Exige Dignidad › Pobreza y derechos humanos. Amnistia Internacional
Más de 950 millones de personas se acuestan cada noche con hambre; 1.000 millones viven en asentamientos precarios; Cada minuto muere una mujer por complicaciones derivadas del embarazo; 1.300 millones de personas no tienen acceso a una asistencia médica básica; 2.500 millones no tienen acceso a servicios sanitarios adecuados, y por ello mueren cada día 20.000 niños y niñas.
Las personas que sufren la pobreza están atrapadas en un círculo de exclusión, violencia, inseguridad y falta de voz.
Se enfrentan diariamente a amenazas contra su seguridad y la de su familia, y están sobreexpuestas a la violencia estatal y a la de los grupos armados. Probablemente su hogar, sus pertenencias y su medio de vida no están protegidos por la ley. No pueden acceder a una protección social mínima en caso de enfermedad, o de pérdida de su medio de vida. Las mujeres y las niñas están especialmente expuestas a la violencia y sufren un doble rechazo: tanto la familia como la sociedad las excluyen de los procesos de toma de decisiones y les niegan cualquier poder.
Con demasiada frecuencia, los tribunales, la policía, los organismos asistenciales, los servicios urbanos y el sistema educativo tratan a quienes viven en la pobreza con desprecio o indiferencia. Sus opiniones no se tienen en cuenta. Se reprimen sus esfuerzos por organizarse y no se les permite informarse de las cuestiones vitales para sus comunidades. Ya sea porque se les silencia deliberadamente o porque la indiferencia les hace enmudecer, el resultado es que no tienen voz.
Las vulneraciones a los derechos humanos causan y perpetúan la pobreza. Y la pobreza conduce directamente a esos abusos.
Pero los derechos humanos son la clave para salir de la trampa. Constituyen el único marco global en el cual todas las personas tienen derecho a obtener alimentos y agua, a la asistencia médica básica, a la educación y a la vivienda, a la igualdad de oportunidades, a un nivel de vida adecuado, a la seguridad, a vivir sin miedo, a participar...
Todas las personas tenemos derecho a vivir con dignidad.
1 comentario:
Llego a tu espacio a través de la del amigo Alcaudoncillo y veo que también visitas a Alfa, otro buen amigo. Me ha sorprendido tu blog que me parece original e interesantes así qué, voveré otras ocasiones para ir vieno lo que contienes ya y lo nuevo que vayas incorporando.
Saludos.
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