En
este país de delincuentes de guante blanco y corazón podrido, quizá lo
más molesto que se puede llegar a afirmar de él es que está plagado de
cabrones. Y de cabronas. Porque de inmediato se sentirán aludidos y
ofendidos los jueces fachas. Y los políticos fachas. Y los miembros
fachas de las fuerzas de seguridad del Estado. Y los militares fachas. Y
los banqueros y empresarios fachas. Y los obispos fachas y las
asociaciones de abogados cristianos fachas y los tertulianos fachas y
los mamarrachos fachas y, en fin, los fachas. Porque es la verdad lo que
más ofende y España es facha. Orgulloso de ser español.
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