20 Nov, 2024
En un hallazgo sin precedentes, un yacimiento paleontológico excepcional ha emergido de entre las montañas del Parque de las Orobie Valtellinesi, en los Alpes italianos. Los fósiles, atrapados en delicadas láminas de arenisca y arcilla durante 280 millones de años, revelan un ecosistema completo de la Era Paleozoica. Esta ventana única al pasado ha sido posible por los efectos del cambio climático, que han reducido la cobertura de nieve y glaciares en la región, dejando al descubierto tesoros naturales nunca antes vistos.
Arqueólogos retirando fragmentos de roca con fósiles en el lugar del hallazgo. Crédito: Elio Della Ferrera / Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio delle province di Como, Lecco, Monza-Brianza, Pavia, Sondrio e Varese
En lo alto de las cumbres del Pizzo del Diavolo de Tenda y otras montañas cercanas, los científicos identificaron una vasta colección de huellas fosilizadas, impresas por anfibios, reptiles e incluso pequeños invertebrados
Las superficies de roca también guardaban rastros de plantas, semillas y fenómenos naturales como gotas de lluvia y ondulaciones de antiguos lagos. Estos detalles, capturados con una precisión casi fotográfica, narran la vida en un mundo que existió mucho antes de los dinosaurios.
El período al que pertenecen estos fósiles, conocido como el Pérmico, fue una era de transición climática marcada por la expansión de climas áridos y el surgimiento de reptiles como los principales habitantes terrestres. Las huellas encontradas sugieren la existencia de al menos cinco especies diferentes de animales.
Según el paleontólogo Lorenzo Marchetti, la calidad de preservación es impresionante; incluso se han identificado las texturas de la piel de algunos reptiles y las formas precisas de los dedos de sus extremidades.
Además de las pistas animales, se han encontrado fósiles de plantas, incluyendo frondas y semillas, que ofrecen claves vitales para reconstruir los ecosistemas de entonces. Las superficies rocosas también muestran marcas de desecación, ondulaciones producidas por corrientes de agua y, en un detalle extraordinario, impresiones de gotas de lluvia que cayeron en el barro hace millones de años.
La localización del yacimiento, a casi 3.000 metros de altitud y en terrenos escarpados, representa un desafío considerable para los investigadores. La recuperación de los primeros fósiles fue posible gracias al uso de helicópteros proporcionados por empresas locales.
Estos esfuerzos iniciales han permitido transportar a laboratorios fragmentos clave, incluyendo un “masso” que conserva huellas de un reptil que caminó a lo largo de una antigua orilla lacustre.
Según Ausonio Ronchi, sedimentólogo de la Universidad de Pavía, estas huellas se formaron cuando el barro, aún húmedo, se endureció bajo el sol, creando una superficie que posteriormente fue cubierta por nuevas capas de sedimentos. Este proceso protegió las huellas durante millones de años, hasta que la erosión las volvió a exponer.
El Parque de las Orobie Valtellinesi, con esta nueva incorporación a su patrimonio natural, se perfila como un laboratorio de estudio paleontológico de relevancia mundial. Los investigadores ya han iniciado proyectos académicos, incluyendo dos tesis universitarias, para analizar en detalle los fósiles y sus implicaciones en la historia climática y biológica de la Tierra.
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