diciembre 04, 2021

Poema: "Palabras", de Erika Burkart

 FRANCISCOCENAMOR.BLOGSPOT.COM

Fran Cenamor   1/6/21

"... Que una palabra sea un vuelo..."
las palabras no son pacientes.
Se niegan al contrabando,
saben que en la frontera
todo se descubre.

Tienen su oficina de pesos y medidas
al servicio del tiempo, sin salario,
el calibrador insobornable
verifica qué es corcho, qué sonda.

Que una palabra sea sonda
para medir los fondos
que la separan de toda palabra paciente,
del fastidio entre ser-ahí y ser.

Que una palabra sea un vuelo
para aprender la altura
que la separa de la verdad de la rosa.

Phillis Wheatley, primera escritora afroamericana en publicar un libro en los Estados Unidos

 Instituto Effata  4/10/21

“Fue llamada Phillis, porque así se llamaba el barco que la trajo, y Wheatley, que era el nombre del mercader que la compró. Había nacido en Senegal. En Boston, los negreros la pusieron en venta:
-¡Tiene siete años! ¡Será una buena yegua!
Fue palpada, desnuda, por muchas manos.

A los trece años, ya escribía poemas en una lengua que no era la suya. Nadie creía que ella fuera la autora. A los veinte años, Phillis fue interrogada por un tribunal de dieciocho ilustrados caballeros con toga y peluca.
Tuvo que recitar textos de Virgilio y Milton y algunos mensajes de la Biblia, y también tuvo que jurar que los poemas que había escrito no eran plagiados. Desde una silla, rindió su largo examen, hasta que el tribunal la aceptó: era mujer, era negra, era esclava, pero era poeta.”
Phillis Wheatley (1753-1784), fue la primera escritora afroamericana en publicar un libro en los Estados Unidos.

diciembre 03, 2021

Poema: Musée des beaux-arts, de W. H. Auden. Introd. de Fernando Broncano

 Fernando Broncano R  3/8/21

Un poeta de la sensibilidad y "una fuerza civilizatoria", dijo Richard Hoggart de él: W. H. Auden / Wystan Hugh Auden. Y ello es cierto de este poema de 1939, muy conocido, sobre las sensaciones que ocurren visitando un museo de pintura clásica. "La caída de Ícaro" de Bruegel/ Pieter Brueghel el Viejo, un cuadro misterioso que siempre nos hace pensar en el contraste entre lo épico y lo cotidiano, entre la vida y la muerte. En este poema se sienten los pasos lentos del poeta por las salas silenciosas y se escuchan sus asociaciones entre el presente y el pasado, como nos ocurre al estar en un museo. Buenos días.
Acerca del dolor jamás se equivocaron
Los Antiguos Maestros. Y qué bien entendieron
Su función en el mundo. Cómo llega
Mientras alguno cena o abre la ventana
O nada más camina sin objeto.
Cómo, mientras los viejos aguardan reverentes
El milagroso Nacimiento, habrá siempre
Niños sin mayor interés en lo que ocurre,
Patinando
En el estanque helado a la orilla del bosque.
No olvidaron jamás
Que el eterno martirio ha de seguir su curso,
Irremediablemente, en sórdidos rincones,
Donde viven los perros su perra vida
Y la yegua del verdugo se rasca
Las inocentes grupas contra un árbol.
Por ejemplo, en el Ícaro de Brueghel:
Con qué serenidad
Todo parece lejos del desastre.
El labrador oyó seguramente
El rumor de las aguas y el grito inconsolable.
Pero el fracaso no lo conmovió:
Brillaba el sol como brilló en el cuerpo blanco
Al hundirse en las aguas verdes.
Y la elegante y delicada nave
Debió haber visto lo inaudito:
La caída de un niño que volaba.
Pero el barco tenía un destino
Y siguió navegando en calma.
1939

¡ Detrás de todo gran Maestro, hay un gran ser humano !

  Todoyenpolitica   2/11/21

QUE CUNDA EL EJEMPLO

Durante una Conferencia del Maestro Sydney Engelberg, una estudiante, debía abandonar la habitación, porque su bebé, que la acompañaba a clases, no paraba de llorar.
El Maestro interceptó su camino y abrazó al bebé, sin interrumpir su argumento científico prosiguió con la Conferencia.
El Maestro Engelberg, es bien conocido por permitir que las madres jóvenes, asistan con sus bebés a clases; porque desde hace años, se ha dado cuenta de que una mujer nunca tendría que colocarse en la disyuntiva entre cuidar a su hijo y recibir educación.
¡ Detrás de todo gran Maestro, hay un gran ser humano !

diciembre 02, 2021

Poema: Ande yo caliente, y ríase la gente, de Luis de Góngora

 Fernando Broncano R   18/8/21

La España del Barroco no estaba para muchos debates políticos ni filosóficos. A cambio, fue un tiempo privilegiado que trasladaba al examen de la vida cotidiana las grandes dudas sobre cómo vivir. El Barroco fue un tiempo de consumo desaforado por parte de la gran nobleza, que había alcanzado grados inusitados de desigualdad (nos suena esta historia, ¿verdad?). No se podía protestar mucho porque la nobleza eran los mecenas de los escritores, pero... (recuérdese que la segunda parte de El Quijote trata de la broma que montan con grandes gastos unos personajillos de la alta nobleza).

Tumba de Luis de Góngora en la Mezquita-catedral de Córdoba.

Aquí esta maravilla que escribió don Luis de Góngora, una bien conocida letrilla que cuando se lee con cuidado (lo que no ocurre cuando se escucha la canción de Paco Ibañez) se descubre un tesoro de datos sobre la vida del momento:
Ande yo caliente,
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de plata y nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.
Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.
Pase a media noche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
de Yepes a Madrigar
la regalada corriente,
y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,

Poema: A fugitivas sombras doy abrazos, de Francisco de Quevedo y+

 Fernando Broncano R   18/7/21

Don  Francisco de Quevedo lo escribió pensando en un amor difícil, pero bien podría haber estado pensando en cualquiera de nuestras utopías:
A fugitivas sombras doy abrazos;
en los sueños se cansa el alma mía;
paso luchando a solas noche y día
con un trasgo que traigo entre mis brazos.
Cuando le quiero más ceñir con lazos,
y viendo mi sudor, se me desvía,
vuelvo con nueva fuerza a mi porfía,
y temas con amor me hacen pedazos.
Voyme a vengar en una imagen vana
que no se aparta de los ojos míos;
búrlame, y de burlarme corre ufana.
Empiézola a seguir, fáltanme bríos;
y como de alcanzarla tengo gana,
hago correr tras ella el llanto en ríos.

Los poemas de estos días en el muro se deben a que tuve que confinarme unos días en la habitación donde están los libros de poesía. Lo que tendrían que haber sido días felices con los nietos se han vuelto agridulces porque el covid se ha invitado solo a la reunión de la familia tras un año de ausencia. Por suerte los lazos de amor son más fuertes que todo y estamos recobrando la vida cotidiana.

diciembre 01, 2021

Poema: "Ya no hay locos en España", de León Felipe

 Andrés Galán González   1/11/21

Paco Ibáñez "Ya no hay locos en España" León Felipe
«Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos.
Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del desierto
y… ni en España hay locos.
Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
Oíd… esto,
historiadores… filósofos… loqueros…
Franco… el sapo iscariote y ladrón en la silla del juez repartiendo castigos y premios,
en nombre de Cristo, con la efigie de Cristo prendida del pecho,
y el hombre aquí, de pie, firme, erguido, sereno,
con el pulso normal, con la lengua en silencio,
los ojos en sus cuencas y en su lugar los huesos …
El sapo iscariote y ladrón repartiendo castigos y premios …
y yo, callado, aquí, callado, impasible, cuerdo …
¡cuerdo!, sin que se me quiebre el mecanismo del cerebro.
¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros).
¿Cuándo enloquece el hombre?
¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los conceptos
absurdos y blasfemos
y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos?
¿Cuándo es cuando se dice por ejemplo:
No es verdad. Dios no ha puesto
al hombre aquí, en la Tierra, bajo la luz y la ley del universo;
el hombre es un insecto
que vive en las partes pestilentes y rojas del mono y del camello?
¿Cuándo si no es ahora (yo pregunto, loqueros),
cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos,
sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?
¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y los resortes del cuerpo
y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto?
Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos,
infinitamente menos que el orín de los perros;
si no es ahora, ahora que la justicia tiene menos,
infinitamente menos categoría que el estiércol;
si no es ahora … ¿cuándo se pierde el juicio?
Respondedme loqueros,
¿cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos el mecanismo del cerebro?
Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario fantasma del desierto
y… ¡Ni en España hay locos! ¡Todo el mundo está cuerdo,
terrible, monstruosamente cuerdo! …
¡Qué bien marcha el reloj! ¡Qué bien marcha el cerebro!
Este reloj…, este cerebro, tic-tac, tic-tac, tic-tac, es un reloj perfecto …,
perfecto, ¡perfecto!».
León Felipe.