Me los pidió. Dijo que quería verlos, que si no me molestaba. ¡Por supuesto que no! Para eso fueron escritos, además de para mi memoria -para suplir mi des-memoria- para que muchos detalles, pequeños detalles, no queden en el olvido.
Porque no quiero olvidar, ni lo bueno, ni lo que, en una primera ojeada, pudiera parecer malo. Porque de todo, o casi todo, se puede sacar alguna enseñanza.
Porque es cierto el dicho tan manido de "No hay mal que por bien no venga" ... si se sabe hacer la lectura apropiada.
Aunque haya cosas ... que aún nos sigan doliendo, aún nos presionen algo en el pecho, nos opriman el corazón ... aún haya cosas ...
PAQUITA
4 comentarios:
Si, y por desgracia, suelen enseñar mucho más los malos recuerdos que los buenos, por su mala impronta los muy...malos recuerdos.
Saludos, Mamen.
Yo no puedo tampoco hablar mal de los recuerdos. Solo agradecerles que se hayan quedado conmigo todo este tiempo y pedir que no me abandonen. Disfruto con ellos, los mimo, a veces los odio tambien claro...
Pero intento en la medida de lo posible conservarlos. Y si se van pues ponemos de aqui o de allá y atamos cabos.
Besos.
PD. Gracias por tu comentario...
Esta noche
una inmensa luna llena
no logra colmar
el vacío de tu ausencia
Paquita: a mí, muchas veces, los recuerdos me entristecen y otras, me dibujan íntimas sonrisas
Un abracito
Hay recuerdos que se escapan por olvido,
Y hay recuerdos que se marchitan dormidos,
Pero a veces quedan otros
que se pudren en lo adentro
sin siquiera haber nacido,
y estos
son como las olas
rompiendo.
Besos
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