* Los 4 madrileños que conocimos el jueves nos recomendaron el Pico Croix de Fer (2.343 m) fácil de hacer y con muy buena vista del valle en su longitud, y a ello que vamos, es sábado, 29 de julio, ha estado lloviendo toda la noche y amanece despejado... alguna nubecilla adorna el horizonte.
Está en Suiza, aquí cerca, porque Chamoníx, y más concretamente el macizo del Mont Blanc, hace frontera, natural y política, entre Francia, Italia y Switzerland, cosa que ya sabías... como, también, que soy un poco repipi.
Aún no son las 10h. cuando ya estamos cruzando la aduana, en dirección a Martigny,, nos costará un cierto tiempo enterarnos de donde se inicia la senda exactamente, pero a las 11h. ya hemos aparcado el coche en el pueblo de Trient, a la derecha de la carretera.
Un par de sendas se nos ofrecen a la vista. Ya sabes que, esto de hacer monte, no sólo supone el esfuerzo de andar y el tener la capacidad física para hacerlo, además, debes poner a prueba tus capacidades deductivas en la mayoría de las ocasiones, porque, gracias al "altísimo", no está tan señalizado como las vías urbanas.
146.- Inicio exc. a la Croix de Fer.
* Damos por supuesto que será por la más empinada, que se introduce en el bosque, y a ella nos incorporamos.
¡Qué bien! Hay fresas, pero fresas, fresas, no solo la planta, que es lo que había visto hasta la fecha, algunas incluso todavía con la flor. Aquí no, están más avanzadas y el fruto en su punto, requetebuenas. Eso sí, minúsculas como todos los frutos del bosque, su tamaño es el habitual, uña de dedo meñique, a lo sumo algunas alcanzan el tamaño de la del índice. Si quieres que se te impregne la boca con todo su sabor te metes 4 ó 5 y arreglado. También aparecen los frambuesos, ellos sí, más retrasados.
147.- Las Aiguilles Rouges, al frente.
* La pendiente es de consideración, ni dios viene por ella, con el agua ni cuentes y los abetos -porque estamos en un abetal- son de la misma familia que los de los Alpes franceses, más pardos y pequeños que los pirenaicos.
Por el camino nos encontramos -distanciada una de la otra- un par de rústicas mesas con los bancos adosados. Material empleado: el tronco desbrozado, cortado longitudinalmente, y santas pascuas.
Nos preguntamos quien se va a parar allí a comer, sin fuente alguna cerca, lo comprenderemos al poco. No está concebido para "las visitas" sino para los operarios que hacen el desmonte, la "saca" de los troncos -hemos visto unos guantes de trabajo en el camino-.
* Se acaba el arbolado y encontramos un cartelito -el primero- indicando donde estamos: Les Tseppes (1.932 m) Clarificador. Además de la senda por la que vamos, hay un ramal en ese mismo punto -y sin indicación alguna- que se desvía a la izda, y pierde nivel. Ligero mosqueo. Un muchacho viene en sentido contrario a nosotros, le preguntamos, es francés pero ya nos hacemos entender, el truco: decir lo mínimo, o sea, el nombre de nuestro destino elegido. Sí, vamos bien ¿y el otro, adonde va? ni p. idea. Él baja por donde nosotros vinimos y nosotros seguimos de frente, por donde... natural. Son las 12h. 10´
A nuestra derecha hemos dejado una cabaña en la que estaban haciendo fuego para una cuchipanda ¡creo! Estamos rodeando el monte, la ladera a nuestra izda.
Mirando, mirando, creo ver algo en la cima de un picacho que se ve allá en la distancia, tras un gran peñasco que tenemos casi encima, sí, va a ser eso -capacidad deductiva- una cruz, el poste vertical se distingue más fácil, el otro... se adivina. Foto recordatoria.
* Seguimos rodeando y en una vuelta del camino nos encontramos con... Las Agujas Rojas, al fondo, a nuestra derecha, destacando l' aiguille du Belvédère (2.965 m) y tras ellas un hermoso valle, Vallon de Bérard, según el mapa, la Aguja más cercana, la de la Perseverance, no digas que no suena bonito, la de la perseverancia. Es lo que tiene la montaña, hay tanto por ver, tantos espacios por descubrir, y si son el resultado de tu voluntad, cuán gratificante resulta.
Hemos hecho un giro de 180º, aparecen varias indicaciones, todas en el mismo soporte, y, ya por fin vemos escrito el tan deseado Croix de Fer. Dos parejas talluditas -de nuestra edad- bajan por la senda, bon jour, bon jour. Faltan 5´para la una del mediodía.
Vamos subiendo hacia una loma pelada, a nuestro alrededor todo pasto y flores, desperdigadas, son campanillas azules y margaritas blancas, grandes margaritas. Y, por vez primera en estas latitudes, aparecen las genistas, las escasas genistas, aquí en grupos de 4 o 5, nunca solas. Su azul es... añil oscuro, bellísimo.
Paquita y Blas
* Llegamos a un collado, de nombre ignorado, con un grupo de gente descansando, llegaron ya al final de su recorrido. No será el nuestro, a nuestra izquierda tenemos una hermosa cresta. Es la una y media.
Empieza más bien suave, para enseguida encresparse, estamos en los riscos, mi sitio natural, iba para cabra. Utilizamos las manos para trepar por ellos, no tienen peligro, siempre hay donde apoyar el pie o colocar la mano.
En 10´estamos en la cima, La cruz de hierro, y han colocado una, en 1984 -pone el año-. Estamos solos, el beso de rigor -por la consecución del objetivo-.
La vista es bastante buena, y mejor que podría ser si esas nubes... se levantaran, pero no, no están por la labor.
151.- Glaciar Trient. Blanco y negro, cortesía escáner
* Vemos otro glaciar, que será el de Trient, el nombre se lo pongo yo en defecto de otro, porque enfila hacia el pueblo.
Aquella población que se vé debe ser Martigny, algo alejada y rodeada por parcelas rectangulares. Todo el terreno está dividido, como con tiralíneas, hasta bien arriba de la montaña.
* Optamos por bajar hacia el collado cercano y desde allí volver al punto de partida en sentido circular, o séase, por el otro lado de la montaña. Damos por supuesto, que ya es suponer, que desde el Col de Balme, algo alejado, bajará una senda hacia el pueblo, porque, listos de nosotros, el mapa se nos queda corto y no abarca toda la extensión a recorrer. Y allá que vamos. Son las 14h.10´.
Estamos de nuevo en el collado sin nombre -de momento- bajamos al Col de Balme (2.204 m), hay un par de torrentes por el camino de agua limpia, el terreno es pizarroso. Llegamos en 15´.
Hay varios carteles, por donde vinimos es el Col de Posettes.
Desde allí es desde donde se ve el valle de Chamoníx, en toda su longitud, estamos situados en su fondo, más allá del pueblo de Le Tour (1.453 m) el más elevado del valle.
153.- Comiendo. Vista desde Col de Balme a las Agujas Rojas.
* Las nubes se han ido cerrando y ya están abrazadas a las cimas, apenas nos dejan vislumbrar el Macizo del Mont Blanc, tendremos algo más de suerte con las Aiguilles Rouges. Nos ponemos a comer, el mirador es excelente. Como dato curioso te cuento, allí mismo hay un viejo refugio, guardado y en uso, cuyo tejado está forrado en madera, sí, son como pequeñas tejas alargadas, de madera, en el exterior. Primera vez que esto veo.
por otra vertiente, más abrupta.
* A las 3 y media levantamos el campamento, breve campamento, viandas y poco más, y cerca de las 4h. encontramos nueva indicación, nombre del sitio: Les Hebageres (2.036m), al poco una fuente ¡ole! y en 10´el bosque, de abetos, claro.
155.- Glaciar Trient y Pico de Trient. Blas
* A las 5 menos cuarto salimos de él, estamos en la pradera, y 15´después ...¡vualá! le voiture.
Son las 5 en punto. Desde aquí se ve estupendamente el glaciar, se han levantado temporamente las nubes que parecían asfixiarlo.
156.- Glaciar Trient y Pico
Datos Técnicos:
* Tiempo de Ida: poco más 3 horas. * Tiempo de Vuelta: 1 y media.
* Desnivel: 1.000 metros (Trient está a 1.300 m)
* Dificultad: alguna si se padece de vértigo, no aconsejable si no se tiene experiencia en montaña.
Camino de vuelta, en la carretera, nos paramos en una indicación que ya vimos en la mañana: Gorges de Téte Noir. Cuenta que si las descubrió un veraneante, allá a primeros del pasado siglo, que si son espectaculares, que si... Como no estamos cansados, decidimos bajar, tampoco sabíamos en este momento el desnivel que descenderíamos.
157.- Gorges du Eau Noire /Téte Noir
* Está muy bien preparado, con pasarelas en la roca para acceder a la garganta, barandillas quita miedo y escaleras de piedra y madera, unas u otras. Cuando llegamos al fondo nos cuenta, otro cartel, la historia completa: iniciamos la bajada a 1.204 metros. Estamos a 950 m. Y la vuelta será ¡de subida! Tenemos que cubrir 250 metros de desnivel.
La gorga es preciosa, seguimos solos ¿quien es el valiente que baja? el ambiente es montaraz total.
Entre la bajada y la subida sólo se tarda una hora, andando ligero, lo que es el caso. No recomendable para personas con problemas de rodillas, es mucho peldaño el que que hay bajar, y se baja en picado, no olvidando que luego queda la subida ¡lo más duro para mí!
Crónica siguiente http://paqquita.blogspot.com.es/2006/08/valle-de-aosta-alpes-italianos.html
PAQUITA
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