Fui, conmigo vinieron: mi madre, mi hermana y mi sobrina -mi hija trabaja ocasionalmente en un tugurio- y conseguimos entrar gracias a Raúl, un desconocido hasta entonces, miembro de la organización del evento y al que le quedaron 4 entradas de sobra. Porque hacía falta entrada, asunto del que no me preocupé, pese a que se celebraba en un lugar limitado. Limitado a las mil butacas de que dispone el auditoiro Pilar Bardem del municipo de Rivas. Esto mismo le sucedió a otras personas que, creo, al final pudieron entrar cubriendo las ausencias hasta completar el aforo.
Fuera reconocí alguna cara, como la de Luis Pastor y Álvaro de Luna. A los brigadistas y familiares los llevaron en 3 autobuses. Que hermoso porte mantienen aún estos señores, con sus noventa y tantos encima, lo mejor de la raza, casi todos iban por su pie, salvo 3 que se desplazaban en silla de ruedas-una de ellas ocupada por una señora, la única-.
A las 8h 45´de la tarde-noche comenzaba. Inicia José Sacristán y su gran voz, que le precede. Luego Pedro Guerra, de la Asociación Contamíname, nos canta su obra: Huesos, por la recuperación de los extraviados, abandonados en cunetas y demás. Pilar Bardem leyó "Llegada a Madrid de las Brigadas Internacionales" de Pablo Neruda. Aparece en escena alguien que desconozco, el señor que tengo al lado me informa que es Alfaya? y canta una obra dedicada a la realeza. Tras él, Montxo Armendáriz lee un texto enviado por Jose Antonio Labordeta, que no pudo estar presente. Un grupo -3 hombres y una mujer- cantan en alemán y luego en inglés -se les añade otro señor-. Aparece un muchacho joven -como de 25 años- debe ser poeta, hace una glosa a todos los que fueron, los que estuvieron. En octavo lugar aparecen en escena 4 chicas y un chico, cantan de vértigo, primero O bela chao y El ejército del Ebro, ésta última es acompañada por todos los presentes - es la de, ay Carmela. Luis García Montero, acompañado de una niña pequeña, quizás su hija, lee un texto propio. Le sigue Luis Pastor, vecino de Rivas, según mi vecino de butaca, cantando "Mariposa de Noviembre, a pelo, utiliza la parte alta de su pecho como instrumento. Avanza alguien lentamente, ya le veo, es Ángel González, y lee su texto, de entonces, "El campo de batalla". Luego una gallega canta ¿? algo suyo, para acabar Almudena Grandes llenando el escenario con su fuerza.
Cierra el acto un brigadista que habla muy dignamente el castellano, nos cuenta sus avatares, cómo vino aquí, adonde se fue, los campos de concentración que conoció, tantas cosas, hasta que él mismo decide dar por cerrada su biografía.
La ovación final dedicada a ellos fue estupenda, larga, apasionada, emotiva. Y como no, hubo vítores por las Brigadas Intenacionales y por la 3ª República.
A las 10 y media salíamos del auditorio.
PAQUITA
3 comentarios:
Mi amigo Alfaya, que me dió clases de guitarra en los años noventa, está en tos los fregaos. Genial.
Epv
He estado un par de veces oyendo en persona a Angel Gonzalez, y siempre me he emocionado...
Debió estar bien, pena no haber podido. Me parece justo el homenaje, aunque escaso el reconocimiento aún de quienes se entregaron. Algunos siguen desaparecidos...bajo el trigo.
Por mucho que quieran ignorarlos, como ignorar el pasado, ahí están, estarán siempre, representando lo mejor de la humanidad, sirviendo de ejemplo, han conseguido la eternidad pero de la buena, y eso a pesar de muchos que pretenden atribuirse la historia con vueltas de manubrio tratando de que queden fuera los disidentes. Un brindis por ellos, los nuestros.
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