agosto 17, 2024

Alarma mundial ante la degradación de los suelos: a este ritmo afectará al 90% del territorio en 2050, de Raúl Rejón

 Raúl Rejón   12 de julio de 2024 







La Unesco acaba de advertir de que, al ritmo actual, el 90% de los suelos del planeta estarán degradados para 2050 por la degeneración que causan las actividades humanas sobre el terreno y los efectos del cambio climático. “Supone una seria amenaza para la biodiversidad, la seguridad alimentaria y la regulación del clima”, ha recordado la organización al lanzar su alarma durante la Conferencia Internacional del Suelo. (...)

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agosto 16, 2024

El PP abre la puerta a legalizar un parque acuático de Menorca construido en suelo protegido, de Santiago Torrado

 Santiago Torrado   Menorca — 

El parque acuático Splash de Biniancolla (Sant Lluís) acumula polémicas desde que abrió sus puertas en el 2015. No sólo porque se halla en suelo protegido, sino porque en 2014 el Consell Insular de Menorca decidió retirar su declaración de interés general, lo que consecuentemente dejó a la mole de toboganes verdes al borde de la ilegalidad. El tira y afloja entre las administraciones y la propiedad –la empresa Minura Hotels– podría tener un nuevo episodio si finalmente el PP, que gobierna en el Consell Insular, modifica el Plan Territorial Insular (PTI) y permite la legalización de las construcciones en suelo rústico.

La modificación del Plan Territorial Insular de Menorca es, desde que el PP asumió el nuevo gobierno hace un año, un objetivo político central para Adolfo Vilafranca. El presidente del Consell Insular ha declarado en varias ocasiones su voluntad de modificar la normativa que establece restricciones al crecimiento urbanístico en suelo rústico. Teniendo en cuenta que casi el 70% del territorio insular está considerado dentro de las distintas tipificaciones de suelo rústico, la modificación de la norma busca abrir la puerta a nuevas construcciones.

Noemí García, portavoz de Més per Menorca, asegura a elDiario.es que, desde un principio –e incluso antes de su construcción–, el parque ha sido objeto de numerosos informes técnicos en contra: “Durante el mandato de Santiago Tadeo, entre 2011 a 2015, el Partido Popular declaró de interés general este parque acuático ubicado en una parcela en rústico justificando que estas instalaciones ayudarán a desestacionalizar la temporada turística. Para ello, se obviaron dos informes del Consell que fueron desfavorables, y se encargó un informe externo que avaló la declaración de Interés General permitiendo así su construcción”. 

Según señala la consellera ecosoberanista, su espacio político reaccionó entonces interponiendo un recurso de alzada para suspender la ejecución de las instalaciones en defensa del medio ambiente. “Si damos por válido que un parque acuático contribuye a desestacionalizar el turismo, entonces cualquier proyecto acreditado por un informe político de turismo también se podrá hacer realidad”, insiste García. “Estamos frente a otro claro ejemplo de urbanismo a la carta”, enfatiza.

Claudia, que es vecina de la urbanización de Biniancolla y dueña de un histórico restaurante de la zona costera, asegura que el Splash “no ha ayudado en nada” a traer más turistas fuera de temporada y que la pretendida desestacionalización que traería aparejada el parque nunca sucedió. “La verdad es que los turistas que visitan el parque son casi todos del hotel que está al lado, entonces tampoco es cierto que los comerciantes locales nos hayamos beneficiado en nada con este parque”, señala la empresaria en diálogo con elDiario.es.

Amenaza con cortar la luz

Tras la revocación del Interés General, el Ayuntamiento de Sant Lluís –municipio donde se encuentra ubicado el parque– procedió a anular la licencia para la explotación de las instalaciones. Desde entonces, y a pesar de existir un fallo del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears de octubre de 2023 donde se ratifica que el parque debe cerrar por carecer de Interés General y hallarse en rústico, el tira y afloja entre las instituciones y la empresa se dirime en un largo y complejo fárrago judicial.

Francisco Javier Jiménez de Cisneros Cid, catedrático en derecho administrativo y abogado de la empresa promotora, explica a elDiario.es cuál ha sido la estrategia seguida para mantener las puertas y los toboganes del parque Splash de Biniancolla abiertas y funcionando: “Nosotros impugnamos la decisión de la revisión de oficio, después de que el Ayuntamiento revocara la licencia, ante el Juzgado 3 de lo Contencioso Administrativo de Palma en el que hemos solicitado la adopción de medidas cautelares sin que este incidente se haya resuelto definitivamente. Consideramos que la jurisprudencia del Tribunal Supremo y la doctrina del Tribunal Constitucional establecen que mientras los jueces y tribunales resuelven sobre una demanda de tutela cautelar en un recurso contencioso administrativo no puede la Administración ejecutar el acto cuya legalidad se cuestiona, pues tal proceder estaría impidiendo al órgano judicial pronunciarse de manera efectiva sobre la tutela cautelar”. Es decir, que mientras el Juzgado no resuelva la cautelar solicitada, el parque continúa abierto.(...)

A pesar de las argucias judiciales y de las estrategias de abogados y empresarios, es probable que el parque deba cerrar. El problema derivado del posible cierre es que la empresa promotora podría solicitar una compensación económica en concepto de indemnización que podría alcanzar los 30 millones de euros. Consultada sobre este punto, la consellera Noemí García enciende las alarmas. “¿Quién debe asumir esta indemnización? ¿Los ciudadanos? El promotor puede defender sus intereses y reclamar lo que quiera, pero: ¿no ha hecho negocio durante años con una actividad ilegal? Tal vez sea él quien debería indemnizar a la sociedad menorquina. Además, detrás de estas irregularidades en torno al parque hay responsables políticos, todavía en activo, que también deberían asumir sus responsabilidades”, reflexiona.

¿Un nuevo PTI a la carta?

Sobre la modificación del PTI, el propio presidente del Consell Insular ha reconocido en varias ocasiones su voluntad de modificar la normativa para, entre otras cosas, legalizar construcciones ilegales hechas sobre suelo rústico –como el parque Splash–, aunque ha matizado que solo se permitirán legalizar edificaciones “que no tengan expediente sancionador u orden de demolición”. Por su parte, el conseller de Cultura, Juan Domingo Pons Torres, fue un paso más allá y especificó en una entrevista reciente a IB3 Ràdio que desde el Partido Popular trabajan “para aportar, desde la legalidad, una solución jurídica para resolver la situación del parque Splash”. elDiario.es ha contactado con la consellera de Ordenamiento Territorial de Menorca, Núria Torrent, que no ha respondido a las preguntas.

Ante estas declaraciones, desde la oposición señalan que es un “trato de favor” y que una iniciativa que modifique el PTI en beneficio de un particular podría ser considerada prevaricación. “Implica modificar la normativa recalificando el solar donde se construyó el parque o revisar sus usos para que se pueda ubicar tal instalación. Cuando existe una sentencia judicial firme en contra es hacer urbanismo en la carta y puede tener claros signos de prevaricación”, ha señalado a elDiario.es la portavoz del PSOE de Menorca, Susana Mora. Además, ha añadido que “si lo que quieren hacer es revisar los usos de todos los solares con las mismas características que pueda haber en Menorca lo que buscan es cambiar el modelo urbanístico de la isla, permitiendo parques acuáticos en todo el suelo rústico protegido”. Por su parte, Noemí García ha señalado a elDiario.es que considera esta iniciativa “un error, una incoherencia y una falta de respeto hacia la sociedad”. “¿Qué mensaje se envía así a la ciudadanía desde la administración pública? La administración pública no puede primar el interés particular por encima del colectivo”, comenta.(...) 

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO:  Vecinos que quitan cemento para luchar contra el calor con ayuda de la NASA, de Andrés Actis


agosto 15, 2024

CTXT. Un día de oficina de la célula madre, de Víctor Sombra

 Víctor Sombra 16/07/2024

‘La tercera vía de la vida’, de Olivier Hamant, nos convoca a una reflexión y movilización ciudadanas

Paisaje natural. / Fabio Reyes

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La vida es circular, colectiva y vigorosa, y a este vigor de la vida está dedicado La tercera vía de la vida, libro del investigador francés Olivier Hamant. Se trata de un libro intrigante, transversal, que, partiendo de la biología, proyecta rasgos del vigor vital en los modos de organización social y nos convoca a una reflexión y movilización ciudadana. El vigor es lo contrario de la eficacia y la optimización, convertidos en mantras y emblemas de nuestra sociedad. Ambas se nos proponen de forma puntual y en un corto plazo del que no sabrán luego salir, donde nos dejarán confinados, infelices, enfrentados a nuestros congéneres y abocados a la destrucción del entorno. 

El vigor, la durabilidad, la sostenibilidad, tienen en cambio que ver con la contradicción, la redundancia, la lentitud, la fluctuación, la aleatoriedad, las dudas, el error, el derroche, la imprecisión y la torpeza. En su libro Olivier Hamant da muchos ejemplos de cómo estas características, como otras tantas virtudes paradójicas, operan en los organismos y a nivel celular y molecular. La redundancia, por ejemplo, enemiga mortal del culto de la eficiencia, domina nuestra organización social y apenas se tolera como excepción en casos de extrema necesidad, como en los equipos electrógenos que suplen los cortes de electricidad en los hospitales. Sin embargo, la redundancia está presente en los seres vivos a todos los niveles. Hay dos ejemplares de cada cromosoma, pero también en cada uno de los cromosomas se dan varias copias de cada gen, con pequeñas variaciones en sus secuencias de ADN. Esto permite que si falla un gen en un cromosoma lo encontremos en otro o que genes parecidos cumplan funciones similares. La redundancia y el solapamiento permiten la adaptación a las variaciones genéticas y del medio.  

Lo mismo sucede con el crecimiento heterogéneo de los organismos: los conflictos mecánicos entre células vecinas no se resuelven en un compromiso que conduzca a la homogeneidad, sino que se amplifican de forma activa. La heterogeneidad supondrá un crecimiento deficitario, pero las distintas células del organismo, a través de los conflictos mecánicos, obtendrán información del estado, la posición y la evolución del tejido en que se insertan. El conflicto, que lastra el crecimiento, genera una propiocepción que será clave en la adaptabilidad del organismo y la adopción de su forma final. 

La vida no tiene nada del museo de máquinas perfectas que propone el creacionismo para negar la evolución. Es más bien un muestrario maravilloso y a veces desopilante de errores, torpezas, repeticiones, tartamudeos e incoherencias que el libro de Hamant presenta de forma accesible y amena. Uno empieza a sospechar por qué un payaso es más creíble que un ejecutivo, y qué hace a Cantinflas, Charlot o el Gran Lebowsky más verdaderos que el presidente de los Estados Unidos, Putin o James Bond. Son, sin duda, más naturales

El tránsito de la célula madre, pluripotente, al tejido del hueso o la piel tiene mucho más que ver con un día de oficina de Bartleby el escribiente, el personaje de Herman Melville, que con la ejecución eficaz de un programa óptimo. Cuando una célula madre recibe una señal de un factor de crecimiento bioquímico que orienta la diferenciación hacia la identidad músculo se dispone a sintetizar las proteínas que la convertirán en una célula muscular. Entretanto recibe la instrucción de diferenciarse en hueso. La célula madre recicla las proteínas ya sintetizadas y comienza una síntesis diferente que la encamina a convertirse en una célula ósea. Y así una y otra vez.  Su identidad de célula madre depende de ese tiempo de duda. Preferiría no hacerlo. No aún. Su competencia se asienta en la lentitud. La reticencia es un factor fundamental de la vida. 

Nada más lejano de la actualidad inmediata e inequívoca de los productos en el mercado, ni de los procesos fulgurantes y eficientes de una optimización planetaria en la que no hay lugar para el titubeo. En las cadenas de valor globales no hay derroche ni pérdida de tiempo, pero solo de puertas adentro, claro está. Si miramos alrededor de estos procesos eficientes todo cambia: su impacto ambiental nos coloca en una cuenta atrás existencial. El tiempo ganado era para perder la vida, y la supresión del derroche para lograr un desgaste aún mayor de los recursos naturales. 

Hamant define así la imperfección de la vida: “Los organismos vivos son localmente sub-óptimos. Utilizan reacciones, enzimas y procesos de manera imperfecta, principalmente porque estos agentes son a menudo redundantes, relativamente ineficientes, heterogéneos, aleatorios o incoherentes. Y, sin embargo, la integración del conjunto de estos defectos, al menos desde el punto de vista del ser humano del siglo XXI, construye sistemas adaptables. Dicho de otra forma: la vida se construye sobre la imperfección local”. 

(...) El Antropoceno nos confronta de forma ineludible a los límites de nuestro modelo de relación con la Naturaleza. Es nuestra propia supervivencia como especie la que impone un cambio de paradigma en el que los seres vivos no ofrezcan un mero escenario para el despliegue de la voluntad humana, ni un instrumento para su satisfacción. Es necesario que la humanidad transforme su papel parasitario para establecer una relación simbiótica con otros seres vivos. En esta coyuntura buscamos referencias de sostenibilidad. Los pueblos indígenas ofrecen ejemplos de otras formas de convivencia, avaladas por la preservación de los entornos naturales en los que habitan libremente. Muchos menos ejemplos de los que tendríamos si no hubiéramos acabado con casi todos ellos, junto con la vida que los rodeaba en forma de animales, ríos y bosques.

(...) El mayor acierto del libro es, a mi juicio, el gesto de alzar la vista y reconocer, en la Naturaleza de la que formamos parte, señales que llaman a un cambio de paradigma que logre su preservación a través de una profunda transformación social.  Es un libro sobre darse cuenta

En Pequeñas heridas mortales, Belén Gopegui utiliza la expresión “darse cuenta” como un paso más allá del saber. Vendría a ser un saber movilizador, dinámico, que nos permite cambiar de dirección. Se distingue de lo que “ignoramos que sabemos”, lo que en el fondo conocemos pero preferimos obviar mirando hacia otro lado. Se opondría también al saber frío y desmovilizador que anega, más que ilumina, a quien ha perdido la confianza en que las cosas pueden cambiar. Lo que sabemos demasiado bien. 

Gopegui dice que saber solo no sirve. “Cuando además de saber, se dan cuenta, entonces ya pueden rectificar. La cuestión es que, a menudo, la rectificación está fuera, está ahí donde el rótulo ilumina una puerta posible. No siempre, pero casi siempre, sucede que no rectificas porque te hayas dado cuenta, sino que te das cuenta cuando puedes rectificar”. 

Si las señales de la Naturaleza que identifica Hamant, como otros tantos “rótulos”, muestran direcciones en sintonía con la Naturaleza, sus propuestas, mal que bien, tratan de generar esas posibilidades de rectificar, abren otras tantas “puertas” comunitarias para cambiar de rumbo.   

Darse cuenta sería tomar la medida de un conocimiento en nuestras coordenadas vitales. Es un saber que pasamos del Tratado de los conocimientos abstractos, universales, al Manual del día a día, en el que solo inscribimos el saber situado, aplicado, que cuestiona nuestro contexto y afecta a nuestra vida. Sería hacer cuenta de los daños e ilusiones, de la compañía y el desprecio, del peligro. Y sobre ese saldo de confianza dar un paso más o menos grande. 

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agosto 14, 2024

La científica que detectó los ‘químicos eternos’ en la sangre y fue silenciada por la industria: “Se podría haber evitado” Antonio Martínez Ron

 Antonio Martínez Ron   13 de julio de 2024 

La noticia de que el agua de lluvia de todo el planeta ha dejado de ser apta para el consumo sacudió a la opinión pública en el verano de 2022. Un equipo de investigadores revelaba entonces que el agua de las nubes también está contaminada por compuestos sintéticos perfluoroalquilados, más conocidos como PFAS o “productos químicos eternos” (forever chemicals), porque su principal característica es que no se degradan. La ventaja que la industria vio en estas cadenas de carbono y flúor desde la creación del teflón en 1938 se ha convertido en uno de los grandes problemas medioambientales: no solo están en todos los rincones del planeta y tardarán siglos en desaparecer, sino que entran en nuestro cuerpo a través del agua y los alimentos y pueden dañar nuestra salud.

Tal y como recoge el informe elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, los estudios científicos de la última década han revelado que los PFAS “se relacionan con el debilitamiento del sistema inmunitario, daños hepáticos, aumento del nivel de colesterol, disminución del peso al nacer, cáncer de riñón y testículos y alteraciones endocrinas”, entre otros muchos efectos. Y gracias a las denuncias ante la justicia de ciudadanos afectados por la contaminación, y a la investigación exhaustiva de periodistas como la estadounidense Sharon Lerner, ahora sabemos algo más grave: que las empresas que crearon estas sustancias habían hecho pruebas que mostraban la toxicidad de estos productos, pero ocultaron sus resultados durante años. 

En un par de artículos publicados conjuntamente por The New Yorker y ProPublica hace unas semanas, Lerner reveló que Kris Hansen, una de las científicas que trabajaba en aquellos laboratorios, fue menospreciada, ignorada y apartada de su trabajo por sus hallazgos. Mientras trabajaba como química para la compañía 3M en Estados Unidos, Hansen descubrió en 1997 que los compuestos perfluoroalquilados estaban presentes en muestras de sangre de personas de todo el país que no tenían ninguna relación ni proximidad con la fábrica en la que producían estas sustancias, además de en la cadena alimentaria y los ecosistemas.

Durante el tiempo que investigó para la empresa, recuerda Hansen veinte años después, sus jefes trataron de poner en duda su profesionalidad, los sistemas de medición que utilizaba y su criterio. La investigadora abandonó la tarea creyendo la palabra de sus superiores, sobre la inocuidad de aquellas moléculas para la salud, sin saber que 3M ya había realizado estudios en animales dos décadas antes. A finales de 2021, al ver un programa de televisión donde se trataba el tema, Hansen se puso a revisar la literatura científica y descubrió cómo había sido engañada, lo que la animó finalmente a contar su historia.

Charlamos con Kris Hansen por videoconferencia, desde su casa en Minnesota, días después de la publicación de un extenso reportaje en ProPublica en el que se revela su historia.

¿Cuánto tiempo trabajó para 3M?

Trabajé para 3M durante 26 años y en su parte dedicada a la industria fluoroquímica durante alrededor de cuatro años.

¿Cuál fue su trabajo con estas sustancias perfluoroalquiladas?

Yo me había doctorado en química y me contrataron como analista en el departamento medioambiental de 3M y así fue como conocí los PFAS de la compañía. Comencé comprobando diferentes situaciones de control y fue alrededor de un año después cuando descubrí que los PFAS estaban en las muestras de sangre. Empecé a trabajar en 3M en 1996 y en el estudio de estos compuestos en 1997.

¿Qué vio en las muestras de sangre?

Lo vimos primero en humanos, mirando muestras que obtuve en un banco de sangre de la población general. Y en esa sangre descubrí PFAS. Empecé a mirar de manera más general y me di cuenta de que había restos de PFAS en todas las muestras de sangre que tenía de la población procedente de todo Estados Unidos.

La gente que estaba al mando empezó a cuestionarme a mí como científica. Me decían cosas como que tenía mucho ego o que traba de ser el foco de atención

¿Cuándo se dio cuenta de que el compuesto no estaba en muestras de sangre antiguas?

Con el tiempo hicimos tests en sangre que había sido recogida en 1950 y en esas muestras no había PFAS. Eso fue una información muy útil, porque nos mostraba que los PFAS que estaba viendo en la sangre eran reales y que fue la comercialización de estos productos lo que realmente contaminó todas las otras muestras.

¿Desde la empresa intentaron hacer que desistiera?

Sí, me hicieron muchas preguntas sobre los datos. Y algunas de ellas eran razonables, pero, cuando las respondimos, la gente que estaba al mando empezó a cuestionarme a mí como científica. Me decían cosas como que tenía mucho ego o que traba de ser el foco de atención. Eso fue menos agradable.

Usted pasó años convencida de que no era peligroso para la salud porque era lo que le decían, ¿verdad?

Cierto. Trabajé en el problema durante varios años, y caractericé un total de quince PFAS en la sangre de la población general y los encontramos ampliamente distribuidos en el medio ambiente y en la cadena alimentaria. Pero cuando 3M anunció su decisión de cerrar la división de los que eran los peores compuestos, en mi opinión, yo había tenido suficiente y comencé un nuevo trabajo. Pero tienes toda la razón, yo siempre pensé que estos fluoroquímicos, aunque estaban en el ambiente, no tenían ningún efecto sobre la salud de los humanos.

¿En qué momento se dio cuenta de que estaba equivocada y de que en 3M habían estado tratando de enterrar sus resultados? ¿Fue viendo un programa de televisión?

Sí, John Oliver hace un programa de noticias muy divertido, y estaba viéndolo y al principio me enfadé [por lo que decía sobre los PFAS], porque pensé que exageraba sobre los efectos sobre la salud. Pero una vez que busqué los estudios científicos para probar que se equivocaba, me di cuenta de que tenía razón, de que todo lo que estaba contando era verdad. Y en los 20 años que no había trabajado con los fluoroquímicos, muchos buenos investigadores habían hecho trabajos científicos muy potentes sobre lo que hacen estos compuestos. Y tienen un efecto muy significativo en la salud. Eso me asustó y me alarmó cuando lo descubrí. 

¿Cómo decidió contarlo?  

Después de leer sobre los efectos sobre la salud, dediqué mucho tiempo a mirar muchos de los documentos internos de 3M que se hicieron públicos en una denuncia que el Estado de Minnesota había archivado. Y fue mirando la literatura científica y los documentos históricos de 3M como entendí hasta qué punto había sido engañada cuando trabajaba allí, hasta qué punto me habían mentido. En ese momento acudí a la periodista de ProPublica, Sharon Lerner, y le pregunté si quería hablar. Y así fue cómo empezamos a trabajar juntas.

Fue mirando la literatura científica y los documentos históricos de 3M como entendí hasta qué punto había sido engañada cuando trabajaba allí

¿Ha tenido contacto con la empresa o con antiguos compañeros o jefes?

No he tenido ningún contacto con 3M, y he hablado con un buen número de ex compañeros que siguen trabajando allí, técnicos e ingenieros que son buenas personas. La mayoría dice que no están sorprendidos por mi historia. Y no están enfadados conmigo, solo están decepcionados con la empresa.

Hace un par de años se supo que toda la lluvia del planeta contiene ‘químicos eternos’, ¿cómo se siente al saberlo? ¿Se podría haber evitado?

Sí, pienso que se podría haber evitado. Y no solo 3M. Hay muchas otras empresas ahora que fabrican fluoroquímicos. De alguna manera 3M fue líder, en 2002 empezaron a fabricar los compuestos más bioacumulativos y en los últimos dos años han anunciado que van reducir su producción. Pero aun así es muy decepcionante que los responsables de todas estas empresas continuaran durante generaciones fabricando estos compuestos sabiendo que los estaban vertiendo al medio ambiente.

¿Cree que quienes decidieron hacer esto no han pagado sus responsabilidades?

Las empresas nunca son responsables y, sobre los jefes que toman las decisiones, ni siquiera ves sus nombres. Así que no, no creo que ninguno de ellos haya pagado ningún precio personal por sus malas decisiones. 

No creo que ninguno de los responsables haya pagado ningún precio personal por sus malas decisiones

Entre 1951 y 2000, 3M produjo el equivalente al peso del Titanic en estos productos. ¿Cómo se va a retirar eso de la naturaleza?

Creo que es muy tarde para retirarlos. Creo que lo que tenemos que hacer es trabajar por legislaciones y regulaciones que prohíban el uso de estos productos químicos, porque se siguen fabricando millones de kilos y se siguen añadiendo a productos. En Minnesota se ha aprobado recientemente una ley que prohíbe el uso intencionado de PFAS en productos de consumo, tenemos las leyes más duras en Estados Unidos y espero que lo hagan otros Estados y otros países. Porque la única manera para conseguir eliminarlo algún día es dejar de arrojarlo a la naturaleza, algo que seguimos haciendo. 

La suya es una historia que se repite una y otra vez: una empresa crea algo, descubre que es malo y trata de ocultarlo. Como científica, ¿cómo cree que se puede evitar esta espiral?

Es muy frustrante. Creo que los líderes de estas industrias hacen tanto dinero que son incapaces de tomar decisiones que tengan en cuenta la salud pública, siempre toman decisiones teniendo en cuenta los beneficios de la empresa. Creo que debemos hacer que los individuos respondan por estas decisiones, todos esos de los que no conocemos los nombres, en empresas que aún siguen prosperando. Es muy triste. 

Mirando hacia atrás en el tiempo, ¿cree que recibió un trato humillante por parte de la empresa?

Sí, fue humillante, pero también me asustaba. En algunos momentos tenía miedo de llegar hasta el coche al final de la jornada, porque pensaba que alguien podía enfrentarse a mí y preguntarme por qué estaba haciendo aquellas cosas malas a la compañía.

¿Sigue teniendo miedo de las represalias?

Un poco, pero estoy convencida de que estoy haciendo lo correcto y confío en que todo salga bien. La empresa 3M es muy grande, es una compañía que vale miles de millones y yo solo soy una persona particular. Así que sí, algunas veces me siento incómoda. 

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/cientifica-detecto-quimicos-eternos-sangre-silenciada-industria-haber-evitado_128_11517554.htmlmuxika.net  

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