Medio
centenar de países se reúnen en Praga para afrontar los peligros del
turismo y la crisis climática en la zona, que ha perdido tanto hielo
marino en cuatro años como el Ártico en 34 años
En 2018 se tuvo que prohibir en el continente del sur el uso recreativo de los drones, cuyo sonido tiene un impacto en aves y pingüinos que está siendo estudiado por expertos
En 2018 se tuvo que prohibir en el continente del sur el uso recreativo de los drones, cuyo sonido tiene un impacto en aves y pingüinos que está siendo estudiado por expertos
Son los datos aportados por el el viceministro de Medio
Ambiente checo, Vladislav Smrž, en la reunión anual consultiva del
Sistema del Tratado Antártico, formado hace 60 años por una decena de
países –entre ellos Argentina, Estados Unidos, Chile o Noruega– y que
desarrolla normas para gobernar y proteger el medio ambiente y
garantizar la cooperación científica y la paz en el continente, donde
están prohibidas las operaciones militares o la explotación mineral.
(...) "Se utiliza una base precautoria para no exponer sin
conocimiento a la naturaleza. Ahora estamos trabajando con colonias de
aves, de pingüinos, por ejemplo, para ver cómo les afecta el ruido de
los drones. Sobre todo nos interesa la interacción con la biodiversidad,
porque si el pingüino se asusta por un dron y sale del nido, el ave
escúa puede venir y comerse al pollo. Esto es algo que en la naturaleza
ocurre normalmente, pero en este caso es forzado por el dron, entonces
no es aceptable".
Por ello, el avance en la normativa
pretende limitar el uso de drones a la actividad profesional, como ya
hace España, que solo autoriza drones con licencias para uso científico,
logístico y de gestión, como, por ejemplo: "Si hay que rescatar a
alguien, se emplea para ver dónde está, o si hay que abrir una vía en el
hielo, para ver dónde está mejor el hielo" (...)
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