diciembre 03, 2021

Poema: Musée des beaux-arts, de W. H. Auden. Introd. de Fernando Broncano

 Fernando Broncano R  3/8/21

Un poeta de la sensibilidad y "una fuerza civilizatoria", dijo Richard Hoggart de él: W. H. Auden / Wystan Hugh Auden. Y ello es cierto de este poema de 1939, muy conocido, sobre las sensaciones que ocurren visitando un museo de pintura clásica. "La caída de Ícaro" de Bruegel/ Pieter Brueghel el Viejo, un cuadro misterioso que siempre nos hace pensar en el contraste entre lo épico y lo cotidiano, entre la vida y la muerte. En este poema se sienten los pasos lentos del poeta por las salas silenciosas y se escuchan sus asociaciones entre el presente y el pasado, como nos ocurre al estar en un museo. Buenos días.
Acerca del dolor jamás se equivocaron
Los Antiguos Maestros. Y qué bien entendieron
Su función en el mundo. Cómo llega
Mientras alguno cena o abre la ventana
O nada más camina sin objeto.
Cómo, mientras los viejos aguardan reverentes
El milagroso Nacimiento, habrá siempre
Niños sin mayor interés en lo que ocurre,
Patinando
En el estanque helado a la orilla del bosque.
No olvidaron jamás
Que el eterno martirio ha de seguir su curso,
Irremediablemente, en sórdidos rincones,
Donde viven los perros su perra vida
Y la yegua del verdugo se rasca
Las inocentes grupas contra un árbol.
Por ejemplo, en el Ícaro de Brueghel:
Con qué serenidad
Todo parece lejos del desastre.
El labrador oyó seguramente
El rumor de las aguas y el grito inconsolable.
Pero el fracaso no lo conmovió:
Brillaba el sol como brilló en el cuerpo blanco
Al hundirse en las aguas verdes.
Y la elegante y delicada nave
Debió haber visto lo inaudito:
La caída de un niño que volaba.
Pero el barco tenía un destino
Y siguió navegando en calma.
1939

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