diciembre 13, 2014

Stop al Expolio de los Bienes comunales. FIRMAS APOYO

Publicado el 13 de nov. de 2014 por Stop Expolio

https://www.youtube.com/watch?v=Otvu03VFy_Y

Autogobierno Asamblea Auto-gestionadas Colectivo Concejos Abiertos Democracia Participativa...
No hay mayúsculas para definir LAS JUNTAS VECINALES o los concejos pero sí para hacer una llamada por su DEFENSA. Stop expolio de los Bienes Comunales! 
Que el gobierno con la Ley Montoro no nos quite nuestras tierras. NO A LA DESAPARICIÓN DE NUESTRO LEGADO CULTURAL: EL PATRIMONIO CONCEJIL RURAL. 
PARTICIPA con nosotros, no queda mucho tiempo, tenemos hasta el 31 de Diciembre para que presenten las cuentas, o si no el gobierno las hará desaparecer. Ayúdanos a llegar a los pueblos. 
Únete a la lucha en www.stopexpolio.com

FIRMA Y DIFUNDE https://www.change.org/p/stop-al-expolio-de-los-bienes-comunales-son-nuestros

"Pedimos la participación de todos, buscando a esos pueblos, sin conocimiento de cuentas. Para defender la vida de los concejos y su problemática actual. Y para que las personas conozcan que es la vida rural concejil organizada en asambleas desde hace siglos, sin alcalde que cobre y dirigidos por el pueblo en sus conjunto y la autogestión de los bienes comunales y los beneficios que estos representan a los habitantes de los pueblos"


Vídeo realizado por 15M León en contra de la Ley Montoro de la Racionalización y sostenibilidad de la administración local. Que con esta ley van a quitarnos el patrimonio de nuestros pueblos y el medio de actuación de cultura concejil, con alcaldes pedáneos y entidades menores. Perderemos tantos km de monte vecinal y comunal que el daño será irreversible, (a no ser que entre otro partido y quite la ley). 



Actualmente la problemática mayor es que las entidades menores tienen que entregar las cuentas antes del 31 de diciembre de 2014, si no lo hacen perderán la junta vecinal y su soberanía en los concejos con los bienes. Si pudierais difundir por vuestra provincia, estamos intentando hacer redes. Necesitamos gentes que nos apoyen en todas las comunidades, porque tenemos las listas de todas las entidades locales que no han entregado las cuentas. Y necesitamos apoyo para hacer llegarles el cumplimiento de la nueva ley, para que no se las supriman. 

Con el vídeo Stop al expolio de los bienes comunales! se quiere hacer un llamamiento a toda la sociedad para que nos unamos ahora por la pervivencia de los concejos y las juntas vecinales que podrían perder la capacidad jurídica que tienen actualmente y la soberanía de las tierras comunales de los pueblos.

Miles de juntas vecinales esparcidas por toda la Península Ibérica han visto cómo después de que se presentase la Ley Montoro / Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local se les ha dado el plazo de un año para la rendición de las cuentas de los últimos 5 años. A pesar de que nunca tenían que presentarlas, ya que carecían de órgano de gestión tributaria para ello. Ahora, si no las presentan a tiempo, de plazo hasta el 31 de diciembre de 2014, la Ley Montoro, les quitará la capacidad jurídica de gestión de sus bienes comunales. Y también quieren que se disuelvan las propias Juntas Vecinales que gestionan las millones de hectáreas de tierra que existen por toda la Península Ibérica.

No podemos quedarnos impasibles ante esta desamortización que incluirá la privatización de montes de uso comunal por montes alquilados y vendidos, que jamás tendrán relación con los vecinos del pueblo.

Ante esta grave ley impuesta desde el pasado 31 de Diciembre de 2013, hacemos un llamamiento por la libertad y autonomía de nuestras gentes, de nuestros pueblos, aquellos dónde aún reina la soberanía popular, el calor del pueblo, el colectivo común de los concejos, la palabra democrática más real de cada vecino, donde pueden expresar y comunicar a los demás en concejo la gestión de su territorio.

Y a la sostenibilidad del territorio que se gestiona con la capacidad de personas, y no de mandatarios o alcaldes fuera de la necesidad propia de su pueblo. Ahora lo que se necesita es llegar a los pueblos. Allá donde se pueda por cercanía. Para conseguir hablar con ellos para que cumplan con la firma de cuentas. O intentando hacerles llegar la información.

Desde el centro de trabajo de Stop Expolio, en el Frente de las Juntas Vecinales de León se da la posibilidad de que todo aquel que no pueda realizar las cuentas, pueda contactar con nosotros para prestarles ayuda individualizada, aportando colaboración para intentar salvarlas.

Mediante el conocimiento de la verdad también somos más libres y dignos, el objetivo de este vídeo, es hacer llegar a todo el mundo cual es el medio de gobierno de muchas persona a través de una democracia participativa de los habitantes de un lugar que gestionaban entre todos las necesidades comunes.
Estamos viviendo un momento en el que la participación ciudadana es necesaria porque no podemos perder el tipo de autogobierno que ya existe en nuestro medio rural. Tenemos que conservarlo antes de que nos lo expolien.

Reunimos firmas en la página de change.org, asegúrate de que tú también participas apoyando esta petición


"NO A MONSANTO"

Huerta El Campichuelo 
Desde Huerta El campichuelo nos unimos a ese "NO A MONSANTO", no a las semillas transgénicas, no a la privatización de nuestras semillas, de nuestra comida.


Medicina Natural - 13 junio 2014, cerca de Quilpué
No dejemos contaminar lo mas sagrado que tenemos... la semilla, la naturaleza, las plantas ¡NO A MONSANTO!!!

A. Tras 9 meses, Huerta el Campichuelo

Posted on 13 noviembre, 2014huertaelcampichuelo
http://huertaelcampichuelo.wordpress.com/2014/11/13/revision-del-proyecto/

TEXTO COMPLETO en el ENLACE

(...) Poco a poco van naciendo más proyectos de estas características en nuestro territorio, algunos con ayudas públicas (en el menor de los casos) y la gran mayoría los vamos construyendo los agricultores (sin olvidar la ayuda prestada por agricultores de Ribatajada y sus gentes) junto con los GC (grupos de consumo), tiendas afines, así como particulares con preocupación ambiental, política o de salud. Hoy creemos con más fuerza que nunca que es posible, que va a ser posible y que se puede hacer mejor. Gracias de corazón a todxs los que nos apoyais, estamos encantadxs de ser vuestros distribuidores de alimentos sanos y justos.
¡Por la Soberanía Alimentaria, por nuestrxs jóvenes, por el campo, nuestro campo, que es de todxs!

diciembre 12, 2014

La Ciudad es un Campo de Batalla 13 y 20 Dic. 18h. Vallekas y Chamberí


Oficina de Vivienda de Madrid

Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza...

CONOCIDO gracias a Felipe Medina


Texto: Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil. Autor: Ernesto Sábato

La desigualdad programada, de José Mª Castillo

No pretendo descubrir nada oculto. Ni permitamos que nos lo pretendan ocultar. Lo sabemos de sobra. ¿Es que se puede poner en duda la desigualdad aterradora que existe entre África y Europa? Y si nos atenemos a lo que pasa entre nosotros, ¿hay alguien en España que, a estas alturas, no se ha enterado de que la desigualdad entre los más ricos y los más pobres se hace cada día más profunda y más devastadora?
Pero, antes de seguir, debo hacer una precisión importante. No es lo mismo la “diferencia” que la “desigualdad”. La diferencia es un hecho. La igualdad es un derecho. La diferencia es un término descriptivo: quiere decir que de hecho, entre las personas hay diferencias. La igualdad es un término normativo: quiere decir que los “diferentes” deben ser tratados y respetados como iguales (L. Ferrajoli). Por eso, al hablar de la “desigualdad programada”, lo que estoy diciendo es que se ha proyectado respetar y asegurar los derechos de unos pocos (los mejor situados en esta sociedad nuestra), sobre la base de quitarles derechos a los demás. De ahí que, con todo derecho, unos pocos se están forrando, al tiempo que los demás nos sentimos cada día más inseguros. Y los últimos, ya desesperados, huyen de España, se quedan sin trabajo, sin casa, sin futuro y hasta hay quienes se quitan la vida.
Lo peor de esta situación no es lo que está pasando, sino lo que se ve venir. Y lo que se ve venir - si a esto no se le pone pronto remedio - es la quiebra interna del sistema a base de indecibles sufrimientos. Hace más de 60 años, el profesor E. R. Dodds pronuncio unas conferencias en la Universidad de Berkeley, en las que explicó la relación de la antigua Grecia con “lo irracional”. ¿Por qué se hundió aquella civilización que todavía nos alimenta y nos impresiona? La respuesta más razonable es ésta: en el hundimiento de aquella civilización, intervino un factor decisivo: no se desarrolló aquel proyecto porque no existió una tecnología seria; no existió una tecnología seria porque la mano de obra era barata; la mano de obra era barata porque abundaban los esclavos. Por eso se hundió la civilización griega. Y después se hundió también el imperio romano. Hasta que terminó por imponerse la concepción medieval del mundo. Una concepción que fue posible porque resultó devastadora la abundancia de esclavos.
Cuando el peso de la sociedad se carga sobre las espaldas de esos esclavos, es evidente que los señores triunfan y se divierten. Pero tan cierto como eso es que una sociedad así, no tiene futuro. ¿Por qué? Lo diré sirviéndome, de nuevo, del pensamiento del profesor Dodds: los elementos irracionales de la naturaleza humana, que gobiernan nuestro conocimiento, determinan una parte enorme de nuestra conducta. Y también, en gran medida, determinan igualmente lo que pensamos. Pero si esto es así, confieso que, a mí por lo menos, me da miedo. Mucho miedo.
Es verdad que ya no hay “esclavos”. Pero, ¿es que no lo son quienes se ven privados de los derechos que habíamos conquistado con sangre, sudor y lágrimas? Y me permito recordar que, en este país nuestro, cuando se nos calienta la sangre, lo irracional se impone con un furor imprevisible. Mucho me temo que por ahí puede ir nuestro futuro.

diciembre 11, 2014

Una radiografía a nuestra cesta de la compra

Uno de los capítulos del libro 'Carro de Combate
Consumir es un acto político, de Laura Villadiego y Nazaret Castro. Tratan de aportar las claves para explicar por qué consumimos, cómo consumimos y qué se puede lograr transformando nuestros hábitos 
/ 21/11/2014
http://www.eldiario.es/desalambre/radiografia-cesta-compra_0_326868141.html

La práctica totalidad de los productos que consumimos generan hasta llegar a nuestras manos una serie de impactos ambientales y sociales y, si bien es cierto que tenemos cierto margen de maniobra como consumidores para reducir un tanto ese impacto, este seguirá siendo notable, sobre todo si vivimos en un contexto urbano. En los países ricos, con altos niveles de consumo incluso en tiempos de crisis, la premisa solo puede ser la reducción del consumo, o, como algunos teóricos apuntan, el decrecimiento. Los ecologistas lo han resumido en las famosas tres erres: “reducir, reutilizar, reciclar”. Suele olvidarse, sin embargo, que esas “erres” están colocadas por orden de importancia: de nada sirve reciclar los embalajes de los alimentos si seguimos consumiendo productos cada vez más innecesariamente envueltos en plásticos y cartones.

Otros añaden una cuarta “erre”: recuperar. En las sociedades del usar y tirar, parecemos haber olvidado que las cosas se pueden arreglar cuando se estropean; es cierto que muchas veces, por una de esas paradojas imposibles del sistema económico en el que vivimos, el arreglo sale al mismo precio que el nuevo objeto. Pero tal vez, como hemos sugerido a lo largo de este libro, el cálculo nos parezca distinto si mentalmente incluimos en el precio del nuevo objeto esas externalidades que pagarán las poblaciones de los lugares donde se extrajo la materia prima y donde se manufacturó esa mercancía.

Hay, por último, algunos investigadores que suman una quinta “erre”: rechazar. Rechazar la bolsa de plástico que nos ofrece el tendero de la esquina, el vestido de rebajas que no necesitamos, la chocolatina de una marca que sabemos que utiliza mano de obra infantil, el cosmético que contiene un ingrediente que dañará nuestra piel. Rechazar los productos que perjudican el medio ambiente, los derechos laborales o nuestra propia salud supone dar un paso en contra de lo que Marx llamo la fetichización de la mercancía. Es decir, implica recuperar la conciencia de quién y cómo se hizo ese producto, de quién y cómo lo llevó hasta nuestras manos. Significa, también, volver a pensarnos como productores y como seres que participan de una enorme sociedad global, y no ya como meros consumidores que piensan únicamente en términos de preferencias y deseos, de forma irresponsable, pensando que la mano invisible de Adam Smith vendrá a resolver los desaguisados que nuestra irresponsabilidad genere.

El problema de base es que los diferentes procesos económicos –producción, circulación, distribución y consumo– se ordenan en las sociedades capitalistas en función de un único valor absoluto: el dinero. El criterio monetario es el que indica qué es lo racional, lo eficiente, incluso lo posible. Con unos criterios tan reduccionistas, no sorprende que las sociedades contemporáneas acaben tomando decisiones tan irracionales desde el punto de vista de la conservacion de la vida como la obsolescencia programada o la proliferacion de embalajes que permanecen unos minutos en nuestras manos y cientos de años en el fondo de los océanos.

El sistema capitalista, que se justifica y legitima como eficaz y eficiente, resulta así, por el contrario, profundamente despilfarrador de unos recursos naturales que son cada vez más escasos. Es la contradicción siempre latente en un sistema socioeconómico que requiere para su supervivencia de un crecimiento del PIB infinito, en un mundo donde los recursos son finitos. Es verdad que la naturaleza tiene una enorme capacidad de recuperación, pero no, desde luego, a los frenéticos ritmos que impone la economía global del siglo XXI.

El despilfarro: La obsolescencia programada es, tal vez, el mejor y más lamentable ejemplo de este derroche. Es mucho más que un secreto a voces: los productos se fabrican intencionalmente para que duren menos de lo que podrían y deberían. La finalidad es obvia: que se consuma más. Pero implica también un gasto mucho mayor de recursos naturales, de transporte, de mano de obra sobreexplotada. Un despilfarro absoluto. Prendas de ropa o zapatos que no duran más de una temporada, aparatos electrónicos que se estropean un día después de que se venza la garantía; la lista es larga y abarca practicamente todo lo que compramos.

El documental Comprar, tirar, comprar da algunos ejemplos históricos, como el de la bombilla incandescente. La primera bombilla que Thomas Edison puso a la venta, en 1881, duraba 1.500 horas; unos años después, podían funcionar más de 2.500 horas. Fue en 1924 cuando un cártel de empresas fabricantes europeas y estadounidenses decidió pactar en mil horas el máximo de vida útil de sus bombillas. El mismo razonamiento llevó a las empresas del ramo textil a quitar de la circulación las medias a prueba de carreras. Otro ejemplo clásico: las impresoras configuradas para
dar error al numero equis de impresiones. Lo mismo ocurre con teléfonos moviles, ordenadores, equipos de sonido y cualquier aparato electrónico. Y eso, en un mundo en el que reparar un bien cualquiera sale, casi siempre, más caro que comprar uno nuevo. Otro ejemplo de la lógica irracional que mueve el engranaje de nuestras economías.

En los últimos años se ha impuesto, además, otra forma de obsolescencia: la obsolescencia percibida, que impulsa a los consumidores a cambiar de aparato antes de que termine su vida útil. La publicidad y el marketing, a través de la creación de modas y nuevos deseos, infunde en los consumidores un deseo por lo nuevo, por lo último; ya no es necesario que sea mejor, solo más nuevo. Sin importar el reguero de consecuencias que esos productos dejen a su paso: se promueve la irresponsabilidad absoluta por parte del comprador y vendedor. Solo importa el bien que reluce en las estanterías o los escaparates; nada parece relacionar esa mercancía con el trabajador que la produjo o el transportista que la llevó hasta allí. A eso se refería Karl Marx cuando hablaba del fetichismo de la mercancía.

Un claro ejemplo de esa obsolescencia incitada desde la publicidad lo dio en 2013 la campaña “Creando olores a nuevo” de Vodafone, que consiguió el segundo Premio Sombra a la peor publicidad del año en 2014, concedido por Ecologistas en Acción, por la banalidad e impunidad con
la que incita a estrenar un smartphone cada año, por el mero placer de estrenar. Sin importar de dónde salió el coltan, dónde y cómo se fabricó el teléfono o dónde irá a parar la chatarra prematura del aparato descartado. Lo único relevante para la publicidad de Vodafone es lo bien que huele lo nuevo, lo agradable que es estrenar objetos que no necesitamos.

Con la comida no se juega: Lo más lamentable es que, en un mundo donde, según la FAO, en torno a 900 millones de personas pasan hambre y sufren malnutricion, los alimentos también son objeto de despilfarro, como avanzábamos al comienzo de este libro. Según el informe de la FAO Pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo, de 2011, alrededor de 1.300 toneladas de comida se desperdician cada año. La situación no es mejor en España: el consultor social Manuel Bruscas asegura que entre tres y cuatro millones de españoles pasan hambre, en un país donde se tiran nueve millones de toneladas de comida al año, 135 kilos de alimentos por persona. Un 60% de ese desperdicio viene de fabricantes y supermercados; un 20%, de los hogares, y otro tanto, de restaurantes, colegios y similares. El desperdicio ha sido impulsado además por las políticas europeas de agricultura y pesca con sus sistemas de subsidios y cuotas.

En el mar, cofradías de pescadores españolas han denunciado que entre un 25 y un 30% de las capturas se devuelven al mar muertas. A nivel mundial, entre 15 y 20 millones de toneladas de pescado se tiran al mar cada año, según la FAO. En los supermercados, cada día se desechan enormes cantidades de fruta y alimentos frescos en perfectas condiciones. Los factores para que así sea son muchos, pero uno de los más importantes es la imagen: los distribuidores asumen que los consumidores prefieren ver los estantes de frutas y verduras repletos y que optarán por manzanas y lechugas de apariencia impoluta, lo que supone, ya de por sí, descartes de kilos de fruta en perfecto estado. Por no hablar de los inverosímiles procesos de embellecimiento de las frutas a las que son sometidas para aparentar un mejor aspecto.

Una de las iniciativas más conocidas en España para poner límites a ese despilfarro son los bancos de alimentos, que, desde la crisis, son más celebres por su función de reparto de comida a familias necesitadas. En Guipuzkoa, la iniciativa comenzó recogiendo los alimentos perecederos de los hipermercados a última hora del día, para repartirlos la mañana siguiente. En cuatro meses y acudiendo a solo dos supermercados, recogieron 22 toneladas de alimentos, un éxito que garantizó continuidad al proyecto.

En otros países existen este tipo de iniciativas, con el nombre de Last Minute Market. En algunos países, el hipermercado inclusive paga para que se recojan y clasifiquen sus desperdicios. En Asia es normal que los supermercados se llenen a ultima hora del día, cuando los alimentos que están a punto de pasarse de fecha son vendidos con importantes reducciones de precio, para evitar el despilfarro.

Demasiado embalaje: Otro problema de gran envergadura son los embalajes, que, como veremos, originan gran parte de la basura que generamos. La mayor parte de los productos que consumimos están envueltos en varios plásticos y cajas. Cada día, los establecimientos tipo McDonald’s o Starbucks, donde se utilizan vasos y cajas descartables, se van imponiendo en nuevos lugares del mundo, aumentando así el volumen de basura que generamos y, sobre todo, de plástico. La gran pregunta es por qué seguimos abusando de los plásticos no reciclables cuando, además, existen alternativas biodegradables; eso, por no hablar de las tradicionales formas de venta a granel y reutilización de los envases. Una vez más, mandan los intereses económicos cegados y cortoplacistas.

Aunque de modo muy incipiente, van surgiendo algunas alternativas. Es el caso de un supermercado alemán que decidió declararle la guerra al packaging: cansadas de ver a su alrededor el impune abuso de ingentes cantidades de plástico, cartón y otros materiales que utiliza la industria, dos jóvenes emprendedoras alemanas fundaron un supermercado que no utiliza envases desechables: ninguno. Ellas son Milena Glimbovski y Sara Wolf, y su idea la han bautizado como Original Unverpackt (Embalaje Original). Dicen estar en el camino del slow food y la basura cero, y se muestran vigilantes ante las “palabras de moda sobre conciencia ecológica que algunas marcas utilizan para despistarnos”.

Desechos y vertederos: El grueso de ese despilfarro cotidiano termina convertido en basura. Las estimaciones recabadas por la ONU señalan que en el planeta se generan 53 millones de toneladas de residuos al año; 200.000 de las cuales corresponden a España. Buena parte de ese despilfarro viene directamente de los hogares: según un estudio del Banco Mundial de 2012, cada día se generan 3,5 toneladas de residuos solidos en los hogares de todo el planeta, y todo apunta a que esa cifra seguirá creciendo. En España, según cifras de Ecologistas en Acción, cada ciudadano genera una media de un kilo de basura al día: 365 kilos al año de Residuos Solidos Urbanos (RSU) que van a parar a vertederos e incineradoras. Los envases y embalajes, en su inmensa mayoría después de un único uso y a menudo fabricados a partir de materias primas no renovables, suponen el 60% del volumen y el 33% del peso de esa basura. Una parte de esos residuos son, además, altamente tóxicos: se trata de los residuos de pinturas, insecticidas, disolventes y productos de limpieza. Las soluciones más habituales son llevar esa basura a vertederos, donde ocupan grandes terrenos y ensucian suelos y aguas, o bien incinerar la basura, un proceso que es también muy contaminante.

Basura que ahoga los océanos: El mar se lleva la peor parte y, si bien algunas voces, como la del biólogo estadounidense Mike Moore, llevan alertando del creciente problema que plantean los residuos en el mar, no ha sido hasta el siglo XXI que esta preocupación ha comenzado a tomarse en serio. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cada año acaban en el mar 6,4 millones de toneladas de residuos generados por los seres humanos. El 80% de ellos proceden de la tierra, sea de aguas residuales sin depurar, de lo que baja de los ríos o de la basura que se generan en las poblaciones costeras. Por la acción de las corrientes marinas, esos desperdicios, sobre todo plásticos, terminan acumulados en varios vertederos marinos gigantes que flotan sobre los océanos. El mayor de ellos es la sopa de plástico del océano Pacifico: su superficie alcanza ya los 1,5 millones de kilómetros cuadrados. Tres veces la superficie de España.

Las últimas investigaciones han demostrado que la basura está ahogando los mares. Se encuentra en la superficie, a pocos metros de la costa, y se encuentra también a mil metros de profundidad y a dos mil kilómetros del litoral. En el fondo de los océanos hay de todo: latas, bicicletas, lavadoras.

Los desechos de nuestra civilización opulenta y derrochadora terminan allí, en las profundidades marinas. El plástico está por todas partes: representa el 41% de la basura que permanece en los océanos, frente a un 34% que corresponde a las artes de pesca. Pero también flotan entre las aguas ropas, madera y un larguísimo etcétera. Algunos microplásticos son especialmente peligrosos, porque en su proceso de fotodegradación concentran sustancias tóxicas que acaban en el organismo de peces, aves marinas o zooplancton. Otros residuos, como el vidrio o las latas, provocan cortes, o ahogan, como las anillas de plástico. “La basura marina está matando hoy más animales que el cambio climático”, concluye Mike Moore. La Agencia estadounidense de Medio Ambiente calcula que 267 especies marinas consumen por error ese tipo de residuos. Es lo que, en las célebres imágenes tomadas en 2009, puso en evidencia el fotógrafo Chris Jordan, al mostrar lo que los albatros tenían en sus estómagos. El mismo drama se evidenció en 2012 cuando, en las costas de Granada, se encontró un cachalote de diez metros que contenía en su organismo 18 kilos de plástico. Como si una persona hubiese ingerido cincuenta bolsas de plástico.

Según datos de Greenpeace, el 10% de los 225 millones de toneladas de basura que se generan cada año a nivel mundial acaba en el mar. Muchos de esos residuos tardan cientos de años en biodegradarse: las compresas y pañales, un cuarto de siglo; una lata de refresco, entre 200 y 500 años; las anillas de plástico que tantos accidentes provocan entre los animales marinos, unos 450 años; una simple bolsa de plástico, de 35 a 60 años. Por no hablar de los miles de años que puede permanecer en el mar una botella de vidrio. Si tenemos en cuenta además que en las aguas las labores de limpieza son muy difíciles y siempre insuficientes, la única consigna valida es reducir, hasta erradicarlos totalmente, esos vertidos marinos.

Quienes menos consumen respiran nuestra basura: ¿Adónde van los móviles, ordenadores, microondas o frigoríficos viejos? ¿Qué pasa con estos aparatos una vez que los hemos tirado a la basura, o incluso a “reciclar”? El camino que recorren no está del todo claro, pero de lo que no cabe duda es de que hay varios lugares en el mundo en los que toda esta basura tecnológica se acumula desde hace años. El más claro ejemplo es el llamado basurero tecnológico de Agbogbloshie, en Accra (Ghana) donde, según algunos estudios, existe una contaminación por plomo, cadmio y otros contaminantes perjudiciales para la salud que supera en más de 50 veces los niveles libres de riesgo. Lo decía claramente un informe de 2013 realizado por la Green Cross Switzerland y el Blacksmith Institute en el que recogían las diez mayores amenazas toxicas del planeta. Es decir, los diez lugares más contaminados del mundo.

Uno de ellos, sin duda, es este basurero, que oficialmente se califica eufemísticamente de “area de procesamiento de basura tecnologica”. Llegan cada año miles de toneladas de residuos tóxicos, teóricamente para ser procesados; en realidad, llegan mezclados materiales de todo tipo, entre ellos, frigoríficos, microondas o televisiones. Algunos de esos residuos son tan contaminantes que requerirían de la cualificación y protección de los trabajadores, algo que está muy lejos de ocurrir en Agbogbloshie. Pero este lugar no es apenas un basurero: es un asentamiento informal con zonas industriales, comerciales y residenciales. Una zona en la que los metales pesados que se expulsan de estos procesos de quema llegan a las casas y mercados.

Según el citado informe, Ghana importa cada año unas 215.000 toneladas de residuos tecnológicos, principalmente desde Europa del Este. De ellas, aproximadamente la mitad puede ser reutilizada inmediatamente, o reparada y vendida, pero el resto del material es reciclado de forma barata, a costa de contaminar la tierra que los recibe y perjudicar la salud de quienes trabajan con ellos. Un ejemplo paradigmático es el de los buscadores de cobre, que queman las fundas que recubren los cables para conseguir el cobre del interior. Para quemarlos utilizan un tipo de espuma, altamente contaminante, expulsando al aire libre todos sus contaminantes. Chatarra, fogatas y humo de gran toxicidad, pero que dan de comer a muchos de quienes allí habitan. No extraña entonces que el centro de Accra esté repleto de puestos que venden a bajo precio todo tipo de aparatos eléctricos, buena parte de ellos de segunda mano. Algo muy parecido ocurre en otros países de la región, como Zimbabwe, donde se afronta una crisis medioambiental provocada por las deficiencias del sistema de gestión y eliminacion de esos desperdicios.

Todo ello a pesar de la existencia de tratados internacionales, como la Convención de Basilea, que restringe los movimientos transfronterizos de desechos, y el acuerdo que se suma al firmado ya en 1993, en Bamako, sobre el mismo tema. Acuerdos que establecen condiciones, cantidades y criterios para verificar si la exportación de basuras se está haciendo bien. Sin embargo, para los países más desarrollados sale mucho más barato deshacerse de ellos en algún puerto remoto de África que seguir las estrictas normas de reciclaje que ellos mismos se han autoimpuesto pero que casi nadie quiere cumplir. Para los receptores, por su parte, esta es una supuesta fuente de riqueza de la que viven muchas personas, a pesar de los riesgos y problemas que conlleva para su salud. Una solución, en definitiva, que conviene a muchos y que no termina de regularse. La paradoja aparente es que son los países que menos residuos generan, por el acceso restringido que tienen al consumo, los que acumulan la basura que el mundo rico exporta.

Pero las irregularidades en la gestión de los desechos no solo suceden en territorios lejanos. En julio de 2014, la Comisión Europea denunció a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por mantener abiertos 28 vertederos ilegales que deberían haberse cerrado en 2009.

La basura como negocio: La basura es un negocio en alza: según la Comisión Europea, una correcta gestión de los recursos supondría un negocio anual de 42 mil millones de euros y crearía más de 400.000 puestos de trabajo. Según datos de Eurostat sobre el reciclaje de basura de embalaje en 2011, Bélgica, un país en el que la separación de basuras es obligatoria y además está muy controlada, se sitúa a la cabeza con un 80,2%; le siguen países como Holanda (71,9%), Alemania (71,8%) o Irlanda (70,9%). España llegó ese año al 64,4%, una cifra muy superior al 39,8 % de 2000.

Sin embargo, el reciclaje es un proceso costoso en términos energéticos. Aunque imprescindible, no resuelve el problema de base. Se trata, en fin, de aplicar las famosas tres erres y erradicar de nuestro consumo mercancías absolutamente prescindibles y dañinas, como las botellas de plástico. Aunque nos las regalen.

Los ecologistas subrayan también la importancia de separar los residuos orgánicos, que suponen entre el 40 y el 45% de nuestra basura. Si se separan en origen, podrían convertirse en abonos para agricultura, suelos y reforestaciones; sin embargo, mezclado con el resto de la basura, esos residuos fermentan de forma no controlada y producen metano, un gas con 25 veces más efecto invernadero que el dióxido de carbono.

Una reflexión final. La rebelión de los límites: A lo largo de este libro, hemos intentado ofrecer una información, siquiera somera, de algunos de los productos que conforman nuestra cesta básica de consumo, para llegar a una conclusión general: tenemos en general poca, poquísima información sobre lo que consumimos. La etiqueta suele ofrecer información parcial y a veces confusa, cuando no contradictoria con el marketing del envasado que ensalza la salubridad de productos que no son tan benignos para nuestra salud. Los alimentos que compramos suelen aparecer bajo varios envoltorios de plástico que terminan en gigantes vertederos flotantes en los océanos. Los productos electrónicos que adquirimos están fabricados para durar poco y terminan en los vertederos de residuos que exportamos a esa África olvidada que habitan millones de seres humanos excluidos de las ventajas del capitalismo, pero principales víctimas de sus externalidades negativas. Nuestra basura opulenta termina en la tierra de los desheredados, allí donde no molestan a quienes provocan esa acumulacion ingente de residuos. Como si el planeta entendiese de fronteras, como si la Tierra tambien fuese corrompible. Como si también a ella se le pudieran comprar sus favores para garantizar que la furia de la naturaleza no atravesara los muros cada vez más altos, cada vez con más espinas, de la Vieja Europa.

Las corrientes de la Economía Ecológica y la Ecología Política insisten en la necesidad de "internacionalizar las externalidades", esto es, incluir en el cálculo económico esos impactos económicos y sociales que, como hemos visto, no entran en los balances de las empresas y son sistemáticamente invisibilizados. Pero apuntan además al principio de inconmensurabilidad: cuando hablamos de daños a la naturaleza, hay muchas cosas que no se pueden medir, a las que no se puede aplicar un valor en dólares o euros. Son esos mismos autores, con nombres relevantes como el del economista catalán Joan Martinez Alier, los que acuñaron el término deuda ecológica, para referirse al hecho incuestionable de que, en el mundo globalizado, ciertos países o grupos sociales privilegiados se apropian en exceso de la biomasa de su producción biológica, o contaminan más allá de sus capacidades de procesar los contaminantes. Europa importa las materias primas que necesita y exporta la basura que le incomoda.

¿Quién debe a quién?: Este interrogante, siempre oportuno y perturbador, fue el título escogido por Martínez Alier y Arcadi Oliveres para un ensayo publicado en 2003 en el que hablaban de la deuda ecológica que, desde hace cinco siglos, los países del Norte han ido contrayendo con los mal llamados países subdesarrollados, al extraer sus recursos naturales y comprarlos a precios subvaluados. Vale para los tiempos de la colonia y sigue valiendo para hoy: los precios de las materias primas no reflejan el coste real que para el planeta supone ese expolio. El comercio internacional en la época de la globalización se sostiene por la desigualdad del intercambio; en otras palabras, el precio de las commodities refleja el esquema del dominio –político y militar, pero también cultural– de unas naciones sobre otras. Y un eje fundamental de ese mapa del poder es la deuda externa, que en muchos países de África y América Latina asfixia las cuentas nacionales al punto de inhibir cualquier intento de salirse de esos parámetros establecidos, por injustos que sean.

Lo que postulan Martínez Alier y Oliveres es que se puede –y se debe– realizar un análisis comparativo y conmensurable de la deuda externa, percibida como un proceso multidimensional: ético, político, económico y social. Los autores concluyen que, si así se hiciera, la deuda externa estaría cancelada con creces, y critican duramente la hipocresia de quienes obligan a los países pobres y atenazados por la deuda externa a "apretarse el cinturón donde muchos tienen ya el estómago vacío". La miseria conducirá a esas naciones a continuar una sobreexplotación creciente de la naturaleza y, aún tendrán que soportar estos países que, con grandes dosis de cinismo,desde Europa y los Estados Unidos se les dé lecciones de cómo conservar sus ecosistemas, mientras, por cierto, les inundan con basura exportada.

Las asimetrías de poder en el tablero global del siglo XXI generan una injusta distribución de los costes y beneficios del desarrollo: el Norte extrae los recursos de países lejanos, disfruta del consumo de los bienes que se producen con esas materias primas, y después envía lejos sus desechos. El Sur sufre las consecuencias de ese saqueo medioambiental –la continuación, la destrucción de formas ancestrales de vida–, pero sigue pobre, forzosamente austero y, muchas veces, desesperadamente hambriento. De algún modo, el poder político hoy reside en la posibilidad de dejar lejos de un país –o una región, o un grupo social– las externalidades negativas ambientales, es decir, esas consecuencias de las actividades económicas que nunca se incluyen en los balances de costos y beneficios.

Los daños medioambientales son difíciles de calcular, porque son esencialmente inconmensurables, pero se pueden hacer estimaciones. De hecho, en 2007, el Ministerio de Medio Ambiente publicó un estudio detallado de la huella ecológica en España, que concluía que España estaba en una situación de déficit ecológico. El informe desgrana los índices de biocapacidad y consumo en las diferentes regiones del país y concluye que, con una huella ecológica de 6,25 hectáreas por persona y año, España está entre los países europeos más deficitarios de Europa en términos medioambientales. También resultan interesantes las mediciones de la New Economics Foundation (NEF), que concluyen que, en 2012, España entró en deuda ecológica el 21 de abril, esto es, que para ese día ya había consumido todo su "presupuesto ecologico". Según la NEF, España mantiene un consumo 3,25 veces mayor que su biocapacidad, gasta más recursos de los que produce y emite más dióxido de carbono del que absorbe.

En ninguno de estos dos casos, sin embargo, se vincula la deuda ecológica con la deuda externa o el comercio internacional: el concepto de deuda ecológica se aplica a un país, considerado aisladamente y en un momento histórico determinado, como una foto fija. De ese modo, el término se despolitiza y pierde su potencialidad para repensar la deuda externa de los países pobres y, en general, para afrontar un abordaje sistémico. Pero la deuda siempre es en relación con alguien: si los ciudadanos españoles se exceden en el uso de los recursos naturales, lo hacen a costa de las próximas generaciones y de quienes consumen por debajo de sus posibilidades en términos de biocapacidad en otras partes del mundo. La única solución moralmente aceptable es la inmediata condonación de la deuda a los países del Sur y, en el caso de España y otros países europeos, una petición de disculpas acorde a la dimensión del daño histórico perpetrado en África y América Latina, y un comportamiento futuro coherente con esa aceptación de las responsabilidades pasadas y presentes. Un primer paso sería acabar con la injusticia criminal con la que los países ricos obligan al Sur a abrir sus fronteras a nuestras manufacturas, al tiempo que les inundan de productos agrícolas subsidiados que asfixian la agricultura local.

Hacia otra economía posible: La destrucción de la naturaleza no es un fenómeno reciente; durante siglos los recursos se han extraído sin preocuparse demasiado por el impacto que esto podía suponer en el entorno. Desde los años 70 del siglo XX, la preocupación por el deterioro ambiental está en la agenda de los movimientos sociales y, desde tiempos más recientes, de los gobiernos, pero los intereses económicos no han permitido hasta ahora cambios de gran calado para revertir el irresponsable despilfarro que ha generado la sociedad industrial, no solo en su forma capitalista, sino también en los "socialismos reales" del siglo XX (...) Texto completo en el enlace

 

Los 12 productos más terribles hechos por Monsanto

Publicado 21/10/2014 http://www.elciudadano.cl/2014/10/20/120685/los-12-productos-mas-terribles-hechos-por-monsanto/

En todas las plataformas de medios de comunicación alternativos relacionados con la salud, el mega-gigante Monsanto es más que un tema recurrente. El razonamiento de por qué esta corporación multinacional en biotecnología y agroquímica es un tema tan caliente está más que bien documentado. Está tan bien documentado que toda una marcha mundial ha sido fundada en protesta por la postura y las acciones emprendidas por esta empresa, por ejemplo la  Marcha contraMonsanto. Sin embargo, el enfoque de este artículo es arrojar algo de luz sobre algunos de los productos más nocivos que Monsanto ha tenido, al menos una parte, en llevar al mercado, algunos de los cuales aún se mantienen a día de hoy.
Originalmente elaborado por GMO Awareness , aquí están los 12 productos más terribles hechos por Monsanto:
1. Sacarina
¿Qué es?  – La sacarina simple y llanamente es un edulcorante artificial. Ha existido desde la década de 1800, la sacarina no se hizo muy popular como una alternativa al azúcar hasta el siglo 20 -gracias en gran parte a los esfuerzos de Monsanto cuya intención inicial era producir sacarina para Coca-Cola. (1) (2)
¿Por qué es mala?  – Inicialmente elogiada por su capacidad de proporcionar dulzor sin las calorías, la sacarina cayó bajo el fuego en la década de 1970 cuando un estudio reveló que la sacarina causaba cáncer en ratas y ratones – y que apareciera en la lista de carcinógenos del NIH. Sin embargo, tras las presiones, el estudio se tuvo en cuenta como defectuoso en sus conclusiones, el edulcorante fue retirado de la lista y puede que a día de hoy se encuentre en una gran cantidad de lo que consumimos.(1)
¿Dónde se utiliza?  – Bebidas, dulces, galletas, medicamentos, chicles, pastas de frutas, pasta de dientes y más.
2.  PCBs
¿Qué es?  – Los PCBs (bifenilos policlorados) pertenecen a una familia de químicos orgánicos artificiales conocidos como hidrocarburos clorados. Primero fueron utilizados por Monsanto en 1920 para producir fluidos refrigerantes para transformadores eléctricos ampliamente usados, condensadores y motores eléctricos. Fueron fabricados en el país desde 1929 hasta 1979 y en ese momento fueron prohibidos. (1) (3)
¿Por qué son malos?  – Los PCBs se han vinculado como causa de cáncer, así como contribuir a una serie de efectos adversos en la salud más concretamente en el sistema inmunológico humano, en el sistema reproductor, elsistema nervioso y sistema endocrino. (3)
¿Dónde se utiliza?  – Prohibido desde 1979, ya no se utilizan, pero su daño persiste como un estudio de 2011 mostró que todavía está siendo encontrado en la sangre de las mujeres embarazadas.(1) Antes de la prohibición, fueron encontrados en elementos ampliamente utilizados, tales como: el aislamiento de cables, plásticos, adhesivos y pinturas a base de aceite.(3)
3. Poliestireno
¿Qué es?  – Sigue siendo ampliamente utilizado hoy en día, el poliestireno es un polímero sintético. La producción de poliestireno se convirtió en foco de Monsanto en 1941 (1)
¿Por qué es malo?  – El poliestireno no es biodegradable y es mayor responsable de los residuos peligrosos a nivel global. La exposición crónica también se ha ligado a la depresión, dolor de cabeza, fatiga y debilidad. (4)
¿Dónde se utiliza?  – Literalmente en todas partes, pero más comúnmente en el envasado de alimentos en los que se conoce como la espuma de poliestireno. Se ha afianzado en el mercado por ser más duradero que los productos de papel y más rentable que el plástico (que no es mucho mejor para el medio ambiente).
4. Armas Nucleares
No creo que se necesite mucha explicación de qué son, por qué están mal o dónde se están utilizando, pero es interesante conocer la participación de Monsanto. Poco después de que adquirieron Thomas & Hochwalt Laboratories, Monsanto desarrolló un departamento que jugó un papel clave en el proyecto Manhattan de 1943 a 1945. El Proyecto Manhattan fue el responsable de la producción de las primeras bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial. (1)
5. DDT
¿Qué es?  – DDT (dicloro difenil tricloroetano) era un pesticida de uso general diseñado para combatir los mosquitos transmisores de la malaria. Monsanto acaba de pasar a ser uno de los primeros fabricantes del insecticida que caería bajo fuerte escrutinio. (1) (6) ¿Por qué es malo?  – Prohibido en 1972, el DDT se ha relacionado con daños en el hígado, lo que reduce el éxito reproductivo y daños temporales al sistema nervioso, entre otros. (6)
¿Dónde se utiliza?  – Desafortunadamente DDT a menudo puede tomar más de 15 años en descomponerse y sigue estando en algunos suelos y numerosos cursos de agua. Nuestra exposición a la que sería más que probable que pudiera venir es a través del consumo de pescado, cultivos, o a través de la deposición atmosférica contaminada. (6)
6. Dioxina
¿Qué es?  – Las dioxinas son un grupo de compuestos químicos relacionados que algunos los ven como los químicos más tóxicos conocidos por la ciencia. Monsanto se vio involucrad en 1945 cuando comenzaron a promover el uso de pesticidas químicos en la agricultura. (1) (7)
¿Por qué es malo?  – Las dioxinas son especialmente malas por su capacidad para acumularse en la cadena alimentaria, y, un informe de la EPA, confirmó que las dioxinas eran un riesgo de cáncer para los seres humanos. (7)
¿Dónde se utiliza?  – Las dioxinas principalmente se encuentran en la carne y los productos lácteos debido a lo integrados que están en la cadena alimentaria. (7)
7. Agente Naranja
¿Qué es?  – Un herbicida / defoliante utilizado principalmente como una arma química durante la guerra de Vietnam. Monsanto convenientemente pasó a ser uno de los dos principales fabricantes del arma letal. (1)
¿Por qué es malo?  – El Agente Naranja se dice que es responsable de más de 400.000 muertes y 500.000 personas con defectos de nacimiento y más de un millón que sufren de problemas de salud de algún tipo. La forma de actuar del Agente Naranja residía en su contaminación por dioxinas -algo que Monsanto aparentemente conocía cuando se lo vendió al gobierno de Estados Unidos para su uso en la guerra. (1) (8)
¿Dónde se utiliza?  – Las consecuencias del Agente Naranja se hacen sentir en Vietnam donde un esfuerzo formal de limpieza no comenzó hasta 2012. Una nota impactante es que algunas sustancias químicas que se encuentran en el Agente Naranja todavía se pueden encontrar en ciertos herbicidas que están siendo utilizados hoy en día. (1)
8. Fertilizantes a base de petróleo
¿Qué es?  – Como su nombre indica, los fertilizantes a base de petróleo son un tipo de material aplicado a los suelos o tejidos vegetales para ayudar en su desarrollo. Monsanto tuvo la posibilidad de participar en 1955 tras la compra de una importante refinería de petróleo. (1)
¿Por qué es malo?  – Los fertilizantes a base de petróleo se ha sabido que destruyen los microorganismos benéficos del suelo. Esta destrucción eventual esteriliza el suelo por lo que es totalmente dependiente de un estimulante externo para que vuelva a ser productivo (un negocio redondo). (1)
¿Dónde se utiliza?  – En granjas en todo el mundo, ya que se observó que proporcionó a los agricultores un mayor grado de control de lo que cultivan y cómo resulta. (9)
9. RoundUp
¿Qué es?  – El herbicida RoundUp, también conocido como glifosato (un componente principal del herbicida RoundUp de Monsanto) es el herbicida más utilizado en todo el mundo. (10) Fue en 1970 que Monsanto fundó su división de productos químicos agrícolas con RoundUp. (1)
¿Por qué es malo?  – El glifosato se ha relacionado con el cáncer en varios estudios debido a sus propiedades como un potencial disruptor endocrino -Químicos que pueden interferir con el sistema hormonal de los mamíferos. Estos disruptores pueden causar trastornos del desarrollo, defectos de nacimiento y tumores cancerosos. (10)
¿Dónde se utiliza?  – RoundUp está aprobado y sigue siendo ampliamente utilizado hoy en día para destruir y controlar las malezas. Se puede encontrar en nuestras aguas subterráneas, el suelo, arroyos y hasta en el aire. (1) (10)
10. Aspartamo
¿Qué es?  – Al igual que la sacarina, el aspartamo es otro edulcorante artificial utilizado como un sustituto del azúcar en alimentos y bebidas. Monsanto logró verse involucrado en 1985 cuando adquirieron la empresa principal responsable de la fabricación del aspartamo. (1) (11)
¿Por qué es malo?  – En lugar de profundizar en este epígrafe, le recomiendo que eche un vistazo a cualquiera de los siguientes artículos relacionados con el aspartamo (inglés): 1.  Aspartame: La amarga verdad detrás de este edulcoranteTóxico 2.  La historia impactante de cómo el Aspartamo se legalizó 3.  Daños del Aspartame en el cerebro con cualquier dosis ¿Dónde se utiliza?  – El aspartamo es todavía ampliamente utilizado y se puede encontrar en las gaseosas dietéticas, yogures, chicles, salsas, bebidas en polvo, cereales y mucho más. (12)
11. Hormona del crecimiento bovino (rBGH)
¿Qué es?  – Desarrollado por Monsanto el rBGH es una hormona genéticamente modificada que se inyecta en las vacas lecheras para producir más leche. (1)
¿Por qué es malo?  – Al aumentar artificialmente la producción de leche, la rBGH también eleva los niveles de pus, residuos de antibióticos y una hormona aceleradora del cáncer llamada IGF-1. Cuando es consumida por los seres humanos actúa como un acelerador del cáncer y se ha vinculado al cáncer de mama, colon y cáncer de próstata. (1) (13)
¿Dónde se utiliza?  – La rBGH se sigue utilizando en nuestros días y normalmente se inyecta en las vacas lecheras cada dos semanas. (13)
12. OGMs (organismos genéticamente modificados)
¿Qué es?  – Ciertamente no requiere explicación ya que es ampliamente sabido que Monsanto está en la base de la misma. En la década de 1990, Monsanto comenzó sus iniciativas que aún continúan hasta nuestros días bajo la creencia de que ayudan a “alimentar al mundo.”
¿Por qué es malo?  – Como lo hice con el aspartamo, te daré una serie de artículos que mirar en lugar de ahondar en las profundidades de los males de los OGM (inglés): 1.  5 mitos sobre los OGM que as empresas quieren que ustedcrea 2.  10 estudios científicos que prueban que los OGM puedenser perjudiciales para la salud humana 3.  Nuevo estudio relaciona los OGM con Cáncer de hígado /riñón .
¿Dónde se utiliza?  – los OGM son frecuentes en muchos cultivos, pero sobre todo en la remolacha azucarera, patatas, maíz, tomates, la calabaza, el arroz dorado, la soja, el salmón y alimentos para animales.

diciembre 10, 2014

Cuáles son los peligros de los alimentos transgénicos, de Mejor Con Salud

http://www.elciudadano.cl/2014/08/10/111277/cuales-son-los-peligros-de-los-alimentos-transgenicos/ Publicado en 10/8/2014
(Ver Comentario al final)

Los alimentos transgénicos son aquellos que en su composición tienen una alteración de ADN, la cual permite crear mutaciones con ciertas características determinadas y preconcebidas. A diferencia de los alimentos naturales, que son traídos desde los cultivos, este tipo de alimentos tiene una alteración en laboratorio, que posteriormente afecta todo el producto y la cosecha. Estos tipos de alimentos fueron creados a partir de la biotecnología, que puede transferir un gen de un organismo a otro para dotarle de alguna cualidad especial que normalmente no posee.
Actualmente ya se empiezan a conocer algunos alimentos cárnicos con alteraciones genéticas, pero la mayoría de los alimentos transgénicos de la actualidad son de origen vegetal, como por ejemplo las frutas, granos y cereales. En un principio, la idea de modificar los alimentos parecía ser una gran idea para favorecer al consumidor, solucionar problemas de hambre mundial e incluso para favorecer la agricultura, pero con el paso de los años, diferentes estudios determinaron que este tipo de alimentos alterados tienen muchos peligros para la salud, afectan las industrias agrícolas y sus desventajas se han convertido incluso en un problema social, entre quienes imponen el uso de estos productos y quienes quieren conservar los alimentos naturales.
A) ¿Cuáles son los efectos de los alimentos transgénicos en la salud? Tras largas investigaciones, experimentos y estudios, se han constatado hasta el momento los siguientes efectos negativos sobre la salud:
- Aparición de nuevas alergias, debido a que estos alimentos contienen nuevas toxinas y alérgenos con impacto negativo en el organismo. Una prueba de esto, fue el conocido caso del Maíz Starlink (2000) en Estados Unidos. En la cadena alimentaria se encontraron trazas de maíz transgénico no autorizado que provocó serias reacciones alérgicas.
- Aparición de genes resistentes a los antibióticos en bacterias patógenas para el organismo. Esto quiere decir que algunas de las bacterias recibirán la fuerza que necesitan para ser inmunes a ciertos medicamentos.
- Mayor incremento de contaminación en los alimentos, por un mayor uso de productos químicos en el proceso de cultivo.
Un estudio realizado en Austria, demostró que estos alimentos reducen la capacidad de fertilidad, pues en un experimento hecho con ratones, se llegó a la conclusión que aquellos que se alimentaron con maíz modificado genéticamente, fueron menos fértiles en comparación con aquellos que comieron maíz natural.
A largo plazo no se ha podido establecer los riesgos en la salud que puede tener el consumo de alimentos transgénicos. Sin embargo se sospecha que pueden influir en la aparición de ciertas enfermedades, como el cáncer.
B) ¿Qué otros peligros tienen los alimentos transgénicos? Los peligros que actualmente tienen los alimentos transgénicos van más allá de lo que pueden causar en la salud. Si bien el campo de la salud es muy importante y sigue siendo materia de investigación, también hay otros riesgos importantes que se debaten día a día entre naciones y organizaciones preocupadas por la situación.
- Afectan gravemente al medio ambiente
Los cultivos transgénicos suponen aumentar el uso de productos tóxicos en la agricultura. Este tipo de productos no sólo pueden afectar al producto transgénico, sino que también afectan gravemente variedades tradicionales, acabando con ellas y provocando una pérdida irreversible para la biodiversidad. Se han conocido muchos casos en que los agricultores se ven obligados por ley, a sólo a cultivar semillas transgénicas y, como consecuencia, se ha ido perdiendo la semilla tradicional.
- Tienen un impacto negativo en la economía
El desarrollo de los transgénicos está en manos de unas pocas empresas multinacionales que, por el momento, siguen expandiéndose a nivel mundial y que en cuestión de tiempo acabarán apoderándose del mercado de las semillas de todo el mundo y, obviamente, de la producción de los alimentos. Este tipo de productos suelen tener mayor impacto en el mercado, ya que las alteraciones permiten crear productos con características que atraen mucho al consumidor. Además suelen ser más económicos y están acabando con la producción de aquellos agricultores que siembran y cosechan productos naturales, pero que no pueden ser vendidos a precios tan bajos como los transgénicos.
- ¿Cuáles son los alimentos transgénicos más comunes?
Actualmente las grandes multinacionales continúan trabajando para obtener más alimentos transgénicos, inclusive con productos cárnicos. A continuación te nombramos los alimentos transgénicos más comunes en el mercado.
Maíz y todos sus derivados (harinas, salvados, aceite, jarabe, entre otros) - Soja y sus derivados - Algodón - Patatas - Caña de azúcar - Arroz - Tomates de larga duración - Fresas - Piñas - Pimientos. Entre otros.

--- AÑADIDO a las 16h. 30´: Lansky, comentario 

Bastante científicamente incorrecto este artículo. El peor favor a una causa justa (en este caso la lucha contra los transgénicos) es una mala defensa (en este caso que son malos para la salud).

No, el problema fundamental de los transgénicos es que avasallan y contaminan los cultivos tradicionales y locales dejando en manos de las poderosas e inmorales multinacionales alimentarias todo el decisivo asunto de la agricultura y la alimentación humana.

Pero ningún estudio científico serio (redundancia) ha demostrado que comer una palomita de maíz transgénico es más insano que otra que no lo es. De hecho, desde el neolítico la agricultura siempre se ha basado en modificar genéticamente organismos, las plantas y animales domésticos.

La II Semana de la Ciencia Indignada cargará contra el Gobierno por los recortes en I+D+i

Published: Lun, dic 8th, 2014
http://postdigital.es/2014/12/08/video-la-semana-ciencia-indignada-cargara-con-post13130/#sthash.v09Ma9ny.dpuf

Asociaciones de científicos emprenderán la II Semana de la Ciencia Indignada para protestar contra los recortes del Gobierno a la ciencia, la investigación y el desarrollo. Las actividades, organizadas por más de diez asociaciones de científicos de Madrid, tendrán lugar entre el 9 y el 20 de diciembre.

INFORMACIÓN AL DÍA EN http://cienciaindignada.blogspot.com.es/

La iniciativa tiene como objetivo concienciar a la sociedad de las políticas perjudiciales con el I+D+i que impulsa el gobierno del Partido Popular, y que son dañinas para toda la sociedad por situar a la investigación científica en una posición precaria.
El entorno de la ciencia se ha visto perjudicado inevitablemente porque el ejecutivo ha recortado en dos años a las universidades más de la mitad del presupuesto en investigación. En 2013, la inversión a nivel estatal bajó a 158 millones, lo que supone un 55% menos que dos años antes.
Ante esta situación, los organizadores del acto han acudido a la reivindicación para mostrar su descontento con las condiciones nefastas en que consideran han dejado los recortes a la investigación científica. En una nota han afirmado: “No salimos de un recorte para meternos en otro. Los ataques no son solo a la ciencia, sino a la investigación y el desarrollo, y esto, sumado a la situación de la mujer en la ciencia, torpedea la línea de flotación básica del progreso humano”.
Tras llevar a cabo diversas movilizaciones por la ciencia durante los últimos meses, los científicos han decidido innovar en las formas de protesta y han puesto todo su ingenio en la organización de lo que será la ‘II Semana de la Ciencia Indignada’. Serán diversas las actividades que se realizarán durante las jornadas científicas de protesta, en total más de treinta charlas y actos divulgativos en distintas facultades de los campus universitarios de Madrid, que participarán del talento de investigadores,
Las charlas tendrán como protagonistas a docentes e investigadores de todo el país, enfocadas a un público especializado, pero durante el fin de semana se dedicará un espacio de actividades a las que puede asistir cualquier ciudadano. Estas últimas consistirán en dos actos que tendrán lugar el domingo 14 de diciembre entre las 12:30 y las 15:00 h en la plaza del museo Reina Sofía, y el sábado 20 de diciembre a partir de las 19:30 h en Savia Solar.
El primero de los actos abiertos a la ciudadanía llevará el nombre de ‘Ciencia en la Calle’, y consistirá en “descubrir la ciencia como nunca antes la habías imaginado” a través de diversos talleres con biocombustibles, observación solar, experimentos químicos, etc.
El segundo, bajo el nombre ‘Ciencia Digna: ¿Qué nos queda por aprender?’ será un debate sobre las “responsabilidades mutuas entre ciencia y sociedad”, que expondrá las dificultades a las que se enfrenta el I+D+i en España. Intervendrán cuatro ponentes de reconocido prestigio en el ámbito científico: Daniel Gómez (Instituto Cajal CSIC), Cote Romero (Coordinadora de la Plataforma por un nuevo Modelo Energético), Emilio Criado (Consejo Social UAM) y Eduardo Martín (IQC, University of Waterloo).
Entre las organizaciones que han preparado la II Semana de la Ciencia Indignada se encuentran la Asamblea General de la Ciencia (CSIC), Hypatia (Física UCM), Asociación Cultural Lewis Carroll (Matemáticas UCM), Asociación Universitaria Conciencia Minera (ETSI Minas y Energía UPM), Asociación de Estudiantes Yuri Gagarin (ETSI Aeronáuticos UPM), La Siega (ETSI Agrónomos UPM), La Resistencia en Caminos (ETSI Caminos, Canales y Puertos UPM), Resistencia Industrial (ETSI Diseño Industrial UPM), A.E.C. Doble Hélice (UAM) y Con-Ciencia (EC3M).