Publicado por AR DelasHeras, su autor, en su página de FB el 17 de sept. de 2011
Impresiona la marea reaccionaria que inunda nuestro siglo XXI
y que se filtra por todos los resquicios de la sociedad.
Su ímpetu confunde
porque es fácil así interpretar
... que lo más descaradamente conservador
tiene el control de este mundo.
Nada más alejado de lo que sucede.
Cuando un vehículo comienza a descender cada vez más rápidamente,
hasta provocar alarma,
la reacción de la gente es echar el cuerpo para atrás.
En un movimiento instintivo,
pero absurdo
(sólo unos centímetros)
de retrasar el golpe que parece inevitable.
Las múltiples manifestaciones reaccionarias
son debidas, precisamente,
al pánico, consciente o inconsciente,
de ver que el mundo se desliza por una pendiente,
que en buena parte han construido, http://bit.ly/p5xtwb
sin medir las consecuencias,
quienes ahora intentan
echándose para atrás en sus asientos,
frenar lo imparable,
negar lo inevitable.
Ante este descenso desbocado
sólo nos quedan dos opciones,
esperar a que llegue la primera curva.
o inclinar el cuerpo hacia delante
para ver con más claridad qué se puede hacer.
Pero, desde luego,
no dejar vagar la vista por las ventanillas laterales.
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