Rodrigo Saiz / Raúl Rejón 9 de mayo de 2023
Productores navarros sustituyen este año las hortalizas por plantas menos demandantes ante las restricciones de agua, una transición de cultivos que dibuja un escenario “inexorable” en toda España a medio y largo plazo
— La verdad sobre el bulo de las “256 presas y embalses” que está derribando el Gobierno
- “Ya en abril sabía que muy probablemente no tenga agua para regar mis cultivos al final de la campaña”. David Navarro es agricultor en Tudela y está pensando en lo que le espera en setiembre y octubre. Ha visto todos sus cultivos de secano echarse a perder y ahora ve peligrar también los de regadío: los embalses no se llenan por la falta de lluvias y se prevén restricciones.
- Su caso no es único en Navarra, donde muchos agricultores deciden, como solución última frente a la sequía, sustituir cultivos como el maíz o la verdura por otros que requieren un menor consumo de agua: trigo, cebada, girasol. Aun así, en muchas zonas de la comunidad foral la falta de agua es tal que ni siquiera está garantizado que lleguen a cosechar.
- Los expertos señalan que este escenario extremo de 2023 refleja una realidad ante la que, indefectiblemente, habrá que reaccionar con cambios no puntuales sino a medio y largo plazo. Las sequías más agudas y recurrentes y la subida global de temperaturas –que evapora más agua– son impactos comprobados de la crisis climática en España. Así que la adaptación a estas circunstancias también apela a los tipos de cultivos que se producen. “Transitar hacia plantas menos demandantes de agua es una necesidad evidente”, sostiene el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla, Leandro del Moral.
- Del Moral es taxativo: “Ese cambio será inexorable e inevitable” ante los menores recursos hídricos disponibles en un contexto de cambio climático. “Se trata de una medida menos agresiva que retirar regadío sin más”, explica. “Hay un consenso sobre la necesidad de que haya menos riego, pero si cambias los tipos de plantas hacia otras que demanden menos, consigues acciones menos traumáticas, más suaves”, insiste.
- (...) Las restricciones no son exclusivas de Navarra. En la cuenca del Guadalquivir, las limitaciones para regadío pueden rondar el 90% respecto a un año ordinario si las lluvias siguen sin caer. En el Guadiana, en la zona occidental, disponen en principio de un 77% del agua que usan habitualmente para la campaña. En la demarcación andaluza del Tinto-Odiel-Piedras se han decretado por primera vez restricciones de un 25% en el agua de riego. El cambio climático no deja a nadie fuera de su alcance. Tampoco a ningún agricultor (...)
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