La desaparición de las especies más grandes puede alterar los mares "durante millones de años". Javier Salas. 14 SEP 2016
http://elpais.com/elpais/2016/09/13/ciencia/1473762535_688014.html
"Ahora mismo estamos decidiendo, casi sin querer, qué caminos
evolutivos permanecerán abiertos y cuáles quedarán cerrados para
siempre. Ninguna otra criatura había hecho esto jamás, y será, por
desgracia, nuestro legado más perdurable". Elizabeth Kolbert definía así
el papel que estamos desempeñando los humanos en La sexta extinción, el libro que le valió el premio Pulitzer el año pasado. El título es bastante expresivo: en los casi 4.000 millones de años de historia de la vida
en la Tierra, se han dado cinco megaextinciones, momentos en los que
buena parte de los seres vivos eran arrastrados de golpe a la
desaparición por diversos cataclismos. Y ahora, según todos los datos
recopilados por la ciencia, la civilización humana está provocando una
nueva extinción masiva: somos como el meteorito que borró del planeta a
los dinosaurios.
Y las criaturas de los océanos no se van a librar. Estamos provocando
la agonía de numerosas especies marinas y, como decía Kolbert,
eligiendo los seres acuáticos que al desaparecer dejarán de evolucionar
en el futuro. A este ritmo, los grandes animales que poblarán los mares
dentro de millones de años no serán descendientes de nuestras ballenas,
tiburones y atunes porque los estamos matando para siempre. Y del mismo
modo que la desaparición de los dinosaurios dejó un vació que tardó eras
en llenarse por los mamíferos, no sabemos qué será de la vida en los
océanos tras arrasarlos.
"La eliminación selectiva de los animales más grandes en los océanos modernos, sin precedentes en la historia de la vida animal, puede alterar los ecosistemas durante millones de años", concluye un estudio que presenta hoy la revista Science. Liderado por investigadores de Stanford, el trabajo muestra cómo esta sexta extinción se está cebando con los seres acuáticos de mayor tamaño. Un patrón "sin precedentes" en el registro de las grandes extinciones y que con mucha seguridad se debe a la pesca: hoy por hoy, cuanto más grande es el animal marino, más probable es que se extinga.
Según explica a Materia el principal autor de este estudio, Jonathan Payne,
el nivel de perturbación ecológica causada por una gran extinción
depende del porcentaje de especies que se extinguen y de la selección de
grupos de especies que se eliminan. "En el caso de los océanos
modernos, la amenaza preferente por los de mayor tamaño podría resultar
en un evento de extinción con un gran impacto ecológico debido a que los
animales grandes tienden a desempeñar un papel importante en el ciclo
de nutrientes y en las interacciones de la red alimentaria", asegura
Payne, refiriéndose a que el daño afectaría en cascada a todos los
ecosistemas marinos.
Los escenarios pesimistas predicen la extinción del 24% al 40% de los géneros de vertebrados y moluscos marinos; el cálculo más trágico es comparable a la extinción masiva del final del Cretácico, cuando desaparecieron los dinosaurios, según explican en Science.
El trabajo de este investigador de Stanford y de su grupo consistió
en analizar el patrón de desaparición de 2.500 especies en los últimos
millones de años. Hasta ahora, el tamaño de los animales marinos no
había sido un factor determinante en anteriores cataclismos, pero en
nuestros días se da una correlación notable. Para los investigadores, es
evidente que se debe a la forma de consumir ecosistemas propia del ser humano.
Ocurrió con la extinción de los mamuts y sucede ahora con la pesca:
cada vez que entramos en un ecosistema primero acabamos con las piezas
mayores y a medida que escasean vamos agotando el resto de recursos de
menor entidad.
Los investigadores advierten de que la eliminación de estos animales en la parte superior de la cadena alimenticia podría perturbar el resto de la ecología de los océanos de manera significativa para potencialmente millones de años venideros. "Sin un cambio dramático en el rumbo actual de la gestión de los mares, nuestro análisis sugiere que los océanos sufrirán una extinción masiva de suficiente intensidad y selectividad ecológica como para incluirse entre las grandes extinciones", asegura el estudio.
Este paleobiólogo defiende que la visión positiva de su hallazgo es que las especies amenazadas aún pueden salvarse de la extinción con políticas de gestión eficaces y, a largo plazo, abordando los impactos del calentamiento climático y la acidificación de los océanos. "Podemos evitar ese camino; con una gestión adecuada, sería posible salvar a muchas de estas especies de la extinción", reclama Payne.
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: La corrupción forma "parte del sistema" en España, según un estudio histórico
Estamos provocando la agonía de numerosas especies marinas y eligiendo las que dejarán de evolucionar en el futuro
"La eliminación selectiva de los animales más grandes en los océanos modernos, sin precedentes en la historia de la vida animal, puede alterar los ecosistemas durante millones de años", concluye un estudio que presenta hoy la revista Science. Liderado por investigadores de Stanford, el trabajo muestra cómo esta sexta extinción se está cebando con los seres acuáticos de mayor tamaño. Un patrón "sin precedentes" en el registro de las grandes extinciones y que con mucha seguridad se debe a la pesca: hoy por hoy, cuanto más grande es el animal marino, más probable es que se extinga.
El cálculo más trágico compara esta extinción con la desaparición de los dinosaurios, según explican en Science
Los escenarios pesimistas predicen la extinción del 24% al 40% de los géneros de vertebrados y moluscos marinos; el cálculo más trágico es comparable a la extinción masiva del final del Cretácico, cuando desaparecieron los dinosaurios, según explican en Science.
Para los investigadores, se debe a nuestra forma de consumir ecosistemas: ocurrió con la extinción de los mamuts y sucede ahora con la pesca
Los investigadores advierten de que la eliminación de estos animales en la parte superior de la cadena alimenticia podría perturbar el resto de la ecología de los océanos de manera significativa para potencialmente millones de años venideros. "Sin un cambio dramático en el rumbo actual de la gestión de los mares, nuestro análisis sugiere que los océanos sufrirán una extinción masiva de suficiente intensidad y selectividad ecológica como para incluirse entre las grandes extinciones", asegura el estudio.
Este paleobiólogo defiende que la visión positiva de su hallazgo es que las especies amenazadas aún pueden salvarse de la extinción con políticas de gestión eficaces y, a largo plazo, abordando los impactos del calentamiento climático y la acidificación de los océanos. "Podemos evitar ese camino; con una gestión adecuada, sería posible salvar a muchas de estas especies de la extinción", reclama Payne.
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