mayo 26, 2024

Los rasgos insólitos del barco romano que será extraído del fondo del mar balear: "Es un compendio de la evolución", de Esther Ballesteros

 Esther Ballesteros   Mallorca — 

A apenas 65 metros de la orilla, un pecio tardorromano yace bajo las aguas de la hoy turística bahía de Palma. Cargado con casi 300 ánforas –cuyas inscripciones se han convertido en un caso único en el Mediterráneo– para el transporte de salsas de pescado fermentado o garum, aceite, vino y fruta conservada en arrope, el barco que reposa a tan solo dos metros y medio de profundidad cerca de la conocida como marisma de Ses Fontanelles ha sido testigo privilegiado de la profunda transformación de la costa de Mallorca y de la presión que, durante siglos, piratas y corsarios ejercieron sobre la isla. Ahora, una moneda del año 320 d. C. hallada en la carlinga de la nave ha despejado cualquier incertidumbre que pudiera albergarse sobre la datación del buque.

Los restos del naufragio fueron descubiertos en 2019, cuando un buceador que frecuentaba la zona se topó de forma fortuita con ellos. De inmediato, el nadador dio cuenta del yacimiento a las autoridades, que procedieron a una primera intervención arqueológica de urgencia. Durante la misma verificaron el notable grado de conservación de la arquitectura naval del barco y de su cargamento. Desde entonces, el pecio se ha mantenido inalterable en el fondo del mar y, en los próximos meses, está prevista su extracción y depósito provisional en espacio museístico del castillo de Sant Carles. Allí se construirá una piscina en la que, durante 18 meses, se llevará a cabo la labor de desalinización para su posterior conservación.

(...) La propia conservación del buque ha dejado sin aliento a los investigadores: “El barco es una especie de compendio de la evolución económica, social y religiosa que en esa época estaba a punto de producirse en el conjunto del mundo romano”, subraya, por su parte, Enrique García Riaza, otro de los codirectores del proyecto. El investigador recuerda cómo en el siglo IV comienzan a registrarse “enormes cambios ideológicos y religiosos” y el pecio de Ses Fontanelles es una manifestación de esas transformaciones, como el hecho excepcional de que entre los restos hayan sido hallados elementos de simbología pagana y otros relacionados con la religión cristiana (...)

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