Paquita Caminante · eldiario.es Roser Gari - 17/03/2020 -
La
pandemia que sufrimos podría ser la última de la larga lista de
enfermedades provenientes del consumo de animales y, más concretamente,
de animales salvajes
El COVID-19 es un virus zoonótico -proveniente de animales y que salta entre especies- y se cree que pasó a los humanos por la ingesta y uso de murciélago
o de pangolín. Este último, un animal en peligro de extinción, es el
mamífero no humano más traficado del mundo, tanto por su carne como por
las supuestas propiedades curativas de sus escamas, en el mercado de
animales salvajes de Wuhan. Ambos animales salvajes, y muchos más son,
consumidos de manera habitual por todo el sudeste asiático.
Los mercados de carne de perro, rata, murciélago, serpiente y pangolín
son incluso usados como reclamos turísticos, pudiendo la gente llevarse a
casa botellas de licor aliñadas con serpientes y escorpiones. Estos
mercados insalubres operan sin ningún control y han sido la cuna de
brotes de enfermedades ya supuestamente controladas, como la rabia y de
nuevos virus como el COVID-19 y el SARS. Estas se suman a la larga lista
de enfermedades provenientes del consumo de animales, como la gripe
porcina o la triquinosis. Otras también podrían provenir de otros
animales, como la tuberculosis, el ébola, el SIDA y un largo etcétera (...)
El tráfico ilegal mundial de vida salvaje es el cuarto que más dinero
mueve, por detrás de los antes mencionados, y se estima en unos 26.000
millones de dólares americanos anuales. Esto se suma a los miles de
millones que mueven la pesca de tiburón, las carísimas expediciones de
caza, el comercio de animales de compañía salvajes y otras actividades (...)
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