Puntos Púrpura

Volvió a preocuparse de ellos cercana a los 40 -años-. Consultó con el médico que tenía más a mano y que le inspiraba confianza: Ángel Jeréz.
Nada más verlos diagnosticó: "Eso son puntos púrpura, nada maligno, cuestión de estética y se pueden eliminar con láser" -caso de quererlo-.
Si sólo era eso, ahí que se quedaban, porque verse, verse, no se veían -salvo dos en la cara- el grueso de ellos estaba situado en el pecho y... algo más abajo.
Recuerda la primera vez, la única vez, que acudió a un dermatólogo para que se los viera.
La pidió que se desnudara... de cintura para arriba, ella tenía 20 años, él... alrededor de los 30. Así lo hizo, se despojó de su camisa y el arnés -vulgarmente llamado sujetador- se plantó frente a él y esperó, y esperó, y que nada, que el susodicho no decía nada, sólo... miraba, fijamente miraba.
Esperó aún más y... cuando le pareció que ya había pasado un tiempo razonable - ¿cómo evaluar eso?- preguntó: Bueno... ¿y qué? Él pareció despertar de un letargo, clavado como estaba con los ojos fijos en su pecho y... balbuceó... "Nada, no es nada importante, si acaso, convendría hacer un seguimiento para ver su evolución"
Se vistió, se despidió de él y se dijo -una vez más- ¡Quien me mandará a mí venir sola a estas cosas!.


Nota Ajena al relato anterior: Ayer noche, miércoles 3 de enero, pasaron por la TV ¡sí por la tele! pero, claro, era la 2, una estupenda película, me la encontré de improviso, era: ANTONIA. Una coproducción belga holandesa -lo vi en los títulos de crédito, porque llegué tarde a la presentación que de ella hicieron-. Después he leído que obtuvo el óscar a la mejor película extranjera en 1995.
Una "peli" diferente, dirigida por una mujer, con personajes principales de mujeres, mujeres rompedoras, transgresoras, anticonvencionales, bellas. Cinco generaciones que giran en torno a Antonia.

PAQUITA