Ayer murió Patxi Andión, uno de los grandes nombres de nuestra canción que ya hacía memoria cuando el presente aún te podía llevar al paredón. Uno de sus mejores homenajes lo hizo al maestro, en una emotiva canción en la que narraba la historia de un profesor que era sospechoso por el simple hecho de enseñar a Machado y contar la verdad sobre la guerra. Los maestros siempre han sido objeto de sospecha por parte del fascismo. Por eso una de sus primeras decisiones fue la depuración del profesorado sospechoso de ser rojo, con la única mácula de ser los responsables de inculcar la semilla del pensamiento crítico y la verdad en los cerebros de los niños.
Los que han presenciado muchas exhumaciones conocen cómo uno de los colectivos más presentes en las fosas era el de las maestras. Mujeres que por serlo tenían reservada una posición de sumisión por parte del nacionalcatolicismo y que vieron cómo el ejercicio de su libertad y la enseñanza en igualdad les llevaba a una fosa común. Los maestros eran el objetivo preferido de los fascistas, en agosto de 2010 afloró una de esas historias olvidadas. En una fosa de La Pedraja (Burgos) se encontraron los restos de Antonio Baiges, el maestro que prometió al mar a sus 17 alumnos de Bureba. Un profesor catalán que fue a Burgos a dar clase aplicando la técnica pedagógica Freinet. El verano de 1936, cuando ya estaba de vacaciones, decidió quedarse en el pueblo porque había prometido a sus alumnos que les enseñaría el mar. No llegaría a hacerlo. Su compromiso pedagógico fue fatal. Fue asesinado por los fascistas el 25 de julio de 1936 por intentar enseñar a sus niños, a sus alumnas. La intolerancia siempre los señaló, ahora con su palabra y antes con las balas del mauser que se encontraron a pie de fosa. Han puesto en el objetivo de su odio a nuestro profesorado. A las maestras y maestros que nos han enseñado, cuidado, y guiado. Para muchos de nosotros han sido unos segundos padres y madres. Nos han aconsejado y gracias a su abnegación estamos ahora en un lugar mejor del que partíamos. Pero VOX ha sacado su cultura fascista y se ha puesto como objetivo volver a depurarles, un propósito puesto en bandeja por la connivencia de los conservadores y liberales.
El tutor del centro IES Luis Carrillo de Sotomayor (Baena) ha tenido que declarar como testigo ante el juzgado por la denuncia de unos padres que no toleraban que a su infante le enseñaran que la violencia de género es una lacra a erradicar. El delito ha sido ponerles en el instituto un documental con el testimonio de Ana Orantes, la mujer que fue asesinada por su marido en 1997 después de denunciar su situación en un programa de televisión. No importa que la denuncia quede en nada, ni siquiera que ahora salgan en tropel a respaldarle algunos miembros de Ciudadanos que son responsables directos de este acoso por acostarse con el diablo. Se está yendo a por nuestras profesoras y esa persecución tiene un efecto concreto y tóxico en su ambiente laboral.
Están ganando. Instauran el miedo en su día a día. Temen enseñar la rabia dulce de los poemas de Miguel Hernández, el compromiso feminista de Carmen Martín Gaite o la tolerancia en diversidad sexual de Nando López. Temen enseñar a nuestra infancia valores en defensa de los derechos humanos, explicar que la violencia de género existe y que la memoria histórica es un acto de justicia hacia las víctimas. Los están señalando para hacerlos vulnerables. Si meten miedo a nuestras maestras nos hacen menos libres a todos, nos harán más siervos mañana.
Por eso hay que proteger a tu maestra como si te fuera la vida en ello, defender a nuestros maestros como un acto de defensa antifascista. Porque primero van a por ellos, para expoliarnos la posibilidad de ser libres desde nuestra infancia, la de nuestros hijos, hermanos o sobrinas. La escuela pública es un baluarte que defender, y no existe sin nuestras maestras.