Buli Bulibuli Requena · 29/12/2018 ·
Me gusta mucho caminar solo por las riberas de los ríos de mi comarca y en verano siempre encuentro algún rincón en el cual darme un baño. El caso es que soy de complexión pequeña y llevo el pelo largo, visto pantalón muy corto y camisetas de tirantes, y este suele ser mi atavío habitual en mis caminatas primaverales y veraniegas. En mi DNI pone que soy de sexo masculino pero bueno, nunca ha sido una cosa que haya asociado de forma clara con mi cuerpo, ni que me haya importado demasiado. Debido a mi complexión, mi vestuario y el pelo a veces me confunden con una mujer y este tipo de accidentalidad me ha permitido entender algunas cosas. O más que entender, sentir determinadas cosas.
Este verano por
ejemplo iba andando por el riu Calders desde Navarcles, por una zona
poco frecuentada y me encontré a un hombre de frente que desde lejos
empezó a saludarme y cuando llegó a mi me dijo "¿Caminas sola por estos
lugares? ¿De dónde vienes?". Yo me quedé un poco perplejo sin saber que
decirle, me cuesta un poco entender que me confundan de sexo porque creo
que soy un poco feo, no me molesta lo más mínimo pero me extraña, y
cuando estaba a punto de explicarme continuó hablando y diciendo cosas
del tipo "Ir vestida así tan fresquita y sola. No se yo." De repente
algo en la actitud del individuo me alarmó y empecé a hablar, y a
explicarme para despejar malos entendidos. "Creo que usted se confunde y
además soy de aquí, de Moià, y vengo muy frecuentemente a andar por
aquí. Nunca he tenido ningún problema con nadie. No se de que me está
hablando.". Mi voz tampoco es muy machuna y el señor me miró con un
cierto descaro que me angustiaba, como si me tomara las medidas
corporales, y finalmente con una cara como de media burla y definitivo
desinterés, se despidió. No tengo ni idea de que le pasaba por la cabeza
en el momento de marchar, pero yo seguí mi camino un poco preocupado
hasta un desvío y allí cambié mis planes, saliendo del sendero principal
de Gran Recorrido como prevención por si aquel individuo se repensaba
algo. No se si se había percatado de su error o no, porque yo no se lo
aclaré entre otras cosas porque nunca me ha parecido justo aclararle
nada a gente así. ¿Porque debería tener derecho ese imbécil a saber si
tengo unos genitales u otros? ¿Porque debería dar tantas explicaciones?
Tan sólo intentaba caminar por el campo.
Es un ejemplo pero tengo algunos más, por suerte no tengo demasiados y ninguna de estas situaciones ha terminado mal. Un día que paseaba en bicicleta por la Vall de Marfà paré delante de una poza y cuando estaba empezando a quitarme la ropa para pegarme un baño de repente vi a un señor un poco mayor en una roca de delante fotografiándome con una cámara reflex. Por suerte solo había empezado a quitarme la camiseta, y cuando le vi, dejé de desvestirme, él se sintió contrariado y se escondió entre la maleza. Yo me monté en la bicicleta y salí de allí ligero intentando poner tierra por medio lo antes posible. Como digo son sólo pequeñas experiencias relacionadas con el caminar o moverme "sola" que no fueron a más pero desde mi adolescencia siempre he tenido un cierto miedo a los tíos por razones de este tipo, por situaciones que he sufrido en otros casos en contextos diferentes y de distinta forma; pederastas, proposiciones asquerosas que me han hecho tíos cuando era adolescente, intentos de violación en el servicio militar, abusos y agresiones de tipo sexual de diversa índole que no explico porque me cuesta y porque no vienen a cuento. No se si es necesario asomar un poco la cabecita por este mundo, el mundo del acoso y del abuso, sintiéndolo en las carnes propias, para entender mejor lo que sufren las mujeres, pero por lo que veo me temo que si.
Estoy convencido de que si hubiera sido una mujer ni me hubiera atrevido a hacer las excursiones que he hecho. Siempre las he hecho pensando de forma inconsciente que, como sobre el papel soy un hombre, no debería de tener problema alguno por ir solo, pero de repente cuando tu y tu cuerpo no encajan en los códigos machunos traspasas un portal que te lleva a un terreno de miedo y peligro. Dudas de ti mismo y piensas que quizá deberías vestir de otro modo, no llevar el pelo tan largo o llevarlo recogido, llevar unos pantalones menos cortos, no ser como eres... Entonces es cuando descubres que hay mas hombres chungos de los que parece, y es cuando acabas preguntándote porque al resto de tíos les cuesta tanto entender el grave problema al cual se enfrentan las mujeres cada día. Viendo las reacciones que se han producido en esta página como consecuencia del reciente cambio de nombre se me ha caído el alma a los pies, porque no puedo comprender que en un ámbito supuestamente tan abierto y sensible como debería ser el anarquista haya tanto tío machuno, cegato, incapaz de empatizar un poco, que argumenta bobadas procedimentales y supuestamente democráticas para escurrir el bulto, que pretende invisibilizar la causa feminista de un modo tan bochornoso, o que esgrime razones patéticas para defender su "tranquilidad" evidenciando de forma flagrante que no se ha preocupado ni un minuto en su vida de los problemas que sufren las mujeres como consecuencia de la sociedad heteropatriarcal y su machismo criminal.
No se si tiene remedio el asunto. No se si es que desafortunadamente hay que sentir ese miedo y esa inseguridad para ser capaz de empatizar con las mujeres, pero yo les pediría a los tíos que se dejen de nimiedades, de detalles banales, y que se esfuercen un poco por ponerse en la piel de las mujeres. Cada vez que suceden asesinatos y violaciones machistas, que es con mucha frecuencia por cierto, como cuando se descubrió el cuerpo de Laura Luelmo, asesinada y violada por un hombre, o cuando se difundió el testimonio de Andrea que fue violada en Aluche por otro hombre, a mi se me remueven las entrañas, me cuesta dormir y siento que mi cuerpo sufre. Me quedó sumergido en una mezcla de incredulidad y miedo que me cuesta combatir. Luego abro los ojos al mundo y no entiendo a los tíos, a las personas del sexo al cual teóricamente pertenezco. Caminar como práctica anarquista, ética, estética y de pensamiento sin preocuparse del hecho de que las mujeres no pueden caminar solas tranquilamente es asqueroso y ultrajante. Haber cambiado el nombre y ponerle anarcofeminista es un detalle mínimo, y me asquea ver que genera actitudes tan reaccionarias y vergonzosas en tantos hombres.
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Es un ejemplo pero tengo algunos más, por suerte no tengo demasiados y ninguna de estas situaciones ha terminado mal. Un día que paseaba en bicicleta por la Vall de Marfà paré delante de una poza y cuando estaba empezando a quitarme la ropa para pegarme un baño de repente vi a un señor un poco mayor en una roca de delante fotografiándome con una cámara reflex. Por suerte solo había empezado a quitarme la camiseta, y cuando le vi, dejé de desvestirme, él se sintió contrariado y se escondió entre la maleza. Yo me monté en la bicicleta y salí de allí ligero intentando poner tierra por medio lo antes posible. Como digo son sólo pequeñas experiencias relacionadas con el caminar o moverme "sola" que no fueron a más pero desde mi adolescencia siempre he tenido un cierto miedo a los tíos por razones de este tipo, por situaciones que he sufrido en otros casos en contextos diferentes y de distinta forma; pederastas, proposiciones asquerosas que me han hecho tíos cuando era adolescente, intentos de violación en el servicio militar, abusos y agresiones de tipo sexual de diversa índole que no explico porque me cuesta y porque no vienen a cuento. No se si es necesario asomar un poco la cabecita por este mundo, el mundo del acoso y del abuso, sintiéndolo en las carnes propias, para entender mejor lo que sufren las mujeres, pero por lo que veo me temo que si.
Estoy convencido de que si hubiera sido una mujer ni me hubiera atrevido a hacer las excursiones que he hecho. Siempre las he hecho pensando de forma inconsciente que, como sobre el papel soy un hombre, no debería de tener problema alguno por ir solo, pero de repente cuando tu y tu cuerpo no encajan en los códigos machunos traspasas un portal que te lleva a un terreno de miedo y peligro. Dudas de ti mismo y piensas que quizá deberías vestir de otro modo, no llevar el pelo tan largo o llevarlo recogido, llevar unos pantalones menos cortos, no ser como eres... Entonces es cuando descubres que hay mas hombres chungos de los que parece, y es cuando acabas preguntándote porque al resto de tíos les cuesta tanto entender el grave problema al cual se enfrentan las mujeres cada día. Viendo las reacciones que se han producido en esta página como consecuencia del reciente cambio de nombre se me ha caído el alma a los pies, porque no puedo comprender que en un ámbito supuestamente tan abierto y sensible como debería ser el anarquista haya tanto tío machuno, cegato, incapaz de empatizar un poco, que argumenta bobadas procedimentales y supuestamente democráticas para escurrir el bulto, que pretende invisibilizar la causa feminista de un modo tan bochornoso, o que esgrime razones patéticas para defender su "tranquilidad" evidenciando de forma flagrante que no se ha preocupado ni un minuto en su vida de los problemas que sufren las mujeres como consecuencia de la sociedad heteropatriarcal y su machismo criminal.
No se si tiene remedio el asunto. No se si es que desafortunadamente hay que sentir ese miedo y esa inseguridad para ser capaz de empatizar con las mujeres, pero yo les pediría a los tíos que se dejen de nimiedades, de detalles banales, y que se esfuercen un poco por ponerse en la piel de las mujeres. Cada vez que suceden asesinatos y violaciones machistas, que es con mucha frecuencia por cierto, como cuando se descubrió el cuerpo de Laura Luelmo, asesinada y violada por un hombre, o cuando se difundió el testimonio de Andrea que fue violada en Aluche por otro hombre, a mi se me remueven las entrañas, me cuesta dormir y siento que mi cuerpo sufre. Me quedó sumergido en una mezcla de incredulidad y miedo que me cuesta combatir. Luego abro los ojos al mundo y no entiendo a los tíos, a las personas del sexo al cual teóricamente pertenezco. Caminar como práctica anarquista, ética, estética y de pensamiento sin preocuparse del hecho de que las mujeres no pueden caminar solas tranquilamente es asqueroso y ultrajante. Haber cambiado el nombre y ponerle anarcofeminista es un detalle mínimo, y me asquea ver que genera actitudes tan reaccionarias y vergonzosas en tantos hombres.
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