Es más sencillo alterar el orden público y cortar el acceso a ciudades e infraestructuras básicas subido a un tractor que a pie. De entrada, recibes un trato diferente de la Policía o Guardia Civil, que es cierto que tiene dificultades materiales para impedir el paso a decenas o centenares de vehículos. En el plano político, la diferencia es más clara. Nadie se atreve a decir a los agricultores que algunas de sus reivindicaciones son incompatibles con la normativa europea, con limitaciones presupuestarias o con otras cuestiones como la lucha contra el cambio climático (...)