Sergio Parra 9 de enero de 2025
La biodiversidad de agua dulce se enfrenta a una gran crisis, con un 24 % de sus especies al borde de la desaparición, según un estudio global publicado en Nature.
Esta especie (Salmo salar) es conocida por sus saltos durante la migración río arriba para desovar.
Una cuarta parte de la fauna de agua dulce está en peligro de ...
La vida en los ecosistemas de agua dulce, que constituye menos del 1 % de la superficie terrestre del planeta, alberga una asombrosa riqueza: un 10 % de las especies conocidas, un tercio de los vertebrados y la mitad de los peces. No obstante, esta extraordinaria diversidad está siendo rápidamente esquilmada.
Un análisis exhaustivo, liderado por investigadores del IUCN y publicado en Nature, revela que el 24 % de las especies evaluadas —entre ellas, crustáceos decápodos, peces y odonatos como libélulas— afronta un alto riesgo de extinción.
Entre las principales amenazas se encuentran la contaminación, la con
strucción de presas, la extracción de agua, la agricultura intensiva y la invasión de especies no autóctonas. De las especies analizadas, los decápodos lideran las cifras con un 30 % de especies amenazadas, seguidos por los peces (26 %) y los odonatos (16 %).
Este panorama desolador también refleja una marcada falta de atención política y recursos destinados a la conservación de estos ecosistemas vitales.
LA PENÍNSULA IBÉRICA: UN PUNTO CRÍTICO
España, con su rica diversidad de peces de agua dulce, es un caso emblemático. Más del 85 % de estas especies endémicas están en peligro. Los ciprínidos, como el samaruc (Valencia hispanica), el fartet (Aphanius iberus) y el jarabugo (Anaecypris hispanica), son ejemplos de especies cuyo hábitat ha sido severamente alterado por la regulación de ríos, sobrepesca y el cambio climático. Además, la expansión de especies invasoras agrava la situación.
Las consecuencias de esta crisis no son meramente ecológicas. La biodiversidad de agua dulce desempeña un papel crucial en los servicios ecosistémicos, como el control de inundaciones, el reciclaje de nutrientes y la mitigación del cambio climático. Sin embargo, estos beneficios pasan desapercibidos para la mayoría de las sociedades, que tienden a priorizar la conservación de mamíferos y aves.
PRIORIDADES GLOBALES Y LOCALES
A nivel global, un 37 % de los ríos de más de 1.000 kilómetros ya no fluyen libremente debido a la proliferación de embalses. En la Península Ibérica, la situación es aún más crítica: prácticamente todos los ríos han sido fragmentados por infraestructuras hidráulicas. Esta transformación ha creado un entorno favorable para especies invasoras y ha reducido drásticamente la capacidad de regeneración de los ecosistemas acuáticos.
El estudio también destaca que los datos utilizados para establecer políticas de conservación globales no siempre representan con precisión las necesidades de la fauna de agua dulce. Hasta ahora, las estrategias han dependido en gran medida de indicadores terrestres, como anfibios y mamíferos, o de factores abióticos como la calidad del agua. Sin embargo, estas métricas se han demostrado insuficientes para abordar las amenazas específicas de los ecosistemas acuáticos.
NECESIDAD DE ACCIÓN URGENTE
La profesora Graciela Gómez Nicola, de la Universidad Complutense de Madrid, subraya la urgencia de reconocer el valor de la biodiversidad acuática y destinar recursos significativos para su conservación en Science Media Centre España. Desde la implementación de técnicas modernas como el análisis de ADN ambiental hasta un enfoque de gestión más inclusivo y sostenible, las soluciones están al alcance, pero requieren voluntad política y compromiso social.
En palabras del científico Miguel Clavero, del CSIC, “la conservación de los ecosistemas acuáticos continentales no puede seguir siendo un asunto secundario”. Mientras que en España se elaboran estrategias para especies introducidas como el cangrejo de río italiano, la anguila europea (Anguilla anguilla), en peligro crítico, sigue siendo explotada comercialmente, ilustrando la desconexión entre políticas y necesidades reales.
UN FUTURO PENDIENTE
El tiempo se agota para los ecosistemas de agua dulce y las especies que los habitan. Este estudio es un recordatorio contundente de que el deterioro de estos hábitats no solo pone en riesgo la biodiversidad, sino también los servicios esenciales que sostienen la vida humana. La conservación de la fauna de agua dulce requiere un cambio de paradigma en la gestión de recursos hídricos, donde la regeneración de los ecosistemas sea una prioridad innegociable.
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