diciembre 18, 2021

Poema: Un sábado, de Jorge Luis Borges.

 Isabel Miguel   28/8/21

Buen día.
El poema es de Jorge Luis Borges.
Un sábado
Un hombre ciego en una casa hueca
fatiga ciertos limitados rumbos
y toca las paredes que se alargan
y el cristal de las puertas interiores
y los ásperos lomos de los libros
vedados a su amor y la apagada
platería que fue de los mayores
y los grifos del agua y las molduras
y unas vagas monedas y la llave.
Está solo y no hay nadie en el espejo.
Ir y venir. La mano roza el borde
del primer anaquel. Sin proponérselo,
se ha tendido en la cama solitaria
y siente que los actos que ejecuta
interminablemente en su crepúsculo
obedecen a un juego que no entiende
y que dirige un dios indescifrable.
En voz alta repite y cadenciosa
fragmentos de los clásicos y ensaya
variaciones de verbos y de epítetos
y bien o mal escribe este poema.
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La Escuela está para ayudar a saltar Vallas, de Alfonso Cortés Alegre

 Alfonso Cortés Alegre  18/11/21

Mucho ruido con los suspensos... sin distinguir la evaluación para ayudar y mejorar... de la mera, discutible y simple calificación para etiquetar, clasificar y excluir.

diciembre 17, 2021

La Gran Bellotada Iberica: 19/12/21 --- 15/1/22

 Begoña Montori Perez   15/12/21

Este Domingo por la mañana hacemos otra siembra de robles para participar en la gran bellotada Ibérica a nivel nacional. Es un proyecto que consiste en sembrar 25 millones de arboles en toda la península.
Nosotros desde el Alto Gallego aportamos nuestro granito de arena.
No hace falta ninguna experiencia. Solo ganas y traer una pequeña herramienta y un bolsito. Habra coches para acercarnos al lugar de siembra en las lianas de Satue.

Blas. Cirugía de Revascularización Coronaria, 27/11/2021

La cirugía está prevista para las 8h. del día 27 de noviembre. En el hospital estamos a las 7 y media. El cirujano nos dice que podemos irnos a dar un paseo, se preven de 4 a 5 horas. Tienen nuestros números telefónicos. Nos dirigimos al polideportivo, situado frente a la facultad de INEF. Re-Desayunamos. 

1.- 27/11. Césped polideportivo complutense. Texto fondo difuso: Haz que los Días Cuenten. No Cuentes los Días

2.- Rokódromo. 9h. 50´. 









3.- Homenaje a Miguel de la Cuadra Salcedo.


4.- Búnker, de la Guerra Incivil, de la Ciudad Universitaria. 10h. 12´









5.- Otro búnker.

6.- Un tercero. 10h. 16´







7.- Curso de agua. Parque del Oeste.

Durante el paseo nos comunican que la intervención continúa, todo va bien.

Estamos juntos los tres: Álvaro, Ana y yo.

8.- Hojas del árbol caídas.









9.- Placa Homenaje a La Veneno: Cristina Ortiz.


10.- Templo de Debod. 10h. 58´. Álvaro y Ana.

Cuando regresamos la intervención continúa. Finaliza pasadas las 2 y media p.m.

Mientras esté en la UCI sólo podremos verlo en el horario establecido. Serán dos días.

Comunicados emitidos (2):

28/11/21    Comunicado sobre Blas: Tras llevar un mes con presión en el pecho, se somete a diversas pruebas. Así, el martes pasado fue un TAC de coronarias donde se vio que tenía obstrucción del 95% en tres de las arterias. El jueves le hacen un cataterismo, confirman la obstrucción y estiman que está peor de lo previsto. Queda hospitalizado en la UCI y le programan intervención quirúrgica para ayer sábado, 27/11. Operación que dura 5 horas, poniéndole 3 bypass tras fracturarle el esternón. Hoy, día siguiente, ya permanece sentado, sigue cableado y con muchos tubitos. Se le ve bien. NO llaméis, ya iré yo comunicando cualquier novedad. Muchas gracias.

7/12/21       Se hace saber... Que el domingo 5 dic. dieron el alta hospitalaria a Blas. El Alta quirúrgica será, de ir todo bien, dentro de un mes. Considerando lo agresivo de la intervención, está bien, con muchas limitaciones momentáneas. Aún está muy tierno; así que, yo iré comentando la evolución. 

Texto de Blas, 5/12/21: Con un miedo que transciende este mundo, voy hacia el inevitable naufragio, sabedor de que soy poca cosa; o quizás nada --Aunque en otros momentos pude imaginar lo contrario--. En este naufragio es más el dolor que causo a mi alrededor que el profundo miedo que siento, y es por eso, a lo mejor, que sigo luchando.

PAQUITA

INFORMACIÓN COPIADA DE INTERNET:

La cirugía de revascularización coronaria es un procedimiento quirúrgico para tratar el taponamiento de los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón (oclusión coronaria) y mejorar el flujo de sangre.

¿Cómo se realiza?

La intervención consiste en realizar un puente (bypass) para saltar la obstrucción de la arteria coronaria y mejorar el flujo sanguíneo. Para ello, se utilizan arterias del tórax o venas de la pierna.

Es el tratamiento más invasivo para la arteriosclerosis coronaria, pero a la vez el que mejor resultado presenta a largo plazo.

¿Por qué se recomienda?

Las arterias coronarias pueden obstruirse de forma parcial o completa por la acumulación de depósitos de colesterol y grasas, denominados placas. Este proceso se denomina aterosclerosis y puede provocar que el corazón no reciba suficiente oxígeno y nutrientes.

Esta situación puede llevar a un deterioro progresivo del músculo cardíaco y causar la aparición de enfermedades como angina de pecho o, incluso, un infarto de miocardio. Con la cirugía de revascularización coronaria se puede mejorar la función cardíaca y reducir el riesgo de mortalidad asociado a la enfermedad coronaria (...)

CLINICBARCELONA.ORG

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diciembre 16, 2021

Poema: Estaba el señor don Libro, de Gloria Fuertes

 Las cuatro esquinas, una intersección literaria.  15/9/2020

Estaba el señor don Libro
sentadito en su sillón,
con un ojo pasaba la hoja
con el otro ve televisión.
Estaba el señor don Libro
aburrido en su sillón,
esperando a que viniera… (a leerlo)
algún pequeño lector.
Don Libro era un tío sabio,
que sabía de Luna y de Sol,
que sabía de tierras y mares,
de historias y aves,
de peces de todo color.
Estaba el señor don Libro,
tiritando de frío en su sillón,
vino un niño, lo cogió en sus manos
y el Libro entró en calor.

DIARIO DE UN COJO, de Javier Nix Calderón

 Javier Nix Calderón   5/10/21

DIARIO DE UN COJO
No imaginaba cómo puede echarse de menos algo tan simple como es caminar. Los actos más insignificantes de la vida, aquellos a los que no prestamos atención, como pueden ser tragar, masticar, respirar, andar o peinarse, solo adquieren su verdadera dimensión cuando nos son vetados. Creemos ser conscientes de nuestra fragilidad, pero es en situaciones como la que estoy atravesando cuando nos damos cuenta que somos, por encima de todo, un cuerpo. En mi caso, han sido siete semanas sin ni siquiera apoyar el pie en el suelo, desde mi accidente de moto el pasado 14 de septiembre. Ayer, 4 de noviembre, el médico me autorizó a cargar algo de peso sobre mi pierna izquierda. Quince kilos, nada más. Y nada menos. Tras la operación de tibia y peroné que me practicaron el día 17 de septiembre, he pasado por un calvario de inmovilidad, dolores permanentes, frustración y una inagotable sensación de impotencia. He estado semanas en posición horizontal, soñando con una verticalidad que me parecía casi quimérica. Durante esas semanas interminables, mi mundo se ha visto reducido al pequeño platanero que observo desde la ventana de mi habitación, ahora coloreado por el otoño y la luz declinante de las tardes. Después, se ensanchó un poco con la silla de ruedas que alquilé. Exploré mi barrio buscando las mejores calles para moverme, las pendientes menos pronunciadas, los lugares desde los que recibir unos rayos de sol que me he bebido con la sed de un náufrago. No fue cosa fácil. Impulsar el peso de nuestro cuerpo en una silla de ruedas, salvando cuestas arriba y abajo, exige un esfuerzo nada despreciable y, también, algo de temeridad, todo sea dicho. No me he roto la otra pierna tras mis andanzas sobre ruedas, así que no se me ha dado tan mal.
En esas travesías, a veces acompañado por mis padres y mi novia, otras en solitario, he descubierto varias cosas. La primera, que pese a todas las campañas de concienciación sobre discapacidad, las ciudades nunca estarán hechas para aquellos que no pueden usar sus piernas: adoquines en mal estado, rampas imposibles, escalones insalvables, pavimentos llenos de baches, aceras estrechas con farolas obstaculizando el paso y un larguísimo etcétera. Moverse en silla de ruedas por una ciudad es hacer una gymkana triste, de dimensiones reducidas. La segunda, que solos no valemos nada. Somos el resultado de la suma de nuestros afectos, los que ofrecemos y, sobre todo, lo que recibimos. Una persona sola, impedida, está vendida en este mundo. No podría haber soportado estas semanas sin la ayuda de mis padres, pareja y amigos. Ya lo sabía, pero ahora lo sé un poco más: no valgo nada sin ellos. La tercera cosa que he descubierto es mi condición masoquista, porque me siento agradecido, a pesar de todo, por esta experiencia. Ha crecido mi empatía, pues hoy sé que mi malestar, temporal, es la realidad de muchos miles de personas a diario. La humildad es una vacuna que deberíamos ponernos cada poco tiempo.
Hoy pude dar mis primeros pasos, como dije. Me he levantado temprano, a las siete. Tras una hora de negociaciones con mi miedo, he decidido que iría a la peluquería, a dos kilómetros de la casa de mis padres, caminando con las muletas. Eran las nueve de la mañana. Sensaciones raras al principio de mi paseo: tengo que apoyar toda la planta del pie sobre el suelo cada vez que doy un paso, y eso confiere a mi caminar un deje de niños africanos bailando, con ese pisar enérgico de danza Masai. O eso quiero creer, pero la verdad es otra: más bien parezco un robot defectuoso, un hombre de hojalata tambaleante y con temor a tropezar. Con esa extrañeza del que tiene que aprender de nuevo algo que nunca debió olvidar, comencé a caminar: primero el pie izquierdo adelante, mientras sostengo la mayor parte de mi peso en las muletas, después el derecho. Cuatro pasos para cubrir un metro. La mirada fija en el suelo, evitando desniveles, hojas húmedas, socavones, rendijas, agujeros. Tras veinte metros, el tobillo comienza a quejarse, pero es un dolor sanador, vivificante. Alcé entonces la mirada y seguí caminando. Sonreía por dentro, mientras mi boca esbozaba quejidos y bufidos, consciente de que hoy comenzaba algo nuevo. Sí, las cosas tenían otra apariencia: sentía la luz distinta, más robusta; el aire que soplaba del norte me atravesaba la pierna, insuflándole movimiento. Caminaba despacio, proyectando la mirada hacia delante, agrandando el horizonte en mis pupilas. Sonreía, esta vez también por fuera.
Entonces llegué a una calle desde la que Alcobendas se desliza en una vaguada hacia el este. La avenida es ancha y el sol la bañaba por completo. Mi mirada se ha perdido en la distancia por primera vez en meses. He recordado la belleza de los valles de la Sierra de Guadarrama, a la que tanto añoro, y he vuelto por unos instantes a la Pedriza, a sus torreones de piedra, a sus rocas de formas imposibles, moldeadas por el agua y el tiempo. He regresado por un momento a aquella tarde en la cumbre de las Cabezas del Hierro, rodeado de nieve mientras observaba el río Manzanares serpentear por las gargantas, valle abajo. Durante esos segundos, me vi envuelto de nuevo en la ventisca en la Maliciosa, a -15ºC, con las pestañas congeladas. Me he quedado así, unos segundos, observando la distancia, sintiéndome agradecido, infinitamente agradecido, por esta oportunidad de reaprender aquello que de verdad importa: el afecto de los que me cuidan, la posibilidad de curarme, la naturaleza que me rodea, a la que amo como solo las montañas y yo sabemos.
He cerrado los ojos un rato, sintiendo el dolor de la pierna, quieto, en comunión con el sol, el viento y mis huesos rotos, respirando el aire frío de noviembre. Al volver a abrirlos, todo era diferente. He seguido caminando, frágil, renqueante, con la humildad de los heridos y la dignidad de un árbol que, medio quebrado, se resiste a caer.

diciembre 15, 2021

UC3M. Homenaje a Jose Mª Calleja y Antonio Rodríguez de las Heras. In Memoriam, 13/12/2021

Durante la primera fase del covid 19, fallecieron dos de los profesores de la universidad Carlos III. Primero fue José María Calleja en  21 de abril y el 4/6 Antonio Rodríguez de las Heras 

Al primero no lo conocí, sí lo vi en la TV como periodista.

Al segundo lo tuve como profesor en bastantes ocasiones, quizás 6 o 7. Tenía muchos admiradores. Explicaba los temas con sencillez. Se sabía querido y disfrutaba con la docencia.

En el homenaje, se notaba que los de la mesa habían sido compañeros cercanos de los fallecidos. A casi todos se le quebró la voz en alguna ocasión.

1.- Vista general del vestíbulo del edificio 17 - 18h

2.- Primer interviniente: en pantalla, por covid. Loa a Antonio 

3.- Interviene: Irene Lozano, dra. de la Casa Árabe. Arriba: Jose Mª Calleja


4.- Texto homenaje a Antonio Rodríguez de las Heras. Autor y lector: Enrique Villalba. Arriba, homenajeado.

Cerraron el acto con una ofrenda de flores, junto a los tilos que habían plantado, en septiembre, a su nombre.

  Fernando Broncano R   14/12/21

Ayer por la tarde, al fin se pudo realizar el homenaje institucional a nuestros dos compañeros muertos por covid en los primeros momentos: Antonio Rodríguez de las Heras, maestro de humanistas, maestro de quienes piensan sobre la técnica y la sociedad, y amigo.

José María Calleja, maestro de periodistas, crítico valiente contra el franquismo (cárcel de Carabanchel), contra el terrorismo (vivió con escoltas años) y contra la violencia machista, querido por alumnos y compañeros.

El rector leyó una preciosa elegía de Thomas Hardy que enseña cómo recordar a los que se fueron: podemos sentir su pérdida o sentirnos acompañados por lo que hicieron y fueron.

Hermosas palabras de Enrique Villalba, Félix Lozano, Irene Lozano, Carlos Maciá, Julio Checa y el rector Juan Romo y una tristeza colectiva como he visto pocas veces en la universidad.

+ MÁS INFO:   

PAQUITA
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PERROFLAUTAS del MUNDO: Luchar por las Pensiones, 15 dic. 2021 19h. San Bernardo, 20. Madrid