(Publicado en Tajalápiz en Diciembre 29, 2009 blog de Leonardo Torres Londoño conocido a través del de Ernesto/ Testigo. PAQUITA) tajalapiz.wordpress.com/
Levantad un muro aquí,
allí un empalizado;
cubrid con un penacho de acero la frontera,
capaz de cortar de raíz lo audaz de las falanges:
sólo la muerte ha de salvar el obstáculo;
Dejaréis en los cadáveres su gesto insolente
para que el pico de los buitres desentierre de ellos la esperanza.
Dejad de este lado el horizonte,
el manantial, el rumbo de los pájaros,
y ya que cortáis en dos las olas
dejad del otro lado los naufragios.
Puyan las puntas de las púas,
escrutan los catalejos,
haces de luz por el mar, por el desierto.
Un muro en cada calle,
el libro de un dios como muralla.
Ventanas no,
troneras
con tu miedo apuntando y, por pertrecho, tus vacilaciones,
la raza que está escrita en tu carné,
la historia patria, la más selecta.
Instalad una barrera en el camino,
una garita con un arma y un soldado;
que no quede del hombre un sólo rastro en sus pupilas:
un arma y un soldado,
los dos en ristre.
Al emisario
Exigidle siete sellos en su salvoconducto
y la firma de la infamia.
Orden será dada de no mirarle a la cara; no tienen cara o, peor, son nuestros semejantes.
Nunca han de cruzarse, nunca, si no es por desafío, las miradas.
De sus palabras sólo escucharéis su credo.
Acto seguido, con palabras altas, aceradas, levantad el nuestro.
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