La Familia... (+ Larrey )

(Copiado del blog "el trastero de la imaginación". Artículo publicado el 29 diciembre de 2008 Autor: Larrey
eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/
PAQUITA)

El domingo por la mañana nos fuimos a conocer el carrusel (recomendable) cuadrado que hay estas navidades en El Retiro. Fuimos toda la familia. Bueno, ¿familia?, claro, somos hombre y mujer, tenemos hijos, sí, debemos de ser familia. No lo sé. No ha consagrado nuestra unión ni un pater ni un alcalde ni hay papel que nos avale. ¿Qué somos?¿una asociación sin ánimo de lucro?¿una sociedad limitada?¿una comunidad de bienes?¿unos simples pecadores? La verdad es que me dieron ganas de preguntárselo a la gente que bajaba de los autobuses aparcardos en todo el entorno del parque, esos que iban a la misa por la familia. ¿Qué familia?, ¿la mía?, ¿la de ellos? Y dicen que iban sin acritud, y al parecer el tono de las demandas no fue el de eventos precedentes. Se desinflan. La ira y el odio son actividades agotadoras, y cuando lo que encuentras es la indiferencia, la nuestra, la de las otras "familias". pues debe de ser a la par que cansino, frustrante. Ellos, los que allí estaban, dicen que no reconocen otra familia que la formada por un hombre y una mujer. ¿Y? No sé muy bien quien les ha preguntado. Lo que es triste es que personas como estas, marcadas por una secta (vale, si queréis lo llamo religión, pero vamos, me gusta llamar a las cosas por su nombre) puedan tener la más mínima influencia en las decisiones de un gobierno ¡ y (supuestamente) de izquierdas !. A mí me gusta que salgan a la calle a cantar su alegría, todos, con su prole de hijos, a poder ser los que Dios quiera, que mira que es caprichoso en eso, a unos les da diez y a otros les niega tan siquiera uno, a expresarle al mundo que van a misa, que bendicen la mesa y que sus hijos van a religión en el colegio. Genial, suerte tienen de poder elegir. Ahora, ¿a qué narices vienen a decirme a mí que lo que yo hago está o no está bien?, o lo que hacen Manolo y Pedro, que hacen lo mismo que muchos curas pero por amor y sin violar a nadie. No, amigos, quedaos en vuestros salones parroquiales y dejad de tocarnos las pelotas. Del aborto hablamos otro día ¿vale?
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