de las obras será de seis carillas. Se establece un primer premio de 2.000 pesos argentinos, un segundo de 1.000 y un tercero de 500. El plazo de entrega de originales finaliza el 19 de septiembre de 2009.
** sábado 29 de agosto de 2009. III Concurso literario de relato 'Fundación Cultural Asturias' 2009 (envíos por correo postal)
*** domingo 23 de agosto de 2009. II Premio 'La brújula' de narrativa infantil-juvenil de valores 2010 (envíos por correo postal)
** sábado 22 de agosto de 2009. XIV Certamen de relato 2009 de la Fundación Gaceta Regional de Salamanca (envíos por correo postal o electrónico
*** domingo 16 de agosto de 2009. VI Certamen literario 'Cofradía del vino de Navarra Del vino y la viña' 2009 (envíos por correo postal) y Concurso de cuento breve 'Boulevard' 2009 (envíos por correo postal)
** sábado 15 de agosto de 2009. Premio L'H Confidencial 2010 de novela negra (envíos por correo postal)
*** domingo 9 de agosto de 2009. IV Certamen de relato corto 'Fundación Villa de Pedraza' 2009 (envíos por correo postal) y Concurso de novela juvenil ‘Premio Pasacalle 2009’ (envíos por correo postal)
** sábado 8 de agosto de 2009. 2º Concurso de relatos 'Depilación láser' 2009 (envíos mediante formulario web)
*** domingo 2 de agosto de 2009. Concurso de cuento y poesía 'Bicentenario de Chile' 2010 (envíos por correo postal y electrónico) y XXXVI Edición del Concurso de cuentos 'Ciudad de Tudela' 2009 (envíos por correo postal)
** sábado 1 de agosto de 2009. XXV Concurso de poesía 'Centro Cultural Castel Ruiz' 2009 (envíos por correo postal)
(Más información sobre todos ellos en su página... PAQUITA)
*** domingo 30 de agosto de 2009. La Fundación Tres Pinos convoca el IV Concurso internacional de relatos 'Crepúsculo' 2009, en el que podrán participar autores y autoras de cualquier nacionalidad mayores de 18 años (envíos por correo postal)
La extensión máxima de las obras será de seis carillas. Se establece un primer premio de 2.000 pesos argentinos, un segundo de 1.000 y un tercero de 500. El plazo de entrega de originales finaliza el 19 de septiembre de 2009.
** sábado 29 de agosto de 2009. III Concurso literario de relato 'Fundación Cultural Asturias' 2009 (envíos por correo postal)
*** domingo 23 de agosto de 2009. II Premio 'La brújula' de narrativa infantil-juvenil de valores 2010 (envíos por correo postal)
** sábado 22 de agosto de 2009. XIV Certamen de relato 2009 de la Fundación Gaceta Regional de Salamanca (envíos por correo postal o electrónico
*** domingo 16 de agosto de 2009. VI Certamen literario 'Cofradía del vino de Navarra Del vino y la viña' 2009 (envíos por correo postal) y Concurso de cuento breve 'Boulevard' 2009 (envíos por correo postal)
** sábado 15 de agosto de 2009. Premio L'H Confidencial 2010 de novela negra (envíos por correo postal)
*** domingo 9 de agosto de 2009. IV Certamen de relato corto 'Fundación Villa de Pedraza' 2009 (envíos por correo postal) y Concurso de novela juvenil ‘Premio Pasacalle 2009’ (envíos por correo postal)
** sábado 8 de agosto de 2009. 2º Concurso de relatos 'Depilación láser' 2009 (envíos mediante formulario web)
*** domingo 2 de agosto de 2009. Concurso de cuento y poesía 'Bicentenario de Chile' 2010 (envíos por correo postal y electrónico) y XXXVI Edición del Concurso de cuentos 'Ciudad de Tudela' 2009 (envíos por correo postal)
** sábado 1 de agosto de 2009. XXV Concurso de poesía 'Centro Cultural Castel Ruiz' 2009 (envíos por correo postal)
(Más información sobre todos ellos en su página... PAQUITA)
Vídeo. Amancio Prada, Libre te quiero
(Visto en la página de Fernando Sarria. PAQUITA)
gaditaemilio. 09 de febrero de 2007
www.youtube.com/watch?v=cWkLibf4YmA
gaditaemilio. 09 de febrero de 2007
www.youtube.com/watch?v=cWkLibf4YmA
El 80% de las VÍCTIMAS del FRANQUISMO... : SaiZa
(Publicado por Saiza en su blog El Rincón de la Memoria el día 31, viernes, de julio de 2009. Agradecida por dejarnos ver su rincón. PAQUITA) mjsaiza.blogspot.com/
Un estudio realizado en Galicia refleja que la mayoría de los 5.561 asesinados del 36 al 39 no fueron sometidos a juicio. Público.es/HENRIQUE MARIÑO -MADRID- 30/07/2009.
** Sus cuerpos aparecieron tendidos en una cuneta, tras los muros de una cárcel, siempre agujereados por balas anónimas. Fueron víctimas de la represión franquista no oficial: los paseados. Ocho de cada 10 muertos en Galicia no fueron sometidos a proceso judicial alguno y, sesenta años después, los investigadores apuntan las causas de su fallecimiento: paseos, ejecuciones sin apertura de causa legal.
** Sólo entre 1936 y 1939, se registraron en esta comunidad autónoma 4.447 muertes extrajudiciales, frente a las 1.087 penas de muerte ejecutadas en el mismo periodo. Es decir, un 81% de los 5.561 represaliados que perdieron la vida sufrieron el odio y la venganza. Son datos del proyecto interuniversitario As vítimas, os nomes, as voces e os lugares, patrocinado por la Xunta y desarrollado por la Universidad de Santiago en colaboración con las de A Coruña y Vigo.
***Sus nombres y apellidos pueden consultarse en Nomes e Voces, una web que permite la búsqueda de miles de víctimas/represaliados, incluidas las que sobrevivieron pero dieron con sus huesos entre rejas. De los que resultaron muertos, un 81% no fueron sometidos a proceso judicial alguno. Se entiende, pues, que las causas de su fallecimiento fueron los "paseos, ejecuciones sin apertura de causa, muertes en tiroteos y en prisión". El perfil de los muertos responde a jóvenes de clases populares, que vivía en ciudades, asesinados en el primer año de la contienda y de sexo masculino. La memoria oral y los registros civiles y judiciales han permitido ahora sacar sus identidades a la luz.
*** Son datos del proyecto interuniversitario As vítimas, os nomes, as voces e os lugares (patrocinado por la Xunta y realizado por la Universidad de Santiago de Compostela en colaboración con las de A Coruña y Vigo), que ha contabilizado 5.561 personas represaliadas que terminaron perdiendo la vida en la comunidad autónoma gallega.
** El 99,2% de los condenados a muerte fueron hombres, una cifra que baja hasta el 97,3% en el caso de las muertes extrajudiciales. En este sentido, la represión bajo cuerda se cobró más víctimas entre las mujeres que la oficial.
** El perfil de los fallecidos, según se desprende del informe (pdf) dirigido por el investigador de la Universidad de Santiago de Compostela Lourenzo Fernández Prieto, podría ser el siguiente: joven, de clase obrera y popular, residente en A Coruña, Ferrol y Vigo, asesinado en el primer año de la contienda y de sexo masculino.
** Los datos de las víctimas están, según los autores del estudio, "criticados, cruzados entre diferentes fuentes y sometidos a una contrastación que no siempre es sencilla". Para la elaboración del informe y la base de datos, se consultaron 2.608 expedientes de procesos judiciales, registros civiles de 310 ayuntamientos y 52 trabajos de varios autores. También se realizaron 403 entrevistas y, más adelante, accederán a 68 archivos parroquiales.
*** Las familias de las víctimas pueden buscar a los suyos aquí. Además del nombre, figura su origen, fecha de nacimiento, profesión, gremio o sindicato al que estaba afiliado, proceso al que fue sometido, así como el día y lugar de su muerte.
Un estudio realizado en Galicia refleja que la mayoría de los 5.561 asesinados del 36 al 39 no fueron sometidos a juicio. Público.es/HENRIQUE MARIÑO -MADRID- 30/07/2009.
** Sus cuerpos aparecieron tendidos en una cuneta, tras los muros de una cárcel, siempre agujereados por balas anónimas. Fueron víctimas de la represión franquista no oficial: los paseados. Ocho de cada 10 muertos en Galicia no fueron sometidos a proceso judicial alguno y, sesenta años después, los investigadores apuntan las causas de su fallecimiento: paseos, ejecuciones sin apertura de causa legal.
** Sólo entre 1936 y 1939, se registraron en esta comunidad autónoma 4.447 muertes extrajudiciales, frente a las 1.087 penas de muerte ejecutadas en el mismo periodo. Es decir, un 81% de los 5.561 represaliados que perdieron la vida sufrieron el odio y la venganza. Son datos del proyecto interuniversitario As vítimas, os nomes, as voces e os lugares, patrocinado por la Xunta y desarrollado por la Universidad de Santiago en colaboración con las de A Coruña y Vigo.
***Sus nombres y apellidos pueden consultarse en Nomes e Voces, una web que permite la búsqueda de miles de víctimas/represaliados, incluidas las que sobrevivieron pero dieron con sus huesos entre rejas. De los que resultaron muertos, un 81% no fueron sometidos a proceso judicial alguno. Se entiende, pues, que las causas de su fallecimiento fueron los "paseos, ejecuciones sin apertura de causa, muertes en tiroteos y en prisión". El perfil de los muertos responde a jóvenes de clases populares, que vivía en ciudades, asesinados en el primer año de la contienda y de sexo masculino. La memoria oral y los registros civiles y judiciales han permitido ahora sacar sus identidades a la luz.
*** Son datos del proyecto interuniversitario As vítimas, os nomes, as voces e os lugares (patrocinado por la Xunta y realizado por la Universidad de Santiago de Compostela en colaboración con las de A Coruña y Vigo), que ha contabilizado 5.561 personas represaliadas que terminaron perdiendo la vida en la comunidad autónoma gallega.
** El 99,2% de los condenados a muerte fueron hombres, una cifra que baja hasta el 97,3% en el caso de las muertes extrajudiciales. En este sentido, la represión bajo cuerda se cobró más víctimas entre las mujeres que la oficial.
** El perfil de los fallecidos, según se desprende del informe (pdf) dirigido por el investigador de la Universidad de Santiago de Compostela Lourenzo Fernández Prieto, podría ser el siguiente: joven, de clase obrera y popular, residente en A Coruña, Ferrol y Vigo, asesinado en el primer año de la contienda y de sexo masculino.
** Los datos de las víctimas están, según los autores del estudio, "criticados, cruzados entre diferentes fuentes y sometidos a una contrastación que no siempre es sencilla". Para la elaboración del informe y la base de datos, se consultaron 2.608 expedientes de procesos judiciales, registros civiles de 310 ayuntamientos y 52 trabajos de varios autores. También se realizaron 403 entrevistas y, más adelante, accederán a 68 archivos parroquiales.
*** Las familias de las víctimas pueden buscar a los suyos aquí. Además del nombre, figura su origen, fecha de nacimiento, profesión, gremio o sindicato al que estaba afiliado, proceso al que fue sometido, así como el día y lugar de su muerte.
agosto 30, 2009
Negligencia o Azar... (15.2)
Información previa
http://paqquita.blogspot.com.es/2009/08/todo-bien.html
Estaban acabando de meter las cosas en el coche, a la salida del camping, cuando sorpresivamente algo se les echó encima.
¿Qué ha pasado? El desconcierto se hizo presente; nada -nadie- está donde estaba.
El camión, ese camión -dicen que perdió los frenos- fue a parar contra el primero de los coches allí estacionados -cuatro en total-, el de ellas.
¿Han tenido suerte? Sí, porque no han muerto. No, porque el camión de seguir su trayectoria -posiblemente- habría acabado en el acantilado y ellas continuado su viaje turístico por Gerona.
El trato recibido por los servicios de urgencia -bomberos y sanitarios- ha sido excelente -dicen-, pese a que lo acusado de la pendiente no les permitió actuar con más celeridad.
Ingreso hospitalario lo precisaron dos de ellas, el resto fue dado de alta a las pocas horas. Los dolores debidos a los golpes, heridas por fricción y rasgaduras, son triviales frente a la gravedad de las primeras.
Información posterior
http://paqquita.blogspot.com.es/2009/09/hoy-es-manana.html
PAQUITA (Sucedió a las doce y media de la mañana del lunes 10 de agosto del año en curso; una semana antes habían llegado en vuelo desde Madrid, evitando así posibles complicaciones de tráfico)
http://paqquita.blogspot.com.es/2009/08/todo-bien.html
Estaban acabando de meter las cosas en el coche, a la salida del camping, cuando sorpresivamente algo se les echó encima.
¿Qué ha pasado? El desconcierto se hizo presente; nada -nadie- está donde estaba.
El camión, ese camión -dicen que perdió los frenos- fue a parar contra el primero de los coches allí estacionados -cuatro en total-, el de ellas.
¿Han tenido suerte? Sí, porque no han muerto. No, porque el camión de seguir su trayectoria -posiblemente- habría acabado en el acantilado y ellas continuado su viaje turístico por Gerona.
El trato recibido por los servicios de urgencia -bomberos y sanitarios- ha sido excelente -dicen-, pese a que lo acusado de la pendiente no les permitió actuar con más celeridad.
Ingreso hospitalario lo precisaron dos de ellas, el resto fue dado de alta a las pocas horas. Los dolores debidos a los golpes, heridas por fricción y rasgaduras, son triviales frente a la gravedad de las primeras.
Información posterior
http://paqquita.blogspot.com.es/2009/09/hoy-es-manana.html
PAQUITA (Sucedió a las doce y media de la mañana del lunes 10 de agosto del año en curso; una semana antes habían llegado en vuelo desde Madrid, evitando así posibles complicaciones de tráfico)
Quemado... (+ BACO)
(Publicado por BACO el martes 30 de junio de 2009 en su blog El Laberinto de Noé , del escritor Esteban Gutiérrez Gómez dedicado al mundo del cuento. Estupendo cuento desconocido para mí... como muchos otros, y es que, desconozco tantos cuentos. PAQUITA)
ellaberintodenoe.blogspot.com/
"(...) Os dejo con un cuento de Cortázar. Uno de sus insuperables buenos cuentos. Tan fantástico es que todavía da qué hablar y, aún sabiendo lo que se esconde tras él, da gusto releerlo una y otra vez."
Después del almuerzo. Autor: Julio Cortázar
Después del almuerzo yo hubiera querido quedarme en mi cuarto leyendo, pero papá y mamá vinieron casi en seguida a decirme que esa tarde tenía que llevarlo de paseo.
Lo primero que contesté fue que no, que lo llevara otro, que por favor me dejaran estudiar en mi cuarto. Iba a decirles otras cosas, explicarles por qué no me gustaba tener que salir con él, pero papá dio un paso adelante y se puso a mirarme en esa forma que no puedo resistir, me clava los ojos y yo siento que se me van entrando cada vez más hondo en la cara, hasta que estoy a punto de gritar y tengo que darme vuelta y contestar que sí, que claro, en seguida. Mamá en esos casos no dice nada y no me mira, pero se queda un poco atrás con las dos manos juntas, y yo le veo el pelo gris que le cae sobre la frente y tengo que darme vuelta y contestar que sí, que claro, en seguida. Entonces se fueron sin decir nada más y yo empecé a vestirme, con el único consuelo de que iba a estrenar unos zapatos amarillos que brillaban y brillaban.
Cuando salí de mi cuarto eran las dos, y tía Encarnación dijo que podía ir a buscarlo a la pieza del fondo, donde siempre le gusta meterse por la tarde. Tía Encarnación debía darse cuenta de que yo estaba desesperado por tener que salir con él, porque me pasó la mano por la cabeza y después se agachó y me dio un beso en la frente. Sentí que me ponía algo en el bolsillo.
-Para que te compres alguna cosa -me dijo al oído-. Y no te olvides de darle un poco, es preferible.
Yo la besé en la mejilla, más contento, y pasé delante de la puerta de la sala donde estaban papá y mamá jugando a las damas. Creo que les dije hasta luego, alguna cosa así, y después saqué el billete de cinco pesos para alisarlo bien y guardarlo en mi cartera donde ya había otro billete de un peso y monedas.
Lo encontré en un rincón del cuarto, lo agarré lo mejor que pude y salimos por el patio hasta la puerta que daba al jardín de adelante. Una o dos veces sentí la tentación de soltarlo, volver adentro y decirles a papá y mamá que él no quería venir conmigo, pero estaba seguro de que acabarían por traerlo y obligarme a ir con él hasta la puerta de calle. Nunca me habían pedido que lo llevara al centro, era injusto que me lo pidieran porque sabían muy bien que la única vez que me habían obligado a pasearlo por la vereda había ocurrido esa cosa horrible con el gato de los Álvarez. Me parecía estar viendo todavía la cara del vigilante hablando con papá en la puerta, y después papá sirviendo dos vasos de caña, y mamá llorando en su cuarto. Era injusto que me lo pidieran.
Por la mañana había llovido y las veredas de Buenos Aires están cada vez más rotas, apenas se puede andar sin meter los pies en algún charco. Yo hacía lo posible para cruzar por las partes más secas y no mojarme los zapatos nuevos, pero en seguida vi que a él le gustaba meterse en el agua, y tuve que tironear con todas mis fuerzas para obligarlo a ir de mi lado. A pesar de eso consiguió acercarse a un sitio donde había una baldosa un poco más hundida que las otras, y cuando me di cuenta ya estaba completamente empapado y tenía hojas secas por todas partes. Tuve que pararme, limpiarlo, y todo el tiempo sentía que los vecinos estaban mirando desde los jardines, sin decir nada pero mirando. No quiero mentir, en realidad no me importaba tanto que nos miraran (que lo miraran a él, y a mí que lo llevaba de paseo); lo peor era estar ahí parado, con un pañuelo que se iba mojando y llenando de manchas de barro y pedazos de hojas secas, teniendo que sujetarlo al mismo tiempo para que no volviera a acercarse al charco. Además yo estoy acostumbrado a andar por las calles con las manos en los bolsillos del pantalón, silbando o mascando chicle, o leyendo las historietas mientras con la parte de abajo de los ojos voy adivinando las baldosas de las veredas que conozco perfectamente desde mi casa hasta el tranvía, de modo que sé cuándo paso delante de la casa de la Tita o cuándo voy a llegar a la esquina de Carabobo. Y ahora no podía hacer nada de eso y el pañuelo me empezaba a mojar el forro del bolsillo y sentía la humedad en la pierna, era como para no creer en tanta mala suerte junta.
A esa hora el tranvía viene bastante vacío, y yo rogaba que pudiéramos sentarnos en el mismo asiento, poniéndolo a él del lado de la ventanilla para que molestara menos. No es que se mueva demasiado, pero a la gente le molesta lo mismo y yo comprendo. Por eso me afligí al subir, porque el tranvía estaba casi lleno y no había ningún asiento doble desocupado. El viaje era demasiado largo para quedarnos en la plataforma, el guarda me hubiera mandado que me sentara y lo pusiera en alguna parte; así que lo hice entrar en seguida y lo llevé hasta un asiento del medio donde una señora ocupaba el lado de la ventanilla. Lo mejor hubiera sido sentarse detrás de él para vigilarlo, pero el tranvía estaba lleno y tuve que seguir adelante y sentarme bastante más lejos. Los pasajeros no se fijaban mucho, a esa hora la gente va haciendo la digestión y está medio dormida con los barquinazos del tranvía. Lo malo fue que el guarda se paró al lado del asiento donde yo lo había instalado, golpeando con una moneda en el fierro de la máquina de los boletos, y yo tuve que darme vuelta y hacerle señas de que viniera a cobrarme a mí, mostrándole la plata para que comprendiera que tenía que darme dos boletos, pero el guarda era uno de esos chinazos que están viendo las cosas y no quieren entender, dale con la moneda golpeando contra la máquina. Me tuve que levantar (y ahora dos o tres pasajeros me miraban) y acercarme al otro asiento. «Dos boletos», le dije. Cortó uno, me miró un momento, y después me alcanzó el boleto y miró para abajo, medio de reojo. «Dos, por favor», repetí, seguro de que todo el tranvía ya estaba enterado. El chinazo cortó el otro boleto y me lo dio, iba a decirme algo pero yo le alcancé la plata y me volví en dos trancos a mi asiento, sin mirar para atrás. Lo peor era que a cada momento tenía que darme vuelta para ver si seguía quieto en el asiento de atrás, y con eso iba llamando la atención de algunos pasajeros. Primero decidí que sólo me daría vuelta al pasar cada esquina, pero las cuadras me parecían terriblemente largas y a cada momento tenía miedo de oír alguna exclamación o un grito, como cuando el gato de los Álvarez. Entonces me puse a contar hasta diez, igual que en las peleas, y eso venía a ser más o menos media cuadra. Al llegar a diez me daba vuelta disimuladamente, por ejemplo arreglándome el cuello de la camisa o metiendo la mano en el bolsillo del saco, cualquier cosa que diera la impresión de un tic nervioso o algo así.
Como a las ocho cuadras no sé por qué me pareció que la señora que iba del lado de la ventanilla se iba a bajar. Eso era lo peor, porque le iba a decir algo para que la dejara pasar, y cuando él no se diera cuenta o no quisiera darse cuenta, a lo mejor la señora se enojaba y quería pasar a la fuerza, pero yo sabía lo que iba a ocurrir en ese caso y estaba con los nervios de punta, de manera que empecé a mirar para atrás antes de llegar a cada esquina, y en una de esas me pareció que la señora estaba ya a punto de levantarse, y hubiera jurado que le decía algo porque miraba de su lado y yo creo que movía la boca. Justo en ese momento una vieja gorda se levantó de uno de los asientos cerca del mío y empezó a andar por el pasillo, y yo iba detrás queriendo empujarla, darle una patada en las piernas para que se apurara y me dejara llegar al asiento donde la señora había agarrado una canasta o algo en el suelo y ya se levantaba para salir. Al final creo que la empujé, la oí que protestaba, no sé cómo llegué al lado del asiento y conseguí sacarlo a tiempo para que la señora pudiera bajarse en la esquina. Entonces lo puse contra la ventanilla y me senté a su lado, tan feliz aunque cuatro o cinco idiotas me estuvieran mirando desde los asientos de adelante y desde la plataforma donde a lo mejor el chinazo les había dicho alguna cosa.
Ya andábamos por el Once, y afuera se veía un sol precioso y las calles estaban secas. A esa hora si yo hubiera viajado solo me habría largado del tranvía para seguir a pie hasta el centro, para mí no es nada ir a pie desde el Once a Plaza de Mayo, una vez que me tomé el tiempo le puse justo treinta y dos minutos, claro que corriendo de a ratos y sobre todo al final. Pero ahora en cambio tenía que ocuparme de la ventanilla, que un día alguien había contado que era capaz de abrir de golpe la ventanilla y tirarse afuera, nada más que por el gusto de hacerlo, como tantos otros gustos que nadie se explicaba. Una o dos veces me pareció que estaba a punto de levantar la ventanilla, y tuve que pasar el brazo por detrás y sujetarla por el marco. A lo mejor eran cosas mías, tampoco quiero asegurar que estuviera por levantar la ventanilla y tirarse. Por ejemplo, cuando lo del inspector me olvidé completamente del asunto y sin embargo no se tiró. El inspector era un tipo alto y flaco que apareció por la plataforma delantera y se puso a marcar los boletos con ese aire amable que tienen algunos inspectores. Cuando llegó a mi asiento le alcancé los dos boletos y él marcó uno, miró para abajo, después miró el otro boleto, lo fue a marcar y se quedó con el boleto metido en la ranura de la pinza, y todo el tiempo yo rogaba que lo marcara de una vez y me lo devolviera, me parecía que la gente del tranvía nos estaba mirando cada vez más. Al final lo marcó encogiéndose de hombros, me devolvió los dos boletos, y en la plataforma de atrás oí que alguien soltaba una carcajada, pero naturalmente no quise darme vuelta, volví a pasar el brazo y sujeté la ventanilla, haciendo como que no veía más al inspector y a todos los otros. En Sarmiento y Libertad se empezó a bajar la gente, y cuando llegamos a Florida ya no había casi nadie. Esperé hasta San Martín y lo hice salir por la plataforma delantera, porque no quería pasar al lado del chinazo que a lo mejor me decía alguna cosa.
A mí me gusta mucho la Plaza de Mayo, cuando me hablan del centro pienso en seguida en la Plaza de Mayo. Me gusta por las palomas, por la Casa de Gobierno y porque trae tantos recuerdos de historia, de las bombas que cayeron cuando hubo revolución, y los caudillos que habían dicho que iban a atar sus caballos en la Pirámide. Hay maniseros y tipos que venden cosas, en seguida se encuentra un banco vacío y si uno quiere puede seguir un poco más y al rato llega al puerto y ve los barcos y los guinches. Por eso pensé que lo mejor era llevarlo a la Plaza de Mayo, lejos de los autos y los colectivos, y sentarnos un rato ahí hasta que fuera hora de ir volviendo a casa. Pero cuando bajamos del tranvía y empezamos a andar por San Martín sentí como un mareo, de golpe me daba cuenta de que me había cansado terriblemente, casi una hora de viaje y todo el tiempo teniendo que mirar hacia atrás, hacerme el que no veía que nos estaban mirando, y después el guarda con los boletos, y la señora que se iba a bajar, y el inspector. Me hubiera gustado tanto poder entrar en una lechería y pedir un helado o un vaso de leche, pero estaba seguro de que no iba a poder, que me iba a arrepentir si lo hacía entrar en un local cualquiera donde la gente estaría sentada y tendría más tiempo para mirarnos. En la calle la gente se cruza y cada uno sigue viaje, sobre todo en San Martín que está lleno de bancos y oficinas y todo el mundo anda apurado con portafolios debajo del brazo. Así que seguimos hasta la esquina de Cangallo, y entonces cuando íbamos pasando delante de las vidrieras de Peuser que estaban llenas de tinteros y cosas preciosas, sentí que él no quería seguir, se hacía cada vez más pesado y por más que yo tiraba (tratando de no llamar la atención) casi no podía caminar y al final tuve que pararme delante de la última vidriera, haciéndome el que miraba los juegos de escritorio repujados en cuero. A lo mejor estaba un poco cansado, a lo mejor no era un capricho. Total, estar ahí parados no tenía nada de malo, pero igual no me gustaba porque la gente que pasaba tenía más tiempo para fijarse, y dos o tres veces me di cuenta de que alguien le hacía algún comentario a otro, o se pegaban con el codo para llamarse la atención. Al final no pude más y lo agarré otra vez, haciéndome el que caminaba con naturalidad, pero cada paso me costaba como en esos sueños en que uno tiene unos zapatos que pesan toneladas y apenas puede despegarse del suelo. A la larga conseguí que se le pasara el capricho de quedarse ahí parado, y seguimos por San Martín hasta la esquina de la Plaza de Mayo. Ahora la cosa era cruzar, porque a él no le gusta cruzar una calle. Es capaz de abrir la ventanilla del tranvía y tirarse, pero no le gusta cruzar la calle. Lo malo es que para llegar a la Plaza de Mayo hay que cruzar siempre alguna calle con mucho tráfico, en Cangallo y Bartolomé Mitre no había sido tan difícil, pero ahora yo estaba a punto de renunciar, me pesaba terriblemente en la mano, y dos veces que el tráfico se paró y los que estaban a nuestro lado en el cordón de la vereda empezaron a cruzar la calle, me di cuenta de que no íbamos a poder llegar al otro lado porque se plantaría justo en la mitad, y entonces preferí seguir esperando hasta que se decidiera. Y claro, el del puesto de revistas de la esquina ya estaba mirando cada vez más, y le decía algo a un pibe de mi edad que hacía muecas y le contestaba qué sé yo, y los autos seguían pasando y se paraban y volvían a pasar, y nosotros ahí plantados. En una de esas se iba a acercar el vigilante, eso era lo peor que nos podía suceder porque los vigilantes son muy buenos y por eso meten la pata, se ponen a hacer preguntas, averiguan si uno anda perdido, y de golpe a él le puede dar uno de sus caprichos y yo no sé en lo que termina la cosa. Cuanto más pensaba más me afligía, y al final tuve miedo de veras, casi como ganas de vomitar, lo juro, y en un momento en que paró el tráfico lo agarré bien y cerré los ojos y tiré para adelante doblándome casi en dos, y cuando estuvimos en la Plaza lo solté, seguí dando unos pasos solo, y después volví para atrás y hubiera querido que se muriera, que ya estuviera muerto, o que papá y mamá estuvieran muertos, y yo también al fin y al cabo, que todos estuvieran muertos y enterrados menos tía Encarnación.
Pero esas cosas se pasan en seguida, vimos que había un banco muy lindo completamente vacío, y yo lo sujeté sin tironearlo y fuimos a ponernos en ese banco y a mirar las palomas que por suerte no se dejan acabar como los gatos. Compré manises y caramelos, le fui dando de las dos cosas y estábamos bastante bien con ese sol que hay por la tarde en la Plaza de Mayo y la gente que va de un lado a otro. Yo no sé en qué momento me vino la idea de abandonarlo ahí; lo único que me acuerdo es que estaba pelándole un maní y pensando al mismo tiempo que si me hacía el que iba a tirarles algo a las palomas que andaban más lejos, sería facilísimo dar la vuelta a la pirámide y perderlo de vista. Me parece que en ese momento no pensaba en volver a casa ni en la cara de papá y mamá, porque si lo hubiera pensado no habría hecho esa pavada. Debe ser muy difícil abarcar todo al mismo tiempo como hacen los sabios y los historiadores, yo pensé solamente que lo podía abandonar ahí y andar solo por el centro con las manos en los bolsillos, y comprarme una revista o entrar a tomar un helado en alguna parte antes de volver a casa. Le seguí dando manises un rato pero ya estaba decidido, y en una de esas me hice el que me levantaba para estirar las piernas y vi que no le importaba si seguía a su lado o me iba a darle manises a las palomas. Les empecé a tirar lo que me quedaba, y las palomas me andaban por todos lados, hasta que se me acabó el maní y se cansaron. Desde la otra punta de la plaza apenas se veía el banco; fue cosa de un momento cruzar a la Casa Rosada donde siempre hay dos granaderos de guardia, y por el costado me largué hasta el Paseo Colón, esa calle donde mamá dice que no deben ir los niños solos. Ya por costumbre me daba vuelta a cada momento pero era imposible que me siguiera, lo más que quería estar haciendo sería revolcarse alrededor del banco hasta que se acercara alguna señora de la beneficencia o algún vigilante.
No me acuerdo muy bien de lo que pasó en ese rato en que yo andaba por el Paseo Colón que es una avenida como cualquier otra. En una de esas yo estaba sentado en una vidriera baja de una casa de importaciones y exportaciones, y entonces me empezó a doler el estómago, no como cuando uno tiene que ir en seguida al baño, era más arriba, en el estómago verdadero, como si se me retorciera poco a poco; y yo quería respirar y me costaba, entonces tenía que quedarme quieto y esperar que se pasara el calambre, y delante de mí se veía como una mancha verde y puntitos que bailaban, y la cara de papá, al final era solamente la cara de papá porque yo había cerrado los ojos, me parece, y en medio de la mancha verde estaba la cara de papá. Al rato pude respirar mejor, y unos muchachos me miraron un momento y uno le dijo al otro que yo estaba descompuesto, pero yo moví la cabeza y dije que no era nada, que siempre me daban calambres, pero se me pasaban en seguida. Uno dijo que si yo quería que fuera a buscar un vaso de agua, y el otro me aconsejó que me secara la frente porque estaba sudando. Yo me sonreí y dije que ya estaba bien, y me puse a caminar para que se fueran y me dejaran solo. Era cierto que estaba sudando porque me caía el agua por las cejas y una gota salada me entró en un ojo, y entonces saqué el pañuelo y me lo pasé por la cara y sentí un arañazo en el labio, y cuando miré era una hoja seca pegada en el pañuelo que me había arañado la boca.
No sé cuánto tardé en llegar otra vez a la Plaza de Mayo. A la mitad de la subida me caí, pero volví a levantarme antes que nadie se diera cuenta, y crucé a la carrera entre todos los autos que pasaban por delante de la Casa Rosada. Desde lejos vi que no se había movido del banco, pero seguí corriendo y corriendo hasta llegar al banco, y me tiré como muerto mientras las palomas salían volando asustadas y la gente se daba vuelta con ese aire que toman para mirar a los chicos que corren, como si fuera un pecado. Después de un rato lo limpié un poco y dije que teníamos que volver a casa. Lo dije para oírme yo mismo y sentirme todavía más contento, porque con él lo único que servía era agarrarlo bien y llevarlo, las palabras no las escuchaba o se hacía el que no las escuchaba. Por suerte esta vez no se encaprichó al cruzar las calles, y el tranvía estaba casi vacío al comienzo del recorrido, así que lo puse en el primer asiento y me senté al lado y no me di vuelta ni una sola vez en todo el viaje, ni siquiera al bajarnos: la última cuadra la hicimos muy despacio, él queriendo meterse en los charcos y yo luchando para que pasara por las baldosas secas. Pero no me importaba, no me importaba nada. Pensaba todo el tiempo: «Lo abandoné», lo miraba y pensaba: «Lo abandoné», y aunque no me había olvidado del Paseo Colón me sentía tan bien, casi orgulloso. A lo mejor otra vez... No era fácil, pero a lo mejor... Quién sabe con qué ojos me mirarían papá y mamá cuando me vieran llegar con él de la mano. Claro que estarían contentos de que yo lo hubiera llevado a pasear al centro, los padres siempre están contentos de esas cosas; pero no sé por qué en ese momento se me daba por pensar que también a veces papá y mamá sacaban el pañuelo para secarse, y que también en el pañuelo había una hoja seca que les lastimaba la cara.
ellaberintodenoe.blogspot.com/
"(...) Os dejo con un cuento de Cortázar. Uno de sus insuperables buenos cuentos. Tan fantástico es que todavía da qué hablar y, aún sabiendo lo que se esconde tras él, da gusto releerlo una y otra vez."
Después del almuerzo. Autor: Julio Cortázar
Después del almuerzo yo hubiera querido quedarme en mi cuarto leyendo, pero papá y mamá vinieron casi en seguida a decirme que esa tarde tenía que llevarlo de paseo.
Lo primero que contesté fue que no, que lo llevara otro, que por favor me dejaran estudiar en mi cuarto. Iba a decirles otras cosas, explicarles por qué no me gustaba tener que salir con él, pero papá dio un paso adelante y se puso a mirarme en esa forma que no puedo resistir, me clava los ojos y yo siento que se me van entrando cada vez más hondo en la cara, hasta que estoy a punto de gritar y tengo que darme vuelta y contestar que sí, que claro, en seguida. Mamá en esos casos no dice nada y no me mira, pero se queda un poco atrás con las dos manos juntas, y yo le veo el pelo gris que le cae sobre la frente y tengo que darme vuelta y contestar que sí, que claro, en seguida. Entonces se fueron sin decir nada más y yo empecé a vestirme, con el único consuelo de que iba a estrenar unos zapatos amarillos que brillaban y brillaban.
Cuando salí de mi cuarto eran las dos, y tía Encarnación dijo que podía ir a buscarlo a la pieza del fondo, donde siempre le gusta meterse por la tarde. Tía Encarnación debía darse cuenta de que yo estaba desesperado por tener que salir con él, porque me pasó la mano por la cabeza y después se agachó y me dio un beso en la frente. Sentí que me ponía algo en el bolsillo.
-Para que te compres alguna cosa -me dijo al oído-. Y no te olvides de darle un poco, es preferible.
Yo la besé en la mejilla, más contento, y pasé delante de la puerta de la sala donde estaban papá y mamá jugando a las damas. Creo que les dije hasta luego, alguna cosa así, y después saqué el billete de cinco pesos para alisarlo bien y guardarlo en mi cartera donde ya había otro billete de un peso y monedas.
Lo encontré en un rincón del cuarto, lo agarré lo mejor que pude y salimos por el patio hasta la puerta que daba al jardín de adelante. Una o dos veces sentí la tentación de soltarlo, volver adentro y decirles a papá y mamá que él no quería venir conmigo, pero estaba seguro de que acabarían por traerlo y obligarme a ir con él hasta la puerta de calle. Nunca me habían pedido que lo llevara al centro, era injusto que me lo pidieran porque sabían muy bien que la única vez que me habían obligado a pasearlo por la vereda había ocurrido esa cosa horrible con el gato de los Álvarez. Me parecía estar viendo todavía la cara del vigilante hablando con papá en la puerta, y después papá sirviendo dos vasos de caña, y mamá llorando en su cuarto. Era injusto que me lo pidieran.
Por la mañana había llovido y las veredas de Buenos Aires están cada vez más rotas, apenas se puede andar sin meter los pies en algún charco. Yo hacía lo posible para cruzar por las partes más secas y no mojarme los zapatos nuevos, pero en seguida vi que a él le gustaba meterse en el agua, y tuve que tironear con todas mis fuerzas para obligarlo a ir de mi lado. A pesar de eso consiguió acercarse a un sitio donde había una baldosa un poco más hundida que las otras, y cuando me di cuenta ya estaba completamente empapado y tenía hojas secas por todas partes. Tuve que pararme, limpiarlo, y todo el tiempo sentía que los vecinos estaban mirando desde los jardines, sin decir nada pero mirando. No quiero mentir, en realidad no me importaba tanto que nos miraran (que lo miraran a él, y a mí que lo llevaba de paseo); lo peor era estar ahí parado, con un pañuelo que se iba mojando y llenando de manchas de barro y pedazos de hojas secas, teniendo que sujetarlo al mismo tiempo para que no volviera a acercarse al charco. Además yo estoy acostumbrado a andar por las calles con las manos en los bolsillos del pantalón, silbando o mascando chicle, o leyendo las historietas mientras con la parte de abajo de los ojos voy adivinando las baldosas de las veredas que conozco perfectamente desde mi casa hasta el tranvía, de modo que sé cuándo paso delante de la casa de la Tita o cuándo voy a llegar a la esquina de Carabobo. Y ahora no podía hacer nada de eso y el pañuelo me empezaba a mojar el forro del bolsillo y sentía la humedad en la pierna, era como para no creer en tanta mala suerte junta.
A esa hora el tranvía viene bastante vacío, y yo rogaba que pudiéramos sentarnos en el mismo asiento, poniéndolo a él del lado de la ventanilla para que molestara menos. No es que se mueva demasiado, pero a la gente le molesta lo mismo y yo comprendo. Por eso me afligí al subir, porque el tranvía estaba casi lleno y no había ningún asiento doble desocupado. El viaje era demasiado largo para quedarnos en la plataforma, el guarda me hubiera mandado que me sentara y lo pusiera en alguna parte; así que lo hice entrar en seguida y lo llevé hasta un asiento del medio donde una señora ocupaba el lado de la ventanilla. Lo mejor hubiera sido sentarse detrás de él para vigilarlo, pero el tranvía estaba lleno y tuve que seguir adelante y sentarme bastante más lejos. Los pasajeros no se fijaban mucho, a esa hora la gente va haciendo la digestión y está medio dormida con los barquinazos del tranvía. Lo malo fue que el guarda se paró al lado del asiento donde yo lo había instalado, golpeando con una moneda en el fierro de la máquina de los boletos, y yo tuve que darme vuelta y hacerle señas de que viniera a cobrarme a mí, mostrándole la plata para que comprendiera que tenía que darme dos boletos, pero el guarda era uno de esos chinazos que están viendo las cosas y no quieren entender, dale con la moneda golpeando contra la máquina. Me tuve que levantar (y ahora dos o tres pasajeros me miraban) y acercarme al otro asiento. «Dos boletos», le dije. Cortó uno, me miró un momento, y después me alcanzó el boleto y miró para abajo, medio de reojo. «Dos, por favor», repetí, seguro de que todo el tranvía ya estaba enterado. El chinazo cortó el otro boleto y me lo dio, iba a decirme algo pero yo le alcancé la plata y me volví en dos trancos a mi asiento, sin mirar para atrás. Lo peor era que a cada momento tenía que darme vuelta para ver si seguía quieto en el asiento de atrás, y con eso iba llamando la atención de algunos pasajeros. Primero decidí que sólo me daría vuelta al pasar cada esquina, pero las cuadras me parecían terriblemente largas y a cada momento tenía miedo de oír alguna exclamación o un grito, como cuando el gato de los Álvarez. Entonces me puse a contar hasta diez, igual que en las peleas, y eso venía a ser más o menos media cuadra. Al llegar a diez me daba vuelta disimuladamente, por ejemplo arreglándome el cuello de la camisa o metiendo la mano en el bolsillo del saco, cualquier cosa que diera la impresión de un tic nervioso o algo así.
Como a las ocho cuadras no sé por qué me pareció que la señora que iba del lado de la ventanilla se iba a bajar. Eso era lo peor, porque le iba a decir algo para que la dejara pasar, y cuando él no se diera cuenta o no quisiera darse cuenta, a lo mejor la señora se enojaba y quería pasar a la fuerza, pero yo sabía lo que iba a ocurrir en ese caso y estaba con los nervios de punta, de manera que empecé a mirar para atrás antes de llegar a cada esquina, y en una de esas me pareció que la señora estaba ya a punto de levantarse, y hubiera jurado que le decía algo porque miraba de su lado y yo creo que movía la boca. Justo en ese momento una vieja gorda se levantó de uno de los asientos cerca del mío y empezó a andar por el pasillo, y yo iba detrás queriendo empujarla, darle una patada en las piernas para que se apurara y me dejara llegar al asiento donde la señora había agarrado una canasta o algo en el suelo y ya se levantaba para salir. Al final creo que la empujé, la oí que protestaba, no sé cómo llegué al lado del asiento y conseguí sacarlo a tiempo para que la señora pudiera bajarse en la esquina. Entonces lo puse contra la ventanilla y me senté a su lado, tan feliz aunque cuatro o cinco idiotas me estuvieran mirando desde los asientos de adelante y desde la plataforma donde a lo mejor el chinazo les había dicho alguna cosa.
Ya andábamos por el Once, y afuera se veía un sol precioso y las calles estaban secas. A esa hora si yo hubiera viajado solo me habría largado del tranvía para seguir a pie hasta el centro, para mí no es nada ir a pie desde el Once a Plaza de Mayo, una vez que me tomé el tiempo le puse justo treinta y dos minutos, claro que corriendo de a ratos y sobre todo al final. Pero ahora en cambio tenía que ocuparme de la ventanilla, que un día alguien había contado que era capaz de abrir de golpe la ventanilla y tirarse afuera, nada más que por el gusto de hacerlo, como tantos otros gustos que nadie se explicaba. Una o dos veces me pareció que estaba a punto de levantar la ventanilla, y tuve que pasar el brazo por detrás y sujetarla por el marco. A lo mejor eran cosas mías, tampoco quiero asegurar que estuviera por levantar la ventanilla y tirarse. Por ejemplo, cuando lo del inspector me olvidé completamente del asunto y sin embargo no se tiró. El inspector era un tipo alto y flaco que apareció por la plataforma delantera y se puso a marcar los boletos con ese aire amable que tienen algunos inspectores. Cuando llegó a mi asiento le alcancé los dos boletos y él marcó uno, miró para abajo, después miró el otro boleto, lo fue a marcar y se quedó con el boleto metido en la ranura de la pinza, y todo el tiempo yo rogaba que lo marcara de una vez y me lo devolviera, me parecía que la gente del tranvía nos estaba mirando cada vez más. Al final lo marcó encogiéndose de hombros, me devolvió los dos boletos, y en la plataforma de atrás oí que alguien soltaba una carcajada, pero naturalmente no quise darme vuelta, volví a pasar el brazo y sujeté la ventanilla, haciendo como que no veía más al inspector y a todos los otros. En Sarmiento y Libertad se empezó a bajar la gente, y cuando llegamos a Florida ya no había casi nadie. Esperé hasta San Martín y lo hice salir por la plataforma delantera, porque no quería pasar al lado del chinazo que a lo mejor me decía alguna cosa.
A mí me gusta mucho la Plaza de Mayo, cuando me hablan del centro pienso en seguida en la Plaza de Mayo. Me gusta por las palomas, por la Casa de Gobierno y porque trae tantos recuerdos de historia, de las bombas que cayeron cuando hubo revolución, y los caudillos que habían dicho que iban a atar sus caballos en la Pirámide. Hay maniseros y tipos que venden cosas, en seguida se encuentra un banco vacío y si uno quiere puede seguir un poco más y al rato llega al puerto y ve los barcos y los guinches. Por eso pensé que lo mejor era llevarlo a la Plaza de Mayo, lejos de los autos y los colectivos, y sentarnos un rato ahí hasta que fuera hora de ir volviendo a casa. Pero cuando bajamos del tranvía y empezamos a andar por San Martín sentí como un mareo, de golpe me daba cuenta de que me había cansado terriblemente, casi una hora de viaje y todo el tiempo teniendo que mirar hacia atrás, hacerme el que no veía que nos estaban mirando, y después el guarda con los boletos, y la señora que se iba a bajar, y el inspector. Me hubiera gustado tanto poder entrar en una lechería y pedir un helado o un vaso de leche, pero estaba seguro de que no iba a poder, que me iba a arrepentir si lo hacía entrar en un local cualquiera donde la gente estaría sentada y tendría más tiempo para mirarnos. En la calle la gente se cruza y cada uno sigue viaje, sobre todo en San Martín que está lleno de bancos y oficinas y todo el mundo anda apurado con portafolios debajo del brazo. Así que seguimos hasta la esquina de Cangallo, y entonces cuando íbamos pasando delante de las vidrieras de Peuser que estaban llenas de tinteros y cosas preciosas, sentí que él no quería seguir, se hacía cada vez más pesado y por más que yo tiraba (tratando de no llamar la atención) casi no podía caminar y al final tuve que pararme delante de la última vidriera, haciéndome el que miraba los juegos de escritorio repujados en cuero. A lo mejor estaba un poco cansado, a lo mejor no era un capricho. Total, estar ahí parados no tenía nada de malo, pero igual no me gustaba porque la gente que pasaba tenía más tiempo para fijarse, y dos o tres veces me di cuenta de que alguien le hacía algún comentario a otro, o se pegaban con el codo para llamarse la atención. Al final no pude más y lo agarré otra vez, haciéndome el que caminaba con naturalidad, pero cada paso me costaba como en esos sueños en que uno tiene unos zapatos que pesan toneladas y apenas puede despegarse del suelo. A la larga conseguí que se le pasara el capricho de quedarse ahí parado, y seguimos por San Martín hasta la esquina de la Plaza de Mayo. Ahora la cosa era cruzar, porque a él no le gusta cruzar una calle. Es capaz de abrir la ventanilla del tranvía y tirarse, pero no le gusta cruzar la calle. Lo malo es que para llegar a la Plaza de Mayo hay que cruzar siempre alguna calle con mucho tráfico, en Cangallo y Bartolomé Mitre no había sido tan difícil, pero ahora yo estaba a punto de renunciar, me pesaba terriblemente en la mano, y dos veces que el tráfico se paró y los que estaban a nuestro lado en el cordón de la vereda empezaron a cruzar la calle, me di cuenta de que no íbamos a poder llegar al otro lado porque se plantaría justo en la mitad, y entonces preferí seguir esperando hasta que se decidiera. Y claro, el del puesto de revistas de la esquina ya estaba mirando cada vez más, y le decía algo a un pibe de mi edad que hacía muecas y le contestaba qué sé yo, y los autos seguían pasando y se paraban y volvían a pasar, y nosotros ahí plantados. En una de esas se iba a acercar el vigilante, eso era lo peor que nos podía suceder porque los vigilantes son muy buenos y por eso meten la pata, se ponen a hacer preguntas, averiguan si uno anda perdido, y de golpe a él le puede dar uno de sus caprichos y yo no sé en lo que termina la cosa. Cuanto más pensaba más me afligía, y al final tuve miedo de veras, casi como ganas de vomitar, lo juro, y en un momento en que paró el tráfico lo agarré bien y cerré los ojos y tiré para adelante doblándome casi en dos, y cuando estuvimos en la Plaza lo solté, seguí dando unos pasos solo, y después volví para atrás y hubiera querido que se muriera, que ya estuviera muerto, o que papá y mamá estuvieran muertos, y yo también al fin y al cabo, que todos estuvieran muertos y enterrados menos tía Encarnación.
Pero esas cosas se pasan en seguida, vimos que había un banco muy lindo completamente vacío, y yo lo sujeté sin tironearlo y fuimos a ponernos en ese banco y a mirar las palomas que por suerte no se dejan acabar como los gatos. Compré manises y caramelos, le fui dando de las dos cosas y estábamos bastante bien con ese sol que hay por la tarde en la Plaza de Mayo y la gente que va de un lado a otro. Yo no sé en qué momento me vino la idea de abandonarlo ahí; lo único que me acuerdo es que estaba pelándole un maní y pensando al mismo tiempo que si me hacía el que iba a tirarles algo a las palomas que andaban más lejos, sería facilísimo dar la vuelta a la pirámide y perderlo de vista. Me parece que en ese momento no pensaba en volver a casa ni en la cara de papá y mamá, porque si lo hubiera pensado no habría hecho esa pavada. Debe ser muy difícil abarcar todo al mismo tiempo como hacen los sabios y los historiadores, yo pensé solamente que lo podía abandonar ahí y andar solo por el centro con las manos en los bolsillos, y comprarme una revista o entrar a tomar un helado en alguna parte antes de volver a casa. Le seguí dando manises un rato pero ya estaba decidido, y en una de esas me hice el que me levantaba para estirar las piernas y vi que no le importaba si seguía a su lado o me iba a darle manises a las palomas. Les empecé a tirar lo que me quedaba, y las palomas me andaban por todos lados, hasta que se me acabó el maní y se cansaron. Desde la otra punta de la plaza apenas se veía el banco; fue cosa de un momento cruzar a la Casa Rosada donde siempre hay dos granaderos de guardia, y por el costado me largué hasta el Paseo Colón, esa calle donde mamá dice que no deben ir los niños solos. Ya por costumbre me daba vuelta a cada momento pero era imposible que me siguiera, lo más que quería estar haciendo sería revolcarse alrededor del banco hasta que se acercara alguna señora de la beneficencia o algún vigilante.
No me acuerdo muy bien de lo que pasó en ese rato en que yo andaba por el Paseo Colón que es una avenida como cualquier otra. En una de esas yo estaba sentado en una vidriera baja de una casa de importaciones y exportaciones, y entonces me empezó a doler el estómago, no como cuando uno tiene que ir en seguida al baño, era más arriba, en el estómago verdadero, como si se me retorciera poco a poco; y yo quería respirar y me costaba, entonces tenía que quedarme quieto y esperar que se pasara el calambre, y delante de mí se veía como una mancha verde y puntitos que bailaban, y la cara de papá, al final era solamente la cara de papá porque yo había cerrado los ojos, me parece, y en medio de la mancha verde estaba la cara de papá. Al rato pude respirar mejor, y unos muchachos me miraron un momento y uno le dijo al otro que yo estaba descompuesto, pero yo moví la cabeza y dije que no era nada, que siempre me daban calambres, pero se me pasaban en seguida. Uno dijo que si yo quería que fuera a buscar un vaso de agua, y el otro me aconsejó que me secara la frente porque estaba sudando. Yo me sonreí y dije que ya estaba bien, y me puse a caminar para que se fueran y me dejaran solo. Era cierto que estaba sudando porque me caía el agua por las cejas y una gota salada me entró en un ojo, y entonces saqué el pañuelo y me lo pasé por la cara y sentí un arañazo en el labio, y cuando miré era una hoja seca pegada en el pañuelo que me había arañado la boca.
No sé cuánto tardé en llegar otra vez a la Plaza de Mayo. A la mitad de la subida me caí, pero volví a levantarme antes que nadie se diera cuenta, y crucé a la carrera entre todos los autos que pasaban por delante de la Casa Rosada. Desde lejos vi que no se había movido del banco, pero seguí corriendo y corriendo hasta llegar al banco, y me tiré como muerto mientras las palomas salían volando asustadas y la gente se daba vuelta con ese aire que toman para mirar a los chicos que corren, como si fuera un pecado. Después de un rato lo limpié un poco y dije que teníamos que volver a casa. Lo dije para oírme yo mismo y sentirme todavía más contento, porque con él lo único que servía era agarrarlo bien y llevarlo, las palabras no las escuchaba o se hacía el que no las escuchaba. Por suerte esta vez no se encaprichó al cruzar las calles, y el tranvía estaba casi vacío al comienzo del recorrido, así que lo puse en el primer asiento y me senté al lado y no me di vuelta ni una sola vez en todo el viaje, ni siquiera al bajarnos: la última cuadra la hicimos muy despacio, él queriendo meterse en los charcos y yo luchando para que pasara por las baldosas secas. Pero no me importaba, no me importaba nada. Pensaba todo el tiempo: «Lo abandoné», lo miraba y pensaba: «Lo abandoné», y aunque no me había olvidado del Paseo Colón me sentía tan bien, casi orgulloso. A lo mejor otra vez... No era fácil, pero a lo mejor... Quién sabe con qué ojos me mirarían papá y mamá cuando me vieran llegar con él de la mano. Claro que estarían contentos de que yo lo hubiera llevado a pasear al centro, los padres siempre están contentos de esas cosas; pero no sé por qué en ese momento se me daba por pensar que también a veces papá y mamá sacaban el pañuelo para secarse, y que también en el pañuelo había una hoja seca que les lastimaba la cara.
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