julio 01, 2023

El pionero de los huertos en azoteas tiene 100 años y vive en Barcelona: "El ecologismo siempre ha sido lo mío", de Marta Aresté Mòdol

 Marta Aresté Mòdol   24 de mayo de 2023

CTXT. Ciudades sostenibles y capitalismo salvaje: una pareja mal avenida, de Gorka Castillo

 Gorka Castillo Madrid , 25/05/2023

El debate para transformar grandes metrópolis como Madrid o Barcelona en lugares más habitables se ha convertido en una tarea de titanes por la presión que sigue ejerciendo la industria inmobiliaria

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El tranvía de Vitoria, uno de sus elementos característicos de la ciudad. / Calafellvalo (Flickr)


Por el momento, los resultados obtenidos por las grandes ciudades que han desafiado a los especuladores inmobiliarios con readaptaciones urbanas que mejoran la vida del ciudadano no están siendo muy halagüeños. Un estudio del mercado inmobiliario y de las condiciones sociodemográficas en 28 ciudades de Europa y Norteamérica ha revelado que la planificación de zonas verdes terminó potenciando procesos de gentrificación en 17 de esas urbes, en parte debido a la falta de medidas de justicia social que permitieran el acceso igualitario a estos espacios. “No debería extrañar”, añade Ariza. “Madrid es hoy una de las ciudades más segregadas por clase social de Europa”. El noroeste rico, construido en el siglo XIX sobre una leve colina, se levantó como un mirador frente a los paisajes de la sierra. El sudeste precario se ideó, en cambio, para contemplar la sequedad de la Meseta mientras absorbía las escorrentías residuales cuando no había alcantarillado. La construcción de la M-30 en los años setenta para facilitar la movilidad en coche fue la frontera definitiva para separar estas dos ciudades.

Sin embargo, también hay transformaciones que están resultando modélicas. París es, quizá, el ejemplo más exportable a Madrid por escala y demografía. El cambio experimentado por la capital gala desde la puesta en marcha de su proyecto de ‘ciudad de 15 minutos’ es realmente admirable. El centro urbano se ha convertido en territorio vetado a los coches privados. Sólo los vehículos compartidos circulan por las avenidas. Los nuevos tranvías transitan por unas medianas verdes plantadas en mitad de las arterias. Se ha construido una red de carriles reservados a los autobuses y los taxis. Y las bicicletas han conquistado el espacio. Muchos distritos han construido instalaciones para cubrir sus necesidades básicas. De esta manera, sus habitantes ya no tienen que planificar una hora de trayecto con tres trasbordos en transporte público o en su coche particular para ir al dentista, al colegio, a la oficina municipal o al supermercado. Los expertos coinciden que París empezó a resolver el problema de la movilidad cuando se decidió amortiguar la dispersión urbana. Y el primer martillazo que dieron para desmontar esa pesada cadena fue crear el servicio público de bicicletas bautizado con el nombre Vélib –una fusión sexy de los términos vélo (bicicleta) y liberté (libertad)–. Vélib es hoy más que un servicio de transporte popular. Se ha convertido en una herramienta de conveniencia para miles de parisinos. Iniciativas similares se han puesto en marcha en otras urbes. En Berlín, los Kiezblocks, el Supergrätzel en Viena o los park blocks en Los Ángeles. Más Madrid ha planteado importar el paradigma de los 15 minutos. Está claro que las ciudades se copian y, lo más importante, se dejan copiar encantadas de la vida. “Que Madrid siga asfaltando y talando árboles es aberrante, porque es en este tipo de aglomeraciones donde las políticas de adaptación al cambio climático deberían ser más intensas y urgentes. La gente más vulnerable a las olas de calor o al frío intenso vive en los grandes centros urbanos”, sentencia Unai Pascual, doctor en Economía Ecológica y coordinador principal del último informe sobre biodiversidad planetaria de IPBES que el pasado año auspició la ONU.

La ciudad de los negocios frente a la ciudad de los 15 minutos. El coche frente a la bicicleta. Los proyectos faraónicos de Madrid frente a la planificación sosegada de Vitoria-Gasteiz. La capital alavesa es una ciudad mediana: algo más de 253.000 almas, según las estadísticas de 2022. Formada por nueve distritos, está considerada como una de las capitales verdes europeas después de que en 2012 obtuviera el galardón con todo merecimiento. Vivir en Vitoria es adentrarse en el futuro. Pero pese a ser un referente urbano, nunca será el espejo donde se miraría una urbe de tres millones de habitantes –seis si se incluye su área metropolitana– como Madrid. El éxito de la capital alavesa surgió de un chispa de compromiso compartido, público y privado, y de un liderazgo, el del alcalde José Luis Cuerda, que fue inolvidable. La inversión pública que se realizó durante dos décadas en equipamientos para la ciudadanía fue descomunal y el bienestar de la gran mayoría de la población se incrementó hasta límites aún hoy inalcanzables en otros lugares.

Con el nuevo siglo, sin embargo, desembarcaron los piratas de la especulación inmobiliaria y la ciudad se resintió. Lo verde pasó de ser un patrimonio colectivo a engrosar la lista de los privilegios ligados a una marca, al mercado y a una élite.

(...) Si las ciudades fallan, el planeta falla. Es una conclusión razonada. Las metrópolis concentran hoy más de la mitad de la población mundial. Consumen el 60% de los recursos y generan más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global. Parece incuestionable que la contaminación y el cambio climático son un problema colectivo que exige respuestas colectivas y compartidas. “Madrid está a la cola de todo esto. Incluso comparado con Barcelona por su dimensión, carece de iniciativa y voluntad de experimentar con nuevas ideas, aunque sean moleculares en lugar de intervenciones integrales. Y es que no sólo renuncia a la transformación reclamada desde todas las instancias científicas, sino que lava su cara con proyectos como el Bosque Metropolitano. Madrid, por envergadura y capacidad, debería estar a la cabeza de ese cambio, dando ejemplo de lo que deberían hacer otras ciudades para paliar el daño que el urbanismo desarrollista ha causado a sus habitantes y a las zonas naturales por donde se expande”, explica Jesús Martín, miembro de Ecologistas en Acción y coautor de una detallada propuesta sobre cómo intervenir en las ciudades desde una perspectiva ecosocial. A la velocidad que el cambio climático derrite los polos, una legislatura sin actuaciones audaces de sostenibilidad en una ciudad como Madrid equivale a una glaciación (...)

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: Fallo contra el "turismo de trasplantes" para que los pobres no sean "proveedores de órganos humanos" destinados a ricos, de Lucas Marco

junio 30, 2023

Por qué no voy en las listas... Arrebatarles, democráticamente, el poder a ese 1% que no concurre a las elecciones, de Pablo Echenique

 11/6/23

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: CTXT. No todo está perdido (a condición de que Podemos entregue las armas), de Miguel Mora 

El Salvador. Presos torturados, estrangulados y asesinados: el coste de la “guerra” de Bukele contra las pandillas 


Paseos cercanos. Buscando la belleza en cualquier cosa. Mes de junio

 

1.- Pieza/Utensilio obtenido del estanque. 13/6/23

2.- Tres patos machos  y uno negro. 5/6/23

3.- Parte alta del lago artificial, ya saneada. 7/6/23

4.- El balón. 18/6/23

5.- La nube. 18/6/23

6.- Las florecillas. 18/6/23

7.- Instalaciones del Canal, al fondo. 11/6/23

8.- Espigas de trigo. 11/6/23

9.- Cara a poniente. 11/6/23 - 21h. 27´

10.- Manzano asilvestrado en la zona del canal. 5/6/23

11.- Junto al Canal. 11/6/23 - 21h. 42´

12.- Cardo en flor, color amarillo. 19/6


13.- Planta exótica de flores aflautadas color rojo. 19/6. Patio particular. 


14.- Chumbera, única en el entorno. Brotes hojas y flores mutando a fruto.


15.- Alcachofa silvestre en flor.


16.- Planta en flor. Bella de día. 29/6/23  Convolvulus arvensis

PAQUITA

junio 29, 2023

CTXT. La agroganadería del futuro. Por Harriet Friedmann

 Por Harriet Friedmann   4/04/2023

En ‘Regénesis’, George Monbiot propone que sustituyamos la cría de ganado por

 polvos proteínicos de laboratorio y que gran parte de la tierra recupere su estado 

salvaje. Hay ausencias llamativas en su discurso


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En Regénesis: Alimentar al mundo sin devorar el planeta [editado en España por Capitán Swing], el periodista y activista George Monbiot aborda el que en su opinión es “el tema medioambiental más importante” y, sin embargo, uno de los más olvidados del momento presente: la cuestión del uso de la tierra. “La agricultura –explica de manera tajante– es la principal causa mundial de la destrucción del hábitat, la principal causa de la pérdida global de diversidad salvaje y la principal causa de la crisis de extinción global”. Hasta hace muy poco tiempo, defiende Monbiot, en las distintas regiones y países del planeta se seguían dietas radicalmente distintas, conformadas por sistemas de agricultura discretos, así como por la historia y las tradiciones de cada población. Pero se ha producido un inmenso cambio cultural que ha conducido a lo que él denomina la “dieta estándar global”, rica en grasas y proteínas y muy dependiente de un pequeño número de megacosechas: trigo, arroz, maíz, azúcar y (con destino al pienso animal) soja: una población de ganado en crecimiento vertiginoso consume ahora la mitad de las calorías que produce la agricultura. En el relato de Monbiot, el alimento de esta dieta estándar global se produce en la “granja estándar global”. Desde su implantación pionera en Estados Unidos, el agronegocio ha impulsado una enorme concentración de producción de megacosechas, sobre todo en este país, pero también en Brasil, Canadá, Argentina o Francia, bajo la égida de un puñado de poderosas multinacionales que han doblegado a los productores más pequeños. Cuatro empresas, Cargill, Archer Daniels Midland, Bunge y Louis Dreyfus, controlan ahora el 90 % del comercio global de cereales; otras cuatro (Bayer, Corteva, ChemChina y BASF) ha acaparado dos tercios del mercado de productos químicos para la agricultura y ese mismo grupo posee más de la mitad de las semillas del mundo.

Entonces, ¿cómo podemos alimentar a la población mundial sin destruir el planeta? El libro traza un programa radical: Monbiot quiere que sustituyamos la cría de ganado por polvo proteínico compuesto por una bacteria fermentada que pueda sustituir la proteína y la grasa de las dietas humanas, concentrar la producción de alimentos restantes en enclaves de alto rendimiento y permitir que el resto de la tierra recupere su estado salvaje.


Hallan las primeras esculturas prerromanas de la península ibérica en un yacimiento de Badajoz

 14/4/23   PUBLICO.ES


Los cinco relieves tartésicos aparecieron en Casas de Turuñuelo (Guareña) durante las tareas de excavación para desenterrar un edificio de 2.500 años de antigüedad. 


Los últimos hallazgos arqueológicos en el yacimiento de Casas de Turuñuelo, en Guareña (Badajoz), hacen tambalear la vieja teoría de que la cultura prerromana, que se extendió por el suroeste peninsular hace más de 20 siglos, no tenía entidad propia. Las excavaciones han sacado a la luz los restos de cinco esculturas antropomorfas de origen tartésico, es decir, pertenecientes a la civilización que ocupó Portugal y parte de España antes de nuestra era.

El descubrimiento se ha realizado durante las extracciones en el sector Este del yacimiento, justo por donde se accede al patio de un edificio con más de 2.500 años de antigüedad en el que se sacrificaban caballos de forma masiva. Las representaciones encontradas corresponden a cinco rostros humanos y rompen las interpretaciones previas de la cultura tartésica, considerada anicónica por simbolizar la divinidad a través de piedras sagradas y motivos animales o vegetales.

De las cinco cabezas halladas, dos se conservan enteras y representan figuras femeninas. La tercera retrata a un guerrero y una cuarta parece pertenecer a otro hombre, aunque el equipo técnico sigue trabajando para determinar más detalles. Los investigadores responsables de la excavación creen que las tallas formaban parte de un relieve porque la parte trasera de todas ellas está completamente lisa (...)

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: El Salto. El 28M ha muerto. Larga vida al 23J, de Alejandro Solís Rodríguez

junio 28, 2023

Ni un mes sin su pico de calor: temperaturas muy por encima de lo normal para el final de junio, de Raúl Rejón

 Raúl Rejón   23 de junio de 2023

Ni un mes sin, al menos, un pico de calor “claramente superior” al propio de esa época del año. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) avisa de que, a partir de este jueves, se instalan durante días temperaturas bastante por encima de los valores normales para finales de junio.

CTXT. (28M) Levantad, carpinteros, la viga maestra, de Silvia Cosio

 Silvia Cosio 31/05/2023

El 28M en mi villa marinera, la misma que la mitología considera una ciudad obrera, ganaron las derechas, me pregunto cómo pudo ser posible. Al fin y al cabo solo nos pusimos contentos porque estaban levantando un edificio pequeño y feo

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Levantad, carpinteros, la viga maestra - Ctxt.es


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(...)  En casa estamos un poco bastante hasta el moño de la obra de las narices y además tenemos el pálpito de que el edificio se va a caer porque está gafado. Pero no todos piensan como nosotros, varios vecinos dicen que está muy bien que hayan decidido levantar este edificio en el barrio porque vendrán a vivir familias con hijos. En mi barrio ya han venido a vivir bastantes familias con hijos, solo que igual son del color equivocado. Otros afirman que con los nuevos vecinos llegarán las mejoras al barrio, que el Ayuntamiento ya no se olvidará de nosotros y que al fin arreglará las farolas y las aceras y que lo pondrá todo más bonito, a la altura de los nuevos inquilinos, mucho más sofisticados, por lo visto, que nosotros, a quienes nos encanta vivir entre socavones y con las aceras llenas de parches. Unos cuantos vecinos están encantados porque están convencidos de que sus pisitos de los años sesenta se van a revalorizar, que tal vez ahora sí los puedan vender y comprar un piso en el suburbio sobre el que nos alzamos, con jardines y piscinas privadas. Otros están ya haciendo las cuentas de la vieja y contemplan ahora con otra cara las casitas que levantaron sus abuelos, las de las fachadas algo burdas y sus jardincitos, mientras calculan por cuánto se las pueden vender a los constructores para que levanten otros edificios pequeños y feos. Hay quien dice que nuestro barrio sería perfecto para alquileres vacacionales porque está a medio camino entre la playa y el centro, y porque además hay aparcamientos, y que con un poco de literatura y algún filtro pueden subir unas fotos muy cuquis a Airbnb. Parece mentira que se puedan generar tantos sueños y expectativas alrededor de un edificio tan pequeño y tan feo, un edificio al que sus promotores han puesto el pomposo pero significativo nombre de Puerta de (inserte aquí el nombre del suburbio de postín sobre el que me alzo y que ya no puede albergar construcciones nuevas) porque supongo que ya tienen claro que este edificio catastrófico y feo es solo la avanzadilla de lo que se avecina sobre mis vecinos y mi barrio obrero y sobre mí misma. No le faltará razón a esa gente de mi barrio –una parte, no toda– cuando saluda con alegría la llegada de este edificio pequeño y feo, ni cuando dice que vendrá gente nueva al barrio y que traerá vida y mejoras estéticas y dinero a los propietarios y a sus herederos, que así podrán vender sus pisitos por mucho más de lo que pagaron por ellos para irse a vivir al suburbio sobre el que nos alzamos. Supongo que también subirán los alquileres y que no tardarán en llegar los viajeros arrastrando sus maletas con ruedas por todo mi barrio. Por supuesto que habrá gente, alguna –no mucha, el capitalismo no es de andar regalando dinero ni de ir haciendo rico a cualquiera–, que sí que logrará ganar unas perrillas, como supongo que las casitas un poco feas pero relucientes con sus jardincitos exquisitamente mimados darán paso a más solares y más camiones y más vallas y más andamios y más edificios pequeños y feos de nombre pomposo, todos ellos llenos de familias y de niños con uniforme de colegio concertado. Como supongo que subirán los alquileres, subirán más porque no es como si en mi barrio obrero la gente estuviera pagando alquileres bajos, y se desplazarán los vecinos de toda la vida a otros barrios obreros más lejanos, pues mi barrio obrero ya no será obrero ni siquiera barrio porque se habrá transmutado en suburbio. El 28M en mi villa marinera, la misma que la mitología considera una ciudad obrera, ganaron las derechas, me pregunto cómo pudo ser posible. Al fin y al cabo solo nos pusimos contentos porque estaban levantando un edificio pequeño y feo en el barrio.

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: Una comarca de Segovia se levanta contra una mina a cielo abierto