COPIADO de la pág. de fb de Ángeles Fernangómez el 8/4/2017
La vida no trató muy bien su cuerpo de apariencia frágil, pero ella optó por refugiarse en la Palabra.
Había una vez una mujer que conseguía dar expresión corporal a los fonemas. Su cuerpo estilizado elevaba el verbo a las alturas con la yema de sus dedos, mientras su perfil de diosa griega miraba al cielo para verlo conjugarse.
Allende las cosas, ella se consiguió mujer que hizo florecer a otra mujer, una vida diminuta en la que el futuro hace su casa.
La hija de Mujer. Mujer hija de la vida y de su madre.
A ELLAS
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