COPIADO de la pág. de fb de Marisa Peña el 9/5/2017
Mientras en este país haya personas que crean firmemente que la II República fue un período histórico que condujo irrevocablemente a la guerra civil, que hubo dos bandos igualmente culpables y violentos, y que el franquismo nacionalcatólico fue el mal necesario tras los desmanes republicanos que puso en orden a las hordas rojas, todo lo que intentemos explicar las víctimas y los familiares de aquella dictadura caerá en el sacó roto de la ignorancia y la desmemoria programada.
Mi tío abuelo Rafael Martín Gago, comandante de estado mayor del ejército republicano (cuya vida y memorias darían para una novela) nos lo explicaba más o menos así cuando los más jóvenes le preguntábamos: " primero nos prepararon un golpe de estado violento y sangriento en el que sacaron de sus casas a los que según sus listas eran "peligrosos" y los fusilaron o encerraron, y luego se sorprendieron cuando respondimos violentamente contra su ataque y lo repelimos con todas nuestras fuerzas en algunas capitales importantes. Después nos hostigaron con un ejército más preparado y con la ayuda de dos poderosísimos aliados militares como eran la Alemania nazi y la Italia fascista. Nos acorralaron sin tregua hasta la derrota, nos cazaron como a ratas, nos castigaron, nos arrebataron nuestras posesiones, nuestros trabajos, hasta nuestra identidad. Y además, no contentos con ello, nos condenaron por rebeldía y nos llamaron asesinos..." Pues eso es lo que hay. Cuarenta años de mentiras y otros tantos de olvido dan como resultado lo que tenemos: ellos se crecen y nadie ve nada raro en sus conductas de vencedores impunes. Por eso su caudillo victorioso descansa en paz en un mausoleo que construyeron sus víctimas y que pagamos todos, por eso nunca se hará justicia, y por eso nunca, nunca callaremos los familiares de las víctimas, por mucho que insistan en sus mentiras y sus infamias, mientras nos quede voz...
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