Fernando Broncano R 31/12/20
Nos decimos, "acaba un año de mierda, quizás el que viene sea mejor", ¡hay tanta esperanza e incertidumbre en el aire! Siempre fue así tal vez, pero este año ha sido especial. Recordemos de este tiempo lo mejor y lo peor, las personas que dieron luz a la especie humana y las que la mancharon y degradaron. No olvidemos un año que aún necesita la épica de la memoria. Pidamos coraje y resistencia, pero no cualquiera. Susan Sontag nos dice que el coraje y la resistencia como tales no son nada: los canallas violentos pueden tenerlos. Necesitamos el coraje y la resistencia que llevan un adjetivo: "moral". El coraje y resistencia del "non serviam", de quienes se niegan a reconocer el triunfo del daño y la injusticia y quienes siguen en pie más allá de toda esperanza. Lo decía uno de los personajes de Coetzee en La edad de hierro: "hay tiempos en que ser buena persona no basta". Tiempos de termópilas que resistan a los ejércitos del mal. No de ese mal difuso que viene de la naturaleza sino del mal que se esconde en la naturalización del daño. Han sido meses en que en ciertos momentos llegamos a pensar en las cosas importantes de la vida: recordémonos otra vez que lo que nos hace humanos son el coraje y la resistencia morales contra la barbarie, incluso si sabemos que al final la barbarie se impondrá. Kavafis lo expresó mejor que nadie:
TERMÓPILAS
Honor a aquellos que en sus vidas
se dieron por tarea el defender Termópilas.
Que del deber nunca se apartan;
justos y rectos en todas sus acciones,
pero también con piedad y clemencia;
generosos cuando son ricos, y cuando
son pobres, a su vez en lo pequeño generosos,
que ayudan igualmente en lo que pueden;
que siempre dicen la verdad,
aunque sin odio para los que mienten.
Y mayor honor les corresponde
cuando prevén (y muchos prevén)
que Efialtes ha de aparecer al fin,
y que finalmente los medos pasarán.
Feliz año 2021
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