A mi abuelo, con la voz heredada que le debo, de Marisa Peña
"Ayer me enteré gracias a Fuen y a Remedios que Concha García Campoy había sido, como yo, como tantos, una nieta entregada a la memoria arrebatada. Me acordé entonces de este poema que hace ya mucho le escribí a mi abuelo y aquí lo dejo "in memoriam" de ella, de ellos, de todos los que nos negamos a olvidar"
¿Cómo no imaginarte en las batallas que me ofrece, día a día, la tristeza?
¿Y cómo no pensarte en las derrotas,
en las profundas fosas olvidadas
entre amargos barrotes
de una cárcel infame,
injusta, innecesaria?
( tapias de silencio,
muros de agonías,
voces acalladas…)
¿Cómo no hacer memoria para no hacer olvido?
¿Cómo no presentirte en tus ausencias,
en todo lo que no viví contigo,
en la mano que no pude estrecharte,
en las caricias que nos arrebataron?
¿Cómo no hacer memoria,
cómo no presentirte, pensarte, imaginarte
en las noches gastadas
de la vida imperfecta, inacabada,
que vivimos sin ti?
Y la voz que te debo
desde aquí te recuerda
con la ventana abierta
y la sonrisa puesta;
porque la vida sigue,
y siempre, aunque nos pese,
tiene que haber un tiempo
que invoque la esperanza arrebatada.
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