Cuando
todos, TODOS, los cuerpos sean enterrados dignamente; cuando todos,
TODOS, los alcaldes y concejales republicanos, asesinados por ejercer
sus cargos, sean homenajeados en sus consistorios; cuando todas, TODAS,
las personas encarceladas, torturadas, violadas, rapadas, expoliadas,
fusiladas, tengan un desagravio público e institucional en condiciones,
sin tibiezas ni medias tintas, sin complejos ni miedos; cuando todos ,
TODOS, los nombres de las víctimas del franquismo
sean
pronunciados y honrados sin que ningún partido político que se dice( se
dice...)" demócrata" ponga pega alguna, y sean equiparadas a las
víctimas del fascismo en toda Europa; cuando no queden vestigios del
culto franquista y nacionalcatólico. Cuando esto pase, entonces ya
hablamos de cerrar heridas, de madurez democrática, de respeto a todas
las ideas y demás obviedades. De momento, y hasta que eso ocurra, yo no
respeto más que a mis muertos , a los que lucharon por la legalidad
republicana y las tímidas libertades recién conquistadas y a los que, a
pesar de las adversidades y los vientos en contra, guardan la memoria de
los vencidos, y trabajan cada día por su recuperación. El que quiera
respetar al fascismo y equipararlo a sus opositores, retratado queda.
Hay datos de sobra para ganar un juicio. Que la historia nos juzgue.
Marisa Peña, Enredando memoria
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Tribunal Constitucional: Estado español pague con dinero público la segregación en las escuelas.
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