mayo 23, 2012

Suicida es no subir ese Impuesto de Sociedades...+ pegepe

Publicado por pegepe en martes 20 de marzo de 2012 en su blog Duendes a tirico de la noche duendesatiricodelasnoches.blogspot.com.es/2012/03/suicida-es-no-subir-ese-impuesto-de.html

¿Tiene lógica que el tipo medio efectivo cobrado a los hogares españoles por Hacienda sea un 11,5% sobre su renta y las empresas apenas paguen otro 9,9% de sus beneficios o la gran banca menos, 7% sólo? ¿Guarda ello acaso alguna relación con esos -tan "equitativos"- esfuerzos del -siempre- recortársenos... que continuamente vienen teorizando, recomendando, pidiendo, exigiendo e imponiendo a "todos"... los Gobiernos de la rebaja interminable... desde que hace años comenzó su crud[el]ísima Crisis...?

El que nuestro Impuesto de Sociedades (IS) oscile hasta hoy entre un 20% para ciertas PYMES y el 30% para las grandes empresas es pura formalidad, solo. El tipo efectivo medio de todas las compañías o empresas mercantiles españolas actualmente sujetas a él se halla -en conjunto- por debajo del tan polémico 12,5% aplicado para Irlanda y que tanto irrita a Francia o Alemania. En el Gráfico adjunto puede apreciarse la evolución de la recaudación del IS. Entre 2007 y 2010 se han dejado de percibir por él casi 40.000 millones de euros [¡casualmente una cifra de magnitudes como esos otros nuevos Ajustazos del cinturón este mismo año 2012, exigidos al común de las ciudadanías nunca comprendidas entre quienes pueden beneficiarse con tales exenciones paralelas en dicha fiscalidad societaria !]...

La caída es del 63% y, por mucho que hayan sufrido las cuentas de resultados, ello no parece resultar para nada en línea con los desplomes del PIB real [véase, como ejemplo a efectos comparativos, la otra evolución del IRPF] paralelamente. Por eso hay que buscar explicaciones en otra parte y el anterior Gobierno socialista [con, también, Zapatero más Rubalcaba y Chacón...] no es, tampoco, ajeno a ellas. En cuanto a tributación, es bueno para una economía de libre mercado que los impuestos sean bajos pero, sobre todo, parejos. Esto no significa que el responsable de Hacienda se instale en un trasnochado laissez-faire si la ley tiene agujeros o que se deje seducir por lobbys que buscan su beneficio propio.

En el informe de la Agencia Tributaria de 2010 ya se apuntaba que la reforma del impuesto de 2007 había provocado una «rebaja particularmente intensa del tipo efectivo». Entonces, el tipo general se bajó del 35% al 30% en dos años, nominalmente. Sin embargo, los efectivos al tiempo se hundieron más, gracias a esa maraña de nuevas deducciones que favoreció el que las empresas tunearan sus bases imponibles.
Una segunda decisión sobre este Impuesto -el establecimiento de la libertad de amortización para todo tipo de empresa, sin requisito ninguno sobre mantenimiento del empleo- dio la puntilla al tributo. Ese incentivo lo concedió el Gobierno de ZP después de una de las famosas 'cumbres empresariales' en las que buscaba respaldo para sus políticas. Nunca se oyó a nadie en el PSOE alzar una voz crítica contra esta insólita decisión.
Así, ya no sólo se peinaron las bases imponibles, sino que se condicionó toda la política de inversión de las empresas. El resultado es que el actual esquema de incentivos del Impuesto hace que sea mucho más rentable fiscalmente invertir en el extranjero que en España, aunque el negocio intrínseco sea más beneficioso en nuestro país. Contra un disparo en el pie, no hay ganancia de competitividad que valga; como han denunciado los técnicos de Hacienda esto genera efectos perversos: primero, a las empresas les conviene así ya concentrar su endeudamiento en España (porque es más rentable y pueden deducirse los gastos financieros); en segundo lugar, se estimula la creación de empleo en el extranjero pero no en nuestro país; y, por último, el impuesto se ha desestructurado, con lo que ahora es casi inútil.
Toda la cuestión es muy grave respecto al endeudamiento. Ayer Wolfgang Münchau volvía a llamar la atención en Financial Times sobre el problema que es la Deuda privada de España: un 227,3% del PIB. No resulta raro que así sea si además hay tributos que estimulan el fenómeno. Es paradójico que aquellas mismas multinacionales aquí nacidas a las cuales vemos pretender que «su problema es España», no tengan ningún problema en radicar sus deudas en este mismo país nuestro. Es urgente que Montoro y su equipo se pongan manos a la obra y rehagan ese Impuesto de Sociedades racionalmente.
[La explicación anterior no es de ninguna extraña voz radical ni minoritaria, o en lucha contra la política única del consenso económico bipartidista gubernamental que nos vende las recetas de la UE, sino que acaba de formularla don John Müller, en el diario El Mundo: "Reformar el impuesto de Sociedades"...]


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