octubre 20, 2006

La Casa del Lago

Su hija se ha radicalizado, llegando a posiciones extremas en demasiadas cuestiones.

Todo empezó, así lo cree, con el desalojo de la Casa del Lago el pasado año, exactamente el 9 de diciembre, a las 6 de la mañana, en plena noche.
La llamó escandalizada, llorando, ¡están aquí, ya han llegado, la van a tirar mamá!
Se fue para allá corriendo y, efectívamente, se veían montones de luces, eran los faros de los coches de la policía, hasta diez llegó a contar, quizás doce, y el ruido de una máquina funcionando, era la pala que demolería, poco después, el edificio que había servido como punto de reunión entre jóvenes y en el que habían desarrollado diversas iniciativas, bendecidas por el ayuntamiento de Getafe en su momento- a través de su corporación municipal, más concretamente: su alcalde y sus concejales respectivos.
¿Qué había cambiado para que un edificio, antigua Casa de Acogida de Adolescentes, utilizado por aquellos jóvenes desde dos años atrás, hubiera devenido en Ruina?
Para ello, los responsables municipales esgrimieron un informe, datado muchos años atrás, en el que constaba el peligo de ruina que amenazaba al edificio. Por aquellas fechas, aún estaba siendo utilizado como Centro de Acogida y posteriormente aún se le dió otro uso, el tal informe no vio la luz.
Y de pronto aparece, y con él comunican a los muchachos intervinientes en el proyecto juvenil que se acabó, que había llegado la hora, que había llegado su hora, que debían largarse.
Su hija había recibido en dicho lugar un curso de cocina y se había unido sentimental y emocionalmente al proyecto.
Ante la negativa de los jóvenes, dos patrullas policiales comenzaron a hacer guardia frente al edificio -casa de planta única- las 24 horas del día. Los muchachos se negaban a salir y los policías impedían la entrada a la casa de cualquiera. Así las cosas, y para reforzarles anímica y materialmente -¡tenían que comer!-, comenzaron a hacer guardias otros jóvenes, en el exterior, de manera que nunca se sintieran solos y abandonados los de dentro.
Fueron pasando los días y las noches, turno que le tocó a su hija porque está estudiando -matriculada en la Universisad, vaya- hasta que llegó la noche fatídica del 9 de diciembre de 2005. Montón de policías, a cara tapada la mayoría, tapaban la entrada, impidiendo el acceso de los que íbamos llegando alarmados por nuestros hijos, otros habían sacado a los que ocupaban el edificio, mientras la pala realizaba su macabra función.
El ambiente estaba caldeado, los jóvenes increpaban a los polícias, antes habían aguantado "chulerías" de alguno de ellos, tipo ponerles música a toda pastilla, todas y cada una de las noches que duró la operación de acoso, gritarles consignas de corte fascista -como suena- (semejante rebaño es el que reclutan en los cuerpos de "seguridad" del estado de "derecho") y otras de índole similar (para las dudas, preguntar a los jóvenes que lo sufrieron). Llegando incluso a parar a los que formaban el refuerzo externo, en plena calle, para pedirles la identificación sin motivo aparente (de claro matiz intimidatorio).
Algunas muchachas impotentes lloraban, los jóvenes "cargados" hasta la médula por el mal trato sufrido empujaban a los que estaban al frente, los polícias estaban cada vez más nerviosos, esgrimían sus porras, pegaban por abajo para no ser vistos y aquello amenazaba en convertirse en una batalla.
Algunos padres asumieron la cabecera, ella también, intentando evitar lo que se veía venir, se habló con algún policía que parecía más cercano -en el sentido humano- y tras muchas palabras, y una vez que el objetivo había sido conseguido -habían derribado "su casa"- los muchachos optaron por dirigir su furia a los responsables municipales. Eran las 7 y media de la mañana y comenzaban las primeras luces del día, que no del caso.

Con posterioridad, el martes 2 enero, y con ocasión de la presentación de los presupuestos municipales en el Sector 3, acudieron bastantes de los participantes en los sucesos, y, llegado el turno de preguntas se inquirió al Concejal de Seguridad sobre ello. Éste y el alcalde, volvieron a esgrimir el informe en entredicho: que todo lo habían hecho por la seguridad de los jóvenes, que su obligación era desalojarlos para que no hubiera muertes, que nunca se lo hubieran perdonado, etc.
Ella tomó la palabra, era su turno, y les espetó:
¿ Han valorado el Coste Moral -la cosa iba de presupuestos- que ha supuesto la actuación municipal de Acoso, Desalojo y Derribo de la casa del parque?
¿ Han valorado el Daño infligido a la Democracia por semejante actuación policial tan ... estúpida ... Estúpida ... ESTÚPIDA?
Y ... yo, que hasta ahora había votado siempre a partidos de izquierda -el gobierno municipal lo compone el PSOE e IU- me he quedado sin opciones. Entre el público alguien grita ¡el PP! ella contestará ¡eso ... nunca!
Parecieron poner gesto compungido.

Las heridas físicas se repararon pronto, las morales ahí siguen.

PAQUITA

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Las gentes "de orden" no admiten nada, absolutamente nada que no controlen ellos. Los jóvenes tienen que ser borregos, a los que ellos pastorear a su antojo; las casas-libres-ocupadas son un foco de rebelión intolerable y, en más o menos tiempo, tienen que pasar a manos del "orden establecido". El status quo de hace muchos años se reproduce en todos los sitios. Ninguna de las izquierdas realmente existentes en el parlamento, ni obviamente las derechas (única, grande y corrupta), van a tolerar el librepensamiento, la libérrima voluntad de las personas por construir futuro. La gentuza abunda entre los nombres de las papeletas que depositamos en las urnas, fueren del color que fueren.
Siempre nos quedará el recurso al pataleo, a ser posible en las posaderas de tanto gobernante incompetente a nivel nacional, autonómico o local. Me sale un taco muy gordo que me lo callo.
Epv

Anónimo dijo...

Y pensar que en muchos lados de América tenemos recuerdos tan negros, cosas que de tan fuertes, aunque se intente, no se olvidan.
Ojalá no más.. Ojalá.
Besos!

Anónimo dijo...

Hubo un tiempo que pensaba que en estas batallas estaba el comienzo de unas luchas justas por conseguir espacios y viviendas para ls jóvenes. Era una verdadera revolución! Y poco a poco, las van desmantelando, cortando las alas a los jóvenes... y dejándonos a todos sin esperanza alguna.
Ahora mismo tambien yo dudo de todo.
Este principio de curso me está matando.

Te cuidas?

Besos,

Anónimo dijo...

¿Y no será que la madre se ha conformado? El simple hecho de vivir una experiencia como la que relatas es suficiente para "radicalizarse". Yo creo que si esto ocurre en los años 70 (en nuestros años radicales según dirían nuestros padres) después habría habido mas jóvenes "radicales".
Piénsalo...

Anónimo dijo...

La sociedad está desmovilizada hace tiempo. Este tipo de situaciones son bastante peligrosas para el poder, o así se interpretan, porque se corre el peligro de que la masa se de cuenta de que la unión puede hacer la fuerza.

Sin embargo, me gusta pensar que en todas partes puede haber gente honesta,...Lo peor de la situación es quizas el desengaño y el daño a la ilusión de esos jóvenes. Esperemos que no la pierdan.

Anónimo dijo...

NUNCA he VIVIDO ALGO TAN FRIO, CALCULADOR Y POCO HUMANO COMO AQUELLA NOCHE INVERNAL BAJO LA PEQUEÑA LUZ DE LA LUNA, Y EN UN ESCÁNDALO SILENCIOSO (e ilegal) EN EL QUE SÓLO LOS IMPLICAODS VIERON LA VERDADERA CARA DE ESTA NUESTRA DEMOCRACIA
Gracias por hacer muchos de los detalles que no caiga en el olvido, y hacer ver a la gente otro punto de vista de auqella noche...