Obertura. Autor: Rodrigo D. Granados. Publicado en febrero de 2010 lasuvasdemayo.blogspot.com/
/ Cada día empieza el mundo, con o sin nosotros, por eso debemos darnos prisa. Tampoco es elegante tener esperando a miles de millones de personas. Soy puntual, una rara avis en la secular España. Pienso que el tiempo de los demás vale más que el propio, porque no sabemos en qué delicias podrían utilizarlo.
Amanece en los campos; ya han tendido los cables y erguido los cipreses. Me tomo un café y me lío un cigarrillo (aún no ha llegado la prohibición a mi reino), mientras descifro la realidad por la radio. Parece que no van bien las cosas.
Si no fuera por los perros aulladores y su "Prima donna", este sería un lugar muy silencioso por las noches; durante el día es territorio de pájaros: estorninos, mirlos, abubillas.... ¡y las odiosas tórtolas!, con su monótono reclamo o su desabrido grito al volar.
Abro las ventanas de la casa y la mañana lo invade todo; el aire aún espera a los insectos, y los estorninos divierten al cielo con sus piruetas al unísono, como un cardumen de recias anchoas aéreas.
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