A
mediados de los años 70 los australianos Bill Mollison, profesor en la
innovadora Escuela de Diseño Ambiental en Hobart/Tasmania y David
Holmgren, joven estudiante de la misma universidad, desarrollaron una
serie de ideas para la creación de sistemas agrícolas, con los cuales
querían asegurar el abastecimiento de alimentos a largo plazo de una
mejor manera que con los predominantes métodos industriales de la
agricultura convencional.
Ellos habían observado, que la
agricultura industrial, por su preferencia de los monocultivos, la
implementación de pesticidas y fertilizantes sintéticos, estaba
contaminando suelos y agua, reduciendo la biodiversidad, y causando año
tras año la erosión de millones de toneladas de suelos fértiles. Hoy
estas observaciones se ven confirmadas y cada vez más criticadas en todo
el mundo.
Mollison y Holmgren acuñaron para su nuevo concepto el término
Permaculture (Permacultura), una fusión de los términos en inglés
permanent agriculture (agricultura permanente)
En
esta breve síntesis, orientan cómo podemos prepararnos para enfrentar
el colapso del capitalismo o cualquier crisis que pueda enfrentar la
humanidad.
(...)
Permacultura en tiempos de crisis
1. Aprenda a plantar, no
solo un huerto, sino también cultivos básicos (maíz, yuca, etc.) y
árboles (frutales, nativos, leñosos);
2.
Cree un vínculo con alguna tierra, ya sea la suya o la de un pariente,
un proyecto, un jardín comunitario, etc. Participe con las personas que
viven allí, vaya poco a poco buscando formas de pasar más tiempo en el
campo que en la ciudad, aprendiendo a plantar, construir, tratar los
desechos orgánicos y sanar en la naturaleza;
3. Desarrollar habilidades prácticas (cocina, carpintería, reparación de máquinas, procesamiento de alimentos, costura, etc.).
Enseñe estas habilidades a niños y amigos, vecinos, vecinos;
4.
Busque un grupo de apoyo mutuo, donde las personas se cuiden entre sí,
hagan productos de necesidad básica colectivamente, como productos de
higiene natural, remedios naturales como jarabes y tinturas de hierbas,
procesamiento de alimentos, como alimentos conservados y fermentados;
5.
Simplifica tu vida ahora, liberando más espacio y tiempo. Descubra todo
lo que puede hacer sin dinero, caminar, hacer ejercicios, manualidades y
artes del cuerpo, socializar con sus seres queridos, jardinería;
6.
Separarse de la lógica de consumir más y más. Prefieren productos
artesanales que duran mucho tiempo, de calidad, hechos por pequeños
productores, empresas sociales y empresas económicas solidarias. Hacer
intercambios, dar y recibir obsequios por valor afectivo, en lugar de
valor financiero;
7.
Intercambiar, almacenar, multiplicar y diseminar semillas criollas
(nativas, no modificadas genéticamente, producidas por la agricultura
popular y familiar);
8. ¡Reconoce que la vida será mucho mejor después! Solo estamos en transición.
«Nuestra creatividad es el límite del sistema»
Ecoportal.net
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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: La mascarilla (el tapabocas) no cubre el hambre... ni la miseria.