Selva de Oza – Pic Lariste, Pirineos Aragoneses y Atlánticos (España, Francia) Texto publicado el Sábado 27 marzo 2010 en El blog de Joaquín García Sansegundo j-g-sansegundo.over-blog.es/
(ACLARACIONES INICIALES: Las menciones a *Figuras, *foto,... SÓLO ESTÁN EN SU PÁGINA, ENTRAD... Paquita)
Esta excursión por los Pirineos, de incomparable belleza paisajística y geológica (Fig. 1), también tiene especial interés para mí pues en esta zona trabajé durante la elaboración del mapa geológico de Zuriza para el IGME, habiendo incorporado sus resultados en mi Tesis doctoral [1, 4]. En todo caso, la geología de este lugar ya había sido ampliamente estudiada por Schwarz y Mirouse en los años 60 [2, 3]. Este sector se sitúa en el extremo occidental de la Zona Axial pirenaica, por lo tanto, en él afloran principalmente rocas paleozoicas afectadas por deformaciones Variscas (ocurridas a finales del Carbonífero), sobre las que se sobreimponen estructuras Alpinas (generadas entre el Cretácico superior y el Cenozoico).
A modo de guía, de más antiguas a más modernas, las rocas que afloran son las siguientes:
Calizas del Tobazo: Son unos 350 m de calizas grises, masivas aunque a veces se presentan en bancos de escala métrica. Son frecuentes las construcciones biostrómicas de estromatopóridos y de corales que han permitido datar esta unidad como Devónico medio y superior (Givetiense – Fransniense). Llama la atención el enorme parecido entre estas calizas y las observadas en la Cordillera Cantábrica (calizas de Santa Lucía, ver artículo sobre Puerto de Ventana a Puerto de la Mesa).
Capas de Lazerque: Son unos 50 m de lutitas negras y niveles de calizas de escala decimétrica o métrica, entre los que abundan restos de braquiópodos. Gracias a su contenido fósil se sabe que su edad es Devónico superior (Fransniense).
Capas de Pic Lariste: Se encuentran separadas de las capas de Lazerque por un nivel de calizas discontinuas (olistostromas). Corresponden a unos 100 m de alternancias centimétricas y decimétricas de lutitas negras y areniscas, entre las que es frecuente encontrar restos de braquiópodos. Su edad es Devónico superior (Frasniense medio - Fameniense inferior).
Calizas de Rioseta: Son unos 30 metros de calizas rosadas o grises, de grano fino, nodulosas de tipo “girotte”. Existen restos de crinoideos y de goniatítidos (similares a cefalópodos con concha enrollada), muy parecidas a las que afloran en la Cordillera Cantábrica. Su edad es Carbonífero inferior (Viseense).
Calizas de Chourique: Son unos 70 m de calizas negras, fétidas, laminadas en la parte inferior, formadas en una plataforma marina, que han sido datadas como Carbonífero (Viseense – Serpukhoviense). Esta unidad es idéntica a la Caliza de Montaña de la Cordillera Cantábrica.
Serie “Culm”: Son alternancias, entre centimétricas y métricas, de areniscas y lutitas negras con algunas intercalaciones de conglomerados, cuyo espesor máximo estimado es de 400 m. Estas capas representan el relleno de una cuenca de antepaís, es decir, una cuenca sedimentaria que se formó por delante del orógeno Varisco (que resultó de la colisión entre los continentes de Gondwana y Laurentia-Báltica), donde se depositaban los materiales erosionados en los fuertes relieves asociados a aquella gran cordillera. Intercalados en la sucesión de areniscas y pizarras, se reconocen grandes olistolitos, es decir, bloques de calizas negras pertenecientes a las Calizas de Chourique. Las dimensiones de estos bloques pueden llegar a alcanzar los 500 m de longitud y 100 m de ancho, y representan grandes trozos de la plataforma continental que, debido a la inestabilidad tectónica de aquel momento, se deslizaban y caían a la cuenca de antepaís.
Areniscas y pizarras del Pérmico: Son areniscas y lutitas de color rojo intenso, entre las que, eventualmente se pueden encontrar capas de conglomerados y de calizas, propias de un ambiente continental. Estas capas se depositaron en un entorno geológico extensional pues, en esta zona, se reconocen fallas directas de dirección E-O, relacionables con la sedimentación pérmica. Es decir, esta cuenca de sedimentación corresponde a un rift continental que, para entendernos, representa el embrión de un océano.
Puede parecer raro, pero es así: si durante el Carbonífero aquí se generó una enorme cordillera (orógeno Varisco), al final del Paleozoico, en el Pérmico, esta cordillera ya se había erosionado casi por completo y, la corteza terrestre comenzaba a extenderse, formándose una cuenca alargada en dirección E-O, que aquí dividía el nuevo continente (Gondwana, Laurentia y Báltica, unidas tras la orogenia Varisca) en dos partes, Europa por el Norte e Iberia por el Sur.
Una información más detallada de estas rocas y las referencias sobre la edad de las mismas, puede encontrarse en la memoria del mapa geológico de Zuriza [4].
* Figura 1. Mapa topográfico de la zona con el itinerario de la excursión y la situación de las paradas.
* Figura 2. Mapa geológico de la zona [4] con indicación de la travesía y sus paradas. III-III’ indica la situación del corte geológico de la figura 3. La leyenda del mapa, aparece debajo.
En cuanto a la estructura, por una parte tenemos que las rocas paleozoicas presentan pliegues Variscos de dirección E-W, con su plano axial inclinado hacia el NE (vergentes al Sur) a los que se asocian cabalgamientos dirigidos hacia el Sur (Figs. 2 y 3). Todas estas estructuras Variscas se encuentran deformadas por otros suaves pliegues, con el plano axial subhorizontal, a los que se asocia un clivaje (pizarrosidad). Este mismo clivaje se reconoce afectando a las rocas del Pérmico, por o que debió de desarrollarse durante la orogenia Alpina.
* Figura 3. Corte geológico entre Petrafitxa y el Puerto del Palo [4] con la situación de las observaciones que se pueden realizar en cada parada. Situación en figura 2.
Para realizar esta excursión, partimos desde Jaca (Huesca) hacia el Oeste, siguiendo la carretera N-240 durante unos 20 km, hasta Puente de la Reina, desde donde tomamos hacia el Norte la carretera A-176 que nos lleva a Hecho. Desde esta localidad continuamos hasta el final, en la Selva de Oza, allí podremos aparcar nuestro vehículo cerca de la zona destinada a la acampada.
Ahora ya a pie, partimos hacia el NO, siguiendo el barranco de Atxerito, y enseguida veremos que el barranco de las Foyas sube a nuestra derecha. En la confluencia de ambos haremos nuestra primera parada.
Parada 1: En este punto podremos encontrar las areniscas y pizarras negras del “Culm”, entre las que se reconocen algunas capas de unos 20-50 cm de espesor, de intercalaciones de calizas (ver foto de la izquierda).
Parada 2: Desde la localidad anterior se vienen siguiendo las alternancias del “Culm”. En este punto se observa bien la estratificación de esta serie, donde, además se reconoce un clivaje (pizarrosidad) incipiente. El clivaje tiene una orientación E-O y se encuentra menos inclinado que la estratificación.
Seguimos ascendiendo por la fuerte pendiente del barranco de las Foyas, cortando las mismas rocas, y casi en la parte alta, frente al macizo calcáreo que se levanta ante nosotros, tomamos un sendero que sale hacia la izquierda, al Ibón de Atxerito, y llegaremos a la siguiente parada.
Parada 3: En los últimos metros antes de llegar a esta parada, vemos que afloran las calizas negras de Chourique y en el punto de la parada, vemos las calizas griotte de Rioseta. A quien haya visitado la Cordillera Cantábrica, le sorprenderá el parecido de estas rocas con las de allí. Por encima de la caliza de Rioseta, afloran las calizas del Tobazo, masivas, de tonos gris claro, entre las que es posible encontrar abundantes restos de corales y braquiópodos. Estas calizas son las responsables del fuerte relieve que se observa hacia el Norte.
Está claro que vamos hacia rocas cada vez más antiguas, sin embargo las capas se inclinan hacia el NE. El clivaje que ya observáramos en la parada anterior se encuentra bien desarrollado y sigue estando menos inclinado que la estratificación, lo que es coherente con el flanco invertido de un pliegue.
Descendemos de nuevo al camino del barranco de las Foyas y pasamos directamente de la serie “Culm” a las calizas de Tobazo, es decir, faltan las calizas de Rioseta y Chourique observadas unos metros al Oeste. La explicación de esto es que por donde pasa el camino, entre las calizas de Tobazo y el “Culm” existe una falla que ha sido interpretada como un cabalgamiento Varisco (Fig. 3). Continuamos hacia el NE, atravesando las calizas del Tobazo. Una vez cortada esta unidad, nos desviamos unos metros hacia el NO para realizar la siguiente parada.
Parada 4: De nuevo encontramos las capas de la caliza griotte de Rioseta, inclinadas unos 30º hacia el NE, encima de las cuales afloran las calizas de Chourique. Debajo de la caliza de Rioseta, al SO, en vez de encontrarnos las calizas del Tobazo, afloran las pizarras negras de Lazerque entre las que se pueden encontrar delgados niveles carbonáticos ricos en fósiles (braquiópodos, crinoideos, etc.).
De esta parada podemos extraer dos conclusiones. En primer lugar, el hecho de volver a encontrarnos con las calizas de Rioseta y Chourique, aunque en posición normal, indica que, desde la parada 3, hemos atravesado un pliegue (Anticlinal de Billare) y ahora nos encontramos en el otro flanco (ver corte de la figura 3). En segundo lugar, el hecho de que debajo de la caliza de Rioseta afloren las pizarras de Lazerque, no observadas en la parada 3, apunta hacia el hecho de que las calizas de Rioseta se disponen de forma discordante sobre la serie devónica.
Descendemos de nuevo al camino y nos dirigimos hacia el Este, hacia el Puerto del Palo. En el camino atravesamos la serie “Culm”, para de nuevo cortar las calizas de Chourique y de Rioseta, en ese orden. Ahora lo que hemos atravesado es el Sinclinal de Lariste (ver figuras 2, 3 y foto de la parte inferior).
* Sinclinal de Lariste situado entre las paradas 4 y 5, con la serie “Culm” en su núcleo. Continuamos hasta llegar la siguiente parada.
Parada 5: Debajo de la caliza de Rioseta encontramos pizarras y areniscas de las capas de Pic Lariste. Esto es otra prueba del carácter discordante de la caliza de Rioseta pues, a medida que nos vamos hacia el NE, encontramos materiales devónicos cada vez más modernos bajo dicha caliza. Por otro lado, si dirigimos la vista hacia el Norte, podremos observar que el contacto discordante de la base de la caliza de Rioseta, se encuentra afectado por una falla paralela a las capas (nivel de despegue), ya que se pueden observar pliegues y pequeños cabalgamientos asociados en las calizas carboníferas que no se desarrollan en las capas de Pic Lariste (ver foto inferior).
En el afloramiento se observa una banda continua correspondiente a una capa de arenisca de las capas de Pic Lariste, sobre la que se disponen las calizas de Rioseta plegadas y falladas. Entre ambas formaciones debe de existir un nivel de despegue.
Parada 6 (Puerto del Palo): El Puerto del Palo (Port de Pau), se sitúa sobre la frontera franco-española, por lo que se abre ante nosotros una magnífica panorámica hacia el Norte, donde podremos contemplar la Valon de Brenère que nos lleva a la villa francesa de Lescun. Si se desea es posible dejar un vehículo en esta última localidad y descender desde aquí completando de esta forma la travesía; sin embargo, la distancia en automóvil entre Lescun y la Selva de Oza se nos antoja demasiado larga.
En el Puerto del Palo aflora la caliza griotte de Rioseta deformada por pliegues de dirección NO-SE, muy apretados, isoclionales (con igual inclinación de sus flancos), desarrollados sobre el contacto despegado de la base de la propia caliza observado en la parada anterior. A su vez, estos pliegues se encuentran ligeramente deformados por otros, con su plano axial subhorizontal, a los que va asociado el clivaje alpino que se encuentra muy bien desarrollado en esta zona.
Continuamos por la cresta hacia el NO, en dirección al Pic Lariste. Hacia la mitad del recorrido podremos hacer la siguiente parada.
Parada 7: Tras ascender por la cresta de nuevo nos encontramos sobre la caliza de Chourique en contacto con la serie “Culm”. Dirigiendo la vista hacia el Oeste, en primer plano podremos observar la zona de charnela del Sinclinal de Lariste, mientras que en un segundo plano, se reconocen las cumbres de Atxerito, Petretxema y Mesa de los Tres Reyes. Estas cumbres están talladas en las calizas del Cretácico superior (Calizas de Larra) y representan el cierre occidental de la Zona Axial pirenaica.
Continuamos por la cresta y bordeamos la cumbre del Pic Lariste por el Sur, para ascenderla por su arista SO.
Parada 8 (Pic Lariste, 2164 m): Desde esta cumbre tendremos una mejor panorámica hacia el Norte, pudiendo llegar a reconocer la cima del Pic d’ Anie. El Sinclinal de Lariste aflora bajo nosotros, donde podemos observar como las capas verticales de su flanco Norte giran hasta llegar a la posición observada en la parada 4. El descenso se puede realizar continuando la cresta hacia la dirección OSO.
Parada 9: Siguiendo la cresta llegaremos a un collado donde haremos la siguiente parada. En este punto, bajo nosotros, se puede contemplar la zona de charnela del Sinclinal de Lariste. La línea de charnela de este pliegue se inclina unos 45º al NE y el plano axial buza aproximadamente hacia ese mismo sitio. Es decir, la línea de máxima pendiente del plano axial coincide con la línea de charnela. A los pliegues que presentan esta posición particular se les denomina pliegues reclinados y, en general, su estudio suele ser complicado. Descendiendo del collado se puede comprobar este aspecto del pliegue.
Desde aquí descendemos hacia el automóvil por el mismo camino que ascendimos. Antes de irnos haremos un par de paradas más.
Parada 10: Cerca de donde hemos aparcado el vehículo, dirigimos nuestra vista hacia el Este y veremos el Pic Rouge. En la cima de esta cumbre se observan las capas verticales del Pérmico que se apoyan sobre una falla inclinada hacia el Norte, bajo la cual se distinguen las capas del “Culm”. Se trata de una falla directa, generada contemporáneamente con la sedimentación del Pérmico que posteriormente, durante la deformación Alpina, actuó como un cabalgamiento, razón por la cual las capas del Pérmico están verticales sobre el plano de falla (Fig. 4). A este proceso se le denomina inversión tectónica.
* Figura 4: Inversión Tectónica: 1. La sedimentación del Pérmico se realiza en relación con una falla extensional, bajo la cual se encuentra el “Culm” con deformación Varisca. 2. Durante la deformación Alpina, la falla extensional actúa como un cabalgamiento verticalizando las capas del Pérmico que están sobre el plano de falla. 3. Situación actual del Pic Rouge. (Rosa: Pérmico, Azul: “Culm”).
Parada 11: Ya de regreso, frente a la zona de acampada, conviene dirigir la vista hacia el Este y observar el Pico Campanil o Castillo de Acher, donde se puede contemplar un espectacular sinclinal Alpino, en cuyo núcleo afloran las calizas de Larra, del Cretácico superior, mientras hacia los flancos destacan las capas rojas del Pérmico.
Si se han realizado las excursiones precedentes de este blog, al realizar ésta pueden surgir algunas cuestiones. En esta zona, si ignoramos las estructuras alpinas, las Variscas se han desarrollado en ausencia de metamorfismo: sólo afloran pliegues y cabalgamientos sin que lleven asociadas foliaciones tectónicas, ya que la observada parece claramente alpina. Sin embargo, en las excursiones realizadas en sectores más orientales (Tuc de Maubèrme y Pico Vallibierna) las estructuras Variscas sí que iban acompañadas de metamorfismo. Es decir, en la parte occidental de la Zona Axial pirenaica la deformación Varisca corresponde a las zonas más externas del orógeno, mientras que en sectores orientales corresponden a las zonas internas. Si además prestamos atención a la sucesión estratigráfica del Paleozoico, diríamos que la geología del sector del Pic Lariste es muy parecida a la de la Cordillera Cantábrica (ver excursión de Puerto de Ventana a Puerto de la Mesa). En efecto, podría decirse que este fragmento de la Zona Axial pirenaica se puede unir con aquella parte de la Zona Cantábrica. Por su parte, los sectores del Tuc de Mauberme y Vallibierna, son semejantes a las zonas internas del orógeno Varisco observables en el occidente de Asturias y Galicia. Por ello, como conclusión podremos decir que en la Zona Axial pirenaica coexisten partes del las zonas externas e internas del Orógeno Varisco. Esta conclusión puede ayudar a reconstruir aquella gran cordillera, la Varisca, que se formara durante el Carbonífero, pero de la que sólo observamos fragmentos dispersos por la geografía europea y norteamericana.
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