Blanca Sáinz 11 de diciembre de 2022
Más del 99% de las vacas de carne de Cantabria viven fuera de una ganadería y no se alimentan con pienso: “Hay que volver a lo de antes apostando por las granjas y no por las industrias”
Hemeroteca — Arsenio, ganadero de extensivo: “Las macrogranjas no son buenas ni para los animales ni para la alimentación”
Resulta muy complicado moverse por Cantabria y no encontrarse con vacas pastando por algún prado colindante a la carretera. La comunidad también sigue libre en lo que respecta a las 'macrogranjas', ya que no posee ningún negocio en el que haya más de 400 reses y, de hecho, lo normal sigue siendo encontrarse por debajo de las 180 cabezas de ganado. Una cifra que, por cierto, es la que el sindicato UGAM-COAG ha propuesto al Ministerio de Agricultura como límite por granja.
Pero el caso de Cantabria respecto a la ganadería extensiva (el modelo que se basa en pastar 'a diente' y en terrenos grandes) no es excepcional y se podría decir que es una cuestión habitual en todo el norte de España. Así, Asturias, Galicia y Euskadi comparten esta forma de mantener a los animales que, como apuntan desde el sindicato ganadero, es “mucho más beneficiosa” siempre y cuando haya un límite. “No nos gusta ese maniqueísmo que se ha montado con el extensivo y el intensivo porque el punto de corte no está en eso sino en el modelo de granja. Puede ser extensiva, enorme y de tipo capital sin ganaderos detrás, y eso es contra lo que estamos luchando”, explica Gaspar Anabitarte, secretario general de UGAM-COAG en Cantabria.
(...) Impacto sobre los incendios y bienestar animal
Por otro lado, sobre el tema medioambiental, Rebanal considera que parte de los incendios que se generan en España vienen como consecuencia de la falta de animales que hay en los montes: “Nadie gestiona esos espacios y están totalmente abandonados, y si seguimos con esta tendencia de desaparición de las ganaderías, los incendios que hay ahora serán mínimos comparados con los que vendrán”, asevera.
Sobre ello, Anabitarte respalda a su compañero y apunta a la influencia que ha podido tener la reducción de ganaderos sobre el terreno para que los fuegos aumenten. “En los años 80 en Cantabria había en la Seguridad Social agraria 55.000 activos, y ahora hay unos 4.500 ganaderos. Para las hectáreas que tiene la comunidad, no dan abasto. Pero es que además antes se podía ir a coger leña al monte, se tenía ahí el ganado y se permitía el fuego. Los problemas empezaron cuando la Administración decidió gestionar por sí misma los pastos y los montes cuando es imposible que lo puedan hacer porque antes había 55.000 personas que lo hacían”, explica el secretario general del sindicato.
Pero además del tema ecologista, el bienestar de los animales también es un tema importante a tratar para estos ganaderos, y es que el auge de las 'macrogranjas' genera, para Rebanal, que se vea al ganado “como una fuente de ingresos y no como un animal”: “Si una vaca se pone mala en una ganadería de ese tipo, no creo que tengan ninguna piedad con ella ni ningún cuidado. La cambiarán por otra y a correr”, asevera (...)
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