Publicado por José Manuel en sábado 12 de enero de 2008 cosasdelauniversidad.blogspot.com/search/label/actitudes%20universitarias?updated-max=2008-02-12T20%3A53%3A00%2B01%3A00&max-results=20
Antiguamente, en los sistemas feudales, el trasiego de tierras entre nobles, o simplemente terratenientes, incluía los bienes semovientes. La tierra cambiaba de manos con todo lo que contenía: el castillo, las viviendas de los servidores, los cultivos y, los bienes semovientes: agricultores, animales de carga, caza,… En la Edad Moderna, el concepto de semoviente se centra exclusivamente en los animales: burros, caballos, vacas, ovejas,… es decir, todo aquello que se mueve por el lugar. Una de las especies que pululan en nuestro sistema de I+D son los semovientes. Son seres, aparentemente pensantes, que se mueven por nuestros departamentos y centros, pero que si fueran trasladados por arte de magia a otro departamento o centro, allí de donde desaparecieran nadie les echaría de menos, y allí donde aparecieran formarían parte del paisaje, como un bien mueble. Cuentan en las estadísticas como uno más: catedrático, profesor titular, asociado,… A la hora de sacar ratios, forman parte del denominador, pero su aportación al numerador suele ser bastante escasa ¿Cómo se identifica un semoviente? Por supuesto son gente mediocre, ni demasiado malos (si no, no hubieran entrado en el sistema), ni buenos. Rara vez tienen iniciativa: siempre al rebufo del trabajo de otros, siempre a la cola. Personifican esa imagen negativa que la sociedad tiene de los funcionarios: grises mentales, con manguitos mentales, más obstruccionistas que colaboradores. Quizás un número determinado de semovientes, sea necesario en el sistema. No todo el mundo puede ser imaginativo, líder, proactivo. Algunas personas grises, que hacen su trabajo con cierta dignidad, pueden contribuir a la marcha hacia delante de la maquinaria.
>>> Existen varios problemas vinculados a los semovientes. El primero es que sean la mayoría en un departamento o centro. Eso supone una imposibilidad de evolucionar, una imposibilidad de mejorar. El segundo, nada desdeñable, es que uno o varios semovientes despierten ambiciones de poder; a veces esto ocurre de forma natural. Las direcciones de los departamentos, o de los centros, muchas veces consideradas como una carga, van rotando entre todas las personas de un determinado nivel, y es cuestión de tiempo que un semoviente llegue a un cargo de relativa importancia. Entonces ese departamento entra en un periodo de caída libre del que a veces tarda años en recuperarse. El tercer gran problema del semoviente es que, al igual que sus homónimos post-feudales, suele ser tozudo como una mula (¡chufla, chufla, que como no te apartes tu! ) Como se les meta una idea en la cabeza, no descansarán hasta ponerla en práctica, caiga quien caiga; y a veces las ideas que pergeñan son bastante descabelladas. Otro problema: los semovientes, además, son gregarios, crecen para alcanzar masa crítica. La mediocridad es la fuerza motriz que les impulsa a la coalescencia. La unión les hace fuertes: gracias a ella se protegen mutuamente, se ayudan,… Se reproducen entre sí y dentro de su escala de valores está el nepotismo en un lugar preferente. Es realmente curioso ver lo bien que se llevan entre sí los más mediocres de un gran grupo (y aquí el adjetivo mediocre se puede aplicar al sustantivo “humano”) .
>>>>> El sistema universitario y el CSIC debieran ser capaces de identificar este problema y evitar su progresión, pero la constante política de “café para todos” es el caldo de cultivo ideal para su supervivencia. Hay departamentos donde prácticamente todos sus integrantes son semovientes. Si moviéramos el departamento completo de una universidad a otra, el sistema en su conjunto, no notaría nada: allí donde fueran, seguirían dando sus clases (más o menos dignas), haciendo sus trabajitos de investigación (más o menos presentables, lo suficiente para sacar adelante el sexenio),… Son como un tumor benigno, no matan, pero ocupan espacio, lastran el organismo donde se ubican. Y si crecen mucho, pueden llevar al cuerpo donde se encuentran a la metástasis.
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