Estimado Maximiliano, muchas gracias por su invitación y por la cordialidad de la misma. Por diversas razones no me resulta posible aceptarla. La principal es, precisamente, filosófica: considero que el pensamiento no puede "estar de fiesta" (según se anuncia como slogan en la convocatoria) mientras la Argentina es entregada al saqueo económico, cultural y moral por el mismo gobierno que invita a la fiesta.
Ni es posible para el pensamiento estarlo, según como lo entiendo y trato de vivirlo, mientras una dirigente indígena como Milagro Sala está detenida ilegalmente -y es torturada psicológicamente de manera sistemática- desde hace más de un año; los genocidas de 30.000 desaparecidos están a punto salir en libertad; la educación pública es objeto de un desguace sin antecedentes; las protestas sociales son brutalmente reprimidas; cientos de miles de compatriotas están perdiendo su empleo; se legitiman golpes de Estado en la región como en el caso de Brasil; la corrupción sistemática es probablemente la mayor que se registre en la historia argentina; la deglución del patrimonio público por los intereses privados se produce a velocidad de vértigo, y un largo elenco de muerte cuya enumeración exhaustiva sería aquí inconvenientemente larga.
Le reitero mi agradecimiento por la invitación, que no he querido sino honrar con las palabras anteriores. Ojalá podamos alguna vez conocernos y continuar esta conversación personalmente. Y ojalá la Argentina recupere las condiciones necesarias para que el pensamiento pueda estar de fiesta.
Un abrazo
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