De Edadepiedrix y su blog de nombre: vamosdeculo dentro de la página: http://lasbatuecas3-edadepiedrix.blogspot.com/ . Artículo publicado el viernes 4 de mayo de 2007
DE LO ESTÚPIDO A LO ENREVESADO o del problema de los jueces.
A pesar de que lo que se lleva es ser demócrata de toda la vida, a mí la democracia no me gusta una mierda. Ninguna decisión que hiciera avanzar a la humanidad se ha tomado nunca por mayoría. Sin embargo las mayores estupideces se deciden por acuerdo unánime. Políticamente me considero monárquico-anarquista, siempre que hablemos de una monarquía auténtica y de un anarquismo radical.
Las monarquías de medio pelo en las que “todo vale”, me parecen una tomadura de pelo entero. Si cualquiera puede ser rey…, que me pongan a mí que tengo varias ideas al respecto.
Pero si jugamos a la democracia, acatemos las reglas. La base del asunto es que existen tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Pues bien desde hace un tiempo el legislativo (osea el Congreso) parece que no tiene otra función mas que acusar el ejecutivo (osea al Gobierno) de controlar al judicial (osea, a los jueces)
Y, por otra parte, los Órganos Judiciales no funcionan debidamente porque se han politizado al máximo y han perdido la razón de su fundamento. Los jueces ya no son imparciales, ahora son de un partido político, o de otro. Y ahí estamos. Intentando solucionar un problema que nunca debería haberse producido, a base de intentar igualar las mayorías.
Solo cabe que los encargados de solucionarlo sean unos cretinos o que les venga mejor que no se solucione nunca. Porque parece evidente que el problema no se soluciona equilibrando colores políticos. Eso, anularía el sentido de ser del Poder Judicial, como tal, y le convertiría en una rama del Poder Legislativo (donde la cosa si va por colores) El intríngulis de que el Judicial sea un Poder aparte, radica precisamente en que sea ajeno a las diferencias políticas, en que su criterio sea exclusivamente profesional.
Y para conseguir eso, basta con una solución muy sencilla: el anonimato. Cuando un juez dicta una sentencia no nos importa, o no debería importarnos, su nombre y apellido. Lo único trascendente es que su sentencia va a misa, independientemente del nombre de quien la dicte, solo importa el cargo. Esas son las normas de funcionamiento del Sistema y esto es como el Mus, si incumples las reglas, todo se va la mierda.
Pero por ese afán de protagonismo de los medios de comunicación (que pasan de ser el Cuarto Poder y aspiran a ser el Primero) y bajo el sacrosanto paraguas de la libertad de prensa, se empeñan en proclamar a los cuatro vientos el nombre y la dirección del voto de cada uno de los jueces para que –quien corresponda (da escalofrios pensar quien puede corresponder)- tome buena nota. Así no hay quien sea imparcial.. ¡cojones!
1 comentario:
El problema de los jueces influenciados por sus ideas políticas se solucionaría si los jueces se eligieran para cada caso por sorteo.
Lo mismo que los jurados.
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