junio 24, 2024

La vida en una ecoaldea: comunidad y autoconsumo en siete ejemplos que están en España, de Roberto Ruiz

 Roberto Ruiz   30 de mayo de 2024 


Aquellos que buscan un estilo de vida más consciente, pausado y conectado con la naturaleza que el que ofrecen las ciudades, tienen en las ecoaldeas una atractiva alternativa que puede poner remedio a sus inquietudes. Para muchos, un modo de vida que conecta tanto con el entorno como con uno mismo, y que cada vez cuenta con más opciones repartidas por la geografía española.

Creadas desde cero o tomando como base pequeños y antiguos pueblos deshabitados, las ecoaldeas son, en esencia, un llamamiento a conectar con la tierra y entre las personas. Donde el individualismo da paso a la cohesión social, a la toma de decisiones participativa y al apoyo mutuo. Todo, siempre, siguiendo unos principios de sostenibilidad ambiental, autonomía alimentaria y economía solidaria.

Ecoaldeas: teoría y práctica

Las ecoaldeas son comunidades intencionales —es decir, formadas por grupos de personas que deciden vivir juntas— diseñadas para ser social, económica y ecológicamente sostenibles. Agrupaciones que no solo se enfocan en minimizar el impacto ambiental, sino que también promueven un estilo de vida colaborativo y autosuficiente. Surgidas como una respuesta a los desafíos medioambientales y sociales de la vida moderna, las ecoaldeas buscan integrar el ser humano en su entorno natural de manera respetuosa y armónica. En definitiva, volver a ponerle en el lugar al que pertenece.

La Red Global de Ecoaldeas estima que hay unas 10.000 repartidas por todo el mundo. Suelen desarrollarse sobre todo en áreas rurales, donde sus habitantes dan forma a sociedades basadas en el autoconsumo, la cooperación, la construcción ecológica y las energías renovables; empleando construcciones bioclimáticas y reciclando residuos. No son grandes, el número de habitantes es variable y puede moverse entre los 50 y los 500 componentes, pero la clave es que en ellas todo el mundo se conoce, se comparten objetivos comunes y se trabaja en conjunto para alcanzarlos.

En teoría, y también en la práctica, las ecoaldeas tienen unas características comunes y bien definidas. Con ellas sus habitantes buscan la sostenibilidad ambiental, para lo que se emplean construcciones ecológicas y sistemas de energía renovable como paneles solares y turbinas eólicas, así como practicando la permacultura. Se trata de conseguir una constante autonomía alimentaria, cultivando sus propios alimentos de manera orgánica. Los huertos comunitarios, la agricultura ecológica y la producción de alimentos locales son comunes.

La vida se hace en comunidad, por lo que la toma de decisiones suele ser participativa y se fomenta una fuerte cohesión social. La educación ambiental y la conciencia sobre el impacto de las acciones humanas en el planeta son pilares fundamentales, por lo que a menudo se organizan talleres, cursos y retiros enfocados en la sostenibilidad y el desarrollo personal. E incluso en muchos casos se promueve una economía alternativa, con sistemas solidarios como el trueque de bienes y servicios, reduciendo así la dependencia del sistema económico convencional.

Vivir en una ecoaldea, ¿sí o no?

Las ecoaldeas son el contrapunto al día a día rápido y estresante de las urbes. La creciente conciencia sobre la crisis climática, junto con el deseo de vivir en mayor conexión con la naturaleza, impulsa a muchas personas a considerar las ecoaldeas como una opción viable.

Por lo general, quien da el salto y se traslada a una ecoaldea es porque desea conseguir una vida más sostenible que le permita reducir su huella ecológica adoptando prácticas de vida más respetuosas con el medio. Vivir rodeado de naturaleza y participar en su conservación es una experiencia enriquecedora y satisfactoria para muchos. También hay quien lo hace en búsqueda de la vida en comunidad.

También hay quien se decide por mejorar su calidad de vida, alejándose del ritmo de la ciudad para abrazarse a la naturaleza y así mejorar su salud física y mental. E incluso hay quien se muda a una ecoaldea por sentirse autónomo y autosuficiente, pues la capacidad de producir la propia comida y energía proporciona un sentido de independencia y seguridad.

Siete ecoaldeas que puedes encontrar en España (...)

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