(Publicado por Tempero el viernes 14 de agosto de 2009 en su blog tempero-koroneiki.blogspot.com/ Puesto que él hace un uso tan sabio de las palabras "olvidadas", para las que algunos "espacios" han abierto su especial Reserva, yo, le cedo el paso y presento de nuevo. PAQUITA)
Encallar. Dígasenlo a un barco. A un barco grande mejor. ¡Ni mencionar ese verbo, esa palabra tan inamovible! Pero yo la traigo aquí, bajo mi caja torácica que es como un diccionario escaso pero con huellas indelebles. Cada palabra es una situación, una correspondencia, un saber escuchar.
Rubielos de Mora, Teruel, pueblo señorial, perfecto, asequible, acogedor, silencioso (salvo si hay disco-móviles). Aunque suene a tópico: pueblo algo detenido. Los ingleses le concedieron la clasificación de 'slow city'.
De regreso de una marcha discreta a dos de sus muchas ermitas nos encajamos en el pueblo Eliane, Luis Vicente y yo. Ya hacia casa saboreamos el compendio de huertas chicas. Pregunté a un señor por cierta verdura que no reconocía. Me dijo que tampoco sabía, que no era de allí, que era de Valencia pero que se había comprado allí una casa. Luis Vicente, dueño de la casa rural en la que estaba le dijo: pues para ser usted valenciano (él también lo es) no se le nota mucho el acento. Contestó el señor: '¿No se me nota? Porque no se encalla nadie a hablar conmigo de allí, sino ya vería.
Y apareció el verbo, verbo lento, verbo derivado de 'calle', verbo necesario para restringirse a un lugar, verbo necesario para hablar y condicionar un poco al tiempo.
2 comentarios:
Parece, Paquita, que la vida de las palabras va asociada a su posibilidad, algunas mueren y desgraciadamente lo hacen para siempre ¿Cuándo usamos ese hermoso término de "encallar" ahora, cuando vamos todos en coche o muy deprisa sin detenernos a saludar y "encallarnos" con alguien en la inhóspita calle más pensada para el tráfico que para los peatones?
Saludos a Tempero también
Merce
Bueno Paquita, cuando quieras, bandera republicana en ristre te llevo a unas trincheras de Arganda y rememoramos colores y cercioramos a la vista. A ver si encallamos una plática, como allá bien dicen en México.
Besos y hasta cuando quieras.
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