Lo leyó en la publicidad: "Hable con su número favorito por sólo 1 céntimo el minuto" echó cálculos y pensó que la compensaba, así que, marcó el número referenciado y esperó. Tras las preguntas de protocolo, tomaron nota del suyo y le avisaron de que la cargarían 6 euros en la próxima factura. Ya estaba hecho, ya sólo quedaba rentabilizar la inversión.
Pero ... -siempre hay un pero que lo jode todo- no contó con los imprevistos, factores externos ajenos a su órbita de actuación que dieron al traste con todas sus elucubraciones. Y es que su elegido no era libre, y él, con el que había mantenido largas ... parrafadas, o si no que se lo dijeran a su cuenta bancaria -¡hay que ver lo que cuestan las llamadas a móviles!- desapareció, hizo mutis, y, ella, con las mismas, le llamó, esperó, se inquietó, insistió, y, cuando menos se lo esperaba, recibió un chaparrón de reproches. Demoledor, resultó demoledor.
Así que, ahí sigue su favorito, impertérrito, inmaculado, sin estrenar, esperando.
PAQUITA
1 comentario:
Corolario 1: no confiar en el mensaje publicitario; 2: dar de baja al interfecto; 3: tirar el móvil (a la basura o, en su defecto, a la cabeza del otro); 4: contar los minutos que se podían haber ganado leyendo a Paul Auster (es un ejemplo, un poner).
Epv
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