mayo 15, 2020

Madrid: Moratalaz despide a Inmaculada Hernández Beltrán, su médica luchadora

Sat Sanlucar ·   Por El Salto - Publicado el May 13, 2020  kaosenlared.net
Madrid: Moratalaz despide a su médica luchadora
El barrio madrileño de Moratalaz despide a Inmaculada Hernández Beltrán, fallecida por coronavirus, que estuvo 30 años implicada en medicina de familia y luchas por la sanidad pública.
La mañana del martes 11 de mayo el Centro de Salud de Pavones, situado en el barrio de Moratalaz, amaneció con una pancarta que rezaba

“Siempre con la sanidad pública. Gracias por vuestra labor. En las malas os recortan. En las buenas os suplican. Gracias Inma”.

Inmaculada Hernández Beltrán falleció por covid-19 a los 60 años. Llevaba más de 30 años implicada en la medicina de familia, de los cuales, los 10 últimos los había pasado en el CS Pavones. La pancarta había sido elaborada por el colectivo de jóvenes del barrio, Moratalaz Distrito-14.
“No queríamos involucrarnos demasiado por el tema del respeto a la familia y al resto de los compañeros de Inma”, señalan desde el colectivo. “Por lo que sabíamos los que la conocíamos y por lo que luego nos han ido contando otra gente, ella era una defensora de la sanidad pública universal, que es más importante ahora que nunca. Creemos que era importante no solo darle las gracias a Inma y ya está, sino mostrar el apoyo de todo el barrio y seguir con sus reivindicaciones”.
En el Centro de Salud de Arroyo de la Media Legua, vecino al de Pavones, que también atiende en Moratalaz, donde previamente trabajó veinte años en medicina de atención primaria, sus compañeras coinciden en señalarla como incansable luchadora.
Leonor Gonzalez Galán, la directora del centro, compañera y amiga de Inma, relata que “siempre se orientó hacia los pacientes y los compañeros, pero también se interesó por la propia gestión de los centros y la organización de la atención primaria, aunque nunca desde el punto de vista institucional”. “Era por si tenía que decirle a alguien cuatro cosas a la cara, porque no se cortaba un pelo”, bromea otra compañera.
Además de ejercer su labor como médica de atención primaria, desempeñó labores de docencia con residentes y mediante sesiones clínicas a sus compañeros. Colaboraba con la Fundación IO One Health para Enfermedades Tropicales y participó activamente con los sindicatos para luchar por sus condiciones de trabajo, así como en prevención de riesgos laborales, según recuerdan sus compañeras.
“Fue muy activa en la coordinadora de equipos que se gestó cuando tuvimos que defender la sanidad pública desde los centros de salud contra la externalización que quería llevar a cabo la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y en la organización de las mareas”, añade González Galán. Ciertamente, en la mayoría de fotos que comparten sus compañeros en vídeos a través de las redes, aparece junto a pancartas en defensa de la sanidad pública.
“Inmaculada tenía un problema pulmonar que la hacía muy vulnerable al Covid-19. Tanto su neumólogo, como su familia, amigos o su médica de cabecera, que era yo, le dijimos que no debía estar trabajando por el alto riesgo que conllevaba”, comenta María Jesús López Barroso, compañera del centro de Arroyo de la Media Legua. Los primeros días consiguieron que Inmaculada cogiese su baja laboral por riesgo, como tantas otras profesionales. “Pero a los cuatro días me llama y me dice que le dé el alta, que ella no podía estar en su casa mientras todos ayudábamos contra la pandemia”.
Entre todos decidieron que podría atender las llamadas telefónicas, que era uno de los puestos de menor riesgo. “En atención primaria ha sido muy importante atender las llamadas para no saturar más los centros. Pero, a medida que iba pasando el tiempo y esto cada vez nos desbordaba más, nos dimos cuenta de que ni siquiera en la consulta telefónica había menos riesgo. Compartíamos un montón de espacios. El virus está por todos lados”, señala López Barroso.
Las compañeras volvieron a la carga para pedirle que se quedase en casa. “Ella al final accedió, creo que porque sabía que no teníamos UCIs disponibles. Pero ya era tarde. Luchó contra el virus igual que había luchado por su profesión y sus compañeros pero, al final, el bichito este no dio tregua”, lamenta una de las compañeras. Recuerdan que era muy buena tocando la guitarra y que, a veces, pocas, en las cenas conseguían que se arrancase a cantar. También recuerdan que le gustaba mucho leer las manos. “A mí me acertó todo lo que me dijo”, señala otra.
“No creemos en el tema de los héroes y ya está. Nadie se tiene que sacrificar independientemente de sus condiciones”, señalan desde el colectivo de jóvenes de Moratalaz. “Cuando llegamos a poner la pancarta, los trabajadores se alegraron de lo que estábamos haciendo y se acordaron de la otra que pusimos en marzo. De aplausos no se vive, ni de pancartas tampoco, se trata de que desde los barrios nos protejamos y mostremos interés por quienes viven aquí y por las condiciones de quienes trabajan”.
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