(...) La convocatoria de la Plataforma Memoria y Democracia de Cantabria, nacida hace apenas un mes para luchar contra la derogación de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de la comunidad autónoma que pretenden PP y Vox, ha sido un éxito. “Nunca imaginé tanta gente… hay futuro”, comenta Toñi de la Iglesia a un compañero.
Ella es parte de La Ortiga Colectiva, uno de los 85 grupos que conforman la Plataforma, y que ha liderado esta segunda ruta de la memoria histórica que se ha realizado en las últimas semanas. “Os recuerdo que la siguiente cita es el sábado 2 de diciembre, a las 12.00 horas, en la Plaza Numancia de Santander”, cierra Toñi la jornada, encaramada a un banco de piedra frente a otra placa situada junto a las compuertas del embalse que rodea a Arroyo. Esta es de metal y es en honor al ingeniero Manuel Lorenzo Pardo, por sus “estudios y su apostolado para la realización” del embalse. Fechada en 1947, remata así: “Dios premie a los que laboran por España”. Es evidente que aquel Dios no premiaba a todos por igual.
Audelino es de Quintanilla de Valdearroyo, que es como ser de algo que no existe excepto en su memoria. Allí nació en 1944 y de allí tuvo que salir con su familia en 1947. Ahora está frente a la finca donde funcionó La Cantábrica, una de las pioneras fábricas que hicieron de esta comarca un lugar próspero a finales del siglo XIX y principios del XX del que salía vidrio para toda España, Bélgica y Francia.
Pero el relato no va sobre el declive de aquella industria, sino de cómo sus edificios fueron cárcel de los 258 presos republicanos que la dictadura franquista 'regaló' a la empresas Vías y Riegos para terminar las obras de un embalse que comenzó su andadura en 1928 y concluyó en 1947. Aquel Dios no los premió por laborar por la patria. “Vivían en muy malas condiciones, con muy mala comida, trabajos muy duros…”, cuenta Robledo, y un par de vecinos que rondan sus años completan el relato con sus recuerdos, que transforman el aceite de las listas de avituallamiento en el sebo que realmente les entregaban, que develan en las lentejas un mejunje sospechoso, y que rememoran las huidas de esa cárcel sin barrotes en las duras tierras de Campoo.
(...) La mayoría queda ya para el sábado 2 de diciembre y comprueban la agenda de rutas de la memoria (hay otra quedada el día 9 de diciembre junto al túnel de Tetuán en Santander de la mano de la escritora e investigadora María Toca). Llueve menos ahora sobre la memoria histórica y las huellas del pasado son tercas semillas para un futuro más justo. Audelino agradece con los ojos llorosos que “aún haya tanta gente interesada en escuchar nuestra historia”. Hay ánimos para seguir haciendo pedagogía de aquello que, según insisten desde la Plataforma, “no es un asunto del pasado, sino la pieza clave del futuro”.
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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: Viñeta: Manifestante. Por La boca del logo
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