www.lacasadelosmalfenti.com
* ¿La Casa de los Malfenti?, ¿Qué es esto? ¿Otro proyecto más dentro de la maraña infinita de páginas web y revistas literarias? ¿Y cuanto va a durar? ¡Seguro que dos o tres meses y luego se desencantarán, como todos!, ¡otro puñado de locos, que se aburren demasiado y no saben que hacer con tanto tiempo libre!
* Sí, amigos, somos un puñado de locos, un puñado de locos que se ha empeñado en lanzar una modesta revista literaria virtual, con la que crecer como lectores apasionados. Tiempo, lo que se dice tiempo, no es que tengamos demasiado, pero, ya se sabe, cuando a uno le interesa algo, se las arregla para arañarle minutos a su rutina diaria. Eso es lo que, sin lugar a dudas, nos ocurre a las personas que, de forma desinteresada, y, en sentido estricto de la palabra, por amor al arte, nos hemos embarcado en este tinglado de publicar una revista literaria.
* Hemos de admitir que el proyecto, La Casa de los Malfenti, ha surgido como materialización de una aspiración hace ya tiempo meditada. Se trata, en definitiva, de aprender a leer, de disfrutar con lo leído y de descubrir a los grandes escritores escondidos entre los recovecos de la red. Estas son las principales aspiraciones de esta modesta página web-revista.
* En un principio se nos planteó la disyuntiva de elegir entre un formato estándar en papel o acudir al, mucho más barato, medio virtual. Al final nos hemos decantado por una opción intermedia. El medio de expresión natural de La Casa de los Malfenti, será la red de redes, a pesar de que también, para aquellos nostálgicos del tacto del papel, se realizará una versión impresa. Confiamos en haber realizado la elección correcta. El tiempo nos dirá.
* Sin más palabras queremos invitaros a acompañarnos en esta aventura literaria. No hace falta recordar que en un proyecto de este tipo, vuestros comentarios y sugerencias son vitales. Nuestro dirección de email queda a vuestra disposición tanto para hacer comentarios, como para enviarnos textos o artículos (siempre se agradecen las colaboraciones): lectores@lacasadelosmalfenti.com
* Por cierto, se nos olvidaba explicaros que el nombre de la revista "La Casa de los Malfenti", está extraído de una novela de Italo Svevo titulada, "La Conciencia de Zeno". Simplemente os diremos que la elección del nombre fue el resultado de una búsqueda azarosa y sorprendente.
Y ahora… ¡a leer! Los Malfenti
DECLARACIÓN de INTENCIONES: Dirigida a aquellos Lectores Potenciales que, al entrar en la lectura de estas Mis Criaturas, sientan que no les gusta y ni siquiera les divierte. Abandonen de inmediato. Estas páginas están concebidas para Mi Memoria, mi Divertimento y el de Unos Pocos. Si tú no estás en este segundo grupo, yo no soy la persona adecuada para ti, deja esto y date una vuelta; seguro hallarás lo que buscas *** VER http://perrosflautadelmundo.blogspot.com.es/
mayo 02, 2009
Peña Ventosa (1434 m)... (+ Kepa Castro)
(Kepa tiene un blog llamado "Diario de un Montañero Paparazzi" en el que nos describe sus incursiones en la montaña y algo más. Sus textos tienen, a mi parecer, un buen discurso, son amenos y además los acompaña de multitud de fotos, estupendas fotos, que sirven para el iniciado y para el profano, ya que su acercamiento hace que te puedas hacer una idea, bastante precisa, del medio en que se desenvuelve.
Lema de su blog: "Las montañas perdurarán, el hombre no".
Ya lo incluí, en 17/01/07, en el grupo de Pág. para amantes de la montaña: RECOMENDADOS III. PAQUITA)
kepacastro.blogspot.com/
Narración publicada el martes, 31 de marzo de 2009:
"Posiblemente una de las mejores salidas que se pueden hacer en el desfiladero de la Hermida, subir a la Peña Ventosa desde Lebeña, 1100 metros de vertiginoso desnivel. Día de otoño, tiempo brutal y muchas ganas de ascender a esta mole de caliza.
Salimos, como miuras a las Ventas, por la pista que va ascendiendo hasta el collado que se ve a fondo y que nos servirá de punto de ataque a la cima. La primera en la frente. Nos pasamos un desvío y nos metemos de lleno en el fondo del barranco. En vez de recular, seguimos adelante. Cruzamos campas, cruzamos alambradas y no vemos claro por donde ir. Nos metemos de lleno en una regata. Mal asunto...
Tras agrias discusiones, otros dos y yo nos desligamos del grupo y les dejamos discutiendo. Encontramos un sendero de vacas que remonta el barranco en dirección a la pista buena por la que parte del grupo va. Sudamos la gota gorda para remontar el puñetero barranco, pero salimos justo detrás del grupo que no se había pasado el cruce (...)"
(Para seguir leyendo y DISFRUTAR de su estupenda página -ya sabéis- entrad en ella. Paquita)
Lema de su blog: "Las montañas perdurarán, el hombre no".
Ya lo incluí, en 17/01/07, en el grupo de Pág. para amantes de la montaña: RECOMENDADOS III. PAQUITA)
kepacastro.blogspot.com/
Narración publicada el martes, 31 de marzo de 2009:
"Posiblemente una de las mejores salidas que se pueden hacer en el desfiladero de la Hermida, subir a la Peña Ventosa desde Lebeña, 1100 metros de vertiginoso desnivel. Día de otoño, tiempo brutal y muchas ganas de ascender a esta mole de caliza.
Salimos, como miuras a las Ventas, por la pista que va ascendiendo hasta el collado que se ve a fondo y que nos servirá de punto de ataque a la cima. La primera en la frente. Nos pasamos un desvío y nos metemos de lleno en el fondo del barranco. En vez de recular, seguimos adelante. Cruzamos campas, cruzamos alambradas y no vemos claro por donde ir. Nos metemos de lleno en una regata. Mal asunto...
Tras agrias discusiones, otros dos y yo nos desligamos del grupo y les dejamos discutiendo. Encontramos un sendero de vacas que remonta el barranco en dirección a la pista buena por la que parte del grupo va. Sudamos la gota gorda para remontar el puñetero barranco, pero salimos justo detrás del grupo que no se había pasado el cruce (...)"
(Para seguir leyendo y DISFRUTAR de su estupenda página -ya sabéis- entrad en ella. Paquita)
mayo 01, 2009
Cartas d/El Hombre Acecha(1937/39): Miguel Hernádez.(34.2)
(Copiado del apartado Comentarios. Página de Naveganterojo
naveganterojo.blogspot.com/
Fue su conductor: RAYANDO EL SOL. Y su Autor: Miguel Hernández, que todo el mundo conoce, y creo que representa muy bien a esas cartas...
Hoy puede ser un buen día -1º de Mayo-... pese a que pretendan que pierda por completo su significado. . PAQUITA)
El palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.
Oigo un latido de cartas
navegando hacia su centro.
Donde voy, con las mujeres
y con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia
desgastados por el tiempo.
Cartas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura,
proyectados en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.
...............
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
...............
En un rincón enmudecen
cartas viejas, sobres viejos,
con el color de la edad
sobre la escritura puesto.
Allí perecen las cartas
llenas de estremecimientos.
Allí agoniza la tinta
y desfallecen los pliegos,
y el papel se agujerea
como un breve cementerio
de las pasiones de antes,
de los amores de luego.
...............
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
...............
Cuando te voy a escribir
se emocionan los tinteros:
los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.
Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.
Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.
Ave que sólo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.
Y te quedarás desnuda
dentro de tus sentimientos,
sin ropa, para sentirla
del todo contra tu pecho.
...............
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
...............
Ayer se quedó una carta
abandonada y sin dueño,
volando sobre los ojos
de alguien que perdió su cuerpo.
Cartas que se quedan vivas
hablando para los muertos:
papel anhelante, humano,
sin ojos que puedan serlo.
Mientras los colmillos crecen,
cada vez más cerca siento
la leve voz de tu carta
igual que un clamor inmenso.
La recibiré dormido,
si no es posible despierto.
Y mis heridas serán
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas
de rememorar tus besos,
y con su inaudita voz
han de repetir: te quiero.
naveganterojo.blogspot.com/
Fue su conductor: RAYANDO EL SOL. Y su Autor: Miguel Hernández, que todo el mundo conoce, y creo que representa muy bien a esas cartas...
Hoy puede ser un buen día -1º de Mayo-... pese a que pretendan que pierda por completo su significado. . PAQUITA)
El palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.
Oigo un latido de cartas
navegando hacia su centro.
Donde voy, con las mujeres
y con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia
desgastados por el tiempo.
Cartas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura,
proyectados en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.
...............
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
...............
En un rincón enmudecen
cartas viejas, sobres viejos,
con el color de la edad
sobre la escritura puesto.
Allí perecen las cartas
llenas de estremecimientos.
Allí agoniza la tinta
y desfallecen los pliegos,
y el papel se agujerea
como un breve cementerio
de las pasiones de antes,
de los amores de luego.
...............
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
...............
Cuando te voy a escribir
se emocionan los tinteros:
los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.
Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.
Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.
Ave que sólo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.
Y te quedarás desnuda
dentro de tus sentimientos,
sin ropa, para sentirla
del todo contra tu pecho.
...............
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
...............
Ayer se quedó una carta
abandonada y sin dueño,
volando sobre los ojos
de alguien que perdió su cuerpo.
Cartas que se quedan vivas
hablando para los muertos:
papel anhelante, humano,
sin ojos que puedan serlo.
Mientras los colmillos crecen,
cada vez más cerca siento
la leve voz de tu carta
igual que un clamor inmenso.
La recibiré dormido,
si no es posible despierto.
Y mis heridas serán
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas
de rememorar tus besos,
y con su inaudita voz
han de repetir: te quiero.
abril 30, 2009
LOCUS AMOENUS: Raquel Lanseros (de "Diario de un destello")
(Enterrado por El éxodo el miércoles pasado 22 de abril de 2009. Etiqueta: EL SENTIR DE LOS POETAS, RENDIJAS DE LUCES En el Día de la Tierra: LOCUS AMOENUS (un poema de Raquel Lanseros)
Me uno a su homenaje -el de ambos- a la Tierra, esa tan olvidada, tan dañada por otros tantos, tantas veces saqueada, tantas... PAQUITA)
hipogeo.blogspot.com/
La Tierra está llorando.
Nuestro salón de estar es un enfermo crónico.
Ahora,
cuando el futuro tiene dentadura de asfalto
el locus amoenus de césped terciopelo
es un moderno centro multiusos
que contiene -amén de otras facilities-
varias boutiques de moda primavera,
restaurantes, gimnasios, salones de belleza,
visite los famosos multicines Arcadia,
podrá usted compartir palomitas
en el mismo lugar donde se amaron
bucólicos pastores de mirada extasiada.
La Tierra está llorando.
Nuestro cuarto de estar es un enfermo crónico.
Hoy,
cuando sueños y euros son palabras sinónimas,
el palacio encantado de la Bella Durmiente
se ha parcelado en urbanizaciones
de acabados espléndidos, vistas a las colinas
donde el sol languidece.
Nadie con buen criterio desperdiciaría
esta oportunidad tan lisonjera,
Sleeping Beauty: chalets y pareados,
el paraíso del siglo veintiuno
al alcance de cualquier bolsillo acomodado.
La Tierra está llorando.
Por suerte
ayer salieron a la calle unos pocos
armados de coraje para intentar curarla.
Los disolvieron los antidisturbios.
Me uno a su homenaje -el de ambos- a la Tierra, esa tan olvidada, tan dañada por otros tantos, tantas veces saqueada, tantas... PAQUITA)
hipogeo.blogspot.com/
La Tierra está llorando.
Nuestro salón de estar es un enfermo crónico.
Ahora,
cuando el futuro tiene dentadura de asfalto
el locus amoenus de césped terciopelo
es un moderno centro multiusos
que contiene -amén de otras facilities-
varias boutiques de moda primavera,
restaurantes, gimnasios, salones de belleza,
visite los famosos multicines Arcadia,
podrá usted compartir palomitas
en el mismo lugar donde se amaron
bucólicos pastores de mirada extasiada.
La Tierra está llorando.
Nuestro cuarto de estar es un enfermo crónico.
Hoy,
cuando sueños y euros son palabras sinónimas,
el palacio encantado de la Bella Durmiente
se ha parcelado en urbanizaciones
de acabados espléndidos, vistas a las colinas
donde el sol languidece.
Nadie con buen criterio desperdiciaría
esta oportunidad tan lisonjera,
Sleeping Beauty: chalets y pareados,
el paraíso del siglo veintiuno
al alcance de cualquier bolsillo acomodado.
La Tierra está llorando.
Por suerte
ayer salieron a la calle unos pocos
armados de coraje para intentar curarla.
Los disolvieron los antidisturbios.
abril 29, 2009
A Javier Ortiz (5.3)
Ahora que ya he leído tu obituario... porque lo publicó el medio que tú elegiste para ello -tu página personal-, que sé que mis palabras no te llegarán en forma alguna, te digo, más tarde que nunca, que me parece que fuiste una buena persona -lo deduzco de tus escritos, los pocos que he leído, lo reconozco- entre otras cosas porque algunas de las que aprecio te apreciaban, y eso para mí es un punto fuerte. El criterio de mis estimados es estimable, en principio.
Ya fuiste, mutarás para incorporarte otra vez a la vida, alimentando nueva savia que ayude a elaborar un mundo mejor ¡porque es posible! ¡porque así queremos creerlo!
Un abrazo imaginario. PAQUITA
Remitente: PAQUITA.2009/04/29 08:52:14.183 GMT+2
paqquita.blogspot.com
Ya fuiste, mutarás para incorporarte otra vez a la vida, alimentando nueva savia que ayude a elaborar un mundo mejor ¡porque es posible! ¡porque así queremos creerlo!
Un abrazo imaginario. PAQUITA
Remitente: PAQUITA.2009/04/29 08:52:14.183 GMT+2
paqquita.blogspot.com
abril 28, 2009
Javier Ortiz (5.2)ha fallecido esta madrugada.... (+ Léolo)
(Extraído a través de Léolo, que lo publicó esta mañana temprano: 2009/04/28 06:00:00 PAQUITA. La negrilla es mía)
leolo.blogspirit.com/
*** Javier Ortiz ha fallecido esta madrugada.
Incineración, el miércoles 29 por la mañana en el Cementerio de la Almudena.
*** Dejó escrito su propio obituario (24 de enero de 2007). Así:
"Falleció ayer de parada cardio-respiratoria el escritor y periodista Javier Ortiz. Es algo que él mismo, autor de estas líneas, sabía muy bien que sucedería, y que por eso pudo pronosticar, porque no hay nada más inevitable que morir de parada cardio-respiratoria. Si sigues respirando y el corazón te late, no te dan por muerto.
Así que en ésas estamos (bueno, él ya no).
Javier Ortiz fue el sexto hijo de una maestra de Irún, María Estévez Sáez, y de un gestor administrativo madrileño, José María Ortiz Crouselles. Sus abuelos fueron, respectivamente, un señor de Granada con aspecto de policía –lo que tal vez se justifique considerando el hecho de que era policía–, una señora muy agradable y culta con allure y apellido del Rosellón, un honrado y discreto carabinero orensano con habilidades de pendolista y una viuda de Haro casada en segundas nupcias con el recién mencionado, Javier Estévez Cartelle, del que se derivó el nombre de pila de nuestro recién difunto. Si algún interés tienen todos estos antecedentes, cosa que dista de estar clara, es el de demostrar que, en contra de lo que suele pretenderse, el cruce de razas no mejora el producto. (Obsérvese qué gran variedad de procedencias se puso en juego para acabar fabricando a un vasco calvo y bajito.)
La infancia de Javier Ortiz transcurrió en San Sebastián, ciudad que le venía muy a mano, porque nació allí. Se dedicó básicamente a mirar lo que había por sus cercanías, en particular el pecho de las señoras –ahora que ya está muerto podemos descubrir ese inocente secreto suyo–, y a estudiar cosas tan peregrinas como las ciudades costeras del Perú, de las que no logró olvidarse hasta su postrer respiro. Los jesuitas trataron de encauzarlo por el buen camino, pero él descubrió muy pronto que era comunista. Eso malogró del todo su carrera religiosa, ya de por sí poco prometedora, sobre todo desde que notó con desagrado el interés que algunos sacerdotes ponían en sus partes pudendas.
Su primer trabajo como escribidor, aparecido en una página del periódico del colegio, fue, curiosamente, una necrológica, con lo que cabría decir que su carrera como periodista ha resultado capicúa, singular circunstancia de la que muy pocos podrían presumir, aún en el improbable caso de que lo pretendieran.
A los 15 años, hastiado de las injusticias humanas –algunas de las cuales seguían teniendo como referencia obsesiva los pechos femeninos–, decidió hacerse marxista-leninista. Los años siguientes tuvo que emplearlos en averiguar qué era eso que acababa de hacerse, a lo que contribuyeron decisivamente algunos esforzados miembros de la Policía política franquista.
A partir de lo cual, se dedicó con gran entusiasmo a cultivar el noble género del panfleto. Sin parar. A diario. Año tras año. Fue cambiando de punto de residencia, no siempre por voluntad propia –ahí merecen especial mención sus estancias carcelarias y su exilio, primero en Burdeos, luego en París–, pero jamás varió su inquebrantable afán de agitador político, que él pretendía haber adquirido, por absurdo que parezca –y sea, de hecho–, en la lectura de Los documentos póstumos del Club Pickwick, de don Carlos Dickens, y de las Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Padarox, de don Pío Baroja.
Burdeos, París, Barcelona, Madrid, Bilbao, Aigües, Santander... Recorrió incontables sitios y holló innúmeros parajes sin parar de escribir, erre que erre. Zutik!, Servir al Pueblo, Saida, Liberación –y Mar, y Mediterranean Magazine– y El Mundo, y una docena de libros, y varias radios, y algunas televisiones... Por escribir, incluso escribió para otros y otras, ejerciendo de negro en momentos de particular penuria. También lo hizo a veces por amistad.
Movido por la lectura del Selecciones de Reader’s Digest y otras publicaciones estadounidenses tan aficionadas a ese género de operaciones, un día decidió calcular cuántos kilómetros cubrirían sus escritos, en el caso de colocarlos todos en una sola larguísima línea de cuerpo 12. El resultado de la estimación fue concluyente: ocuparían la tira.
En materia de amores (de la que sería injusto decir que careciera de alguna experiencia), también fue capicúa. Decía que las mejores mujeres, las más cariñosas y las más nobles con las que compartió sus días (sin desdeñar dogmáticamente a ninguna otra), le resultaron la primera y la última. Aunque la favorita le apareciera por medio: su hija Ane.
Y todo para acabar con algo tan vulgar como la muerte. Por parada cardio-respiratoria, como queda dicho. En fin, otro puesto de trabajo disponible. Algo es algo".
*** Javier Ortiz, escritor y columnista, nació en Donostia-San Sebastián el 24 de enero de 1948 y murió ayer en Aigües (Alicante), tras dejar escrito el presente obituario.
www.javierortiz.net/jor/apuntes/obituario
Y, entre otras muchas, esta declaración de principios:
*** Sueño con Jamaica (Publicado en El Mundo el 14 de abril de 1995)
Sueño con Jamaica. Estoy sentado detrás de una mesa negra, rodeado de papeles, delante de una pared de la que cuelgan fotografías de desolación y soledad, entre proyectos de artículos y pilas de opinión que me reclaman. Y estoy volando hacia Jamaica.
La pantalla de fósforo verde me mira adusta. Me está pidiendo impaciente su ración cotidiana de formatos y de claves. Pero hoy –¿qué me pasa?– sólo veo en ella reflejos de espuma blanca sobre un mar de azul intenso. Un mar bajo el sol: bajo ese fiero sol de pasión que ilumina eternamente el puerto de Kingston, en Jamaica.
Sueño con Jamaica. Jamaica es una isla (no sé por qué os lo cuento, si ya lo sabéis); Jamaica es una isla primitiva, anárquica y bellísima, con casas de hojalata que desembocan en largas playas de arena fina y blanca. En Jamaica todo está por hacer, y uno puede vivir con la esperanza en la punta de los dedos, pensando que todo es aún posible y que el futuro existe. Y las gentes son sencillas, y sus sentimientos, espontáneos y directos, y hasta los asesinos son capaces de explicar lo que hacen sin recurrir a teorías sociológicas o sesudos estudios de mercado: matan –ya veis, qué cosas–, y matan porque odian y porque aman, y eso es todo, y nadie le da más vueltas.
En Jamaica, el tiempo no cuenta apenas nada. La gente es tranquila e impuntual, y muy pocos son los que admiten que les impongan una cita: ellos quedan y, al final, aparecen, pero no miran el reloj ni se preocupan por horarios.
Sueño con Jamaica, y en la Jamaica en la que yo sueño nadie se levanta la voz, y el ruido es sólo algarabía callejera, y los policías no dan miedo, aunque asusten un poco con los ruidosos piropos que lanzan a las muchachas que circulan en bicicleta y a las que el aire levanta sus faldas de mil colores.
Tal vez esa Jamaica en la que estoy soñando no exista. Tal vez esto que os estoy contando sea sólo el fruto de películas y carteles de turismo asomados a los escaparates de las agencias de viaje.
Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nunca la vea. Me da igual. Mejor que sea así.
Mi Jamaica, esta Jamaica en la que hoy sueño, me vale porque es quimera, porque ocupa el espacio del no-aquí, porque me ayuda a imaginar que podríamos ser otros.
Y sueño, y me voy a Jamaica para mejor sentir mi distancia ante lo que veo: calles grises, gente triste. Y sueño con Jamaica para reclamar de mí más alegría, para pensar que todos podemos romper con todo, que somos capaces de no acudir puntuales a las citas, de reírnos de los estudios sociológicos que explican la muerte, de creer que el porvenir que nos espera no está condenado a ser de por vida un tiempo para el llanto.
Jamaica o muerte. Venceremos.
*** Tres tristes tercios (Publicado en Público el 28 de abril de 2009)
Desde hace meses, no pocos politólogos (de alguna manera habrá que llamarnos) venimos insistiendo en que las próximas elecciones europeas no van a decidir quién es capaz de gobernar mejor Europa, sino quién podría hacerlo de una manera que fuera menos mala para cada votante que la de sus adversarios. Es como si cada cual sólo pensara en el modo en el que las cosas vayan a ir de la forma menos desastrosa posible: no de ninguna que pudiera ser calificada de aceptablemente buena. Son los dos tercios que piensan: “Cualquier cosa menos el PP”, o bien: “Cualquier cosa menos el PSOE”. El último tercio lo forman quienes no se dan por concernidos. Dentro de éstos, unos se sienten superiores, otros inferiores y otros indiferentes.
En realidad van a ser las elecciones europeas más pueblerinas.
No hay una verdadera visión continental de lo que las elecciones teóricamente pretenden. Hay, como puede verse, tres tercios, pero ninguno está a la altura de las circunstancias.
Oigo y leo a Rajoy, Montoro y demás aspirantes a regresar a la Moncloa que, si los socialistas siguen decidiendo sobre la política económica europea, España se va a morir de inanición. Los de enfrente responden tres cuartos de lo mismo aportando la misma cantidad y el mismo peso en argumentación a la hora de apoyar sus palabras: ninguno.
Apuesto triple contra sencillo a que Mayor Oreja seguirá con sus monografías sobre ETA, a que Jáuregui entrará al trapo y a que a los demás no nos quedará sino aguantarlos a todos. A todos, salvo a nosotros mismos que, por supuesto, seguiremos teniendo razón.
<<<<<<<<<<<Espéranos en Jamaica>>>>>>>>>>>>>>
leolo.blogspirit.com/
*** Javier Ortiz ha fallecido esta madrugada.
Incineración, el miércoles 29 por la mañana en el Cementerio de la Almudena.
*** Dejó escrito su propio obituario (24 de enero de 2007). Así:
"Falleció ayer de parada cardio-respiratoria el escritor y periodista Javier Ortiz. Es algo que él mismo, autor de estas líneas, sabía muy bien que sucedería, y que por eso pudo pronosticar, porque no hay nada más inevitable que morir de parada cardio-respiratoria. Si sigues respirando y el corazón te late, no te dan por muerto.
Así que en ésas estamos (bueno, él ya no).
Javier Ortiz fue el sexto hijo de una maestra de Irún, María Estévez Sáez, y de un gestor administrativo madrileño, José María Ortiz Crouselles. Sus abuelos fueron, respectivamente, un señor de Granada con aspecto de policía –lo que tal vez se justifique considerando el hecho de que era policía–, una señora muy agradable y culta con allure y apellido del Rosellón, un honrado y discreto carabinero orensano con habilidades de pendolista y una viuda de Haro casada en segundas nupcias con el recién mencionado, Javier Estévez Cartelle, del que se derivó el nombre de pila de nuestro recién difunto. Si algún interés tienen todos estos antecedentes, cosa que dista de estar clara, es el de demostrar que, en contra de lo que suele pretenderse, el cruce de razas no mejora el producto. (Obsérvese qué gran variedad de procedencias se puso en juego para acabar fabricando a un vasco calvo y bajito.)
La infancia de Javier Ortiz transcurrió en San Sebastián, ciudad que le venía muy a mano, porque nació allí. Se dedicó básicamente a mirar lo que había por sus cercanías, en particular el pecho de las señoras –ahora que ya está muerto podemos descubrir ese inocente secreto suyo–, y a estudiar cosas tan peregrinas como las ciudades costeras del Perú, de las que no logró olvidarse hasta su postrer respiro. Los jesuitas trataron de encauzarlo por el buen camino, pero él descubrió muy pronto que era comunista. Eso malogró del todo su carrera religiosa, ya de por sí poco prometedora, sobre todo desde que notó con desagrado el interés que algunos sacerdotes ponían en sus partes pudendas.
Su primer trabajo como escribidor, aparecido en una página del periódico del colegio, fue, curiosamente, una necrológica, con lo que cabría decir que su carrera como periodista ha resultado capicúa, singular circunstancia de la que muy pocos podrían presumir, aún en el improbable caso de que lo pretendieran.
A los 15 años, hastiado de las injusticias humanas –algunas de las cuales seguían teniendo como referencia obsesiva los pechos femeninos–, decidió hacerse marxista-leninista. Los años siguientes tuvo que emplearlos en averiguar qué era eso que acababa de hacerse, a lo que contribuyeron decisivamente algunos esforzados miembros de la Policía política franquista.
A partir de lo cual, se dedicó con gran entusiasmo a cultivar el noble género del panfleto. Sin parar. A diario. Año tras año. Fue cambiando de punto de residencia, no siempre por voluntad propia –ahí merecen especial mención sus estancias carcelarias y su exilio, primero en Burdeos, luego en París–, pero jamás varió su inquebrantable afán de agitador político, que él pretendía haber adquirido, por absurdo que parezca –y sea, de hecho–, en la lectura de Los documentos póstumos del Club Pickwick, de don Carlos Dickens, y de las Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Padarox, de don Pío Baroja.
Burdeos, París, Barcelona, Madrid, Bilbao, Aigües, Santander... Recorrió incontables sitios y holló innúmeros parajes sin parar de escribir, erre que erre. Zutik!, Servir al Pueblo, Saida, Liberación –y Mar, y Mediterranean Magazine– y El Mundo, y una docena de libros, y varias radios, y algunas televisiones... Por escribir, incluso escribió para otros y otras, ejerciendo de negro en momentos de particular penuria. También lo hizo a veces por amistad.
Movido por la lectura del Selecciones de Reader’s Digest y otras publicaciones estadounidenses tan aficionadas a ese género de operaciones, un día decidió calcular cuántos kilómetros cubrirían sus escritos, en el caso de colocarlos todos en una sola larguísima línea de cuerpo 12. El resultado de la estimación fue concluyente: ocuparían la tira.
En materia de amores (de la que sería injusto decir que careciera de alguna experiencia), también fue capicúa. Decía que las mejores mujeres, las más cariñosas y las más nobles con las que compartió sus días (sin desdeñar dogmáticamente a ninguna otra), le resultaron la primera y la última. Aunque la favorita le apareciera por medio: su hija Ane.
Y todo para acabar con algo tan vulgar como la muerte. Por parada cardio-respiratoria, como queda dicho. En fin, otro puesto de trabajo disponible. Algo es algo".
*** Javier Ortiz, escritor y columnista, nació en Donostia-San Sebastián el 24 de enero de 1948 y murió ayer en Aigües (Alicante), tras dejar escrito el presente obituario.
www.javierortiz.net/jor/apuntes/obituario
Y, entre otras muchas, esta declaración de principios:
*** Sueño con Jamaica (Publicado en El Mundo el 14 de abril de 1995)
Sueño con Jamaica. Estoy sentado detrás de una mesa negra, rodeado de papeles, delante de una pared de la que cuelgan fotografías de desolación y soledad, entre proyectos de artículos y pilas de opinión que me reclaman. Y estoy volando hacia Jamaica.
La pantalla de fósforo verde me mira adusta. Me está pidiendo impaciente su ración cotidiana de formatos y de claves. Pero hoy –¿qué me pasa?– sólo veo en ella reflejos de espuma blanca sobre un mar de azul intenso. Un mar bajo el sol: bajo ese fiero sol de pasión que ilumina eternamente el puerto de Kingston, en Jamaica.
Sueño con Jamaica. Jamaica es una isla (no sé por qué os lo cuento, si ya lo sabéis); Jamaica es una isla primitiva, anárquica y bellísima, con casas de hojalata que desembocan en largas playas de arena fina y blanca. En Jamaica todo está por hacer, y uno puede vivir con la esperanza en la punta de los dedos, pensando que todo es aún posible y que el futuro existe. Y las gentes son sencillas, y sus sentimientos, espontáneos y directos, y hasta los asesinos son capaces de explicar lo que hacen sin recurrir a teorías sociológicas o sesudos estudios de mercado: matan –ya veis, qué cosas–, y matan porque odian y porque aman, y eso es todo, y nadie le da más vueltas.
En Jamaica, el tiempo no cuenta apenas nada. La gente es tranquila e impuntual, y muy pocos son los que admiten que les impongan una cita: ellos quedan y, al final, aparecen, pero no miran el reloj ni se preocupan por horarios.
Sueño con Jamaica, y en la Jamaica en la que yo sueño nadie se levanta la voz, y el ruido es sólo algarabía callejera, y los policías no dan miedo, aunque asusten un poco con los ruidosos piropos que lanzan a las muchachas que circulan en bicicleta y a las que el aire levanta sus faldas de mil colores.
Tal vez esa Jamaica en la que estoy soñando no exista. Tal vez esto que os estoy contando sea sólo el fruto de películas y carteles de turismo asomados a los escaparates de las agencias de viaje.
Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nunca la vea. Me da igual. Mejor que sea así.
Mi Jamaica, esta Jamaica en la que hoy sueño, me vale porque es quimera, porque ocupa el espacio del no-aquí, porque me ayuda a imaginar que podríamos ser otros.
Y sueño, y me voy a Jamaica para mejor sentir mi distancia ante lo que veo: calles grises, gente triste. Y sueño con Jamaica para reclamar de mí más alegría, para pensar que todos podemos romper con todo, que somos capaces de no acudir puntuales a las citas, de reírnos de los estudios sociológicos que explican la muerte, de creer que el porvenir que nos espera no está condenado a ser de por vida un tiempo para el llanto.
Jamaica o muerte. Venceremos.
*** Tres tristes tercios (Publicado en Público el 28 de abril de 2009)
Desde hace meses, no pocos politólogos (de alguna manera habrá que llamarnos) venimos insistiendo en que las próximas elecciones europeas no van a decidir quién es capaz de gobernar mejor Europa, sino quién podría hacerlo de una manera que fuera menos mala para cada votante que la de sus adversarios. Es como si cada cual sólo pensara en el modo en el que las cosas vayan a ir de la forma menos desastrosa posible: no de ninguna que pudiera ser calificada de aceptablemente buena. Son los dos tercios que piensan: “Cualquier cosa menos el PP”, o bien: “Cualquier cosa menos el PSOE”. El último tercio lo forman quienes no se dan por concernidos. Dentro de éstos, unos se sienten superiores, otros inferiores y otros indiferentes.
En realidad van a ser las elecciones europeas más pueblerinas.
No hay una verdadera visión continental de lo que las elecciones teóricamente pretenden. Hay, como puede verse, tres tercios, pero ninguno está a la altura de las circunstancias.
Oigo y leo a Rajoy, Montoro y demás aspirantes a regresar a la Moncloa que, si los socialistas siguen decidiendo sobre la política económica europea, España se va a morir de inanición. Los de enfrente responden tres cuartos de lo mismo aportando la misma cantidad y el mismo peso en argumentación a la hora de apoyar sus palabras: ninguno.
Apuesto triple contra sencillo a que Mayor Oreja seguirá con sus monografías sobre ETA, a que Jáuregui entrará al trapo y a que a los demás no nos quedará sino aguantarlos a todos. A todos, salvo a nosotros mismos que, por supuesto, seguiremos teniendo razón.
<<<<<<<<<<<Espéranos en Jamaica>>>>>>>>>>>>>>
José Luis Sampedro (40.1), economista
(Gracias a la página de epv, enlazo y copio lo siguiente de mi admirado José Luis Sampedro -la investidura fue el 21, uno antes del Día del Planeta y dos del Día del Libro... o sea: hace una semana. Fácil: 21=22-1=23-2=28-7,... es que soy de ciencias- PAQUITA)
www.publico.es/dinero/220755 (EFE) Sevilla 22/04/2009 16:58
El profesor, escritor, académico y economista José Luis Sampedro, de 92 años, dijo este martes en su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla que "no es que el capitalismo sea malo, sino que está agotado".
Sampedro lo concluyó afirmando que sólo hay dos clases de economistas, los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que, como él, lo hacen para que los pobres sean menos pobres, si bien lo comenzó citando dos versos del clásico sevillano Rodrigo Caro, de su oda A las ruinas de Itálica: "Las torres que desprecio al aire fueron / a su gran pesadumbre se rindieron".
Sin leer al pronunciar su discurso, el economista comparó al capitalismo con una "torre llena de grietas" por haber tropezado con límites, como los de los recursos y la destrucción del medio ambiente "a un ritmo imposible de mantener".
"Estados Unidos tiene miedo y prefiere sacrificar la libertad, que tanto tiempo ha costado lograr, por la seguridad" "En el siglo XX la población de la Tierra se ha triplicado, mientras que los recursos no se triplican sino que se destruyen", señaló para citar un estudio según el cual para que toda la Humanidad tuviera el nivel de vida de los españoles harían falta tres Planetas Tierra.
El escritor, que aseguró no estar en contra del capitalismo en sí mismo pero sí de quiénes no se dan cuenta de que es como "un ser que se muere", se preguntó donde está el espíritu creativo, emprendedor del capitalismo en sus inicios históricos, cuando hoy "lo que hay es miedo" y "los países ricos se defienden con toscas medidas medievales, construyendo murallas".
"Estados Unidos tiene miedo y prefiere sacrificar la libertad, que tanto tiempo ha costado lograr, por la seguridad, que por otra parte es una seguridad ilusoria", añadió.
"El sistema está a la defensiva, busca soluciones que son repetición de otras y se encomienda su búsqueda a los mismos que han creado los problemas", aseguró antes de afirmar que "estamos en un momento comparable al de Roma con los bárbaros".
Destrucción de valores: Sampedro afirmó que "salvo por la técnica estamos en la barbarie" porque la barbarie no es sino "la destrucción de los valores básicos de una sociedad; cuando una cultura deserta de sus valores estamos en la barbarie, que ya se manifestó el siglo pasado con los campos de concentración de Stalin y las cámaras de gas de Hitler".
"Todo eso ha continuado con Irak y el ataque preventivo; un ataque preventivo no es más que la ley del más fuerte, la ley de la selva", afirmó para lamentar que haya "a estas alturas juristas que defienden la tortura, que es barbarie".
El profesor aseguró que "Europa está todavía deshecha, y la Unión Europea tiene poco de unión y más de entendimiento entre mercaderes" al señalar las diferencias entre Europa y Estados Unidos, que explicó con una anécdota, cuando en 1910 el banquero americano Morgan encargó a uno de sus abogados la absorción de una empresa.
"La Unión Europea tiene poco de unión y más de entendimiento entre mercaderes"El banquero le dijo a Morgan que aquella operación no se podía hacer, y éste le contestó que no le pagaba para que le dijera lo que podía y no podía hacer, sino para le ayudara a lograr sus objetivos.
Sampedro calificó como una "barbaridad" y como "una de las frases más escandalosas de la historia del capitalismo" la de Benjamin Franklin de que "el tiempo es oro" porque, añadió, el tiempo es la vida y la vida siempre será más valiosa que el oro; a la vez que recordó que la frase de Franklin fue traducida por Marx: "El capitalismo lo convierte todo en mercancía".
Y de esta frase, sacó Sampedro el corolario a su discurso: "El hombre ya no es la medida de todas las cosas, sino el dinero; y eso es una de las causas de la ruina del sistema, por olvidar otros valores".
www.publico.es/dinero/220755 (EFE) Sevilla 22/04/2009 16:58
El profesor, escritor, académico y economista José Luis Sampedro, de 92 años, dijo este martes en su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla que "no es que el capitalismo sea malo, sino que está agotado".
Sampedro lo concluyó afirmando que sólo hay dos clases de economistas, los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que, como él, lo hacen para que los pobres sean menos pobres, si bien lo comenzó citando dos versos del clásico sevillano Rodrigo Caro, de su oda A las ruinas de Itálica: "Las torres que desprecio al aire fueron / a su gran pesadumbre se rindieron".
Sin leer al pronunciar su discurso, el economista comparó al capitalismo con una "torre llena de grietas" por haber tropezado con límites, como los de los recursos y la destrucción del medio ambiente "a un ritmo imposible de mantener".
"Estados Unidos tiene miedo y prefiere sacrificar la libertad, que tanto tiempo ha costado lograr, por la seguridad" "En el siglo XX la población de la Tierra se ha triplicado, mientras que los recursos no se triplican sino que se destruyen", señaló para citar un estudio según el cual para que toda la Humanidad tuviera el nivel de vida de los españoles harían falta tres Planetas Tierra.
El escritor, que aseguró no estar en contra del capitalismo en sí mismo pero sí de quiénes no se dan cuenta de que es como "un ser que se muere", se preguntó donde está el espíritu creativo, emprendedor del capitalismo en sus inicios históricos, cuando hoy "lo que hay es miedo" y "los países ricos se defienden con toscas medidas medievales, construyendo murallas".
"Estados Unidos tiene miedo y prefiere sacrificar la libertad, que tanto tiempo ha costado lograr, por la seguridad, que por otra parte es una seguridad ilusoria", añadió.
"El sistema está a la defensiva, busca soluciones que son repetición de otras y se encomienda su búsqueda a los mismos que han creado los problemas", aseguró antes de afirmar que "estamos en un momento comparable al de Roma con los bárbaros".
Destrucción de valores: Sampedro afirmó que "salvo por la técnica estamos en la barbarie" porque la barbarie no es sino "la destrucción de los valores básicos de una sociedad; cuando una cultura deserta de sus valores estamos en la barbarie, que ya se manifestó el siglo pasado con los campos de concentración de Stalin y las cámaras de gas de Hitler".
"Todo eso ha continuado con Irak y el ataque preventivo; un ataque preventivo no es más que la ley del más fuerte, la ley de la selva", afirmó para lamentar que haya "a estas alturas juristas que defienden la tortura, que es barbarie".
El profesor aseguró que "Europa está todavía deshecha, y la Unión Europea tiene poco de unión y más de entendimiento entre mercaderes" al señalar las diferencias entre Europa y Estados Unidos, que explicó con una anécdota, cuando en 1910 el banquero americano Morgan encargó a uno de sus abogados la absorción de una empresa.
"La Unión Europea tiene poco de unión y más de entendimiento entre mercaderes"El banquero le dijo a Morgan que aquella operación no se podía hacer, y éste le contestó que no le pagaba para que le dijera lo que podía y no podía hacer, sino para le ayudara a lograr sus objetivos.
Sampedro calificó como una "barbaridad" y como "una de las frases más escandalosas de la historia del capitalismo" la de Benjamin Franklin de que "el tiempo es oro" porque, añadió, el tiempo es la vida y la vida siempre será más valiosa que el oro; a la vez que recordó que la frase de Franklin fue traducida por Marx: "El capitalismo lo convierte todo en mercancía".
Y de esta frase, sacó Sampedro el corolario a su discurso: "El hombre ya no es la medida de todas las cosas, sino el dinero; y eso es una de las causas de la ruina del sistema, por olvidar otros valores".
abril 27, 2009
Todo pasa
Loc@ dijo... 27 de abril de 2009 9:35, en el blog de Rafa
hipogeo.blogspot.com/
Todo pasa, nosotros también, y no tenemos conciencia de nuestra evanescencia o contundencia... no, NO la tenemos! Después, puede que aún sea tiempo... si entonces no es demasiado tarde.
Abrazos. PAQUITA
hipogeo.blogspot.com/
Todo pasa, nosotros también, y no tenemos conciencia de nuestra evanescencia o contundencia... no, NO la tenemos! Después, puede que aún sea tiempo... si entonces no es demasiado tarde.
Abrazos. PAQUITA
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LA INSUMISION ENCARCELADA. Sept./1992... (10.2)
(Este artículo se ha sacado de la página www.uv.es/~alminyan/beristain.html y supone la continuación del publicado el 27 de marzo pasado. Mi idea, de momento, es publicar cada 27 de mes un texto en homenaje a aquellos muchachos, jóvenes valientes, que temerariamente o a conciencia "soportaron todo el Peso de la Ley"... de la ley que quisieron aplicarles, para que fuera ejemplificante dicho "castigo" y persuadir a los siguientes para que No siguieran "ese" camino, por la vía del "temor", del miedo a la represalia. PAQUITA)
Presentación del libro LA INSUMISION ENCARCELADA de Carlos M. Beristain. (textos extraídos de la primera edición, Sept./1992):
* Este libro es una obra colectiva. En él se recogen los testimonios y experiencias de siete insumisos, también de algunos familiares y miembros de grupos de apoyo, que han estado en la cárcel por negarse a hacer la prestación sustitutoria o la mili, en los últimos dos años.
La idea, o mejor la necesidad, de escribir esta historia surgió de la propia dinámica de preparación para enfrentar la cárcel, que se llevó a cabo en forma de entrenamientos dentro de la lucha de la insumisión. Esta historia es, por tanto, parte de esa lucha.
* Los procesos judiciales y las condenas posteriores han obligado a los insumisos, a las familias, a los grupos antimilitaristas y muchos colectivos y grupos sociales, a afrontar una realidad para muchos desconocida: la cárcel. En este libro, la voz de los insumisos presos es también un testigo de esa realidad.
* Pero este libro no es neutral: habla de los valores que tratamos de defender y vivir, en los que lo político y lo humano son dos aspectos de la misma vida, de la diversidad de experiencias personales y colectivas de la misma lucha. La experiencia y desafíos de estas personas, representan también la de otras muchas que en las últimas décadas han sufrido penas de cárcel en el Estado español por negarse a participar en el ejército.
* Pero la insumisión encarcelada es además un reflejo de los límites que trata de poner el sistema. Los límites de la ley y del castigo ejemplar que, en este caso concreto, criminaliza la lucha por la desmilitarización social.
* Nosotros no podemos aceptar esa criminalización, no le damos ese poder al Estado. Entendemos el poder como la capacidad de hacer y cambiar la propia vida, y por eso no esperamos. Si estuviéramos esperando a que cambiaran las leyes aún las mujeres no podrían votar, los obreros no habrían conquistado tantos derechos para todos, la ecología sería solo una asignatura de la universidad, no habría ni una sola ley ni derecho a la objeción de conciencia en el mundo, muchos países esperarían, como esperan otros, su autodeterminación, y los millones de muertos de hambre no cuestionarían este desorden mundial.
*** Condena que algo queda.
En los últimos dos años, y hasta la fecha (Nota: cifras de 1992), doce jóvenes han sido condenados por insumisión a penas de cárcel entre los 9 meses y los dos años y cuatro meses. Alguno ha sido absuelto. Globalmente sólo 4 de cada mil insumisos han sido juzgados y condenados.
El gobierno por su parte, está empeñado en pedir, a través de las órdenes remitidas a los fiscales, las penas máximas para los insumisos juzgados. Igual conducta ha exigido para los delitos relacionados con bandas armadas y narcotráfico.
Pero el problema no está sólo en el gobierno, ya que es un problema en el que están implicados además los poderes militar, judicial y legislativo.
El estado no sabe qué hacer con los insumisos, cómo tapar esta brecha entre la sociedad y él mismo, ni las discrepancias entre algunos sectores del Estado. En los últimos meses ha surgido un debate incluso entre esos sectores, a partir de la lectura 'ligth' de la ley que han hecho algunos jueces y fiscales para superar su propia contradicción, por lo que consideran desproporcionado o bien completamente absurdo.
La huida hacia adelante consiste en reafirmar el poder del Estado por encima de todo, y criminalizar y castigar la discrepancia. El objetivo es que el castigo sea ejemplar, y esto quiere decir aquí dos cosas. Por una parte, que disuada a otros de seguir la misma acción, porque esa desobediencia cuestiona las bases y el propio ejercicio del poder de coacción del Estado. Por la otra, ejemplar quiere decir en este caso que es selectiva, que se eligen algunos insumisos para ser castigados delante de los otros y de toda la sociedad. El castigo es así público y su función claramente simbólica.
* Desde este planteamiento, las personas que han dado el paso de mantener su propia coherencia frente a la exigencia de la conscripción, cometen según el Estado, un delito. Por lo tanto, se recurre a la vía judicial y penal para intimidar a todo un sector social frente a una conducta que considera peligrosa.
* Se opta por la vía judicial para resolver un problema político y para ello se escuda en la razón de la ley. Pero la ley es aquí solo el escudo del Estado. La razón es de los insumisos.
*** La razón del disparate.
En el Estado español hay unos tres mil insumisos (Nota: cifra del 92, hasta agosto del 94 eran exactamente 10.746) al militar (quitemos lo de "servicio") y a la prestación que lo sustituye.
* Si la respuesta a este fenómeno social fuera la aplicación de la ley existente, nos encontrariamos con que habría 3000 (Nota: en agosto del 94 habría 10.746) presos más en las cárceles españolas, es decir, casi un 10 % de los presos que hay actualmente (Nota: en 1992). La insumisión sería, en número de presos, el 3er tipo de delito, detrás de los robos y hurtos y los delitos contra la salud pública.
* La pena que el gobierno quiere aplicar a los insumisos es la máxima contemplada en la legislación: 2 años 5 meses y un día. Esto supondrá que la juventud deberá pagar al Estado español una factura de 7.000 años de cárcel (Nota: contando una pena de 2 años-4 meses-1 dia, en agosto del 94 la factura subía a 25.074 años de cárcel) por su negativa a aceptar la prestación militar y la prestación sustitutoria.
* Como por cada insumiso hay 4 personas autoinculpadas de incitarle y apoyarle en su "delito", y por tanto -según el código penal- cómplices y agentes del mismo, el monto de la factura social sería de 28.000 años (Nota: 100.296 años en agosto del 94) más los 7.000 anteriores. Total 35.000 años de cárcel (Nota: 125.370 años en agosto del 94). Los presos por delito de insumisión serían entonces 12.000 personas (Nota: 53.730 personas en agosto del 94), es decir, la tercera parte de los/as presos/as totales.
* Tiene razón una ley así ?
*** La deslegitimación deslegitimada.
Durante muchos años, los objetores y gentes del movimiento antimilitarista, hemos conocido los tribunales militares, los consejos de guerra, las prisiones militares. Ahora también los tribunales y cárceles "civiles". El objetivo que el estado pretende con este cambio no es, sin embargo, disminuir el poder militar, sino neutralizar la acción antimilitarista y diluirla en un sistema judicial-penitenciario que tipifique el comportamiento desobediente como un delito más.
* Pero la insumisión encarcelada ha ganado fuerza y comprensión y lo único que se deslegitima es la respuesta penal y el sistema que la cárcel representa. De todo ello es testigo este libro, en la voz de sus protagonistas.
Primera Parte. La historia de tantas: Imagenes y Testimonios de los Insumisos en la Carcel. (...) IV
Los motivos por los que nos encarcelaron han vivido aquí con nosotros. Nos han ayudado a resistir. Y sobretodo han crecido y nos han ayudado a crecer. Pero ahora además tenemos otro, él que nos mueve a escribir para romper la invisibilidad de la cárcel, para abrir la conciencia a este olvido y al silencio que con ella nos quieren imponer. (...)
** La prisión militar.
Por Fernando Egido y Quique Martínez
En general la experiencia de cárcel, si no positiva, si fue interesante, aunque haya sido también en cierto sentido una experiencia dolorosa. Tengo la sensación de que me ha ayudado a conocer ciertas realidades mucho mejor y me ha aportado muchas cosas.
Por una parte ha estado la experiencia política y la más individual, es decir, lo que me ha supuesto a nivel personal, psicológico. Aprendí que la libertad no está en los muros, sino dentro de nosotros/as mismos/as. Realmente uno empieza a perder su libertad no cuando está en una prisión sino cuando empieza a aceptar que está en prisión y empieza a obedecer. De alguna forma eso ha sido mi experiencia en prisión. (...)
Siempre podemos tener claro a nivel teórico que el militarismo nos controla, pero tal vez no lo vivimos de una forma muy inmediata y de alguna forma, el estar en prisión militar, supuso la experiencia de estar bajo el control de los militares. La prisión trata de que tú dependas para todo de lo militar. Todas las facetas de tu vida dependen de ellos: las relacciones, tu ropa, tu cepillo de dientes, ...todo depende de ellos.
Es un "sobrevenido" y le han dado entonces el trato "especial" que dan a los sobrevenidos que consiste en no pasarles una. En mi experiencia y lo que he visto en los demás, con los insumisos tratan de que no haya problemas, pero a los sobrevenidos los consideran desertores y les tratan con más rigor.
A Carmelo, en cuanto se quitó el uniforme le llevaron a aislamiento, no le dejaban que nos viera ni siquiera en el patio. Le tuvieron en calzoncillos durante unos cuantos días, y estuvo al final mucho más tiempo en la cárcel que nosotros.
Tratan de imponer su autoridad, de hacernos ver que estamos bajo su control. Y nosotros tratamos de demostrarles que no. Cuando ven en cuestión su autoridad, tienen necesidad de reafirmarla. Constantemente dan órdenes absurdas, que no vienen a cuento y que nunca hubieran impuesto a un preso normal.
Hoy un sargento no nos quería dejar hablar durante la comida, con el consabido argumento de "porque lo mando yo" pero no nos convenció. (...)
** La cárcel "civil".
Por Francisco Rojas Batres, Clemente García Domínguez, Antonio Oriol Vallés y Joseba Lazkano
(...) Para mí, ha supuesto, en primer lugar, conocer una realidad que desconocía y difícilmente imaginaba. Como supongo contaré más tarde, ha supuesto descubrir un ámbito más de represión por parte del sistema y en su forma, tal vez, más cruda y dura. Una estructura más en la cual el militarismo es su más árido sentido, se torna en realidad y contra la cual creo que hay que articular formas de lucha. Por otra parte es duro rehuir el servicio militar para llegar aquí y encontrarse con las mismas actitudes y el mismo sistema de valores.(...)
El ser estudiante y el haber pasado seis años de mi vida estudiando una carrera, lo que supone muchas horas en una habitacion día tras día, crea mucha templanza en uno mismo y enseña que el tiempo es relativo, qué son dos o tres meses en toda una vida si lo que pretendes es un objetivo que consideras bueno para ti mismo?. Intentas pensar en positivo y simplemente sacar provecho a tus limitaciones, hacer cosas que te satisfagan, aceptar la situación. Y mientras el tiempo transcurre fuera sin ti, intentas prepararte para reengancharte al mundo lo más fuerte y enriquecido posible.
Creo que cuando salga, esta experiencia habrá supuesto para mi un mayor conocimiento de mí mismo, un tiempo en el que espero no cambie mucho el mundo, un mayor conocimiento del planteamiento antimilitarista y, en general, una larga reflexión sobre la vida.
Seguramente cambiará mi vida por un tiempo. Los valores que la rijan, habrán cambiado su posición en mi escala moral: el amor, la amistad, la coherencia, la libertad sin duda variarán su valor.
Antes de la presentación, hicimos un encierro. Durante ese fin de semana trataron de detenerme. Yo me tuve que esconder, y no quería esconderme de nadie.
No podía estar tranquilo, se me aceleraba el corazón. Me notaba en tensión, pero sin un origen en concreto. Sentí mucho apoyo esos días. Tengo muy buen recuerdo de su apoyo, pero no recuerdo sus rostros y ahora me gustaría devolverles el abrazo.
Fuimos de la Facultad al Juzgado. También tengo un mal recuerdo, el peor de todos. Mi padre venía a mi lado. Al llegar al Juzgado dos policías se metieron con mis padres:
- Quítese viejo!.
** Ayer fue la presentación. Fuimos al Gobierno militar, y durante el camino me quisieron detener. Hubo muchos palos por parte de la policía y cuando me detuvieron la gente se sentó alrededor del coche. Toda la situación que se dio es bastante representativa del trabajo y de la lucha que estamos haciendo.
** (...) Llegamos a la cárcel. Es un pedazo de edificio viejo y cutre. De repente la idea de la carcel tiene imagen y esta habla bastante de lo que es. Me cuestan mucho todos estos cambios continuos, la comisaría, la conducción, ahora esto. Aquí uno empieza a saber lo que es sentirse solo.(...)
(...) Desde que estoy aquí me he encontrado tres tipos de funcionarios. Un grupo de ellos entiende que no es justo que esté aquí y me tratan como una persona, el trato es normal. Otros me tratan como a cualquier otro preso, con todas las distancias, con todas las precauciones, pero son los menos. Otro grupo de funcionarios te hacen saber que no están de acuerdo con tu opción y que tienen derecho a machacarte: si has entrado aquí, por algo será, no serás un niño bueno, las leyes están para cumplirlas y tú te las saltas...
- Y tú tío, por qué estás aquí? Pues ya ves, por no querer hacer la mili.
Se ríen, se ríen mucho.
- Que estás en el talego por no hacer la mili? Venga tío... Pues yo no he hecho la mili.
- Ni yo. Ni yo... -dijeron unos cuantos-.
- Y desde luego no nos han metido en el talego por eso. Nos hemos buscado la vida.
- Bueno, está bien, pero yo quiero que eso cambie, que no haya mili, que no haya ejército, y entonces me he negado a ir.
Esa es su primera reacción.
Hoy estaban unos cuantos presos hablando en la galería:
- Es por sus ideas -decia uno-.
Y a mí hay algo que me recorre por dentro. Los presos me tienen en palmitas. Hay una relación mutua de respeto y apoyo.
Esa es la otra reación.
- Hola! Hola! Tu eres el insumiso, no?. Yo soy el maestro.
Estoy de acuerdo con eso de no hacer la mili, y es una putada esto de la carcel. Tu no tendrías que estar aquí.
Hoy hemos vuelto a hablar, pero yo ya no quería charlar de la insumisión, sino de la cárcel, y tampoco de mí sino de él, y de otros como él que deberían de hacer un montón de cosas por los presos y sin embargo son personas pasivas.
** Hay veces que uno piensa que está aquí solo. Luego piensas en la gente cercana, y te das cuenta de que no. Y luego, hay otras veces que te das cuenta de que están también los que no salen en los periódicos, a los que nunca se les escucha su palabra no dicha que es tambien un silencio no escuchado.
Los conceptos de pueblo o gente, a estas alturas olvidados o pasados de moda, de repente tienen cuerpo en algunos rostros que no conoces. Hoy una mujer me ha escrito diciendo: soy la madre de un chico que se está pensando eso de la insumisión. Ayer recibí otra carta: soy una chica de trece años que te escribo para darte ánimos... y yo me hablando y me reafirmo.
Estas cartas me llenan de lo único que llena. Esa gente inesperada que incluso un día que piensas que no está y sin embargo luego está ahí, me llena de esperanza.
** Por qué a unos les clasifican en tercer grado y a otros no, si a ambos les corresponde según la ley?
Por qué se recurre siempre a la sanción, al autoritarismo?
Por qué no se respetan los derechos de los presos?
Están jugando con la libertad de otros, están machacando a algunas personas.
Yo iba tejiendo mis preguntas y recogiendo experiencias de otros presos que me habían dado permiso para plantearselas al Director. El Director me enviaba globos sonda. Un funcionario me decia: él quiere hablar contigo. Y otro día: tiene mucho interés...
Y yo esperaba y tejía las críticas, pero claro él no llamó.
** Poder salir a la calle.
Han pasado cuatro meses. La primera tarde no quiero salir. Hoy he ido a dar un paseo. Tenía ganas de ir a casa tranquilo. La gente de fuera había preparado una movida en la calle, pero a mí me pilló de improviso, fue un cambio muy brusco.
De repente las distancias se me desbarataron. Todo me parecía muy lejos. Miraba al horizonte ensimismado. Tenía ganas de ir a casa, pero había olvidado el camino. A veces el olvido es un mecanismo de defensa.
Mi hermana me dice: Ahora escapas de todo el mundo. Yo? Sí, tú. Ayer hemos venido a verte y no estabas. Hoy hemos venido a tu casa y has escapado como un cohete...
Y yo pienso que necesito tiempo. Que aún tengo que darme cuenta de que empiezo a estar fuera. Que tengo que buscar de nuevo mi sitio.
Estos días pienso en lo que aún me queda por pasar: que voy a ser yo cuando termine la prisión? Y me respondo: quiero ser el de antes. Y tengo miedo a no ser el de antes.
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Segunda parte.
** De vuelta
Nadie se atreve a hablar. O mejor, todo el mundo habla para no hablar. Me doy cuenta de que a la gente le da miedo preguntarme cómo he vivido toda esta historia. Hay interés en apoyarme, pero creo que no saben muy bien cómo. Y yo, que ahora me doy cuenta de esto, cuento cosas y más cosas como se cuentan batallitas.
Hasta ahora no ha habido el espacio para compartir todo esto, ni para evaluar, porque ha estado siempre entre todo lo demás, en un pasillo, en un ya me imagino, en un qué tal.
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Entrada relacionada: paqquita.blogspot.com/2009/03/los-insumisos-condenados.html
Presentación del libro LA INSUMISION ENCARCELADA de Carlos M. Beristain. (textos extraídos de la primera edición, Sept./1992):
* Este libro es una obra colectiva. En él se recogen los testimonios y experiencias de siete insumisos, también de algunos familiares y miembros de grupos de apoyo, que han estado en la cárcel por negarse a hacer la prestación sustitutoria o la mili, en los últimos dos años.
La idea, o mejor la necesidad, de escribir esta historia surgió de la propia dinámica de preparación para enfrentar la cárcel, que se llevó a cabo en forma de entrenamientos dentro de la lucha de la insumisión. Esta historia es, por tanto, parte de esa lucha.
* Los procesos judiciales y las condenas posteriores han obligado a los insumisos, a las familias, a los grupos antimilitaristas y muchos colectivos y grupos sociales, a afrontar una realidad para muchos desconocida: la cárcel. En este libro, la voz de los insumisos presos es también un testigo de esa realidad.
* Pero este libro no es neutral: habla de los valores que tratamos de defender y vivir, en los que lo político y lo humano son dos aspectos de la misma vida, de la diversidad de experiencias personales y colectivas de la misma lucha. La experiencia y desafíos de estas personas, representan también la de otras muchas que en las últimas décadas han sufrido penas de cárcel en el Estado español por negarse a participar en el ejército.
* Pero la insumisión encarcelada es además un reflejo de los límites que trata de poner el sistema. Los límites de la ley y del castigo ejemplar que, en este caso concreto, criminaliza la lucha por la desmilitarización social.
* Nosotros no podemos aceptar esa criminalización, no le damos ese poder al Estado. Entendemos el poder como la capacidad de hacer y cambiar la propia vida, y por eso no esperamos. Si estuviéramos esperando a que cambiaran las leyes aún las mujeres no podrían votar, los obreros no habrían conquistado tantos derechos para todos, la ecología sería solo una asignatura de la universidad, no habría ni una sola ley ni derecho a la objeción de conciencia en el mundo, muchos países esperarían, como esperan otros, su autodeterminación, y los millones de muertos de hambre no cuestionarían este desorden mundial.
*** Condena que algo queda.
En los últimos dos años, y hasta la fecha (Nota: cifras de 1992), doce jóvenes han sido condenados por insumisión a penas de cárcel entre los 9 meses y los dos años y cuatro meses. Alguno ha sido absuelto. Globalmente sólo 4 de cada mil insumisos han sido juzgados y condenados.
El gobierno por su parte, está empeñado en pedir, a través de las órdenes remitidas a los fiscales, las penas máximas para los insumisos juzgados. Igual conducta ha exigido para los delitos relacionados con bandas armadas y narcotráfico.
Pero el problema no está sólo en el gobierno, ya que es un problema en el que están implicados además los poderes militar, judicial y legislativo.
El estado no sabe qué hacer con los insumisos, cómo tapar esta brecha entre la sociedad y él mismo, ni las discrepancias entre algunos sectores del Estado. En los últimos meses ha surgido un debate incluso entre esos sectores, a partir de la lectura 'ligth' de la ley que han hecho algunos jueces y fiscales para superar su propia contradicción, por lo que consideran desproporcionado o bien completamente absurdo.
La huida hacia adelante consiste en reafirmar el poder del Estado por encima de todo, y criminalizar y castigar la discrepancia. El objetivo es que el castigo sea ejemplar, y esto quiere decir aquí dos cosas. Por una parte, que disuada a otros de seguir la misma acción, porque esa desobediencia cuestiona las bases y el propio ejercicio del poder de coacción del Estado. Por la otra, ejemplar quiere decir en este caso que es selectiva, que se eligen algunos insumisos para ser castigados delante de los otros y de toda la sociedad. El castigo es así público y su función claramente simbólica.
* Desde este planteamiento, las personas que han dado el paso de mantener su propia coherencia frente a la exigencia de la conscripción, cometen según el Estado, un delito. Por lo tanto, se recurre a la vía judicial y penal para intimidar a todo un sector social frente a una conducta que considera peligrosa.
* Se opta por la vía judicial para resolver un problema político y para ello se escuda en la razón de la ley. Pero la ley es aquí solo el escudo del Estado. La razón es de los insumisos.
*** La razón del disparate.
En el Estado español hay unos tres mil insumisos (Nota: cifra del 92, hasta agosto del 94 eran exactamente 10.746) al militar (quitemos lo de "servicio") y a la prestación que lo sustituye.
* Si la respuesta a este fenómeno social fuera la aplicación de la ley existente, nos encontrariamos con que habría 3000 (Nota: en agosto del 94 habría 10.746) presos más en las cárceles españolas, es decir, casi un 10 % de los presos que hay actualmente (Nota: en 1992). La insumisión sería, en número de presos, el 3er tipo de delito, detrás de los robos y hurtos y los delitos contra la salud pública.
* La pena que el gobierno quiere aplicar a los insumisos es la máxima contemplada en la legislación: 2 años 5 meses y un día. Esto supondrá que la juventud deberá pagar al Estado español una factura de 7.000 años de cárcel (Nota: contando una pena de 2 años-4 meses-1 dia, en agosto del 94 la factura subía a 25.074 años de cárcel) por su negativa a aceptar la prestación militar y la prestación sustitutoria.
* Como por cada insumiso hay 4 personas autoinculpadas de incitarle y apoyarle en su "delito", y por tanto -según el código penal- cómplices y agentes del mismo, el monto de la factura social sería de 28.000 años (Nota: 100.296 años en agosto del 94) más los 7.000 anteriores. Total 35.000 años de cárcel (Nota: 125.370 años en agosto del 94). Los presos por delito de insumisión serían entonces 12.000 personas (Nota: 53.730 personas en agosto del 94), es decir, la tercera parte de los/as presos/as totales.
* Tiene razón una ley así ?
*** La deslegitimación deslegitimada.
Durante muchos años, los objetores y gentes del movimiento antimilitarista, hemos conocido los tribunales militares, los consejos de guerra, las prisiones militares. Ahora también los tribunales y cárceles "civiles". El objetivo que el estado pretende con este cambio no es, sin embargo, disminuir el poder militar, sino neutralizar la acción antimilitarista y diluirla en un sistema judicial-penitenciario que tipifique el comportamiento desobediente como un delito más.
* Pero la insumisión encarcelada ha ganado fuerza y comprensión y lo único que se deslegitima es la respuesta penal y el sistema que la cárcel representa. De todo ello es testigo este libro, en la voz de sus protagonistas.
Primera Parte. La historia de tantas: Imagenes y Testimonios de los Insumisos en la Carcel. (...) IV
Los motivos por los que nos encarcelaron han vivido aquí con nosotros. Nos han ayudado a resistir. Y sobretodo han crecido y nos han ayudado a crecer. Pero ahora además tenemos otro, él que nos mueve a escribir para romper la invisibilidad de la cárcel, para abrir la conciencia a este olvido y al silencio que con ella nos quieren imponer. (...)
** La prisión militar.
Por Fernando Egido y Quique Martínez
En general la experiencia de cárcel, si no positiva, si fue interesante, aunque haya sido también en cierto sentido una experiencia dolorosa. Tengo la sensación de que me ha ayudado a conocer ciertas realidades mucho mejor y me ha aportado muchas cosas.
Por una parte ha estado la experiencia política y la más individual, es decir, lo que me ha supuesto a nivel personal, psicológico. Aprendí que la libertad no está en los muros, sino dentro de nosotros/as mismos/as. Realmente uno empieza a perder su libertad no cuando está en una prisión sino cuando empieza a aceptar que está en prisión y empieza a obedecer. De alguna forma eso ha sido mi experiencia en prisión. (...)
Siempre podemos tener claro a nivel teórico que el militarismo nos controla, pero tal vez no lo vivimos de una forma muy inmediata y de alguna forma, el estar en prisión militar, supuso la experiencia de estar bajo el control de los militares. La prisión trata de que tú dependas para todo de lo militar. Todas las facetas de tu vida dependen de ellos: las relacciones, tu ropa, tu cepillo de dientes, ...todo depende de ellos.
Es un "sobrevenido" y le han dado entonces el trato "especial" que dan a los sobrevenidos que consiste en no pasarles una. En mi experiencia y lo que he visto en los demás, con los insumisos tratan de que no haya problemas, pero a los sobrevenidos los consideran desertores y les tratan con más rigor.
A Carmelo, en cuanto se quitó el uniforme le llevaron a aislamiento, no le dejaban que nos viera ni siquiera en el patio. Le tuvieron en calzoncillos durante unos cuantos días, y estuvo al final mucho más tiempo en la cárcel que nosotros.
Tratan de imponer su autoridad, de hacernos ver que estamos bajo su control. Y nosotros tratamos de demostrarles que no. Cuando ven en cuestión su autoridad, tienen necesidad de reafirmarla. Constantemente dan órdenes absurdas, que no vienen a cuento y que nunca hubieran impuesto a un preso normal.
Hoy un sargento no nos quería dejar hablar durante la comida, con el consabido argumento de "porque lo mando yo" pero no nos convenció. (...)
** La cárcel "civil".
Por Francisco Rojas Batres, Clemente García Domínguez, Antonio Oriol Vallés y Joseba Lazkano
(...) Para mí, ha supuesto, en primer lugar, conocer una realidad que desconocía y difícilmente imaginaba. Como supongo contaré más tarde, ha supuesto descubrir un ámbito más de represión por parte del sistema y en su forma, tal vez, más cruda y dura. Una estructura más en la cual el militarismo es su más árido sentido, se torna en realidad y contra la cual creo que hay que articular formas de lucha. Por otra parte es duro rehuir el servicio militar para llegar aquí y encontrarse con las mismas actitudes y el mismo sistema de valores.(...)
El ser estudiante y el haber pasado seis años de mi vida estudiando una carrera, lo que supone muchas horas en una habitacion día tras día, crea mucha templanza en uno mismo y enseña que el tiempo es relativo, qué son dos o tres meses en toda una vida si lo que pretendes es un objetivo que consideras bueno para ti mismo?. Intentas pensar en positivo y simplemente sacar provecho a tus limitaciones, hacer cosas que te satisfagan, aceptar la situación. Y mientras el tiempo transcurre fuera sin ti, intentas prepararte para reengancharte al mundo lo más fuerte y enriquecido posible.
Creo que cuando salga, esta experiencia habrá supuesto para mi un mayor conocimiento de mí mismo, un tiempo en el que espero no cambie mucho el mundo, un mayor conocimiento del planteamiento antimilitarista y, en general, una larga reflexión sobre la vida.
Seguramente cambiará mi vida por un tiempo. Los valores que la rijan, habrán cambiado su posición en mi escala moral: el amor, la amistad, la coherencia, la libertad sin duda variarán su valor.
Antes de la presentación, hicimos un encierro. Durante ese fin de semana trataron de detenerme. Yo me tuve que esconder, y no quería esconderme de nadie.
No podía estar tranquilo, se me aceleraba el corazón. Me notaba en tensión, pero sin un origen en concreto. Sentí mucho apoyo esos días. Tengo muy buen recuerdo de su apoyo, pero no recuerdo sus rostros y ahora me gustaría devolverles el abrazo.
Fuimos de la Facultad al Juzgado. También tengo un mal recuerdo, el peor de todos. Mi padre venía a mi lado. Al llegar al Juzgado dos policías se metieron con mis padres:
- Quítese viejo!.
** Ayer fue la presentación. Fuimos al Gobierno militar, y durante el camino me quisieron detener. Hubo muchos palos por parte de la policía y cuando me detuvieron la gente se sentó alrededor del coche. Toda la situación que se dio es bastante representativa del trabajo y de la lucha que estamos haciendo.
** (...) Llegamos a la cárcel. Es un pedazo de edificio viejo y cutre. De repente la idea de la carcel tiene imagen y esta habla bastante de lo que es. Me cuestan mucho todos estos cambios continuos, la comisaría, la conducción, ahora esto. Aquí uno empieza a saber lo que es sentirse solo.(...)
(...) Desde que estoy aquí me he encontrado tres tipos de funcionarios. Un grupo de ellos entiende que no es justo que esté aquí y me tratan como una persona, el trato es normal. Otros me tratan como a cualquier otro preso, con todas las distancias, con todas las precauciones, pero son los menos. Otro grupo de funcionarios te hacen saber que no están de acuerdo con tu opción y que tienen derecho a machacarte: si has entrado aquí, por algo será, no serás un niño bueno, las leyes están para cumplirlas y tú te las saltas...
- Y tú tío, por qué estás aquí? Pues ya ves, por no querer hacer la mili.
Se ríen, se ríen mucho.
- Que estás en el talego por no hacer la mili? Venga tío... Pues yo no he hecho la mili.
- Ni yo. Ni yo... -dijeron unos cuantos-.
- Y desde luego no nos han metido en el talego por eso. Nos hemos buscado la vida.
- Bueno, está bien, pero yo quiero que eso cambie, que no haya mili, que no haya ejército, y entonces me he negado a ir.
Esa es su primera reacción.
Hoy estaban unos cuantos presos hablando en la galería:
- Es por sus ideas -decia uno-.
Y a mí hay algo que me recorre por dentro. Los presos me tienen en palmitas. Hay una relación mutua de respeto y apoyo.
Esa es la otra reación.
- Hola! Hola! Tu eres el insumiso, no?. Yo soy el maestro.
Estoy de acuerdo con eso de no hacer la mili, y es una putada esto de la carcel. Tu no tendrías que estar aquí.
Hoy hemos vuelto a hablar, pero yo ya no quería charlar de la insumisión, sino de la cárcel, y tampoco de mí sino de él, y de otros como él que deberían de hacer un montón de cosas por los presos y sin embargo son personas pasivas.
** Hay veces que uno piensa que está aquí solo. Luego piensas en la gente cercana, y te das cuenta de que no. Y luego, hay otras veces que te das cuenta de que están también los que no salen en los periódicos, a los que nunca se les escucha su palabra no dicha que es tambien un silencio no escuchado.
Los conceptos de pueblo o gente, a estas alturas olvidados o pasados de moda, de repente tienen cuerpo en algunos rostros que no conoces. Hoy una mujer me ha escrito diciendo: soy la madre de un chico que se está pensando eso de la insumisión. Ayer recibí otra carta: soy una chica de trece años que te escribo para darte ánimos... y yo me hablando y me reafirmo.
Estas cartas me llenan de lo único que llena. Esa gente inesperada que incluso un día que piensas que no está y sin embargo luego está ahí, me llena de esperanza.
** Por qué a unos les clasifican en tercer grado y a otros no, si a ambos les corresponde según la ley?
Por qué se recurre siempre a la sanción, al autoritarismo?
Por qué no se respetan los derechos de los presos?
Están jugando con la libertad de otros, están machacando a algunas personas.
Yo iba tejiendo mis preguntas y recogiendo experiencias de otros presos que me habían dado permiso para plantearselas al Director. El Director me enviaba globos sonda. Un funcionario me decia: él quiere hablar contigo. Y otro día: tiene mucho interés...
Y yo esperaba y tejía las críticas, pero claro él no llamó.
** Poder salir a la calle.
Han pasado cuatro meses. La primera tarde no quiero salir. Hoy he ido a dar un paseo. Tenía ganas de ir a casa tranquilo. La gente de fuera había preparado una movida en la calle, pero a mí me pilló de improviso, fue un cambio muy brusco.
De repente las distancias se me desbarataron. Todo me parecía muy lejos. Miraba al horizonte ensimismado. Tenía ganas de ir a casa, pero había olvidado el camino. A veces el olvido es un mecanismo de defensa.
Mi hermana me dice: Ahora escapas de todo el mundo. Yo? Sí, tú. Ayer hemos venido a verte y no estabas. Hoy hemos venido a tu casa y has escapado como un cohete...
Y yo pienso que necesito tiempo. Que aún tengo que darme cuenta de que empiezo a estar fuera. Que tengo que buscar de nuevo mi sitio.
Estos días pienso en lo que aún me queda por pasar: que voy a ser yo cuando termine la prisión? Y me respondo: quiero ser el de antes. Y tengo miedo a no ser el de antes.
-----------------
Segunda parte.
** De vuelta
Nadie se atreve a hablar. O mejor, todo el mundo habla para no hablar. Me doy cuenta de que a la gente le da miedo preguntarme cómo he vivido toda esta historia. Hay interés en apoyarme, pero creo que no saben muy bien cómo. Y yo, que ahora me doy cuenta de esto, cuento cosas y más cosas como se cuentan batallitas.
Hasta ahora no ha habido el espacio para compartir todo esto, ni para evaluar, porque ha estado siempre entre todo lo demás, en un pasillo, en un ya me imagino, en un qué tal.
..................................
Entrada relacionada: paqquita.blogspot.com/2009/03/los-insumisos-condenados.html
abril 26, 2009
la escalera
Ideado tras la lectura de microrelato en la revista "Al otro lado del espejo". Su autor: el últimamente mencionado Fco. Cenamor
Eligió el hueco de la escalera -no era zona de paso-.
PAQUITA
Eligió el hueco de la escalera -no era zona de paso-.
PAQUITA
asamblea de palabras: Francisco Cenamor
Supe de Francisco Cenamor a través del movimiento, que hubo en enero del año presente, contra la masacre de la que fueron víctimas los palestinos, ocupantes de la franja de Gaza, por los israelíes.
Dicho movimiento fue el de 'PoeSÍa contra la barbarie' publicitado aquí el 22 de enero y en otra fecha posterior. Uno de los contactos en la zona centro era precisamente él y de su blog copié información al respecto -su entrada del 15 de enero-.
Así las cosas, volví a saber de él en la presentación de la revista AL OTRO LADO DEL ESPEJO, que mencioné el pasado lunes. Coincidencia ¡qué bien!
Por curiosidad busqué la palabra "mágica" y allí estaba. El presente texto fue añadido por Francisco Cenamor el jueves 23 de abril de 2009.
Blog: asamblea de palabras. Editado por el poeta Francisco Cenamor
franciscocenamor.blogspot.com/
Poema del día: "Así que quieres ser escritor, ¿eh?", de Charles Bukowski en Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta (Visor Libros, Madrid, 2005, trad. de Eduardo Iriarte).
si no brota en ti a borbotones
a pesar de todo,
ni lo intentes.
a menos que te salga por voluntad propia
del corazón y la mente y la boca
y las entrañas,
ni lo intentes.
si tienes que permanecer horas sentado
mirando la pantalla del ordenador
o encorvado sobre la
máquina de escribir
en busca de palabras,
ni lo intentes.
si lo haces por el dinero o
la fama,
ni lo intentes.
si lo haces porque quieres
mujeres en la cama,
ni lo intentes.
si tienes que sentarte y
rehacerlo una y otra vez,
ni lo intentes.
si sólo pensar en ello ya te cuesta trabajo,
ni lo intentes.
si quieres escribir como algún
otro,
olvídalo.
si tienes que esperar a que salga de ti
como un rugido,
entonces espera tranquilo.
si no llega a salir de ti con un rugido,
dedícate a otra cosa.
si primero se lo tienes que leer a tu esposa
o a tu novia o tu novio
a tus padres o quien quiera que sea,
no estás preparado.
no seas como tantos otros escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman escritores,
no seas soso, aburrido y
pretencioso, no te dejes consumir por el
narcisismo.
las bibliotecas del mundo
se han dormido de
aburrimiento
con los de tu calaña.
no lo empeores.
ni lo intentes.
a menos que te salga
del alma como un cohete,
a menos que creas que la inactividad
te llevaría a la locura o
al suicidio o al asesinato,
ni lo intentes.
a menos que el sol en tu interior te
abrase las entrañas,
ni lo intentes.
cuando de veras sea la hora,
y si estás entre los escogidos,
cobrará vida por
sí mismo y seguirá cobrándola
hasta que mueras o muera
en ti.
no hay otra manera... ni la hubo nunca.
.....................
* 29 de abril de 2009: Presentación en Madrid de la revista impresa 'Poeta de cabra'
Más información, sobre lugar y contenidos, en su página -pinchad arriba- PAQUITA
Dicho movimiento fue el de 'PoeSÍa contra la barbarie' publicitado aquí el 22 de enero y en otra fecha posterior. Uno de los contactos en la zona centro era precisamente él y de su blog copié información al respecto -su entrada del 15 de enero-.
Así las cosas, volví a saber de él en la presentación de la revista AL OTRO LADO DEL ESPEJO, que mencioné el pasado lunes. Coincidencia ¡qué bien!
Por curiosidad busqué la palabra "mágica" y allí estaba. El presente texto fue añadido por Francisco Cenamor el jueves 23 de abril de 2009.
Blog: asamblea de palabras. Editado por el poeta Francisco Cenamor
franciscocenamor.blogspot.com/
Poema del día: "Así que quieres ser escritor, ¿eh?", de Charles Bukowski en Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta (Visor Libros, Madrid, 2005, trad. de Eduardo Iriarte).
si no brota en ti a borbotones
a pesar de todo,
ni lo intentes.
a menos que te salga por voluntad propia
del corazón y la mente y la boca
y las entrañas,
ni lo intentes.
si tienes que permanecer horas sentado
mirando la pantalla del ordenador
o encorvado sobre la
máquina de escribir
en busca de palabras,
ni lo intentes.
si lo haces por el dinero o
la fama,
ni lo intentes.
si lo haces porque quieres
mujeres en la cama,
ni lo intentes.
si tienes que sentarte y
rehacerlo una y otra vez,
ni lo intentes.
si sólo pensar en ello ya te cuesta trabajo,
ni lo intentes.
si quieres escribir como algún
otro,
olvídalo.
si tienes que esperar a que salga de ti
como un rugido,
entonces espera tranquilo.
si no llega a salir de ti con un rugido,
dedícate a otra cosa.
si primero se lo tienes que leer a tu esposa
o a tu novia o tu novio
a tus padres o quien quiera que sea,
no estás preparado.
no seas como tantos otros escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman escritores,
no seas soso, aburrido y
pretencioso, no te dejes consumir por el
narcisismo.
las bibliotecas del mundo
se han dormido de
aburrimiento
con los de tu calaña.
no lo empeores.
ni lo intentes.
a menos que te salga
del alma como un cohete,
a menos que creas que la inactividad
te llevaría a la locura o
al suicidio o al asesinato,
ni lo intentes.
a menos que el sol en tu interior te
abrase las entrañas,
ni lo intentes.
cuando de veras sea la hora,
y si estás entre los escogidos,
cobrará vida por
sí mismo y seguirá cobrándola
hasta que mueras o muera
en ti.
no hay otra manera... ni la hubo nunca.
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